INTRODUCCIÓN
La paz, la armonía, la serenidad, el bienestar o la felicidad que buscamos, según sean las expectativas de cada uno de nosotros, se encuentra en el hecho de permanecer, en todos los momentos de nuestra vida, conscientes de nuestra doble realidad espiritual y humana: SER Y DISPONER. Por una parte, el Ser, el Yo Superior, nuestra esencia espiritual en su proceso hacia La Luz. Por otra, la faceta humana, nuestro yo menor (Ego), con su pretensión de «tener» en «propiedad» material, en lugar de disponer, con sus capacidades culturales, educacionales y formativas adquiridas y mediando entre las dos; el nexo o vínculo que es el papel que desempeña nuestra alma. Entenderlo de ese modo hace que, ante cualquier circunstancia que aparezca en nuestra vida a la que podríamos considerar una supuesta «adversidad», esta no sea motivo suficiente para abandonar esos estados. Tanto si se trata de una cuestión menor, como de otra a la que consideremos importante y podamos seguir así desarrollando en paz nuestra presente vida. Como yo mismo, y como todos, tú apareciste cierto día por aquí, en el planeta Tierra. De hecho, no sabes o no recuerdas de dónde procedías. Así es, salvo excepciones.
A pesar de eso, eres consciente de que vas a permanecer durante un determinado espacio de tiempo en esa situación para desarrollar eso a lo que llamas tu vida (y a la que yo llamo presente vida), y cuando esta llegue a su fin desaparecerás. ¿Para siempre? ¿O, como algunos afirman, volverás para repetir esa experiencia? ¿Te lo has preguntado alguna vez? ¿Te has planteado seriamente en alguna ocasión la reencarnación como algo que tenga sentido? Si crees en la sucesión de vidas y en que nada termina tras la muerte del cuerpo físico que ahora estás habitando, hallarás en las páginas de este libro comentarios y reflexiones a las que seguro que les encontrarás sentido. En cambio, si para ti, por ahora, todo termina con la muerte (tal y como la contempla la mayor parte de nuestra sociedad), entonces no les vas a encontrar sentido alguno. Si no crees posible la reencarnación y a pesar de eso estás leyendo estas líneas, tal vez sea porque la causalidad, que no la casualidad, está llamando a tu puerta. Si me lo permites, te haré una sugerencia: sigue leyendo y reflexiona porque está dentro de lo posible que, tras hacerlo, sigas entendiendo tu vida del mismo modo que lo vienes haciendo hasta el día de hoy o que, por el contrario, descubras un nuevo modo de encararla. No es lo mismo haber encontrado el sentido profundo que tiene tu vida en la Tierra que haber encontrado solo el sentido que pueda tener tu encaje profesional, social o familiar en tu vida. Encontrar el sentido profundo que tiene tu vida está ligado a tu faceta espiritual y, por lo tanto, al Ser, a tu Yo Superior y al reconocimiento de tu propósito o misión a desarrollar en la presente reencarnación. En cambio, tu encaje profesional o familiar, si no eres consciente de que tienes un propósito o misión en el ámbito espiritual para desarrollar a lo largo de tu presente vida, tiene que ver solo con tu faceta humana, con tu yo menor.
Con este último término es con el que me refiero a lo largo del libro a lo que forma parte de nuestra faceta humana: psique, mente, personalidad o cualquier otro modo de referirnos a ella sin entrar en más valoraciones. Pues lo único que aquí pretendo es diferenciarla de nuestra parte espiritual. En cualquier caso, y al margen de como la llamemos, esta es la parte en la que nada material «tenemos» a lo largo de nuestra presente vida porque tan solo somos depositarios de su presencia como parte necesaria para poder desarrollar nuestro programa (del cual te hablaré en un próximo capítulo, «El Programa») el cual pactamos antes de llegar aquí, aunque eso ahora no lo «recordemos». Todo lo que a continuación vas a poder leer, está escrito en función de mi programa. Cada uno de nosotros tenemos el nuestro propio, con sus necesidades evolutivas espirituales y sus pendientes de experimentar y reparar si es el caso. No son ni mejores ni peores unos de otros, sino que, tal y como repito siempre que tengo ocasión, son distintos. En el mejor de los casos, solo alguna parte de lo que aquí digo espero que sea compatible con el tuyo. Por eso, te ruego que recojas solo esa parte, si la hay, y reflexiones sobre el resto. Nadie es poseedor de la verdad absoluta, con lo que solo quiero expresar mi opinión sobre aspectos que tienen que ver con nuestra doble realidad espiritual y humana. No es mi intención indicarte el mejor modo con el que has de recorrer el camino de tu vida, básicamente porque no lo sé, puesto que lo que puede ser válido para uno no lo es para el resto. No existen las fórmulas únicas aplicables a todos por igual. Por lo tanto, solo trato de exponer para que puedas recoger, procesar y aplicar en tu vida si es afín a tu programa y lo consideras oportuno. En las siguientes páginas encontrarás una definición sobre lo que significan cada una de las partes y en sí misma, la dualidad de SER Y DISPONER.
También podrás leer una historia personal vivida hace ya unos cuantos años, en la que descubrí que mi vida, como la de todos, tenía un sentido y aún no me había enterado. Le seguirán capítulos en los que encontrarás respuestas al motivo por el cual se dan en nuestra vida individual y colectiva, desenlaces y situaciones que solo se explican desde la óptica de la reencarnación. Respuestas que probablemente tú ya has «recordado» junto a otras que tal vez aún se encuentran pendientes de aflorar en tu memoria espiritual. El resto lo componen apuntes y reflexiones sobre la reencarnación, sobre nuestras diversas y distintas vidas en las que, a través de un cuerpo físico (nuestro envoltorio), seguimos evolucionando espiritualmente en cada una de ellas. Gracias por estar aquí y ahora. Si te apetece, puedes empezar a leer: SER Y DISPONER.