1er encuentro ser mujer y varón no se nace, se hace

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“Ser mujer y varón no se nace, se hace”

“SER MUJER Y VARÓN NO SE NACE, SE HACE” Bienvenidos y bienvenidas al primer encuentro de las Escuelas Populares de Formación en Género en Rosario. Comenzaremos aquí, la primera unidad donde trabajaremos: 1. Categorías analíticas de género. La perspectiva de género, el sistema sexogénero, la transversalización del género. 2. Ruptura del concepto binario de género. Trans género/ trans sexual. Estereotipos, discriminaciones, prejuicios. Ley de matrimonio igualitario. Ley de identidad de género. 3. Nuevas masculinidades. El objetivo general de este encuentro es: Proponer un espacio de reflexión y debate en torno al concepto de género entendido como construcción social de relaciones de poder entre varones y mujeres. Objetivos específicos: 

Identificar y analizar las actividades y los atributos que la sociedad considera como femeninos y como masculinos.

Comprender los conceptos de sexo y género, avanzando en la definición de estereotipos de género.

Analizar los impactos de las relaciones de género en las oportunidades y/o restricciones para varones y mujeres.

Analizar las construcciones en torno a al concepto de diversidad sexual en discursos, normas, regulaciones.

Conocer las características de las nuevas masculinidades.

Metodología: Se pretende en este primer encuentro, presentar las nociones básicas e indispensables para comprender la categoría de género. Planteando disparadores frente a cada cuestión nodal, que permitan reflexiones y debates a medida que avanza la lectura del material. En una segunda instancia, se plantea un espacio de taller para trabajar grupalmente en la interiorización de lo aprehendido hasta el momento, dejando las debates abiertos para ser (re)plateados en los próximos encuentros.

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1. Acerca de las nociones de Género, Perspectiva de género y Estereotipos. De construcciones sociales y culturales. “No se nace mujer. Llega una a serlo” (Simone de Beauvoir)

Comenzaremos este curso, haciendo un recorrido teórico en torno a la cuestión de género, como una primera aproximación a la temática, que se ira profundizando encuentro a encuentro. Empezaremos diciendo junto con Marcela Legarde (1996) que género es más que una categoría, es una teoría amplia que abarca categorías, hipótesis, interpretaciones y conocimientos relativos al conjunto de fenómenos históricos construidos en torno al sexo. El género está presente en el mundo, en las sociedades, en los sujetos sociales, en sus relaciones, en la política y en la cultura. El género es la categoría correspondiente al orden sociocultural configurado sobre la base de la sexualidad: la sexualidad a su vez definida y significada históricamente por el orden genérico (Legarde, 1996). La noción de género surge a partir de la idea de que lo “femenino” y lo “masculino” no son hechos naturales o biológicos sino construcciones culturales, acerca de cómo aprendemos a ser mujeres y a ser varones tanto en la esfera individual (la subjetividad, la construcción del sujeto y el significado que una cultura le otorga al cuerpo femenino o masculino) como social (en la división del trabajo, la distribución de los recursos y la definición de jerarquías de unos y otras), bajo la influencia de las ideas, creencias y representaciones de tipo religioso, político, económico, jurídico, psicológico, cultural, de etnia y de clase social, en cada cultura y contexto histórico determinado. Entonces, lo femenino y lo masculino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e histórica. Tal como plantea Marcela Legarde (1996) “… el mecanismo cultural de asignación del género sucede en el ritual del parto: al nacer la criatura, con la sola mirada de sus genitales, la partera o el partero dice y nombra a la vez: “es niña” o “es niño”. La palabra, el lenguaje es la marca que significa el sexo e inaugura el género. Y el resto de la vida de manera casi imperceptible se repite el ritual: cada persona reconoce a otra a través de la mirada de su cuerpo, de la escucha de su voz y constata que es una mujer o un hombre. Además lo certifica en las acciones, los comportamientos, las actitudes, las maneras de actuar y de relacionarse, y por el conjunto de cosas que esa

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persona puede o no hacer, decir, pensar. Es decir, por los límites impuestos a su ser-en-el mundo, por esa construcción que es el género”. A lo largo de estos párrafos se han destacado dos conceptos claves: SEXO y GÉNERO, conceptos que no deben entenderse como sinónimos. Trabajaremos un poco más en esta diferencia. Diremos que la noción de sexo refiere a las características biológicas que traemos al nacer1, mientras que el concepto de género, como ya se ha planteado, refiere al conjunto de atributos simbólicos, sociales, económicos, jurídicos, políticos y culturales asignados a las personas de acuerdo a su sexo, a partir de la diferenciación sexual. De acuerdo con Seyla Benhabib citada en Legarde (1996): “Por (género) entiendo la construcción diferencial de los seres humanos en tipos femeninos y masculinos. El género es una categoría relacional que busca explicar una construcción de un tipo de diferencia entre los seres humanos. Las teorías feministas, ya sean psicoanalíticas, posmodernas, liberales o críticas coinciden en el supuesto de que la constitución de diferencias de género es un proceso histórico y social y en que el género no es un hecho natural. Aún más... es necesario cuestionar la oposición misma entre sexo y género. La diferencia sexual no es meramente un hecho anatómico, pues la construcción e interpretación de la diferencia anatómica es ella misma un proceso histórico y social. Que el varón y la hembra de la especie difieren es un hecho, pero es un hecho también siempre construido socialmente. La identidad sexual es un aspecto de la identidad de género. El sexo y el género no se relacionan entre sí como lo hacen la naturaleza y la cultura pues la sexualidad misma es una diferencia construida culturalmente”. Asimismo, ambos conceptos (sexo y género) se diferencian sutilmente del concepto de sexualidad, como parte integral de todo ser humano. La sexualidad se refiere a cómo se viven y cuáles son las conductas y las maneras en que se realizan y manifiestan las prácticas afectivas, que cada persona asume como propias, siempre influidas por las pautas y reglas sociales que impone cada cultura. Puede decirse entonces, como aclara Mabel Burín (1996 en Documento de Asistencia Técnica Primeros Años), que sexo, género y sexualidad son tres caras de una misma realidad que está integrada a cada una 1

El concepto de sexo alude al conjunto de características bioanatómicas de los aparatos genitales y caracteres sexuales secundarios que diferencian a varones y mujeres. Esto incluye la diversidad evidente de sus órganos genitales externos e internos, las particularidades endocrinas que las sustentan, y las diferencias relativas a la función de la procreación.

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y uno de nosotros, somos seres sexuados biológicamente, representamos el rol de género según los patrones culturales impuestos y nos expresamos a través de la sexualidad en cada gesto y acto de la vida desde que nacemos hasta el final. Recapitulando, en general la categoría de género es una definición de carácter histórico y social acerca de los roles, identidades y valores que son atribuidos a varones y mujeres e internalizados mediante los procesos de socialización. Tal como establece Susana Gamba (2008), algunas de sus principales características y dimensiones son2: 1) Género es una construcción social e histórica porque varía de una sociedad a otra y de una época a otra; 2) Es una relación social porque descubre las normas que determinan las relaciones entre mujeres y varones; 3) Es una relación de poder porque nos remite al carácter cualitativo de esas relaciones. Es decir, a partir de la consideración del sexo masculino como sujeto universal, eje de toda experiencia, se ha definido al sexo femenino como subordinado o complementario. Asimismo los hombres han tenido asignado el espacio público y han intervenido en el espacio privado ejerciendo su autoridad sobre toda su familia. Ese poder que han ocupado en el orden familiar y social da origen a un sistema jerarquizado denominado patriarcado. 4) Es una relación asimétrica. Si bien, las relaciones entre mujeres y varones admiten distintas posibilidades (dominación masculina, dominación femenina o relaciones igualitarias), en general éstas se configuran como relaciones de dominación masculina y subordinación femenina. Puede decirse que el género permite comprender cómo las relaciones sociales son asimétricas y jerárquicas, provocando una distribución desigual de poder, sumándose así a otras categorías generadoras de desigualdades tales como la clase social, la etnia/raza, la edad y la orientación sexual. 5) Es abarcativa porque no se refiere solamente a las relaciones entre los sexos, sino que alude también a otros procesos que se dan en una sociedad: instituciones, símbolos, identidades, sistemas económicos y políticos.

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La negrita es nuestra.

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6) Es transversal porque las relaciones de género no están aisladas, sino que atraviesan todo el entramado social, articulándose con otros factores como la edad, estado civil, educación, etnia, la clase social. 7) Es una propuesta de inclusión porque las problemáticas que se derivan de las relaciones de género sólo podrán encontrar resolución en tanto incluyan cambios tanto en las mujeres como en los varones; 8) Es la búsqueda de equidad que sólo será posible si las mujeres conquistan el ejercicio del poder en su sentido más amplio (poder crear, poder saber, poder dirigir, poder disfrutar, poder elegir, ser elegida). A partir de la utilización del genérico “hombre” para dar el sentido de lo humano, la mujer ha quedado relegada en sus necesidades, perspectivas y posibilidades. De ahí que muchos patrones culturales limitan la plena participación de las mujeres en la sociedad, priorizándose una concepción patriarcal, construida a partir del punto de vista del varón blanco, urbano, de clase media, propietario, heterosexual y de mediana edad; patrones culturales que discriminan en función del sexo, la edad, la posición social, entre otros atributos (Documento de Asistencia Técnica Primeros Años, 2011). Reflexiones en torno al patriarcado… “El patriarcado se define como un sistema de dominación sexual que es, además, el sistema básico de dominación sobre el que se levantan el resto de las dominaciones, como la de clase y raza. El patriarcado es un sistema de dominación masculina que determina la opresión y subordinación de las mujeres” (Nuria Varela) Fuente: http://nuriavarela.com/tag/patriarcado/ “El patriarcado es una institución muy larga y no ha sido universal. Debemos de rechazar esa afirmación que dice que las mujeres siempre han sido oprimidas, primero porque en muchas comunidades las mujeres tenían poder. 2 mil años atrás había formas de matriarcado, yo no puedo aclarar ampliamente como se establecía un matriarcado, pero es importante comprender que la historia ha sido destruida. La idea es entender que el patriarcado ha tenido formas diferentes, las relaciones no se estructuran de la misma manera en todos los sistemas sociales; también el patriarcado no se transmite automáticamente, no es un asunto que continua de forma natural y automática de un siglo a otro, de una sociedad a otra” (Entrevista a Silvia Federici) Fuente: https://comunitariapress.wordpress.com/2015/04/21/el-patriarcado-del-salario-lo-quellaman-amor-nosotras-lo-llamamos-trabajo-no-pagado/ “Desde el modelo impuesto que nos tornaba ajenas al anhelo de poder aprendimos a discriminarnos a nosotras mismas en un entrenamiento que ensayamos durante

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centurias, con las excepciones conocidas. El aprendizaje siempre fue el mismo: subordinación y asistencialismo enlazados con los fulgores del sacrificio y la obligada seducción dirigida hacia los varones. Insertas obligatoriamente en la heterosexualidad para poder casarnos y producir hijos e hijas que reprodujeran el sistema imperante” (Eva Giberti) Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-223665-2013-07-04.html Feministas, mujeres y hombres, han colocado en la mira de cambios sustanciales de género también la condición masculina y la supremacía de los hombres que usufructúan los poderes de dominio y sus beneficios, así como, en formas específicas de opresión que viven hombres de diferentes edades, condiciones sexo-género, clases sociales, etnias, condición de legalidad y capacidades (Legarde, 2011).

A continuación

profundizaremos en algunas nociones El sistema Sexo/Género3 Los sistemas de sexo/género son los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anátomo-fisiológica y que regulan las relaciones entre las personas en tanto sexuadas. Expresan construcciones de sentido, significados de lo femenino y lo masculino, compartidas por los integrantes de una sociedad en contextos históricos específicos y son, por tanto, cambiantes. Entonces, el carácter histórico y contextual de la categoría de género rompe con la idea de una esencia masculina o femenina. Es decir, no existe la mujer ni el varón, existen mujeres y varones en diferentes situaciones sociales y culturales en las que no sólo interviene la variable género sino la clase, la etnia, la edad, etc. Los sistemas de sexo/género son además, sistemas de poder resultado del conflicto social entre varones y mujeres. No definen solamente las características de la masculinidad y la feminidad, sino una relación social entre varones y mujeres que en la mayor parte de las sociedades conocidas ha sido y es, desfavorable para las mujeres. El concepto de género articula dos aspectos: es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y es una manera

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Este punto ha sido elaborado sobre la base de la Colección GenerAR Formación (2011). Esta publicación fue elaborada

por el Consejo Nacional de las Mujeres en el marco del Proyecto PNUD/ARG/09/016: Acciones de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres (Ley Nº 26.485).

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de significar relaciones de poder. Esto, nos lleva a reflexionar en torno al concepto de relaciones de género. A continuación, lo analizaremos en detalle… Relaciones de género Una vez presentado el concepto de género, comenzaremos a estudiarlo en profundidad, empezando por la noción de relaciones de género. ¿Qué son las relaciones de género? Empezaremos por realizar una diferenciación crucial: “Las relaciones de género no son relaciones entre sexos sino relaciones sociales”. Refieren al conjunto de características particulares, sociales y culturales que se constituyen históricamente como “femenino y masculino”. Cuando hablamos de relación mujer – varón, por lo tanto, nos referimos a una relación de poder ya que a cada género se le fueron otorgando a lo largo de la historia, distintos roles sociales y distintos espacios que determinaron su conformación, diferencias y desigualdades. Algunos interrogantes que surgen al respecto: ¿Son hechos naturales o biológicos propios de las mujeres la responsabilidad de la crianza de nuestros hijos e hijas? ¿La realización de las tareas domésticas? ¿O son cosas que les enseñamos a las niñas desde que nacen? ¿Son hechos naturales o biológicos propios de los varones la mayor participación en lo social y político? ¿Los varones pueden demostrar sus sentimientos y afectos de la misma forma que las mujeres? ¿La construcción de sus masculinidades es también producto de un proceso social y cultural que impone límites a su desarrollo integral como seres humanos? ¿Y en cuánto a sus roles? Los roles son prescripciones y regulaciones sobre lo que deben hacer mujeres y varones en la sociedad. Ahora bien, ¿cuáles son esos roles sociales para las mujeres y para los varones? Generalmente, al consultar acerca de los roles de las mujeres y los varones, estas son las respuestas comunes:

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MUJERES Se ocupan de la reproducción

VARONES Se ocupan de la producción

Cuidado de los otros Son afectivas Son dependientes económicamente Poco reconocimiento ESPACIO DE LO PRIVADO

Proveedor de alimentos, sostén del hogar Son fuertes Son Independientes económicamente Reconocimiento social ESPACIO PÚBLICO Fuente: Elaboración propia

El espacio privado, es el “asignado” a las mujeres, es el típico de la familia, de la mujer en su rol de madre, sostén afectivo del hogar, sensible, pasiva y dependiente. Por su parte, el típico rol “asignado” al varón está en relación a su actividad en el espacio público, es el espacio relacionado con la producción, la fuerza, la independencia, el sostén económico del grupo familiar y la participación social y política. La desigualdad de las mujeres se explica en parte, a partir de esta división sexual del trabajo, que les asigna como lugar natural el ámbito privado-doméstico. Es en las relaciones entre varones y mujeres es donde se pone en juego, se proyecta la lógica patriarcal que históricamente le ha negado a la mujer la capacidad de poder decidir. Lógica muy difícil de romper en pos de establecer una distribución más igualitaria en la sociedad: desde las tareas de la casa con la pareja y los hijos, hasta las posibilidades de trabajar y participar en una organización, partido político, lo público. En este sentido, la familia como el principal espacio de socialización y de transmisión temprana de valores y roles, se convierte en un ámbito de producción y reproducción de estos roles de género. La mujer ha sido preparada para asumir un papel de subordinación que tanto las mujeres como la sociedad viven como “lo natural”, “lo que debe ser”.

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Para debatir… Entrevista a Silvia Federici E: ¿Le dicen amor al trabajo no pagado? S: Si porque en la familia se dice amor, dicen que por amor se limpia y se cocina, que todo se hace por amor. Confunden amor con un servicio personal. El amor es un sistema que obligaba a muchas mujeres que no tenían posibilidades de sobrevivencia y el matrimonio era como tomar un empleo. Por mucho años, hasta la generación de mi madre, ocurría que si no te casabas ¿Qué harías? Pobrecilla, porque estás sola, muchas veces estabas en la casa de tu hermana que si estaba casada y ella ayudaba, porque es muy difícil tener un empleo y si se tenía un empleo no podías tener una vida social. Esas mujeres que no se casaban eran consideradas como desdichadas, por eso muchas mujeres compiten entre ellas por un hombre bello y con un buen salario. Por eso tu mamá te prepara, te orienta para arreglarte, que no salgas despeinada a la calle, que siempre estés de buen humor y que aprendas a hacer labores domésticas. Mi madre me amenazaba: “Si tu continuas así, ningún hombre se va a casar contigo” porque se sabe que casarse significa obedecer, hacer trabajo domésticos y si tú eres una buena mujer, él va a mantenerte, él te va a dar una posición social. Pero en el matrimonio un hombre te puede golpear y lo que van a decir, es que lo tienes merecido porque seguramente no lo obedeciste, porque no hiciste el amor cuando él lo quería. En el matrimonio se presume que él compra tu cuerpo y que siempre tienes que estar a su disposición. A todo esto muchas luchas feministas han dicho que ni el hombre, ni el matrimonio tienen derecho absoluto a tu cuerpo. Si tú dices que no, es no. Fuente:https://comunitariapress.wordpress.com/2015/04/21/el-patriarcado-del-salario-lo-quellaman-amor-nosotras-lo-llamamos-trabajo-no-pagado/

Entonces, ¿qué generan para las mujeres estas relaciones de poder? -

Inferioridad de oportunidades.

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Debilitamiento de la confianza en sí misma.

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Dificultades en su desempeño social, laboral y político en igualdad de condiciones.

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Vulnerabilidad ante la violencia familiar y sexual.

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Diversas formas de dependencias y subordinación.

Es muy importante remarcar que estos roles se han ido modificando en nuestras sociedades ya por cuestiones económicas, políticas y

sociales; las mujeres se han

insertado y se insertan cada día más en el mercado de trabajo, en las organizaciones, en la vida social en general, dejando de ser el hombre el único proveedor. Sin embargo, los cambios culturales han sido mucho más lentos en cuanto a las relaciones de poder en la casa y en el espacio público.

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Aunque en la actualidad las mujeres cuentan con más derechos reconocidos, mejor acceso a la educación y al trabajo, continúan percibiendo menos ingresos que los hombres y siguen teniendo menos incidencia en la toma de decisiones públicas y en la participación política. Por eso, a pesar de las evidencias recogidas al vivir, que muestran el sinfín de formas en que mujeres y hombres somos adiestrados, educados y disciplinados de manera permanente para ser como se debe, a pesar de las dificultades de cada quién para lograrlo, y de las muestras de represión para quienes no se adecuan a los estereotipos de género, hay personas que no se convencen todavía de que no hemos nacido así, sino que a través de procesos complejos de aculturación y endoculturación aprendemos, desarrollamos, ejercitamos y mejoramos o empeoramos las enseñanzas de género que hemos recibido de múltiples mentores (Legarde, s/f). Perspectiva de género Perspectiva de género, enfoque de género, visión de género, mirada de género son sinónimos a través de los cuales, es posible construir una concepción del mundo y de la vida en diversidad. Hoy sabemos que no hay una única forma de ser mujer y de ser varón en el mundo. La “perspectiva de género”, nos dice Susana Gamba (2008) implica: a) reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en general favorables a los varones como grupo social y discriminatorias para las mujeres; b) que dichas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son constitutivas de las personas; c) que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión. Siguiendo a esta autora, la perspectiva de género se aproxima a la realidad desde las miradas de los géneros y sus relaciones de poder. Sostiene que las relaciones de desigualdad entre los géneros tienen sus efectos de producción y reproducción de la discriminación, adquiriendo expresiones concretas en todos los ámbitos de la cultura: el trabajo, la familia, la política, las organizaciones, el arte, las empresas, la salud, la ciencia, la sexualidad, la historia. La mirada de género, no está supeditada a que la adopten las mujeres ni está dirigida exclusivamente a ellas. Tratándose de una cuestión de

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concepción del mundo y de la vida, lo único definitorio es la comprensión de la problemática que abarca y su compromiso vital (Gamba, 2008). Se trata así de crear nuevas construcciones de sentido para que hombres y mujeres visualicen su masculinidad y su femineidad a través de vínculos no jerarquizados ni discriminatorios. De este modo, la incorporación de esta perspectiva contribuye a superar los estereotipos sexistas que encasillan el pensamiento y hacen definir comportamientos y actitudes como propias desde niñas y niños. Concluiremos compartiendo algunas palabras de Marcela Legarde (2011), según esta autora, la perspectiva de género feminista ha mostrado cómo el origen de infinidad de problemas sociales, económicos, de desarrollo, conflictos y problemas personales, se encuentran en el patriarcalismo estructural de la sociedad. Esta concepción ha tomado fuerza en el mundo, a punto tal que, hoy se homologa género con mujer. En cambio, para las feministas la perspectiva de género identifica cualquier condición basada en el sexo y las sexualidades. Por eso, movimientos gay, lésbicos y todos los trans, han encontrado en esta perspectiva epistemológica la lente para iluminar las configuraciones de género e imaginar los tránsitos más creativos. Todos los géneros están en la mira de múltiples transformaciones (Legarde, 2011). Perspectiva transversal de género Ante la preocupación creciente por asegurar la integración de la perspectiva de género en las políticas públicas generales de una forma sistemática y abarcativa, durante los año ’90s, se extendió el interés por la propuesta metodológica

de transversalización del

género. Se trata de un término sobre el que se plantean ciertas divergencias conceptuales. Hay quienes lo definen como una metodología para la integración de la perspectiva de género (en un sentido relacional), en todos los procesos de toma de decisiones de las instancias políticas y de trabajo de una organización. En otras interpretaciones, se lo entiende como una estrategia para la transversalización del género en el conjunto de las políticas. Ella implica: • La aplicación de la perspectiva de género a la estructura y funcionamiento de una institución, desde su composición por sexo, hasta su forma de funcionamiento y sus procesos de toma de decisiones.

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• La aplicación de la perspectiva de género a las medidas (programas, proyectos, acciones) que esa institución ejecuta hacia fuera de la misma y que tienen consecuencias en otras instituciones o ámbitos de la sociedad. • Se acepta hablar de transversalidad de género cuando la perspectiva de género se incorpora desde la primera etapa en las medidas, programas y proyectos de una institución, trascendiendo los límites de las intervenciones o políticas específicas para mujeres (Colección GenerAR, 2011).

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2. Diversidad para la igualdad Porque el género no sólo refiere a las mujeres sino a toda una diversidad que presentan las distintas manifestaciones de la sexualidad humana, en este apartado nos dedicaremos a profundizar en este punto. Al reconocer diversos sujetos, al incluir la diferencia, la diversidad y la pluralidad como condiciones de sujetos de la historia, el derecho, la sociedad y la ciudadanía, del sujeto sexual, del sujeto del deseo, se modifican las nociones estereotipadas de las mujeres y los hombres, los géneros y los sexos, los grupos de cualquier identidad. Reconocer la dignidad y la integridad de mujeres y hombres de diversas definiciones, condiciones e identidades en igualdad, plantea un nuevo mapa habitado por heterosexuales, homosexuales, gays, lesbianas, transgénero, transexuales, bisexuales, travestis e intersexuales de todas ellas y ellos. “Lo que implica revolucionar la organización sexual de género y minar las estructuras binarias patriarcales” (Legarde, 2011). Comenzaremos trabajando algunos conceptos: Estereotipos, roles e identidad de género Las representaciones de lo femenino y lo masculino que cada sociedad construye, tienden a transformarse en estereotipos. Es decir, en versiones simplificadas y “naturalizadas” de lo femenino y lo masculino. Sobre la base de estos estereotipos de género, lo femenino se asocia a la maternidad, a la familia, a supuestas capacidades “innatas” para el cuidado de los otros, al espacio de lo privado; y lo masculino a la inteligencia, la autoridad, la racionalidad, la fuerza, al espacio de lo público. Los estereotipos de género tienden a realzar algunos atributos culturales asignados a las mujeres y a los varones, en desmedro de otros, consolidando imágenes de género que no dan cuenta de la multiplicidad de roles, capacidades y valores que se registran en las prácticas concretas de mujeres y varones en cada sociedad y momento histórico. El estereotipo puede considerarse como un conjunto de rasgos que supuestamente caracterizan a un grupo. Este conjunto se aparta de la realidad restringiéndola, mutilándola y deformándola (Perrot y Preiswerk, 1975). Implica una simplificación de la realidad.

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Existe una fuerte articulación entre estereotipos de género y roles. Así, si un estereotipo es la definición de mujer como madre, entonces se deduce que el rol de la crianza corresponde fundamentalmente a la mujer. En el mismo sentido, si un estereotipo es la definición del varón como proveedor, se deduce que es el principal responsable del sostenimiento económico de la familia. Estos estereotipos, se transmiten e interiorizan inconscientes por parte de los niños y las niñas. Estos van incorporando un modo de ser varón y de ser mujer, a partir de las diversas formas de socialización en la interacción entre ellos y con las personas adultas, que les ofrecen normas, modelos y referencias “atravesados” por lo que es socialmente aceptado para cada uno de los géneros. Es entonces, desde los primeros meses de vida y aun antes, durante el embarazo que se van estableciendo los estereotipos con los correspondientes hábitos, aprendizajes y pautas de comportamiento totalmente diferenciados para niños y para niñas; y es en la familia donde se inicia el proceso de asimilación y constitución de una identidad de género. En este marco, aparece la noción de identidad de género como la interpretación que una persona hace de sí misma y de su cuerpo, en relación con el modo de ser considerada socialmente de acuerdo a su género. Todos y todas nacemos con un sexo asignado biológicamente, pero cuando se comienza a transitar la vida y acontece el desarrollo emocional, social, psíquico y ambiental de una persona, esa persona asume una elección sexual, que puede o no coincidir con la genitalidad. Es importante aclarar que en el campo del estudio de la sexualidad el término identidades ha sido introducido por la llamada Teoría Queer4, la cual rechaza la arbitrariedad de la identidad impuesta y sostiene que el sexo (en cuanto aspecto corporal) no debe ser considerado como elemento decisorio para establecer las pautas identitarias; sino que se deben tener en cuenta otros elementos: sexualidad, género, etnicidad, edad, nacionalidad, destreza y habilidad personal. Estos componentes se interrelacionan y combinan constantemente (LGBT, Proyecto de ley de atención sanitaria para la reasignación del sexo)5. Se utiliza la expresión “diversidad sexual” para caracterizar a todos los grupos sociales cuyas experiencias y valores sexuales no coinciden con los valores dominantes. Entre 4

Corriente filosófica que estudia el fenómeno de la sexualidad humana y que reconoce su nacimiento en la llamada Teoría de la Performatividad de la autora feminista Judith Butler. 5 Ver http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=7643-D-2010

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ellos se pueden distinguir dos colectivos: uno de diversidad respecto de la “orientación sexual"6 formado por el colectivo de gays, lesbianas y bisexuales; otro respecto de la "identidad o expresión de género" formado por travestis, transgéneros y transexuales. Entonces, con "identidad de género" se señala la convicción profunda que tiene una persona en su interior de ser de sexo masculino o femenino, o a veces de ser algo diferente de ambos, o de ser algo que se encontraría en algún punto intermedio entre ambos. La teoría política y sociológica contemporánea está comenzando a hablar de "géneros", es decir, se pluraliza el concepto para incluir otros: el travestismo, la transexualidad, etc. (LGBT, Proyecto de ley de atención sanitaria para la reasignación del sexo). Así, la identidad sexual se convierte en un derecho integrante del más amplio derecho a la propia identidad. ¿Qué dicen las leyes en relación a estas cuestiones?

Ley 26.743 de IDENTIDAD DE GÉNERO ARTICULO 1º - Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene derecho: a) Al reconocimiento de su identidad de género; b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género; c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada. ARTÍCULO 2°- Definición. Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.

Es sumamente importante respetar a las persona en su intimidad y sus sentimientos en relación a la percepción y convicción sobre su propia identidad de género, y la necesidad de adecuar su aspecto físico. De este modo, a partir de la aprobación de la Ley, toda persona puede solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de pila e 6

Con "orientación sexual" se indica la heterosexualidad, homosexualidad y bisexualidad. Esto es, la dirección que toman los deseos sexuales y emocionales de una persona. Este término establece categorías basándose en el sexo del objeto del deseo, es decir, que describe si una persona se siente atraída principalmente por personas de su mismo sexo, del sexo opuesto o de ambos (LGBT, Proyecto de ley de atención sanitaria para la reasignación del sexo).

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imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida. Garantizando al mismo tiempo, el derecho al libre desarrollo personal, siendo posible para todas las personas mayores de dieciocho años de edad, acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género autopercibida, sólo con su consentimiento informado

y sin

necesidad

de

requerir

autorización

judicial

o

administrativa. Repasemos algunos de sus antecedentes de esta ley: En junio de 2011, se obtuvo el extraordinario logro: el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la Resolución sobre las violaciones de derechos humanos por Orientación Sexual e Identidad de Género. Anteriormente a ello, existe una declaración conjunta presentada el 1º de diciembre de 2006 ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por 54 Estados, que insta a este organismo a “dar la debida atención a las violaciones de derechos humanos basadas en la orientación sexual y la identidad de género”. Los Principios de Yogyakarta, fueron presentados por un distinguido grupo de expertos en derechos humanos de distintas regiones y diversa formación, en la sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra en marzo de 2007, siendo nuestro país uno de los

que

auspiciaron

el

evento.

Estos

principios,

ratifican

estándares

legales

internacionales vinculantes que los Estados deben cumplir. Gran parte del contenido de esos principios ya estaban incluidos en el plan contra la discriminación que Argentina aprobó en 2005, donde se reconoce el derecho de que cada persona viva según la identidad sexual que desea, sin ser discriminado por ello y con el goce pleno de todos los derechos. ¿Por qué son necesarios los Principios de Yogyakarta? La violación a los derechos humanos de las personas por su orientación sexual e identidad de género, real o percibida, constituye un patrón global arraigado. Entre esas violaciones a los derechos humanos podemos mencionar: los asesinatos extralegales, tortura y maltrato, ataques y violaciones sexuales, invasión a la privacidad, detenciones arbitrarias, negar las oportunidades de empleo y educación, y grave discriminación en relación al goce de otros derechos humanos.

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¿Qué cubren estos Principios? Refieren a una amplia gama de derechos humanos y cómo se aplican en cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Reconocen las violaciones de derechos humanos basadas en la orientación sexual y la identidad de género, establecen un marco de trabajo legal y pertinente y definen términos clave7. Estos acontecimientos, fueron abriendo debates al interior de los países, acompañando largas luchas de diversos movimientos y organizaciones sociales que tomaron estos derechos como bandera. Argentina, es un caso “modelo” en este sentido, acerca del proceso social y político que significó alcanzar la Ley de Identidad de Género. Sancionada en mayo de 2012, durante el gobierno de Cristina Kirchner, es la única ley de identidad de género del mundo que, conforme las tendencias en la materia, no patologiza la condición trans. Haciendo un breve recorrido histórico, desde 2007, la FALGBT8 y ATTTA9 impulsaron propuestas legislativas que garantizasen a travestis, transexuales y transgéneros el derecho a la identidad y el derecho a la atención integral de la salud. El 8 de noviembre de 2011 las comisiones de Legislación General y de Justicia del Congreso de la Nación aprobaron el despacho de la ley para su posterior tratamiento en el recinto. Así, el 1 de diciembre de 2011 la Cámara de Diputados de la Nación aprobó por 167 votos a favor, 17 en contra y 7 abstenciones el proyecto de ley de identidad de género. Finalmente, por 55 votos a favor y una abstención el Senado de la Nación Argentina aprobó la Ley de identidad de género argentina, una de las leyes más avanzadas del mundo en cuanto a libertades y derechos para el colectivo LGBT. La ley fue promulgada por el decreto N° 773/2012 del Poder Ejecutivo Nacional y lleva el número 26.743. A pesar de este gran avance, aún queda mucho camino por recorrer como sociedad en pos de “Un mundo que acepte las diferencias”. En este sentido, si bien la ley de Identidad de género constituye uno de los grandes logros en

la desintegración del binomio

sexo/género, el camino es largo y sinuoso. Claro está, que el proceso cultural de deconstrucción de los prejuicios y discriminaciones en torno a las sexualidades requiere de leyes y de políticas públicas integrales, que abarquen la salud, la educación, la capacitación de profesionales de diferentes ámbitos, entre otras cuestiones. En este sentido, la Ley de Identidad de Género colabora en visibilizar y no criminalizar, y en

7

Ver Principios de Yogyakarta http://www.oas.org/dil/esp/orientacion_sexual_Principios_de_Yogyakarta_2006.pdf Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) 9 Asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros de Argentina A.T.T.T.A 8

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avanzar en la comprensión de que puede haber “tantas sexualidades como hombres y mujeres hay en el país”. Sin embargo, la lucha es ardua porque nuestra cultura es sexista en contenidos y grados en ocasiones sutiles e imperceptibles, pero graves, y en otras es sexista de manera explícita, contundente e innegable. Las formas más relevantes de sexismo son el machismo, la misoginia y la homofobia. Y una característica común a todas ellas es que son la expresión del dominio masculino patriarcal. Trabajaremos estas nociones junto a Marcela Legarde (s/f): El sexismo patriarcal se basa en el androcentrismo. En considerar valorativamente y apoyar socialmente que los hombres y lo masculino son superiores, mejores, más adecuados, más capaces y más útiles que las mujeres. Por ello es legítimo que tengan el monopolio del poder de dominio y de violencia. Así, el androcentrismo se expresa en el machismo como magnificación de ciertas características de los hombres, de su condición masculina, de la masculinidad y, en particular, de la virilidad. El androcentrismo se entreteje y completa con la misoginia. La misoginia se produce cuando se cree que la inferioridad de las mujeres, en comparación con los hombres y por sí misma, es natural. La dominación patriarcal pone en condiciones sociales de subordinación a las mujeres, y las hace invisibles. La invisibilización de las mujeres es producto de un fenómeno cultural masivo: la negación y la anulación de aquello que la cultura patriarcal no incluye como atributo de las mujeres o de lo femenino, a pesar de que ellas lo posean y que los hechos negados ocurran. La misoginia está presente cuando se piensa y se actúa como si fuese natural que se dañe, se margine, se maltrate y se promuevan acciones y formas de comportamiento hostiles, agresivas y machistas hacia las mujeres y sus obras y hacia lo femenino. El sexismo se realiza también en la homofobia, cuando se considera que la heterosexualidad es natural, superior y positiva, y por antagonismo, se supone que la homosexualidad es inferior y es negativa. La homofobia concentra actitudes y acciones hostiles hacia las personas homosexuales. Y, como en las otras formas de sexismo, la violencia hacia la homosexualidad se considera legítima, incuestionable, justificada. El sexismo es uno de los pilares más sólidos de la cultura patriarcal y de nuestras mentalidades. Casi todas las personas en el mundo hemos sido educadas de manera sexista y además pensamos, sentimos y nos comportamos sexistamente sin

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incomodarnos o sintiendo que es preciso hacerlo, que es un deber o que así ha sido siempre (Legarde, s/f). Pero… cómo actúan las mujeres frente a estas concepciones?10 Las mujeres también actúan con sexismo al subordinamos de antemano a los hombres. Asimismo, la misoginia existe entre las mujeres, cuando entre nosotras nos mandamos para ocupar posiciones jerárquicas inferiores y para desempeñar papeles y funciones encajonadas como femeninas (de apoyo, de servicio, de voluntariado). Hay misoginia en las relaciones entre las mujeres, cuando nos descalificamos y enjuiciamos como buenas o malas, y cuando calificamos a quienes no comprendemos como enfermas, inadecuadas, o locas. Y lo somos igualmente, cuando usamos esos recursos para lograr el beneplácito de los hombres o de quienes detentan poderes. La misoginia está presente entre nosotras al obtener valor de la desvalorización de otras mujeres. Y en relación a la homofobia? Cómo actuamos? La homofobia encuentra su expresión clarísima cuando nos horroriza la homosexualidad y creemos que es enfermedad o perversión y por ello descalificamos, sometemos al ridículo y a la vergüenza a las personas, las discriminamos y las agredimos. Somos personas homofóbicas hasta cuando hacemos chistes inocentes y nos burlamos de manera estereotipada de las personas y de su condición. Somos sexistas homófobicas o lesbófobas sobre todo, cuando nos erigimos en inquisidores sexuales y castigamos, hostilizamos y dañamos a las personas por su homosexualidad (Legarde, s/f).

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En este punto hemos seguido a Marcela Legarde (s/f) “Identidad de género y derechos humanos. la construcción de las humanas”. En digital: http://www.catedradh.unesco.unam.mx/SeminarioCETis/Documentos/Doc_basicos/5_biblioteca_virtual/3_d_h_mujere s/24.pdf

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Reflexionemos unos minutos en torno a esta nota de Eva Giberti… Mariela Muñoz, conocida como una persona transgénero, había formado una familia cuidando niños carentes de padres, a los que crió durante años; en 1993 tenía a su cargo dos niñas cuyas madres le habían encomendado su cuidado (…) Los niños que había criado como hijos, ahora adultos, concurrieron a los medios de comunicación para contar cómo habían sido sus vidas con Mariela, una madre cuidadosa. Pero algunos vecinos denunciaron la extravagancia cuando aparecieron las dos niñitas. Se produjeron discusiones múltiples, particularmente entre psiquiatras, psicólogos y también opinaron jueces y obispos. El interrogante técnico propiciaba: “Si no los colocás dentro de los perversos, ¿dónde los clasificás?”, pregunta que desnudaba el dispositivo de violencia que cobijaba la discriminación y aun hoy destaca la parálisis del pensamiento de quien la profiere, fijado en categorías monolíticas pretendidamente universalistas: corresponde ser hombre o mujer, como todo el mundo. La alternativa era la psicosis. Por fin, merced a la decisión judicial, las dos niñas fueron institucionalizadas “transitoriamente”. Los vecinos y la buena gente quedaron satisfechos porque la familia que Mariela podía ofrecerles “era anormal”. Diez años después, la ley interviene y apunta a otro nivel de análisis: legislar acerca de la identidad de género, que incluye las políticas de la diversidad, incluyendo a quienes siempre han formado parte del mundo, silenciados, perseguidos o convertidos en seres míticos (el Andrógino Primordial, o Tiresias, que habría sido hombre y mujer sucesivamente). Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-193498-2012-05-08.html Durante siglos, nos dice Eva Giberti, la discriminación de género posicionó a transgéneros, travestis y homosexuales en la marginación. La crueldad de la discriminación empezaba por la propia casa, cuando la criatura mostraba características que no respondían al género varón o mujer según su anatomía. Cuando se mostraban “de otro modo” y sorprendían a sus padres comportándose de manera inesperada: las niñas jugaban como varones y viceversa. Si los pediatras y los psicólogos no estaban informados (y no lo estaban), la convivencia familiar estallaba en desesperados esfuerzos por cambiar a ese hijo o a esa hija que “no era como todo el mundo”. En realidad, no existe una persona “como todo el mundo” (Giberti, 2012). La realidad está cambiando poco a poco, lucha a lucha, y muchas de estas luchas por el reconocimiento de la diversidad se han visibilizado, ingresado en la agenda gubernamental, debatido y plasmado en leyes. Hemos hablado ya de la Ley de Identidad de Género, ahora, nos detendremos en la Ley de Matrimonio Igualitario (Ley Nacional N° 26.618).

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Luego de una sesión de 14 horas, el 15 de julio de 2010, los legisladores nacionales protagonizaron una reñida votación que concluyó con la aprobación del proyecto de matrimonio igualitario, que modifica el Código Civil y posibilita el acceso al matrimonio a todas las parejas, incluidas las conformadas por personas del mismo sexo. Este proyecto, que ya había recibido el visto bueno de la Cámara de Diputados en mayo de ese mismo año, fue sancionado por 33 votos a favor y 27 en contra, más tres abstenciones. Antes de la sesión el Ejecutivo ya había asegurado que “de ninguna manera” la presidenta Cristina Fernández de Kirchner vetaría la ley, sino que la promulgaría por considerarla un avance para convertir a Argentina "en un país de vanguardia". Con este respaldo del Ejecutivo, los diputados aprobaron finalmente la nueva norma. El camino hacia esa votación ha sido largo, comenzó en diciembre de 2005, cuando la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans presentó la primer iniciativa parlamentaria sobre el tema. Iniciativa que fue nuevamente presentada en 2007, 2009 y 2010. Su promulgación marcó un hecho histórico para América Latina, pues en la región los casamientos entre parejas del mismo sexo hasta ese momento sólo eran legales en México D.F. Argentina fue así, el primer país latinoamericano en reconocer a las poblaciones de la diversidad sexual como sujetos de derechos y corregir la aplicación desigual de la Ley de Matrimonio Civil. Ahora bien, nos detendremos a analizar brevemente cómo jugaron los estereotipos en el debate en torno a este proyecto, presentando algunas intervenciones de los/las senadores/as de aquel entonces, en el recinto11: "No me preocupa que las personas homosexuales se casen, me preocupa el efecto que ello pueda tener sobre terceros, en los niños, en la educación. Porque a partir de ahora la sexualidad pasa a ser algo que se construye" (palabras de la senadora del Partido

11

Extractos de la nota de Valeria Perasso “Argentina aprueba el matrimonio gay”. Publicada en BBC Mundo, el 15 de julio de 2010. En digital:

http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2010/07/100715_senado_argentina_matrimonio_homosexu al_jueves_rg.shtml Para profundizar en este debate se recomienda leer el trabajo de la Fundación Argentina LGBT (2010) “Matrimonio para todas y todos Ley de igualdad. Aportes para el debate”. En digital: http://www.lgbt.org.ar/archivos/Libro_Senadores2.pdf

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Justicialista de la provincia de San Luis, Liliana Negre de Alonso, una de las principales opositoras al proyecto). “He escuchado a aquellos que dicen ‘unión civil sí, matrimonio no’. Pero eso es sólo dar un poco y no sirve para igualar. No hay que hacer tanta polémica, no estamos quitándole derechos a nadie sino dándoselos a los que no los tienen” (Lucía Corpacci, senadora por Catamarca - Frente para la Victoria, representante del oficialismo). "El Código Civil argentino regula el matrimonio como base de filiación: la maternidad la determina el parto y la paternidad la da el matrimonio. La propuesta de ley tiene incongruencias y genera un caos filiatorio" (Sonia Escudero, senadora por Salta - Partido Justicialista). Uno de los temas que generaron mayores posiciones antagónicas fue: el derecho a la adopción. "Se ha puesto a los niños en medio del debate para generar pánico moral, como si los homosexuales fueran perversos y abusadores" (Elena Corregido, Senadora Nacional por la Provincia de Chaco). En cambio, los representantes más conservadores defendieron la constitución de un entorno “natural” de madre y padre para garantizar la sana educación de un menor. “Creo en la existencia de un orden natural, palpado cuando viví en el campo, que me hizo ver las cosas que Dios quiere. Ese orden natural me indica que existen diferencias entre un macho y una hembra” (senadora por Corrientes, Josefina Meabe, una de las que rechazó la propuesta). Más allá de estas posiciones, algunas de las cuales fuertemente discriminatorias y estereotipantes, la ley consiguió ser aprobada y se constituyó, como un antecedente para la sanción de otras leyes como la Ley 26.743, de Identidad de Género, el Decreto 1006/2012, de Reconocimiento Igualitario y la Ley 26.862, de Fertilización Asistida. Actualmente, más de 7 mil parejas contrajeron matrimonio en todo el país 12. Asimismo, se reconoció la legalidad de los vínculos familiares de centenares de niños y niñas en todo el

12

En este punto, hemos seguido la publicación del Ministerio de Desarrollo Social – Presidencia de la Nación (2014) “Especial 15 de julio: 4to aniversario de la Ley de Matrimonio Igualitario”. Publicado el 15 de julio de 2014 en

http://www.desarrollosocial.gob.ar/Noticia.aspx?Id=2291

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territorio nacional. Las parejas del mismo sexo que formalizan su vínculo cuentan con los mismos derechos que el resto de las uniones, accediendo a previsiones sociales, tomando decisiones de salud en forma conjunta, decidiendo sobre la guarda de sus cuerpos, contando con derechos de herencia, de adopción, e inscripción conjunta de los niños y niñas nacidos en el marco del matrimonio igualitario. A su vez, los hijos e hijas de matrimonios entre personas del mismo sexo tienen los mismos derechos que otros niños y niñas, siendo legalmente inscriptos como hijos e hijas de la pareja y reconociendo su identidad familiar. Por otra parte, se crearon más de una veintena de áreas, programas e iniciativas de Diversidad Sexual en la mayoría de los ministerios nacionales; en ministerios provinciales y municipalidades de todo el país13. Finalmente, decir que la multiplicidad de configuraciones y situaciones familiares existentes hoy en día, ponen en cuestión la relación entre formación de pareja y parentalidad: maternidades lésbicas, paternidades gay, el deseo de tener un hijo sin partenaire (Mujeres buscando tener hijos solas, Varones buscando tener hijos solos). Lo cual, hace cada vez más visible la necesidad de buscar respuestas jurídicas a la infinidad de situaciones que surgen en las relaciones de familias, que se apartan cada vez más de las denominadas familias tipo.

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El 28 de abril de 2015, se creó la Defensoría LGBT Sede Rosario. El convenio fue suscripto por la Defensora de Niñas, Niños y Adolescentes, Analía Colombo, el Defensor del Pueblo a cargo Zona Norte, Luciano Leiva, y Esteban Paulón, Presidente de la FALGBT. La Defensoría LGBT, entre otras acciones a brindará herramientas para la defensa y protección de los derechos humanos y demás derechos que asisten a lesbianas, gays, bisexuales y trans de la provincia, intercambio de información, documentación técnica y bibliográfica de mutuo interés, diseño de proyectos, implementación de estrategias y organización de campañas de promoción sobre los mecanismos nacionales y provinciales de protección de los derechos e intereses comunes a las partes. También, estará abocada a la promoción de la legislación y las prácticas nacionales y provinciales, en armonía con los instrumentos internacionales de derechos humanos, para lograr su efectiva aplicación. Ver noticia: http://www.rosario3.com/noticias/Crean-la-Defensoria-LGBT-por-los-derechos-de-ladiversidad-sexual-20150428-0002.html

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Mamá, mamá, y papá. Hace pocos días, Antonio se convirtió en el primer niño en Argentina y en Latinoamérica en tener el reconocimiento de "triple filiación" en su partida de nacimiento. "Es una familia diferente a las familias tipo, pero este fue nuestro sueño", resumió Hernán, el padre biológico del pequeño, quien recibió el documento con las madres. Susana y Valeria hace 11 años que viven juntas, se casaron por matrimonio igualitario hace dos y tienen una relación de amistad con Hernán desde 1996. La legislación civil en la República Argentina no limita la cantidad de integrantes de un vínculo filial y si bien queda por sentado su conformación por sólo dos personas, no existe expresa prohibición de triple filiación. Por eso, el Registro Provincial de las Personas de la provincia de Buenos Aires otorgó la nueva partida de nacimiento a Antonio. Al nacer, el niño fue inscripto con los dos apellidos de sus madres, pero Antonio tiene derecho a que su realidad familiar sea respetada y a ser reconocido como hijo de sus dos mamás y de su papá, sin que ninguno de ellos tenga que resignar sus derechos y obligaciones. Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-271210-2015-04-23.html

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3. El debate en torno a las nuevas masculinidades El avance de los estudios de género, dio lugar al surgimiento de cuestionamientos en torno a los varones que hace apenas dos décadas no se habían contemplado: la paternidad, su vida emocional como varones, sus relaciones afectivas, su participación en la esfera doméstica y los significados de su vida sexual se volvieron motivo de reflexión en diferentes ámbitos. La masculinidad significa cosas diferentes en diferentes varones, a diferentes edades, en diferentes épocas y en diferentes sociedades. Por eso, no todos los hombres son iguales, ni están determinados por el sexo biológico a ser de una manera, ni son menos hombres si evitan los estereotipos tradicionales de la virilidad y las conductas asociadas a la dominación masculina. Un mundo desigual no sólo afecta a mujeres, sino también, a los hombres en sus oportunidades de vidas más dignas y plenas. De allí, que sea necesario pensar nuevas tramas sociales, con masculinidades diversas y plurales. Como ya se ha mencionado en las páginas anteriores, la sociedad construye identidades a partir de una serie de expectativas sobre las “conductas apropiadas” de los hombres y las mujeres, en relación con lo que tradicionalmente se entiende por “masculino” y "femenino", que a su vez suele estar basado en generalizaciones y/o prejuicios, es decir, estereotipos de género. Tomado esto como referencia, podemos definir a las masculinidades como los mandatos, roles, tareas y comportamientos que la sociedad relaciona, en un momento histórico determinado, con las diferentes formas de ser hombre, y que son enseñadas a los mismos a través de los distintos espacios de socialización (Huberman y otro, 2012). En realidad, al hablar de múltiples masculinidades no se desconoce las pugnas de poder entre las mismas. Siguiendo a Hugo Huberman y Lucila Tufró (2012), la masculinidad hegemónica es aquella práctica asumida por los hombres que legitima el patriarcado, la que garantiza la posición dominante de los hombres y la sumisión de las mujeres , no es de carácter fijo, no es la misma siempre y en todas partes, implica una masculinidad siempre disputable. Si miramos a nuestro alrededor con atención, vemos que lo que propone la masculinidad patriarcal es cuestionado día a día. Cada vez más hombres plantean que no se sienten cómodos en el papel de “machos” y no están dispuestos a asumir lo que les exigen los

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mandatos patriarcales, plantean que quieren poder expresar sus emociones, sus deseos y sus problemas, sin que esto implique ser “menos hombres”. Sienten un inmenso peso cuando tienen la obligación de estar siempre dispuestos, activos y exitosos sexual y económicamente. Cada vez son más los jóvenes que cuestionan el “modelo de hombre” de sus padres y quieren establecer relaciones de pareja basadas en la confianza y el respeto, sin tener que correr riesgos innecesarios para demostrar su “hombría”. Son jóvenes que quieren desarrollar sus vocaciones con libertad, aunque éstas no sean las esperadas ni las que le garantizarán su rol de proveedor en el futuro. Asimismo, existen muchas situaciones en que los hombres sienten el peso de la discriminación de la masculinidad hegemónica: cuando tienen una orientación sexual que no es la heterosexual, cuando integran grupos sociales y económicos considerados bajos o marginales, cuando pertenecen a una etnia o raza diferente de la blanca occidental. Ellos también están dispuestos y quieren vivir otros tipos de masculinidades, que los incluyan y los respeten (Huberman y otro, 2012). Por supuesto, también sigue habiendo hombres y mujeres a los que les cuesta cambiar y por eso, se aferran a los modelos tradicionales. Siguen existiendo hombres que consideran a las mujeres objetos de su propiedad y que se sienten con el derecho a castigarlas cuando no cumplen con sus expectativas. Y también, hay mujeres que aceptan esta situación porque han sido criadas para obedecer, “aguantar” y “entender” a los hombres. Hoy en día, en la mayoría de las familias, es necesario que hombres y mujeres salgan a trabajar para conseguir el sustento, dejando de ser los varones los únicos proveedores. Esto, genera un desafío: buscar un equilibrio para redistribuir los roles y evitar que las tareas domésticas y de cuidado sigan siendo exclusiva responsabilidad de las mujeres. Como señala la socióloga Eleonor Faur (2004 en Huberman y otro, 2012), es en el terreno privado donde los hombres podrían mostrar mayores niveles de desorientación, desconcierto y resistencia frente a la velocidad de los cambios que atraviesan las relaciones de género. Concluiremos diciendo que este proceso de cambio, debe acompañarse de un compromiso con la promoción de nuevos valores en las instituciones públicas y privadas,

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los medios de comunicación, las organizaciones sociales y, fundamentalmente, la educación.

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4. Reflexiones finales: debates que no se cierran… A lo largo de estas páginas, hemos trabajado diversas nociones y categorías de análisis. Nos hemos inmiscuido en diferentes debates en torno a lo “masculino” y “lo femenino”. Hemos entendido al género como una construcción social (de cada sociedad y momento histórico) que se diferencia del sexo otorgado biológicamente. Hemos dejado en claro que cuando hablamos de género no nos referimos sólo a las mujeres, sino también, a los varones y a todo un colectivo diverso de elecciones. Hemos discutido los roles “asignados” socialmente a las mujeres y a los varones y cómo ellos, limitan el desarrolla de una vida plena. Hemos presentado cómo esos roles tienden a naturalizarse en cada sociedad con sus particularidades y, a generalizarse en estereotipos de género. Abordamos también, los avances en materia legislativa en pos de la igualdad de derechos y las luchas en torno a al reconocimiento de la diversidad. Concluiremos, planteando algunos puntos claves que seguiremos trabajando a lo largo de los próximos encuentros, y sobre los cuales, aún queda mucho por reflexionar: a) En torno a los cambios producidos en los roles, ideales y configuraciones “que se esperan” de las feminidades y masculinidades. Los cambios y quiebres en estas expectativas de género. b) Las transformaciones en las relaciones de poder entre los géneros en la vida cotidiana. c) La visibilización de las luchas en torno al reconocimiento de la diversidad sexual, que incluye las prácticas de sexualidad por fuera de lo heteronormativo y de la bipartición identitaria en géneros. Todo lo presentado hasta aquí, fue elaborado con el objetivo de servir de “disparador” para abrir debates, en pos de sembrar incertidumbre sobre algunas nociones “naturalizadas” por mujeres y varones en nuestra sociedad que tienden a reproducir desigualdades de género. Queremos de este modo, replantear, cuestionar, dudar de lo creemos dado y empezar a construir una realidad que nos involucre a todos y todas en igualdad… con esta intención, nos despedimos hasta el próximo encuentro!

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Consejo Nacional de las Mujeres (2011) “Colección GenerAR Formación”. Publicación elaborada por el Consejo Nacional de las Mujeres en el marco del Proyecto PNUD/ARG/09/016: Acciones de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres (Ley Nº 26.485). Artess S.R.L. Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de la Nación. Programa Nacional de Desarrollo Infantil (2011) Documento de Asistencia Técnica Primeros Años. La perspectiva

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Lagarde, M. (1996) “El género”, fragmento literal: ‘La perspectiva de género’, en Género y feminismo. Desarrollo humano y democracia, Ed. horas y HORAS, España. Lagarde, M. (s/f) “Identidad de género y derechos humanos la construcción de las humanas”

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Sitios web: Blog de Nuria Varela. Link: http://nuriavarela.com/tag/patriarcado/ Marco normativo consultado: Ley Nacional N° 26.618. LEY DE MATRIMONIO IGUALITARIO. Ley Nacional N° 26.743. LEY de IDENTIDAD DE GÉNERO. PRINCIPIOS DE YOGYAKARTA. Principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación sexual y la identidad de género. Marzo de 2007. En digital: http://www.oas.org/dil/esp/orientacion_sexual_Principios_de_Yogyakarta_2006.pdf

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MOMENTO DEL TALLER: Llegó el momento del trabajo en grupo… A continuación, proponemos una serie de ejercicios para seguir reflexionando sobre lo hasta aquí trabajado. Actividad: Los varones deben (...)? las mujeres deben (...)? Objetivo: -

Ayudar en la comprensión de las diferencias entre sexo y género.

-

Discutir sobre estereotipos y expectativas de género.

-

Reconocer roles asignados y cómo se naturalizan, limitando el desarrollo pleno de varones y mujeres en igualdad.

-

Reflexionar en torno al concepto de diversidad sexual.

Tiempo estimado: 1hora y 30 minutos. Cantidad de participantes por grupo: 10 a 15 personas en grupo mixto. Materiales: papeles afiche, marcadores, tarjetas, cinta adhesiva, pegamento. Metodología: 1. Proponer a los/las participantes que formen subgrupos de cinco (5) personas cada uno y entregarles seis (6) tarjetas. En cada una de ellas, deberán escribir una actividad, cualidad, característica o comportamiento, roles tradicionalmente atribuidos a los varones y a las mujeres. Utilizar como disparadores los siguientes materiales:

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Disparador 1: Canción.

Reflexiones en torno a la Canción de Gabo Ferro: Costurera y carpintero Cuando crezca seré un prodigioso carpintero un hombre poderoso de mirada serena con cuerpo de niña curiosa y atenta Colmare mi antojo y construiré para mí mismo mis propias muñecas solo con mis dedos lijare su piel para que guardemos la resina fresca Me enamorare de una buena costurera una mujer diestra, una buena mujer con cuerpo de niño y manos bien dispuestas Yo la amare y la protegeré De todo el terror de la naturaleza ella me amara y coserá para mi los mejores vestidos para mis muñecas Ella será sabia y sabrá sonreír cuando le griten niño costurera dirá que nada importa si estamos enteros niño costurera y niña carpintero Gabo Ferro

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Disparador 2: Fragmento de texto. UN MUNDO AL REVÉS Vengo por lo del anuncio, señora. Bien-dice la jefe de personal-. Siéntese. ¿Cómo se llama usted? Bernardo... ¿Señor o señorito? Señor. Déme su nombre completo. Bernardo Delgado, señor de Pérez. Debo decirle, señor de Pérez que, actualmente, a nuestra dirección no le gusta emplear varones casados. En el departamento de la señora Moreno, para el cual nosotros contratamos al personal, hay varias personas de baja por paternidad. Es legítimo que las parejas jóvenes deseen tener niños. Nuestra empresa, que fabrica ropa de bebé, les anima a tener hijos, pero el absentismo de los futuros padres y de los padres jóvenes constituye un duro handicap para la marcha de un negocio. Lo comprendo, señora, pero ya tenemos dos niños y no quiero más. Además, el señor de Pérez se ruboriza y habla en voz baja-, tomo la píldora. Bien, en ese caso sigamos. ¿Qué estudios tiene usted? Tengo el certificado escolar y el primer grado de formación profesional de administrativo. Me habría gustado terminar el bachillerato, pero en mi familia éramos cuatro y mis padres dieron prioridad a las chicas, lo que es muy normal. Tengo una hermana coronela y otra mecánica. ¿En qué ha trabajado usted últimamente? Básicamente he hecho sustituciones, ya que me permitía ocuparme de los niños mientras eran pequeños. ¿Qué profesión desempeña su esposa? Es jefa de obras de una empresa de construcciones metálicas. Pero está estudiando ingeniería, ya que en un futuro tendrá que sustituir a su madre, que es la que creó el negocio. Volviendo a usted. ¿Cuáles son sus pretensiones? Pues... Evidentemente con un puesto de trabajo como el de su esposa y con sus perspectivas de futuro, usted deseará un sueldo de complemento. Unos pesos para gastos personales, como todo varón desea tener, para sus caprichos, sus trajes. Le ofrecemos 1.200 pesos para empezar, una paga extra y un premio por presentismo. Fíjese en este punto, señor

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de Pérez, el presentismo es absolutamente indispensable en todos los puestos. Ha sido necesario que nuestra directora crease este premio, para animar al personal a no faltar por tonterías. Hemos conseguido disminuir el ausentismo masculino a la mitad; sin embargo, hay señores que faltan con el pretexto de que el niño tose o que hay una huelga en la escuela. ¿Cuántos años tienen sus hijos? La niña seis y el niño cuatro. Los dos van a clase y los recojo por la tarde cuando salgo del trabajo, antes de hacer la compra. Y si se ponen enfermos, ¿tiene usted algo previsto? Su abuelo puede cuidarlos. Vive cerca. Muy bien, gracias, señor de Pérez. Ya le comunicaremos nuestra respuesta dentro de unos días. El señor de Pérez, salió de la oficina lleno de esperanza. La jefa de personal se fijó en él al marcharse. Tenía las piernas cortas, la espalda un poco encorvada y apenas tenía cabello. "La señora Moreno detesta los calvos", recordó la responsable de la contratación. Y, además, le había dicho: "Más bien uno alto, rubio, con buena presencia y soltero". Y la señora Moreno será la directora del grupo el año próximo. Bernardo Delgado, señor de Pérez, recibió tres días más tarde una carta que empezaba diciendo: "Lamentamos...". Fuente: Extracto del texto Memoria del Fuego/ Las caras y las máscaras de Eduardo Galeano. Disparador 3: Fragmento de texto Fragmento de “La mujer transgresora” de Liliana Mizrahi - Barcelona, Emecé Editores, 1992. La libertad no consiste en extirparse la propia historia. La libertad consiste en trabajar sobre una misma, para re-definir esa historia y redefinirnos constantemente. “Uno es lo que hace con lo que uno es” (Jean Paul Sartre) -¿De qué se trata este concepto?Se trata de la creación de sí misma como estilo de vida. Asumir el riesgo y la responsabilidad de jugar alternativas. Acceder a cambios. Sostener el propio proceso de transformación. Crear un devenir diferente en la propia temporalidad. Advertir que el espacio puede adquirir dimensiones distintas, que serán las que alcancen nuestra capacidad de arriesgarnos a ser libres.

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Se trata de las alternativas que cada mujer o varón ayude a concertar en su propia vida y la responsabilidad con que las asuma. La propuesta es ser militantes de una vida creativa, como tarea, como proceso, como proyecto y como alternativas cotidianas. Somos tarea. Somos proyecto. Somos proceso. La mujer o el varón, que convierten su propia vida en un proceso de creación de sí mism@s, trascienden su soledad existencial. Van forjando sus propias armas de lucha. Recrea en acciones de amor sus vínculos más deslumbrantes. Rompe con las membranas que otros y ellos mismos tejieron para aislarlos, y sentados frente a sí mismos, se miran y se interrogan. Aquella mujer o varón, que se pierde y se reconquista. Los que van comprendiendo que “sé es tiempo”. Somos tiempo. Somos cambio. Somos una transformación constante. La propuesta es: Un modo de ser en el mundo. Convertirse en los propios artífices de la vida, a través de la búsqueda. Esa búsqueda casi constante, por momentos rigurosa, cansadora, asombrosa, interminable, impregna de significados multiplicadores cada gesto de la vida. Se trata de la creación de uno mismo. Se trata de ir haciéndose constantemente. Sólo así, puedo pensar a la mujer y al varón de hoy, como seres lanzados a la aventura de ser. La aventura de construirse, crearse, transformarse. El ser proyecto. Aquel que deja de estar atrapado y a merced de las circunstancias, para pasar a la escena de pensar críticamente, en aquello en lo que se está atrapado y a merced. El ser crítico. Es el ser del desarrollo reflexivo. El ser de la conciencia crítica sobre nosotros mismos, de donde surge la fuerza transgresora capaz de transformar nuestra propia historia. No es una tarea fácil ni sencilla, no es corta, no termina, es para siempre, y además es intransferible e irreversible. Es la Tarea (con mayúscula), de conocerse, transformarse y evolucionar como seres contemporáneos (…).

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2. Reunir al grupo en plenario. Sobre un papel afiche trazar dos columnas y escribir, en la parte superior, “varón” en una, y “mujer” en la otra. Pedir que los subgrupos peguen sus tarjetas en la columna correspondiente. Discutir acerca de la noción de género como construcción social y su diferenciación con la noción de sexo. Introducir la noción de sexualidades y diversidad sexual. 3. Una vez planteado el debate en el grupo, dibujar en otro papel afiche dos cajas una de cada lado, es decir, una para las mujeres y otra para los hombres. Explicar que las cajas representan los “espacios socialmente aceptados o naturalizados” que los hombres y las mujeres tradicionalmente van asumiendo y aprendiendo a través de las diversas formas de socialización. Y que dentro de esas cajas, se encuentran todas las definiciones de “varón y mujer” que se han planteado anteriormente en las columnas. -

Reflexionar sobre “las mujeres que salen de la caja”, proponiéndole al grupo responder las siguientes preguntas:

¿Cuántas mujeres conocen que han “salido de sus cajas” (de lo establecido socialmente), es decir, mujeres que no encajan con los atributos de la lista de mujeres? ¿Qué llevó a esas mujeres a cambiar? ¿Cómo se beneficiaron esas mujeres? ¿Cuáles fueron los obstáculos que encontraron para hacerlo? ¿Cómo son vistas las mujeres jóvenes que no se adaptan a la caja de mujeres? ¿Existen hoy presiones para que las mujeres vivan de acuerdo con el contenido de su caja? -

Reflexionar sobre “los hombres que salen de la caja” proponiéndole al grupo responderlas siguientes preguntas:

¿De qué manera se les llama la atención a los hombres que no se adaptan a su caja? ¿Existen hoy presiones para que los hombres vivan de acuerdo con los contenidos de su caja? ¿Qué pasa con aquellos varones que no están de acuerdo con reproducir el contenido de la caja “que han heredado”)? Pensemos aquí, lo trabajado acerca de las nuevas masculinidades. 4. Reflexionar en torno a cómo es posible para varones y mujeres vivir libres de las imposiciones de las cajas. 5. Presentar esas reflexiones al resto de los grupos que participan del taller.

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