El Gran Tratado de los Estadios en el Camino a la Iluminación VOL I

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I ATISHA

I. Mostrar la grandeza del autor de las enseñanzas para establecer que tiene un origen noble. A. Cómo renació en un linaje excelente. B. Cómo, con estas condiciones, consiguió buenas cualidades. 1. Cómo, conociendo muchos textos, obtuvo las buenas cualidades por el conocimiento de las escrituras. 2. Cómo, involucrándose en prácticas adecuadas, consiguió las buenas cualidades del conocimiento basado en la experiencia. a. Atisha mantuvo el adiestramiento en la ética. 1) Cómo Atisha mantuvo los votos superiores de la liberación individual. 2) Atisha mantuvo los votos de los bodisatvas. 3) Atisha mantuvo los votos del Vajrayana. b. Atisha mantuvo el adiestramiento en la concentración. 1) El entrenamiento en la concentración que es común para el sutra y el tantra. 2) El entrenamiento en las concentraciones que no son comunes. c. Atisha mantuvo el adiestramiento en la sabiduría. 1) El entrenamiento común en la sabiduría. 2) El entrenamiento que no es común en la sabiduría. C. Habiendo obtenido estas buenas cualidades, lo que hizo Atisha para promover las enseñanzas. 1. Lo que hizo en India. 2. Lo que hizo en Tíbet.


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I. Mostrar la grandeza del autor de las enseñanzas para establecer que tiene un origen noble. Estas instrucciones, en general, son las del Ornamento para la Comprensión Clara (Abhisamayalamkara)5, compuestas por el venerable Maitreya. [4] En particular, el texto para esta obra es Una Luz en el Camino (Bodhi-patha-pradipa) de Atisha; por tanto, el propio autor de Una Luz en el Camino también es el autor de este trabajo6. El otro nombre por el que el gran maestro Dipamkarasrijñana es ampliamente conocido es Atisha. A. Cómo renació en un linaje excelente. Como se expone en los Ochenta Versos de Alabanza (bsTod pa brgyad cu pa) compuesto por el gran traductor Nag-tsdo (Nag-tsho)7: En Oriente, en la excelente tierra de Za-hor (Bengala), se encuentra una magnífica ciudad, Vikramanipura. En su centro se halla una residencia real, un palacio amplísimo conocido como “Estandarte Dorado”. Sus recursos, poder y fortuna fueron como los de los emperadores orientales de China8. El rey de este país fue Kalyanasri, y la reina, Sriprabha. Tuvieron tres hijos, Padmagarbha, Candragarbha y Srigarbha. El príncipe Padmagarbha tuvo cinco reinas y nueve hijos. Su hijo mayor, Punyasri, es una gran erudito de nuestro tiempo conocido como Dha-na-shri9. El más joven, Srigarbha, es el monje Viryacandra. El hijo mediano, Candragarbha, es nuestro venerable guru, Atisha.

B. Cómo, con estas condiciones, consiguió buenas cualidades. Cómo consiguió buenas cualidades se explica en dos partes: 1. Cómo, conociendo muchos textos, obtuvo las buenas cualidades por el conocimiento de las escrituras. 2. Cómo, involucrándose en prácticas adecuadas, consiguió las buenas cualidades del conocimiento basado en la experiencia.


Atisha 35

1. Cómo, conociendo muchos textos, obtuvo las buenas cualidades por el conocimiento de las escrituras. Ochenta Versos de Alabanza de Nag-tso afirma10: A los veintiún años, había dominado las sesenta y cuatro artes11, todas las formas de arte, la lengua sánscrita y toda la filosofía.

Como se menciona en esta estrofa, a los veintiún años ya se había convertido en un estudiante totalmente capacitado después de adiestrarse en las materias de conocimiento comunes al budismo y a las escuelas no budistas: los cuatro conocimientos: de la gramática, de la lógica, de las artes y de la medicina12. [5] Más concretamente aún, el gran Dro-lung-pa (Gro-lung-pa) afirmó que, a la edad de quince años, después de escuchar una sola vez Gotas de Razonamiento (Nyaya-bindu-prakarana) de Dharmakirti, Atisha debatió con un famoso estudiante, un dialéctico no budista, y lo derrotó, a partir de lo cual su fama se extendió por todas partes. A continuación, recibió la iniciación completa del guru Rahulagupta, señor de la contemplación del Templo de la Montaña Negra13, que tuvo una visión del glorioso Hevajra y que había sido profetizado por Vajradakini. Le fue conferido el nombre secreto de Jñanaguhyavajra. A los 28 años de edad, adiestrándose durante un año en el Vajrayana con muchos gurus que habían obtenido logros espirituales, se hizo experto en todos los textos e instrucciones tántricos. Con la reflexión: “Sólo yo soy experto en el vehículo del mantra14”, su orgullo fue subyugado por un sueño en el que unas dakinis15 le mostraban muchos volumenes del camino del mantra que él no había visto antes. Después, sus gurus y deidades escogidas, tanto en persona como en sueños, le aconsejaron hacerse monje, asegurándole que si lo hacía, beneficiaría ampliamente las enseñanzas y a muchos seres. Debido a estas súplicas, se hizo monje, recibiendo la ordenación de un abad que había obtenido la concentración meditativa, en la que mantuvo la atención en la realidad desde una sola perspectiva, consiguiendo el camino de la preparación16. Este abad era un anciano mahasamghika, un gran mantenedor de los textos de la disciplina llamado Silaraksita. Como lo expone Nag-tso en sus Ochenta Versos de Alabanza: “De todos era conocido que tu abad había conseguido el camino de la preparación17”. Además, Atisha recibió el nombre de Sri Dipamkarajñana. Hasta que tuvo treinta y un años, Atisha se adiestró en las colecciones superiores e inferiores de las escrituras del conocimiento budista dentro de la tradición filosófica. En particular, en O-ta-pu-ri18, escuchó enseñanzas durante doce años del guru Dharmaraksita sobre la Gran Explicación Detallada (Maha-vibhasa)19. A través de su comprensión de los textos sobre las cuatro escuelas básicas20, llegó al conocimiento, sin la menor confusión, acerca de las diferentes escuelas, hasta en los detalles más insignificantes del comportamiento que debe ser adoptado y el que de-


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be ser evitado en normas como la disciplina monástica o en aquellas relacionadas con recibir objetos como comida. [6] Así pues, pasando por la amplitud de postulados, tanto de nuestra tradición como la de otras escuelas, llegó a conocer con precisión todos los puntos esenciales de las escrituras. 2. Cómo, involucrándose en prácticas adecuadas, consiguió las buenas cualidades del conocimiento basado en la experiencia. Por lo general, las tres preciosas colecciones de las escrituras21 incluyen todas las enseñanzas del Conquistador. Así pues, los tres preciados adiestramientos también deben incluir las enseñanzas tal y como son realizadas22. En relación con esto, las escrituras y sus comentarios, una y otra vez, ensalzan el adiestramiento en la disciplina ética como la base de todas las buenas cualidades, como los adiestramientos en la concentración y en la sabiduría. Por ello, al inicio, debes poseer las buenas cualidades del conocimiento que se expone en el contexto del adiestramiento en la disciplina ética. a. Atisha mantuvo el adiestramiento en la ética23. Esto se explica según tres aspectos: 1. Los votos superiores de la liberación individual 2. Los votos del bodisatva 3. Los votos del Vajrayana 1) Cómo Atisha mantuvo los votos superiores de la liberación individual. En Ochenta Versos de Alabanza24 de Nag-tso se manifiesta: Me inclino ante el anciano mantenedor de los textos de la disciplina, el monje superior, poseedor de la gloria de los hechos puros. Tú, que habiendo entrado en el umbral del vehículo sravaka25, guardaste la disciplina ética como un yac, protege su rabo.

Un yac está tan apegado a los pelos de su rabo que cuando un solo pelo queda enmarañado en un matojo, pondrá en riesgo su vida para no perderlo, incluso si ve que puede ser muerto por un cazador. También, Atisha, una vez recibió los votos completos de monje, protegió, aún a costa de su vida, cada uno de los adiestramientos fundamentales menores, sin mencionar aquellos principales a los que estaba comprometido. Así, como se lee en los Ochenta Versos de Alabanza, era un anciano con un gran conocimiento de los textos sobre disciplina. 2) Atisha mantuvo los votos de los bodisatvas. En Ochenta Versos de Alabanza26 de Nag-tso leemos: Tú, que habiendo entrado en el umbral del vehículo de la perfección,


Atisha 37 desarrollaste una resolución pura de todo corazón y debido a tu espíritu de la iluminación, no abandonaste a los seres vivientes. Me inclino ante ti, inteligente y compasivo.

Así, se dice que él se adiestro en muchas instrucciones para el desarrollo del espíritu de la iluminación, que está enraizado en el amor y la compasión. De modo particular, confiando en Ser-ling-pa (gSer-gling-pa)27, él se adiestró durante mucho tiempo en las instrucciones supremas transmitidas del venerable Maitreya y Mañjughosa a Asanga y a Shantideva respectivamente. [7] Con esto, tal y como se afirma en Ochenta Versos de Alabanza28 : El que deja de lado sus propios intereses y toma la carga del interés por los otros es mi guru [Atisha].

Así surgió en su corazón el espíritu de la iluminación que considera a los otros más importantes que uno mismo. Esta aspiración produjo en él el espíritu del compromiso de la iluminación. A continuación, aprendió las prácticas para llevar a cabo las promesas de adiestrarse en las grandes oleadas de acciones del bodisatva, y con estas buenas acciones nunca transgredió los límites de los códigos de los hijos de los conquistadores29. 3) Atisha mantuvo los votos del Vajrayana. En Ochenta Versos de Alabanza30 de Nag-tso se menciona: Habiendo entrado en la puerta del Vajrayana, te viste como una deidad y poseíste la mente vajra31. Señor de la contemplación Avadhutipa32, me inclino ante ti que te involucraste en la conducta secreta.

Nag-tso expresa una alabanza general, llamando jefe de los yoguis a Atisha, debido a que había alcanzado la concentración del nivel de generación en el cual vio su cuerpo como divino, y la concentración del estadio de consumación, en el que obtuvo el estado vajra de la mente. De modo particular, en relación con mantener con decoro los compromisos y no transgredir los límites de los códigos tántricos, Ochenta Versos de Alabanza afirma33: A causa de tu atención y vigilancia, no tuviste pensamientos faltos de ética. Por permanecer consciente y alerta, sin engaño o pretensión, no fuiste mancillado por las faltas de las infracciones.

Por tanto, Atisha no sólo fue valiente en comprometerse en el adiestramiento de las disciplinas éticas de los tres votos34, sino que además protegió esta disciplina ética manteniendo sus promesas y no transgrediendo los límites de los códigos. Incluso cuando cometía una ligera transgresión, la purificaba de inmediato con los ritos apropiados para restaurar los votos. Debes saber que esta biografía hace las delicias de los eruditos que comprenden los puntos esenciales de las escrituras; imita a estos excelentes seres. [8]


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b. Atisha mantuvo el adiestramiento en la concentración. 1) El entrenamiento en la concentración que es común para el sutra y el tantra. Su mente se hizo servible por medio de la serenidad mental. 2) El entrenamiento en las concentraciones que no son comunes. Él consiguió un estadio de generación muy estable debido a haber practicado los hechos de la conducta diestra durante seis o tres años35. En una ocasión, después de oír las canciones tántricas secretas cantadas por dakinis en Oddiyana, las memorizó al completo. c. Atisha mantuvo el adiestramiento en la sabiduría. 1) El entrenamiento común en la sabiduría. Adquirió una concentración de la visión profunda que era la unión de la meditación en la serenidad y la visión profunda. 2) El entrenamiento que no es común en la sabiduría. Consiguió la concentración especial del estadio de consumación. En Ochenta Versos de Alabanza se lee: Es obvio que conseguiste el camino de la preparación según los textos del vehículo del mantra.

C. Habiendo obtenido estas buenas cualidades, lo que hizo Atisha para promover las enseñanzas. 1. Lo que hizo en India. En el palacio de la gran iluminación, en la magnífica Bodhgaya, colocó en un lugar elevado las enseñanzas budistas tres veces y las utilizó para disipar las débiles instrucciones de los filósofos no budistas. En relación con nuestras propias escuelas budistas mayores y menores, hizo avanzar las enseñanzas elucidando las corrupciones de la ignorancia, las ideas equivocadas y las dudas. Es por eso que todas las escuelas sin sectarismo lo consideran la joya de la corona. En Ochenta Versos de Alabanza36 podemos leer: En el palacio de la gran iluminación, cuando todos estaban congregados, con el habla semejante al rugir del león, confundiste las mentes de todos los que debatían pobres postulados de nuestras escuelas y de las de otros.

También37: En Otantapurei había


Atisha 39 docientos cincuenta monjes, en Vikramasila llegaban casi al centenar. Las cuatro escuelas principales38 estaban presentes. No te dejaste llevar por la jactancia de las distintas escuelas, sino que te convertiste en la joya de la corona de todos los cuatro seguidores del Maestro39 en toda la extensión de la tierra de Magadha. [9] Al permanecer con las enseñanzas principales de las dieciocho sectas, siendo así imparcial, todo el mundo recibió tus enseñanzas.

2. Lo que hizo en Tíbet. Los renunciantes reales, tío y sobrino40, enviaron a la India sucesivamente a dos traductores, Gya-dzon-seng (brGya-brtson-seng)41 y Nag-tso Tsul-trim-gyal-wa (Nag-tho-tshul-krims-rgyal-ba). Por su insistencia, al invitarle una y otra vez, Atisha viajó al Nga-ri superior (mNga´-ris) en el periodo de Jang-chup-ö (Byang-chuböd). Al darle la bienvenida en Nga-ri, sus anfitriones rezaron para que él pudiera purificar las enseñanzas budistas. A causa de esta súplica, él promovió las enseñanzas con actividades como la redacción de Una Luz en el Camino, texto que relaciona los estadios de la práctica, resumiendo los puntos esenciales de los vehículos del sutra y el mantra. Además, en los tres años en Nga-ri, nueve años en Nye-tang (sNyethang) y cinco años más en otros lugares de Ü (dBus) y Tsang (gTsang) enseñó todas las instrucciones de los vehículos del sutra y del mantra para los afortunados estudiantes42. El resultado es que restableció las prácticas de los sistemas budistas que habían desaparecido; revitalizó las que todavía permanecían parcialmente; y eliminó la corrupción basada en conceptos equivocados. Con ello limpió de faltas las enseñanzas preciosas. En términos generales, los gloriosos Santaraksita y Padmasambhava introdujeron las prácticas budistas en la Tierra de las Nieves [Tíbet] en la primera instauración de las enseñanzas. Sin embargo, el abad chino Ha-shang (Hva-shang) hizo que las enseñanzas cayeran en declive. Él no comprendía correctamente la vacuidad y consecuentemente denigró el factor del método restando importancia al hecho de cultivar la mente, incluso en la virtud. El gran maestro Kamalasila, después de refutar bien a Ha-shang, estableció el propósito del Conquistador; por eso su bondad fue enorme. En la introducción posterior de las enseñanzas en Tíbet, algunos que se llamaban eruditos y yoguis interpretaron erróneamente el significado de los tantras. A causa de ello, hicieron mucho daño al mantenimiento de la disciplina ética, la raíz de las enseñanzas. Este ser excelente [Atisha] les rebatió adecuadamente. Así, hizo que desapareciesen las concepciones erróneas y volvió a vigorizar las enseñanzas sin mácula. [10] Así, su bondad alcanzó a todos en la Tierra de las Nieves.


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Además, se enumeran tres cualificaciones ideales para un autor de textos que elucide el propósito del Sabio. El autor (1) debe dominar las cinco materias de conocimiento43; (2) debe proteger las instrucciones que son los puntos esenciales para practicar el significado de los aspectos del conocimiento budista que han sido transmitidos en un linaje sin interrupción con seres excelentes desde el perfecto Buda; y (3) debe recibir permiso para redactar el texto de una visión de su deidad escogida. Si cualquiera con alguna de esas cualificaciones puede escribir un texto, cuando las tres están presentes es ideal. Este gran maestro estaba dotado con las tres, como se explica a continuación: 1. Sobre cómo sus deidades escogidas cuidaron de él, Ochenta Versos de Alabanza44 expone: Al haber tenido las visiones y recibido el permiso del glorioso Hevajra, de Trisamayavyuhara, del héroe Lokesvara [Avalokitesvara], de la noble y venerable Tara y otras, siempre escuchó enseñanzas excelentes de la visión profunda y de las vastas acciones compasivas tanto en sueños como en persona.

2. Sobre el linaje de los gurus, son dos: los del vehículo común [al hinayana y al mahayana] y los del mahayana. En relación con este último, también existen dos: los del vehículo de la perfección y los del mantra. El vehículo de la perfección tiene a su vez dos divisiones: el linaje de la visión y el de las acciones. En el linaje de las acciones existe el linaje que proviene de Maitreya y el de Manjughosa, resultando tres linajes en el vehículo de la perfección. En cuanto al vehículo del mantra existen cinco sistemas de linajes45. Además, existen linajes como los linajes de los postulados, los linajes de las bendiciones y los linajes de las instrucciones varias. Atisha estaba dotado con instrucciones de todos estos linajes. Los gurus de los cuales Atisha recibió enseñanzas directas son como menciona Nag-tso46: Los gurus en los que siempre confiaste han conseguido logros espirituales y son muchos: Santi-pa y Ser-ling-ba, Bhadrabodhi y Jñanasri. Y, sobre todo, tuviste las instrucciones sobre la visión profunda y las vastas acciones de Nagaryuna, transmitidas a través de muchas generaciones. [11]

Es bien conocido que tuvo doce gurus que habían conseguido logros espirituales, además de muchos otros. 3. Su maestría de las cinco materias de conocimiento ya ha sido explicada. Consecuentemente, este maestro era capaz de determinar con claridad el propósito del Conquistador.


Atisha 41

Este maestro poseedor de semejantes cualidades tuvo innumerables discípulos en India, Cachemira, Oddiyana, Nepal y Tíbet. Los cuatro grandes eruditos principales en India fueron: Bi-do-ba (Bi-to-pa), Dharmakaramati, Madhyasinha y Ksitigarbha, todos ellos igualaron en conocimiento al Anciano [Atisha]. Algunos también mencionan a Mitraguhya como el quinto. De Nga-ri estaban los traductores Rin-chen-sang-bo (Rin-chen-bzang-po), el traductor Nag-tso y el renunciante de sangre real Jang-chup-ö. De Tsang, hay que mencionar a Gar-gay-wa (´Gar-dge-ba) y Gö-kuk-ba-hlay-dzay (´Gos-khug-pa-lhas-btsas). De Klo-drak (lDho-brag), Chak-ba-tri-chok (Chag-pa-khri-mchog) y Gay-wa-gyong (dGe-ba-skyong). De Khams, Nal-jor-ba-chen-bo (rNal-´byor-pa-chen-po), Gön-ba-wa (dGon-pa-ba), Shay-rap-dor-jay (Shes-rab-rdo-rje) y Chak-dar-dön-ba (Phyang-dar-ston-pa). Del Tíbet central, Ku-dön Dzön-dru-yung-drum (Khu-ston-brtson- ´grus-gyung-drung), Ngok Lek-bay-shay-rap (Ngog-legs-pa´i-shes-rab) y Drom-dön-ba Gyel-way-jungnay (´Brom-ston-pa-rgyal-ba´i-´byung-gnas)47. De entre ellos, el gran sostenedor del linaje que difundió las actividades del guru fue Drom-dön-ba Gyel-way-jung-nay que fue profetizado por Tara. Resumiendo, ésta es la grandeza del autor. Puede ser conocida con más detalle en los grandes relatos biográficos48.


E Lama Tsongkapa (1357-1419), fundador de la escuela guelugpa del budismo tibetano y del Monasterio de Ganden, fue un prolífico escritor y uno de los grandes filósofos del Tíbet. Sus obras, que se agrupan en más de dieciocho tratados, abarcan todos los aspectos del pensamiento y la práctica budistas, combinando una profunda experiencia de meditación con un razonamiento meticuloso.

l Gran Tratado de los Estadios en el Camino a la Iluminación (Lam Rim Chen Mo) es una de las joyas más brillantes de la literatura sacra universal. Su autor completó esta obra maestra en 1402 y muy pronto se convirtió en uno de los trabajos más conocidos sobre la filosofía y la práctica del budismo tibetano. Tsongkapa basó su visión profunda en la literatura clásica del budismo indio, ilustrando los distintos temas con citas clásicas y comentarios de los maestros de la antigua tradición kadampa. De esta forma, el texto demuestra claramente cómo el budismo tibetano desarrolla y preserva cuidadosamente las tradiciones del budismo indio. El Gran Tratado... continúa siendo esencial para cualquier estudiante del pensamiento budista que quiera poner las enseñanzas en práctica. Puesto que condensa todas las escrituras de los sutras en un manual de meditación fácilmente comprensible, eruditos y practicantes han confiado durante siglos en esta presentación fidedigna como una guía que conduce a la comprensión completa de las enseñanzas del Buda. Este primer volumen de El Gran Tratado..., de una colección de tres, se publica por vez primera en castellano y establece como tema central los estadios preparatorios para el cultivo de la mente del despertar (la bodichita). Abarca todas las prácticas esenciales para desarrollar el espíritu de la Iluminación y es indispensable para cualquiera que desee entender o practicar el budismo tibetano. “De los muchos tratados del maestro tibetano Tsongkapa, ninguno puede compararse, en términos de popularidad y en la influencia que supuso, a El Gran Tratado..., considerado, durante muchos siglos, como un verdadero tesoro, tanto para practicantes como para eruditos. Lo que lo caracteriza como uno de los textos principales del budismo mahayana es su objetivo y su claridad... Los varios estadios del camino son presentados de manera sistemática para que puedan ser fácilmente comprensibles y para que sirvan de inspiración para ser llevados a la práctica”. S. S. el Dalai Lama

ISBN: 84-86615-87-9

9 788486 615871


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