Revista Redes: Neurociencias y docencia universitaria

Page 1

Redes Año 1, Vol. 1, No. 1

Revista sobre Neurociencias, Aprendizaje y Enseñanza

Marzo 2009

Editor: Edgar Salgado García Vicerrectorado de Investigación y Desarrollo

Bienvenidos Algunas ideas centrales: • Es preciso conocer cómo aprenden las personas para mejorar nuestra labor como docentes. • Las Neurociencias estudian la estructura del sistema nervioso, su fisiología y su relación con el comportamiento. • El sistema nervioso central (SNC) está compuesto por el cerebro y la médula espinal.

En este número: ¿Qué son las neurociencias?

1

La organización del cerebro según Alexander R. Luria

3

¿Cómo funcionan las neuronas?

5

Las redes neurales

6

Neurociencias, aprendizaje y enseñanza

7

Bibliografía y enlaces para profundizar en los temas

8

La revista “Redes” pretende ser un espacio de divulgación sobre conceptos, teorías, aplicaciones y avances en las Neurociencias y su relación con los procesos de enseñanza y aprendizaje en el contexto universitario. Ha surgido como una iniciativa del curso “Perspectivas Contemporáneas” (GRL53), del programa de Estudios de Posgrado en Docencia Universitaria, impartido por la profesora Silvia Castro Montero, Rectora de ULACIT. Inicialmente, pensamos que era necesario contar con un boletín informativo en torno a la docencia, que planteara temas novedosos y motivara a los profesores de la Universidad a conocer más sobre los principios científicos que sustentan las más modernas concepciones sobre el aprendizaje, de manera que pudiesen retomar prácticas específicas para implementar en sus cursos. Nuestra posición es que la enseñanza, además de un arte, es una ciencia; se fundamenta en observaciones y aplicaciones validadas empíricamente, las cuales han demostrado su viabilidad y su relevancia para lograr un mejor aprendizaje por parte de los estudiantes. Además, siendo las Neurociencias un conjunto de disciplinas, como la Neurología, la Psicología, la Antropología, la Computación y la Biología, que han venido logrando grandes avances en los últimos años, consideramos que era pertinente utilizarlas como asidero para mejorar la docencia en la Universidad. Cuando planificamos y desarrollamos estrategias de aprendizaje en el aula, es importante que tomemos en cuenta la forma como aprenden nuestros estudiantes. Aunque en el terreno de las Ciencias Neurales todavía existen múltiples interrogantes, debemos reconocer que sabemos muchísimo más que hace algunas décadas, y que las Neurociencias, ciertamente, pueden aportar valiosos elementos para comprender los procesos de aprendizaje, y orientar así nuestras acciones como docentes. Les damos la más cordial bienvenida, esperando que este esfuerzo sea productivo y bien recibido por la comunidad universitaria. Cordialmente, Edgar Salgado García Editor.

¿Qué son las Neurociencias? Las Neurociencias comprenden varias disciplinas que estudian la estructura y la función del sistema nervioso. Dentro de tales disciplinas, tenemos la Neurología, la Neuroanatomía, la Biología, la Psicología Experimental, la Fisiología y la Farmacología. Además, otras disciplinas como la Antropología, la Psicología Cognoscitiva (el estudio de cómo percibimos y procesamos información) o las Ciencias de la Computación y la Informática, guardan una estrecha relación con las Neurociencias. Cada una de ellas estudia aspectos relacionados con la estructura (Anatomía), el funcionamiento (Fisiología), la evolución y la genética (Biología) o las sustancias químicas que actúan en el sistema nervioso (Farmacología). Otras someten a prueba modelos experimentales o “artificiales”, como la Computación o la Psicología Cognoscitiva. Continúa en la página siguiente —>


Revista Redes, Volumen 1, nº 1

Página 2

¿Qué son las neurociencias? (Viene de la página 1) Hablamos de Neurociencias del Comportamiento, así como de Neurociencias Cognoscitivas, para referirnos al estudio del sistema nervioso y su relación con la conducta humana y los procesos de percepción, codificación, almacenamiento y procesamiento de la información. Es decir, algunas ramas más especializadas de las Neurociencias no se limitan solamente al estudio de las estructuras, sino que realizan investigaciones para entender cómo esas estructuras actúan, individualmente o en conjunto con otras áreas del cerebro y del sistema nervioso en general, para dar lugar a la compleja conducta del ser humano. La Psiquiatría y la Psicología Clínica se nutren de ellas y a la vez contribuyen a las Neurociencias, ya que dentro del estudio del comporta-

miento humano se abordan también diversos trastornos que tienen relación con el sistema nervioso y su bioquímica. Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión o la enfermedad maniaco-depresiva; las adicciones; así como la ansiedad y hasta la esquizofrenia, tienen una base biológica importante. Ahora bien, esto no quiere decir que las Neurociencias sean la única fuente para comprender la conducta humana. La influencia del entorno social, histórico y cultural es fundamental, e interactúa constantemente con nuestras estructuras neurales. Por ello, las Ciencias Sociales, como la Psicología, la Sociología, la Antropología y la Lingüística, son necesarias también para construir una visión integral del comportamiento.

Las Neurociencias no son la única fuente para comprender la conducta humana. El entorno social, histórico y cultural interactúa constantemente con nuestras estructuras neurales.

> Pioneros del desarrollo de las Neurociencias El médico español Santiago Ramón y Cajal fue uno de los grandes pioneros del estudio del sistema nervioso. Sus investigaciones, que culminaron con su “Doctrina de la Neurona”, fueron la base para otorgarle el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1906. Destacamos aquí a Ramón y Cajal porque fue él quien planteó que el sistema nervioso no es un “tejido” de células conectadas, sino que entre ellas existen espacios. Hoy día sabemos que en estos espacios, denominados “sinapsis”, es donde actúan los neurotransmisores, sustancias químicas que permiten la comunicación entre las neuronas. Además, Ramón y Cajal estudió el papel de las estructuras más importantes de las células nerviosas, las cuales llevan a cabo los procesos de captación y transmisión de los impulsos nerviosos: las dendritas y los axones.

Santiago Ramón y Cajal (1852— (1852—1934)

Estas observaciones tan minuciosas, realizadas por medio del microscopio, requirieron la aplicación de técnicas especiales para teñir las células y así poder apreciar con detalle su estructura. Para ello, Ramón y Cajal utilizó una tinción a base de una solución de plata, que fue desarrollada inicialmente por el científico italiano Camillo Golgi. Los aportes de Ramón y Cajal son fundamentales para que hoy en día podamos hablar de “redes neurales” y de “plasticidad cerebral”.

Algunos conceptos básicos Sistema Nervioso Central (SNC): Consta del cerebro o encéfalo, y de la médula espinal. Sistema Nervioso Periférico (SNP): Son los nervios que salen del SNC y se proyectan a todas las partes del cuerpo. El SNP tiene dos ramas: El Sistema Nervioso Somático y el Sistema Nervioso Autónomo. Sistema Nervioso Somático: Es el sistema de nervios eferentes (motores) y aferentes (sensitivos) que inervan la diferentes regiones del cuerpo.

Sistema Nervioso Autónomo: Es el sistema que regula funciones involuntarias, como la temperatura, la dilatación de la pupila, el ritmo cardiaco y otras. A su vez se divide en “simpático” y “parasimpático”. Potencial de acción: Es el paso de partículas con carga eléctrica a lo largo del axón, para llevar el impulso hacia otras neuronas. Mielina: Es una sustancia aislante que recubre los axones, la cual permite que la conducción eléctrica sea más rápida.

> En futuros números de la Revista Redes, continuaremos publicando las secciones “Pioneros del desarrollo de las Neurociencias” y “Algunos conceptos básicos”, con nueva información para estimular el conocimiento de esta fascinante disciplina.


Revista Redes, Volumen 1, nº 1

Página 3

La organización del cerebro según Alexander R. Luria Para tener una visión integral de cómo el cerebro humano coordina sus diversas funciones, es muy útil el modelo conceptual desarrollado por el psicólogo y neurofisiólogo ruso Alexander Romanovich Luria. Luria nació en Kazan, Rusia, en 1902; se graduó en la universidad de su ciudad natal, y posteriormente del Instituto Médico de Moscú. Uno de los maestros de Luria fue Lev Vigotsky, pionero de las teorías contemporáneas del constructivismo. Luria estudió pacientes que habían sufrido lesiones cerebrales a causa de accidentes o enfrentamientos bélicos. Se considera a Luria como uno de los padres de la Neuropsicología, ya que no se limitó solamente a estudiar la anatomía del sistema nervioso,

sino a relacionar las estructuras cerebrales con las funciones psíquicas. A partir de esto, Luria fue capaz de elaborar una teoría completa sobre el funcionamiento del cerebro, que aún hoy se mantiene como uno de los modelos más importantes de la neuropsicología. En Costa Rica, el Dr. Humberto Salas González, médico neurólogo especializado en la Universidad de París, fue un ferviente propulsor de las teorías de Luria entre sus estudiantes universitarios de psicología y medicina. Luria describió el funcionamiento del cerebro como el resultado de la acción conjunta de tres grandes unidades, las cuales veremos en los siguientes apartados.

Primera unidad: Regula la vigilia y el tono cortical La primera unidad comprende el llamado “tallo cerebral”, específicamente el sistema reticular (véase el área sombreada en la figura a mano derecha). El sistema reticular es una estructura vertical, que comprende desde la médula cervical, pasando por el tronco cerebral, hasta llegar a la corteza. Esta unidad se encarga de mantener el estado óptimo de la actividad cerebral, y tiene una parte excitadora y otra inhibidora. El sistema reticular tiene tres fuentes de activación: a) El metabolismo interno, como la respiración, la circulación y la acción hormonal; b) Los estímulos externos, que activan o inhiben el

cerebro (reflejos); y c) Los planes e intenciones sociales del individuo, en los cuales el lenguaje juega un papel fundamental. Esta última fuente de activación es única del ser humano. La primera unidad sirve para mantener la alerta y las funciones básicas en orden. Cuando hay lesiones en esta área, la persona pierde la consciencia.

Segunda unidad: Recibe, almacena y analiza la información La segunda unidad abarca las regiones occipital, que controla la visión; parietal, que controla la percepción de todas las partes del cuerpo; y temporal, que controla la audición. Esta unidad o “bloque” es muy grande, y se ubica en la parte posterior del cerebro, detrás del surco central (véase el área sombreada en la figura a mano derecha). La corteza cerebral de la segunda unidad se rige por las “Tres Leyes de Luria”, que veremos en la siguiente página. Esta unidad es esencial para la percepción de la información de los sentidos, y no sólo para recibirla, sino para rela-

cionarla con la información proveniente de los distintos sentidos. Como veremos más adelante, las áreas primarias de la segunda unidad son muy específicas, ya que traen la información de cada sentido, pero en las áreas secundarias y terciarias, tiene lugar la asociación e integración de la información, que da lugar a unidades de información más abstractas y complejas.

Alexander R. Luria (1902-1977)

Luria fue profesor de Psicología en la Universidad Estatal de Moscú.


Revista Redes, Volumen 1, nº 1

Página 4

Tercera unidad: Planifica y verifica la actividad mental La tercera unidad se sitúa en la parte frontal del cerebro, en la región anterior al surco central (véase el área sombreada en la figura a mano derecha). Esta unidad se relaciona con las formas superiores de la actividad mental, como los planes e intenciones de la persona, así como la consciencia. Sobra decir que esta unidad es una característica única y distintiva de los seres humanos. A diferencia de la segunda unidad, en la cual se recibe la información de los sentidos en las áreas primarias, para pasar luego a las secundarias y terciarias, en la tercera unidad la información surge de las áreas terciarias y pasa a las secundarias y primarias, que son las que conducen la información hacia las partes del cuerpo que ejecutan las acciones del individuo.

Así, la región pre-frontal, ubicada en el extremo izquierdo de la figura, corresponde a las áreas terciarias, en donde se originan los actos voluntarios (planes). Las áreas secundarias corresponden a la región pre-motora, y las primarias a la región motora, que es la que transmite los impulsos hacia las vías motoras que bajan por la médula espinal. Además, la tercera unidad evalúa y verifica toda la actividad mental (ejecuta la función que llamamos “consciencia”), y está en constante relación con toda la corteza cerebral.

Las tres leyes de Luria 1. Estructura jerárquica de las zonas corti-

cales. Esta ley establece que las zonas de la segunda unidad se organizan de acuerdo con una jerarquía. Ciertos procesos tienen preponderancia sobre otros. Por ejemplo, para que haya habla, debe haber primero audición. 2. Ley de la especificidad decreciente Las zonas de la corteza cerebral pueden ser primarias, secundarias o terciarias. Las áreas primarias son muy específicas, y se denominan “áreas de proyección”. Estas son las que reciben los estímulos de los sentidos, y son especializadas (audición, visión, tacto). Las áreas secundarias son

“áreas de proyección-asociación”, y las terciarias se denominan “áreas de asociación” exclusivamente, y son únicas de los seres humanos. Las áreas secundarias y terciarias son menos específicas, pero más complejas. 3. Ley de la lateralización progresiva de las funciones. Esta ley plantea que existe una diferencia entre los hemisferios cerebrales (derecho e izquierdo), la cual está determinada por el lenguaje. Usualmente, el hemisferio izquierdo se ocupa más de las funciones del lenguaje.

Las Leyes de Luria explican cómo se organizan las áreas de la segunda unidad, según su jerarquía, especificidad y lateralidad.

> Luria publicó un gran número de obras a lo largo de su fructífera carrera. El modelo de la organización funcional del cerebro que aquí presentamos, en donde divide la acción cerebral en tres unidades y plantea las leyes de jerarquía, especificidad decreciente y lateralización progresiva, se explica con sumo detalle en su obra “El Cerebro en Acción”, de 1974. Este libro fue publicado en español por Editorial Fontanella. En inglés, su título fue “The Working Brain”.


Revista Redes, Volumen 1, nº 1

Página 5

¿Cómo funcionan las neuronas? Las neuronas son células especializadas en procesamiento de información. El sistema nervioso está compuesto por muchos tipos de células. De hecho, gran parte del cerebro consiste de “células gliales”, que se encargan de dar soporte y nutrición a las neuronas. Podríamos decir que las neuronas son células como cualquier otra: tienen un núcleo, citoplasma, membrana y organelas. Pero a diferencia de otras células, las neuronas poseen estructuras especiales para recibir, procesar y enviar información, para así comunicarse con otras neuronas. Más adelante veremos que las neuronas forman redes. Las neuronas llevan a cabo dos procesos esenciales como parte de su misión de procesar información: la conducción axónica y la transmisión sináptica. La conducción axónica consiste en el envío de información eléctrica a lo largo de una estructura larga y cilíndrica, llamada “axón”, hasta su extremo. Este es un proceso eminentemente eléctrico, ya que tiene lugar por el paso de iones (partículas con carga eléctrica), que entran al axón gracias a la porosidad de la membrana que lo recubre.

Estructura de la neurona Soma: Es el “cuerpo” de la neurona, en donde se encuentra su núcleo y demás organelas, como las mitocondrias y los ribosomas. Dendritas: Su nombre proviene del griego “dendros”, que significa árbol. Son ramificaciones del soma, que sirven para captar los estímulos provenientes de las demás neuronas que forman parte de la red. Axón: Es una estructura larga y cilíndrica, y es la que conduce el “potencial de acción”, o señal eléctrica, desde el soma hasta las terminaciones sinápticas, en donde se libera la sustancia química que envía el mensaje a otras neuronas. Terminaciones sinápticas: Se encuentran en el extremo del axón, y contienen las sustancias químicas llamadas “neurotransmisores”, las cuales actúan sobre los receptores de las neuronas vecinas.

La conducción axónica es “digital”: se da o no se da. Cuando la neurona toma la decisión de disparar la señal, esta no se detiene. Por ello, los “potenciales de acción”, o la carga eléctrica que recorre el axón durante la conducción, puede representarse como un “1”, mientras que su estado de inactividad, o “potencial de reposo”, se puede representar como un “0”. Al llegar la señal al final del axón, en las llamadas “terminales sinápticas”, se libera una sustancia llamada neurotransmisor, la cual actúa sobre las otras células vecinas (que forman parte de la red). Este proceso se denomina transmisión sináptica. Algunos de los neurotransmisores más importantes son la acetilcolina, la dopamina y la serotonina. Se ha descubierto que el exceso o la deficiencia de ciertos neurotransmisores se asocia con trastornos de conducta y enfermedades neurológicas, como la depresión, la esquizofrenia o la enfermedad de Parkinson. En el cuadro siguiente vemos una representación esquemática de una neurona con sus diferentes partes, y una breve explicación de las funciones que llevan a cabo.

Se calcula que el cerebro humano tiene cerca de 100 mil millones de neuronas.


Revista Redes, Volumen 1, nº 1

Página 6

Las redes neurales El concepto de redes neurales es importante para comprender los procesos de aprendizaje, porque en sí conlleva la idea de que el aprendizaje es un fenómeno físico. En otras palabras, cuando aprendemos, lo que ocurre es un cambio en la cantidad, la fuerza o los efectos a largo plazo, de las sinapsis. Asimismo, concebir de esta forma el aprendizaje nos conduce a otra idea, y es que el cerebro es una estructura dinámica, cuyas estructuras se modifican como producto de las experiencias del individuo. Este fenómeno se ha venido a llamar “plasticidad cerebral” o “neuroplasticidad” (Blakemore y Frith, 2005). Las redes neurales son conjuntos de neuronas interconectadas. Las conexiones entre las neuronas se denominan “sinapsis”. Inicialmente, se aceptaba que las sinapsis eran químicas, es decir, que la comunicación entre neuronas se daba a partir de la acción de una sustancia, el neurotransmisor, secretado por las neuronas, que tenía un efecto sobre sitios receptores ubicados en las neuronas vecinas. Sin embargo, hoy en día se reconoce la existencia de sinapsis eléctricas, así como de sustancias “neuromoduladoras”, que afectan las sinapsis, inhibiéndolas o potenciándolas.

El número posible de sinapsis, o conexiones entre neuronas, es tan grande que es difícil imaginarlo: se calcula que podrían ser hasta 1 x 1015

Desde las Ciencias de la Computación existen modelos de “redes neurales artificiales”, que simulan el comportamiento de las neuronas, y pretenden crear modelos de redes que puedan “aprender” de la experiencia. Ya desde 1943, McCulloch y Pitts desarrollaron un modelo de “neurona artificial”, que se considera la base de las redes neurales que utilizan los expertos en la actualidad. En todo caso, son las “redes neurales biológicas” las que actúan en nuestro cerebro, y constituyen la base de nuestra capacidad de aprender.

> Plasticidad cerebral DeFelipe (2006) afirma que fue el científico español Santiago Ramón y Cajal, hacia finales del siglo XIX, quien contribuyó a sentar las bases para entender lo que hoy conocemos como “plasticidad cerebral”. Sin embargo, el término fue acuñado años más tarde por el neurofisiólogo polaco Jerzy Konorski. En la década de 1890 surgió un debate sobre si las células del sistema nervioso tenían un número fijo a lo largo de la vida. Ramón y Cajal demostró que la estructura misma del cerebro (hoy en día diríamos el “hardware”) sí cambia en función de las experiencias de los organismos. Además, este científico descubrió que los axones que eran seccionados podían regenerarse y establecer nuevamente las conexiones perdidas. Actualmente se estudia la plasticidad cerebral en dos sentidos: uno es la regeneración de los tejidos después de algún traumatismo o lesión; se ha encontrado que el cerebro es capaz de compensar funciones mediante el desarrollo de áreas alternativas. Otro es la plasticidad “natural” que tiene lugar cuando cambia el comportamiento a partir de la experiencia. En la actualidad se sabe que, cuando aprendemos, ocurren en el cerebro distintos cambios bioquímicos. Además, el número de ramificaciones y de sinapsis se relaciona directamente con la cantidad y calidad de nuestras experiencias. El concepto de plasticidad cerebral es sumamente importante no sólo por su lugar en las Neurociencias contemporáneas, sino también por sus implicaciones en el ámbito educativo. Si partimos de que el cerebro es capaz de mantener, durante toda su vida, la capacidad de modificar sus estructuras a partir de la experiencia, sabemos entonces que el aprendizaje es un fenómeno continuo, que podemos y debemos fomentar en las personas independientemente de la etapa de la vida en que se encuentren.


Revista Redes, Volumen 1, nº 1

Página 7

Neurociencias, aprendizaje y enseñanza ¿Qué relación tienen las Neurociencias con las disciplinas que estudian el aprendizaje y la enseñanza? ¿Realmente pueden los conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro orientar las prácticas educativas? Algunas críticas plantean que aún si conocemos cómo trabajan las neuronas, esto no tendría un mayor impacto sobre las estrategias de enseñanza, ya que lo más importante seguiría siendo el ambiente externo, al cual habría que prestarle mayor atención. Sin embargo, los conocimientos que nos proporciona actualmente las Neurociencias hacen aportes muy importantes, debido a que nos ayudan, entre otras cosas, a: 1.

Establecer qué tipo de estímulos son procesados de una manera más fácil por las áreas del cerebro.

2.

Planificar nuestras estrategias de acuerdo con los periodos de atención del cerebro.

3.

Diseñar las actividades y evaluaciones de acuerdo con los conocimientos previos de los alumnos, de forma que logremos ampliar, fortalecer o modificar las redes neurales. El concepto de redes neurales nos ayuda además a comprender cómo las personas organizan los conocimientos.

4.

Seleccionar formas de representación (visual, auditiva, tactil, multimedial) que estimulen la formación de conceptos.

Actualmente, las Neurociencias estudian procesos muy importantes para comprender el aprendizaje, como el procesamiento lingüístico, las habilidades de razonamiento y las emociones. Por ejemplo, con las técnicas para generar imágenes de la actividad cerebral, como la resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés), es posible investigar cuáles son las regiones del cerebro que se activan al ejecutar el individuo diferentes conductas, como leer, realizar operaciones matemáticas o experimentar diferentes estados emocionales.

Los aportes de las Neurociencias pueden ayudarnos a orientar mejor las prácticas educativas.

Al conocer las áreas cerebrales implicadas, los científicos pueden corroborar y someter a prueba hipótesis para entender mejor cómo el cerebro actúa coordinadamente para procesar la información y dar origen a nuestros comportamientos. No obstante, algunos autores, como Goswami (2006), han llamado la atención sobre la falta de comunicación que existe entre científicos y educadores. No siempre los hallazgos de las Neurociencias encuentran una aplicación directa, y cuando lo hacen, se ven teñidos por ciertas distorsiones o “mitos”. En el siguiente cuadro, comentamos brevemente algunos de ellos.

> Algunos “neuro-mitos” en la educación > Hay personas con un estilo de aprendizaje de “hemisferio derecho” y otros con un estilo de “hemisferio izquierdo”. Hay que identificarlos y personalizar la enseñanza para cada estilo. > Utilizamos solamente el 10% o el 20% del cerebro. > Las personas aprenden durante ciertos periodos críticos que, si se pasan, hacen muy difícil o imposible aprender cosas nuevas. Estos son algunos de los mitos que existen, los cuales se han difundido en medios de comunicación, o se han aprovechado para ofrecer innumerables seminarios, talleres o programas educativos. Algunos de estos mitos responden a interpretaciones un tanto extremas de principios como el de “lateralización”, según el cual cada hemisferio del cerebro tiende a especializarse en funciones como el lenguaje (hemisferio izquierdo) o el reconocimiento de patrones o la sensibilidad artística (hemisferio derecho). En cuanto a la subutilización del cerebro, las Neurociencias han demostrado que usamos “todo el cerebro”, y de una manera coordinada, según las áreas funcionales (ver la descripción de las unidades del cerebro según Luria). También se ha demostrado que, aunque el aprendizaje de determinadas conductas puede facilitarse en ciertos periodos del desarrollo humano, la plasticidad cerebral se mantiene a lo largo de toda la vida. Realmente nunca perdemos nuestra capacidad de aprender.


REDES, Revista sobre Neurociencias, Aprendizaje y Enseñanza

Sus artículos, notas, cartas, sugerencias y comentarios son bienvenidos. Dirigir correspondencia a: Edgar Salgado García Teléfono: (506) 2523-4007 Correo electrónico: esalgado@ulacit.ac.cr

"El aprendizaje es un fenómeno físico. Aprender implica la modificación, crecimiento y enlace de neuronas, conexiones (llamadas sinapsis) y redes neurales; a través de la experiencia...estamos cultivando nuestras propias redes neurales”. Dr. James Zull Profesor de Biología y Bioquímica Case Western University.

Bibliografía Blakemore, S.J., y Frith, U. (2005). The learning brain: Lessons for education: A précis. Developmental Science, 8(6), 459-471. DeFelipe, J. (2006). Brain plasticity and mental processes: Cajal again. Nature Reviews Neuroscience. Recuperado el 03/02/2009, de: de http://www.nature.com/reviews/neuro Goswami, U. (2006). Neuroscience and education: From research to practice? Nature Reviews Neuroscience. Recuperado el 28/01/2009, de http://www.nature.com/reviews/neuro Luria, A.R. (1970). The functional organization of the brain. Scientific American, 222(3), 66-78.

Enlaces para profundizar International Mind, Brain, and Education Society (IMBES) http://www.imbes.org/index.html Synaptic transmission – Multimedia Neuroscience Education Project http://www.williams.edu/imput/ Glosario sobre Neurociencias http://perpich.com/neuroed/archive/118.pdf Sobre A.R. Luria, por el Dr. Jordi Peña Casanova, Barcelona, España http://www.neuro-cog.com/luria1.htm Tutorial sobre redes neurales http://www.redes-neuronales.netfirms.com/tutorial-redes-neuronales/tutorial-redes.htm

En nuestro próximo número: > Tecnologías para obtener imágenes del cerebro > Pioneros de las Neurociencias: Donald O. Hebb > Neurociencias y teorías sobre el aprendizaje


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.