DOSSIER DE
PRENSA c/ Alpens, 8 08014 Barcelona Tel. 934 310 283 www.edicionescarena.com info@edicionescarena.com HEAD UP Jesús Beltrán Bernal ISBN: 978-84-15681-26-7 Narrativa Julio de 2016
Resumen
Head Up
“Solsona tira la falta… y Tamudo remata…”
Del blanco y negro al color. Un chico, el autor, se hace hombre, acaso de provecho, mientras sigue atónito, expectante, la parábola que describe el balón… El centro medido de José María, Marañón, Solsona y Lauridsen sobrevuela el área del equipo rival, como los días suceden a las noches y como los años que desfilan inexorablemente, hasta que la cabeza del ariete —lo mismo da Roberto Martínez, que Caszely, Urzáiz y Tamudo— conecta un remate certero y canta: “¡Gol!” en la grada del viejo estadio de Sarrià, ya demolido… Como las inquietudes y las esperanzas de la juventud, demolido por los bulldozers y las excavadoras del tiempo, del devenir. Íntimamente, el estadio de Sarrià continúa vivo, en pie, en sus recuerdos y añoranzas. Esta es la crónica de un hombre que sabe que la vida se edifica sobre decepciones, renuncias y derrotas, y también sobre muy contadas y fugaces victorias. Como las del equipo de sus amores, en el que un buen pase, la disputa aguerrida y noble por el balón y una jugada bien trazada muy de vez en cuando arrancan el cerrado aplauso de la afición. No para todos la vida es de color de rosa, para algunos es blanquiazul.
Biografía
JESÚS BELTRÁN BERNAL Jesús Beltrán Bernal (Barcelona, 1966). Abogado en ejercicio, especialista en Derecho Laboral. Hincha, socio y accionista del Real Club Deportivo Espanyol (RCDE). Caminante, a veces peatón, a veces senderista. Lector. Escritor, ha publicado un libro de narraciones: Lets meet again. 12x8, en el 2010.
Extracto entrevista AL AUTOR Cuando murió el portero Pere Gibert (“el maestro de [el divino Ricardo] Zamora”), nació Jesús Beltrán (Barcelona, 1966). El día que murió Ricardo Zamora, el viernes 8 de septiembre de 1978, La Vanguardia Española le dedicó la página número 2, entera, con este titular: “Cuando Ricardo Zamora es historia”. Cuando Jesús Beltrán se enteró, le hizo la vida imposible a su padre hasta que le llevó al acto de homenaje, en el antiguo Estadi de Sarrià, y hoy jardines, del Real Club Deportivo Espanyol. Beltrán se acuerda de que asistió la actriz Mary Santpere (Algunas lecciones de amor). Este reportero se acuerda del entierro de Mary Santpere, en 1992: la rambla de Barcelona la arropó en su adiós. Sobre el Espanyol, y sobre la Reina del Paral·lel, Zamora y Gibert, divaga, en Head up. Historia de periquitos (Ediciones Carena, 2015), el abogado laboralista Jesús Beltrán, aficionado innato del segundo club de fútbol de Barcelona. O el primero.
“Un periodista me había pedido una colaboración para una revista digital. Querían un escrito, que no entregué. Me salió este libro”, parlotea Beltrán, un Paracelso de las causas perdidas, espigado, justicialista, con tantos amigos que sus recepciones parecen un besamanos, por las colas para saludarle. “Sigo teniendo los mismos colegas de cuando hacía la EGB. Y sigo yendo con ellos al campo, ahora en Cornellà [RCDE Stadium, “la deuda del nuevo estadio ha sido un lastre para la economía del club”]. Creamos una peña, y siempre quedamos después de los partidos para tomarnos unas copas.” Su grupo de wazap de los domingos (y de los días de entresemana) se llama Doctor Gert, por el doctor que le dijo al jugador Raúl Tamudo que jamás se recuperaría de su lesión de rodilla. Head up (con la cabeza alta) no es un libro de fútbol, una memoria estadística de aciertos y ofrecimientos al estilo de Olé, olé, olé. Cholo Simeone.
Head up es un canto a la infancia. A la camaradería de la infancia, a los años en los que se compinchaban los niños, a escondidas de los padres, para romper algún jarrón jugando a la pelota; las redes sociales aún no controlaban los movimientos de los chavales, que sabían guardar un secreto. El quinto de ocho hermanos, Jesús Beltrán nació en una casa en la que el fútbol estaba presente más que como competición (para todos, la Champions quedaba muy lejos), y más que como entretenimiento (el espectáculo no se medía por cuotas de pantalla), como formación vital. Ir al fútbol con el padre marcaba el paso a la adolescencia. Si uno tenía edad para afeitarse, también la tenía para escuchar cómo se puede insultar a un árbitro sin ser excesivamente maleducado (existe un punto intermedio, elegante, entre la apasionada hinchada y la grosería más soez). En este diario íntimo, desordenado, se narran los periodos im-
prescindibles del autor y de su familia, y la heroica rebeldía de ser diferente en un acuario con peces del mismo color. Escribe: “Mi afición perica es el fruto de la educación en un credo minoritario. El afecto perico no se transmite sin evangelización, no cuadra con un mero legado hereditario, porque Barcelona es un hábitat inadecuado y, en ocasiones, hostil para el desarrollo y la supervivencia de las crías de periquito”. Lector del ensayo Imitació de l’home, del crítico Ferran Toutain (El que es diu i el que passa), abandera con nobleza la resistencia interna en una ciudad blaugrana: “El entorno te empuja a ser del Barça. El bioclima es el Barça. Ir contracorriente es un acto de valentía, y yo me había preparado para ser del Espanyol. Desde los seis años que voy al campo, y llevo más de veinte años de socio”, apostilla. La que fuera Sociedad Española de Football, fundada en 1900, tiene hoy poco más de veinticinco mil socios.
Como buen aficionado, le exige mucho a la directiva y a los titulares, hoy en Primera División, bajo la presidencia del magnate chino Chen Yansheng, sobre el que opina lo justo, para no herir sus propios sentimientos: “Una cosa es la dirección y otra el fútbol, que tiene sus propios códigos de funcionamiento. Ya veremos lo que pasa”. Si Jesús Beltrán recogiera el testigo del entrenador del primer equipo, Constantin Galca (en la cuerda floja por las “abultadas” derrotas: “nunca hemos perdido contra el Barça por tanta diferencia de goles. Este entrenador no tiene capacidad de liderazgo”), ficharía centrocampistas, los que mueven el balón en el terreno de juego: recuperaría al brasileño Coutinho, de la quinta de Neymar, que estuvo cedido al Espanyol en la temporada 2011/2012, y con el que anotó 16 tantos. Claro que también ficharía al albaceteño Andrés Iniesta, que llevó a la Selección española a lo más alto del fútbol internacional al batir a Maarten Stekelenburg en el minuto 116 de la final del Mundial de Fútbol de Suráfrica, en el 2010 (“es
el único jugador del Barça que llevamos en el corazón”). Y si tuviese la oportunidad de ponerle un cheque en blanco a algún técnico de prestigio, se lo pondría delante de las narices de José Antonio Camacho (“tiene el empuje para sacarnos adelante durante una temporada, pero no vale para proyectos a largo plazo”). Precisamente, Camacho lideró el Espanyol durante cuatro temporadas.
Soluciones: además de practicar el yoga y las técnicas de relajación (“el nuestro es el club con más derrotas en Primera, y, a pesar de todo, sigue ahí”) y respirar hondo y buscar una pareja como la suya que haya “visto la luz” (ergo, anime a Enzo Roco y compañía), hacer meditación con una idea fija y clara en la mollera: el Real Club Deportivo Espanyol no desaparecerá nunca.
Si tuviera que irse a otro conjunto, porque el vínculo que le tiene atado a su pasado se hubiera roto de manera irreversible, se iría al Club Deportivo Castellón, hoy en el grupo 6 de Tercera División (“no me suelen gustar los que ganan siempre”).
Es así.
Razones por las que el alma de Jesús Beltrán, autor de Head up. Historia de periquitos, no levanta trofeos: no hay dinero para atraer talento y no hay dinero para evitar la fuga de cerebros. Dicho llanamente: “No tenemos un duro para retener jugadores, estos duran menos en el club porque se identifican menos con la casa, algo común en el fútbol de hoy”.
Nunca es nunca.
Jesús Martínez
OTROS TÍTULOS DE EDICIONES CARENA
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ASCENSO Y CAÍDA DE HUMBERTO DA SILVA de José Luis Muñoz.
“Me llamo Humberto da Silva dos Purísima Concepçiao, hijo de papá negro, como el puro chocolate, que trabajaba, cuando había trabajo, descargando sacos de azúcar, café y cacao en el puerto de Cidade Baixa.” Así arranca está fábula sobre la banalidad del éxito y la contudencia del fracaso. Humberto da Silva es un niño de la calle de la populosa y exuberante Salvador de Bahía, la ciudad negra de Brasil. Él y sus amigos siempre andan jugando al fútbol en la playa. Cuando un promotor lo vea, su vida cambiará. De ser nadie, a ser una estrella. Pero el éxito tiene un precio amargo.
Ediciones Carena otra manera de leer la vida
Ediciones Carena, con raíces sureñas y basamento catalán, nació hace veinte años con la pretensión de acercar la literatura y el pensamiento a la sociedad y servir de puente entre distintas maneras de entender la vida y la cultura. La poesía, el ensayo contemporáneo, social y filológico, la narrativa, la música, los libros de viajes… constituyen las colecciones claves de nuestra editorial. Apostamos por: Literatura de gran calidad, un pensamiento profundo y, al mismo tiempo, con un enfoque no elitista. Pensamos que la creatividad surge de autores enraizados en la sociedad, comprometidos con la vida. Editorial cercana y, al mismo tiempo, exigente. No nos importa apostar por nuevos valores, ni subimos a los trenes de las modas literarias. Valores sólidos, que indaguen en lo más auténtico de nuestra condición, que nos fortalezcan como individuos comprometidos.
Arte de raíz universal, que propicie el entendimiento entre comunidades con diferentes visiones, capaz de restañar las heridas que se abren cuando nos movemos en otros planos más superficiales como el político, el economicista, etcétera. Conectamos con los movimientos de humanismo solidario que convierten lo diferente en complementario. Nuestro horizonte final siempre se sitúa en una sociedad configurada por una cultura universal que respete diferencias y que incida en los valores comunes de nuestra condición humana.
Nuestro proyecto es transversal, como empresa estamos comprometidos en causas solidarias, abiertos a cooperar en toda iniciativa que apueste por el entendimiento, el debate enriquecedor y la indagación en nuevas formas de humanización.
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más que de las certezas. Una de las pocas certezas es que el arte está cuestionándose permanentemente, buscando nuevos caminos, porque cualquier logro abre nuevos horizontes. No creemos en que los vientos artísticos soplen en una dirección uniforme, y, suponiendo que así fuera, no deduciremos tampoco que estas sean las tendencias correctas. Cada libro, cada poema, cada cuadro tiene en-
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tidad por sí mismo y es diferente a todo lo creado anteriormente. Si nos planteamos estas cuestiones no es para tratar de desvelar los próximos caminos del arte, ni para iluminar a quienes comienzan, porque la luz de la creación prende siempre en el interior aunque se alimente del exterior. Lo único que intuimos es que, en un mundo convulso, semimilitarizado y agraciadamente laico, vamos a necesitar que los artistas den el do de pecho. Pen-
samos en la poesía, pero también en los relatos, en la música, en la arquitectura, en la pintura y en el cine. Pensamos que hay mucho que decir en la divulgación de nuevas formas literarias, sobre todo, entre figuras no consagradas. Y, con mucha humildad, comenzamos nuestro camino por si podemos aportar algún grano de arena a esta obra común que es la literatura y el pensamiento de nuestra época, la vasija de la que beben los soñadores.