1 INTRODUCCIÓN
ASÍ COMO MOLDEAS LA MASA EN TUS MANOS, TAMBIÉN PUEDES DIRIGIR TU MENTE EN LA DIRECCIÓN QUE DESEES
ABRIR LA PUERTA DEL DARMA
E
N 1974, CUANDO ME ENCONTRABA en la cueva de Lawudo en la región de Solu Khumbu en Nepal, decidí revisar todos los textos que habían pertenecido al anterior Lama de Lawudo. En su mayoría eran textos ñingmas relacionados con las prácticas de diversas deidades, pero había uno que trataba de una práctica fundamental de las cuatro escuelas tibetanas. El texto se llamaba Abrir la Puerta del Darma: el Estadio Inicial del Adiestramiento de la Mente en el Camino Gradual a la Iluminación. Escrito por Lodrö Guialtsen, discípulo de Lama Tsongkapa y de uno de los dos hijos espirituales de Lama Tsongkapa, Kedrub Rimpoché, Abrir la Puerta del Darma es una recopilación de los consejos de numerosos gueshes kadampa. Este texto describe el estadio inicial de la transformación del pensamiento, o adiestramiento mental; en otras palabras, lo primero que debes practicar si quieres practicar darma. Sólo llegué a conocer el verdadero significado de la práctica del darma después de leer este libro. Durante todos los años de mi vida hasta ese momento lo ignoraba. Normalmente, consideramos que leer escrituras, estudiar, memorizar, debatir, recitar oraciones, efectuar rituales, etc., es practicar darma. Fue tan sólo después de leer esta obra que descubrí el modo de practicar darma. Me sorprendió mucho ver que todas mis acciones anteriores no habían sido darma. Cuando revisé mi vida, todos esos años de memorización y oración no habían sido darma. De todos esos años, no había nada que hubiera sido darma.
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Nací cerca de Lawudo, en Thami, el año 1946. Cuando era todavía muy pequeño –debía tener tres o cuatro años– mi madre me envió a un monasterio próximo para que aprendiera el alfabeto con mi tío, un monje de la tradición ñingmapa. Pero eso no duró mucho. Era muy travieso y me escapaba muchas veces del monasterio para correr a casa de mi madre. Entonces, mi madre decidió enviarme a un lugar bastante más alejado llamado Rolwaling. Rolwaling es un santo lugar secreto de Padmasambava donde hay muchas cuevas bendecidas maravillosas. Ngawang Guendun, otro tío mío, me llevó de mi casa a Rolwaling. Tuvimos que atravesar grandes riadas de agua y peligrosas montañas de las que se desprendían piedras. Después, durante uno o dos días caminamos por la nieve, y pudimos distinguir numerosas grietas de cientos de metros de profundidad que parecían tener un mar en su fondo. Fue un viaje muy, muy, duro. Viví en Rolwaling siete años. Allí, después de estudiar de nuevo el alfabeto, aprendí a leer. Mi maestro fue Ngawang Guendun, que en aquella época era también un monje. Después de aprender a leer las letras tibetanas, pasé el resto de mi tiempo memorizando oraciones, leyendo el “Kanguiur”, y el “Tenguiur” y efectuando puyas en casas particulares. En Solu Khumbu hay muchos laicos que ni siquiera saben leer el alfabeto. Normalmente los lamas les permiten asistir a las iniciaciones, pero no pueden tomar un compromiso de retiro. Los monjes que saben leer y que comprenden los textos se comprometen a hacer retiros; y los laicos, a recitar muchos millones de om mani peme hum o de algún otro mantra. A esas personas que no pueden comprender los textos, el lama les da una práctica adecuada a sus capacidades. Estos laicos deben recitar los mantras por sí mismos, pero a menudo se dirigen a los monjes que viven en las cercanías para pedirles que les ayuden con su compromiso. Ofreciendo una cesta de patatas –que es lo que ellos cultivan y comen– vienen y dicen: “He recibido de este lama el compromiso de recitar tantos millones de mantras. Por favor, haz todos éstos por mí”. Algunas personas recitan ellas mismas unos cuantos, y después piden a otras que efectúen el resto. Así pues, durante esos siete años me dedicaba a leer textos como el “Kanguiur”, el “Tenguiur” y el “Prajnaparamita” en algunas casas, siempre que mi tío era solicitado para hacer una puya. Algunas veces
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la puya era para una persona que acababa de morir. Cuando alguien fallece, es costumbre en esa región hacer una puya especial y un gran ofrecimiento de dinero a los lamas y a otras personas. Cuando tenía cerca de diez años fui a Tíbet, y hasta los trece permanecí en el Monasterio de Domo Gueshe Rimpoché, cerca de Pagri. Dedicaba mis mañanas a memorizar textos, y el resto del día a hacer puyas en los hogares de la gente. Allí pasé mi primer examen, con mi administrador haciendo ofrendas a los monjes. Pagri era un centro comercial muy activo al que acudían mercaderes de todas partes, de Lhasa, Tsang, India, etc. En marzo de 1959, los chinos invadieron Tíbet. No obstante, como esa zona se encuentra muy próxima a India, el peligro no era inminente. Más tarde en ese mismo año, se me instruyó para hacer mi primer retiro sobre el guru yoga de Lama Tsongkapa en un monasterio cercano llamado Pema Chöling, perteneciente al Monasterio de Domo Gueshe. No sabía nada sobre meditación; lo único que hice fue recitar las oraciones y algunos migtsemas. Creo que acabé el retiro, pero no sé cómo lo hice ni cuántos mantras conté. A finales de 1959, ante la ineludible amenaza de la tortura, decidimos escapar a India. La misma noche en que nos comunicaron que al cabo de dos días los chinos iban a entrar en Pema Chöling, huimos en secreto. Para llegar a Bhután sólo teníamos que atravesar una montaña. Una noche muy húmeda en la que no podíamos distinguir bien el camino, tuvimos algunos problemas al resbalarnos y hundirnos en el barro. Había nómadas en la frontera. Si nos hubieran visto nos habría resultado difícil escapar, pues habíamos oído que algunos de ellos eran espías. Sus perros ladraron, pero los nómadas no salieron de sus tiendas. Finalmente llegamos a India y nos dirigimos a Buxa Duar, al oeste de Bengala, donde el gobierno indio albergaba a los monjes de los monasterios de Sera, Ganden y Drepung que deseaban continuar sus estudios. Durante el tiempo de los británicos, Buxa había sido utilizado como campo de concentración. En él estuvieron presos Mahatma Gandhi y Nehru; el lugar en el que encarcelaron a Mahatma Gandhi se había transformado en un monasterio de monjas, y lo que entonces había sido prisión de Nehru era ahora la sala de oración del Monasterio de Sera. Empecé mis estudios de filosofía budista con Gueshe Rabten
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Rimpoché, que me enseñó el primer tema de debate de “Temas Recopilados” (Dura). Pero Gueshe Rabten tenía muchos seguidores y estaba muy ocupado, así que GenYeshe, uno de sus discípulos, ya fallecido, se ocupó de enseñarme. Después de eso recibí enseñanzas de Lama Yeshe. En Buxa enfermé de tuberculosis debido a las escasas condiciones del lugar. (Esa, por supuesto, no era la única razón, ¡también estaba el karma!). Así que, Lama Yeshe y yo, nos trasladamos a Darjeeling por nueve meses con el fin de seguir un tratamiento médico. Fue entonces, en 1965, durante nuestra estancia en el Monasterio de Domo Gueshe en Darjeeling, cuando nos encontramos con Zina Rachevsky, nuestra primera estudiante occidental. El padre de Zina era un príncipe ruso, pero la familia había tenido que huir a Francia durante el periodo de la revolución ruso. Zina nació en Francia y más tarde se trasladó a América. Ella nos pidió que fuéramos a vivir a Sri Lanka para abrir allí un centro de darma. Nosotros recibimos el consentimiento de Su Santidad el Dalai Lama y del gobierno tibetano, pero Zina se encontró con ciertos problemas, así que no pudimos ir. En su lugar, puesto que yo había nacido en Nepal, decidimos visitar ese país. Nos instalamos en un monasterio guelug, cerca de la estupa de Baudhanath, a las afueras de Kathmandú. Cada día, Lama miraba hacia una colina desde su ventana. Parecía sentirse muy atraído por ella, y un día fuimos a inspeccionar el lugar. Era la colina de Kopán. En esa época, mi madre y todos mis familiares descendieron de Solu Khumbu a Kathmandú en peregrinaje. Cada doce años, la gente de los himalayas baja de las montañas para recorrer en peregrinaje los santos lugares del valle de Kathmandú. Mi familia me rogó que volviera a Solu Khumbu, y así lo hice. Una vez en Solu Khumbu se me hizo entrega de la cueva de mi predecesor y empecé las obras del Monasterio de Lawudo. También por esa época, Lama levantaba poco a poco el Monasterio de Kopán. Los dos monasterios estaban siendo construidos al mismo tiempo. Y fue entonces cuando descubrí el texto de Lodrö Guialtsen. TRANSFORMAR LA MENTE Abrir la Puerta del Darma describe principalmente la imperma-
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nencia y muerte, y las desventajas del deseo, los obstáculos creados por los ocho darmas mundanos. Estos ocho intereses mundanos son: (1) ser feliz cuando se obtienen objetos materiales; (2) ser desdichado cuando no se obtienen objetos materiales; (3) desear ser feliz; (4) no desear ser desdichado; (5) querer oír sonidos interesantes; (6) no querer oír sonidos carentes de interés; (7) querer ser alabado; (8) no querer ser criticado. No sé si este texto ha sido traducido al inglés; entenderlo intelectualmente no es difícil; pero hay muchos términos antiguos que necesitan ser comentados. Leer esta obra fue para mí una gran ayuda; me demostró que, así como moldeas la masa en tus manos para hacer pan, también puedes dirigir tu mente en la dirección que desees. Puedes adiestrarla para que vaya por este camino o por este otro. Ahora, mi mente está completamente degenerada, pero, en aquél tiempo había reflexionado un poco sobre el significado de este texto, y llegué a odiar que la gente viniera a hacerme ofrecimientos. Después de encontrar Abrir la Puerta del Darma hice un retiro de una deidad. Yo diría que fue gracias a que había comprendido en este texto el modo de practicar darma, que ese retiro fue particularmente apacible y gozoso desde el primer día. Un ligero debilitamiento de los ocho darmas mundanos había dado a mi mente cierta serenidad y algo más de pureza. Como si hubiera menos rocas bloqueando el camino, tenía menos obstáculos en mi mente, es decir, menos interferencias de los ocho darmas mundanos. Esto es lo que hace que un retiro tenga éxito. A pesar de que no había leído cuidadosamente los comentarios de esta práctica tántrica, recibí las bendiciones de la deidad porque los obstáculos en mi mente habían disminuido. Cuando intentas controlar tu mente se alejan los obstáculos, y el darma puro de tu mente te aproxima a la deidad. Recibes las bendiciones de la deidad aunque no tengas mucha familiaridad con las meditaciones. Tener buenos signos durante el día, en las sesiones, y durante la
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noche, en los sueños, muestra que la deidad está complacida contigo y que te concede sus bendiciones. Podríamos decir que el éxito de un retiro depende básicamente de esto. Parece ser que el hecho de recibir las bendiciones de una deidad no sólo depende de conocer las meditaciones de los estadios de generación y consumación del camino tántrico. (Por supuesto, no serás capaz de continuar tu retiro si cuanto más retiro haces, más lung y enfermedades tienes. Después de conocer el budismo tibetano, ¡conoces perfectamente el lung! Antes de eso, el lung no era tan famoso. Por cierto, la causa principal para tener lung, es la incapacidad de practicar la esencia de este texto, el verdadero significado del darma). Como ha dicho Kirti Tsenshab Rimpoché, detentor de todos los sagrados budadarmas: “Las enseñanzas de Buda (Tibetano: Kanguiur) y los comentarios de los pandits (Tenguiur) en su totalidad, tienen el propósito de subyugar la mente”. Todas esas enseñanzas son adiestramiento mental, transformación del pensamiento. Todas las enseñanzas de Buda están dirigidas a transformar la mente, a controlarla. Como he mencionado, Abrir la Puerta del Darma es un texto sobre la transformación del pensamiento. ¿Porqué se llama “transformación del pensamiento”? ¿Qué es lo que interfiere y hace ineficaces nuestras prácticas de escuchar estas enseñanzas, reflexionar en su significado y meditar en el camino que revelan? Los ocho darmas mundanos, el deseo que se aferra a esta vida. El propósito específico de este texto es subyugar los ocho darmas mundanos, esto es la transformación del pensamiento. Todas las enseñanzas del Lam Rim, el camino gradual a la Iluminación, son transformación del pensamiento. Su propósito principal es subyugar la mente. Esta es la razón por la cual las prácticas de escuchar, reflexionar y meditar en las enseñanzas del Lam Rim son tan beneficiosas. Escuchar o leer el Lam Rim puede subyugar tu mente allí donde otras enseñanzas no son efectivas. El camino gradual a la Iluminación tiene una disposición especial que subyuga la mente. El Lam Rim, según la exposición original de Lama Atisha en su texto Una Luz en el Camino empieza con la meditación en el perfecto renacimiento humano; las ocho libertades y las diez riquezas. Sin embargo, Lama Tsongkapa inicia las meditaciones del Lam Rim con la devoción al guru, la raíz del camino.
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Ahora bien, ¿qué es lo que entorpece la generación del camino gradual a la Iluminación en tu mente? ¿Qué es lo que te impide obtener realizaciones, empezando por la devoción al guru o el perfecto renacimiento humano? Una vez más, son los ocho darmas mundanos. El interés mundano hace imposible que la práctica del Lam Rim se convierta en darma. ¿Qué es lo que impide que nuestras acciones cotidianas se transformen en darma? Durante todo el día, ¿qué es lo que impide que nuestras acciones se conviertan en el darma? Los ocho darmas mundanos, el deseo que se aferra a esta vida. Ese es el obstáculo que bloquea la generación del Lam Rim en nuestra mente desde su inicio hasta la Iluminación; el que nos impide obtener las realizaciones de la devoción al guru, el renacimiento humano perfecto, etc. Necesitamos adiestrar nuestra mente reflexionando en las desventajas de los intereses mundanos y en los infinitos beneficios de renunciar a ellos. Necesitamos adiestrar nuestra mente meditando especialmente en la impermanencia y en la muerte. Si efectúas este adiestramiento inicial del pensamiento, abres la puerta del darma. Después, puedes practicar darma sin dificultad. Eres capaz de llevar a cabo cualquier actividad que desees, tanto si se trata de un retiro como de otras prácticas de darma. En general, todas tus acciones se vuelven darma. Y no sólo eso, también puedes empezar a generar en tu propia mente las realizaciones del camino, desde la devoción al guru o el renacimiento humano perfecto, hasta la Iluminación. Eres capaz de generar el camino a la Iluminación en tu mente, capaz de continuarlo y de completarlo. Todos los resultados mencionados surgen de este adiestramiento mental inicial, Abrir la Puerta del Darma. Si practicas el significado de este texto, controlarás los ocho darmas mundanos en lugar de dejar que ellos te controlen a ti. En vez de mermar tu libertad, estarás aumentándola. De otro modo no tienes independencia, no tienes libertad.
n este libro, Lama Zopa Rimpoché revela el significado esencial de un texto budista antiguo que él descubrió en su cueva de retiro de los Himalayas, en la región de Solu Khumbu (Nepal). El mensaje es simple y va dirigido tanto a los budistas como a los no budistas: es posible detener todos los problemas para siempre y conseguir una paz mental perfecta practicando los métodos del adiestramiento de la mente presentados en esta enseñanza. Si estás enfermo o eres discapacitado, necesitas este libro. Si estás cansado, solo o deprimido necesitas este libro. Si estás insatisfecho y desilusionado con la vida y con tus amistades, necesitas este libro. Incluso si eres feliz y todo te va sobre ruedas todavía necesitas este libro. Lama Zopa, cuya biografía también se incluye en este libro, es un prestigioso monje budista y guía espiritual de miles de personas en todo el mundo. Al comienzo de estas enseñanzas sorprendió a la audiencia declarando: “Sólo al leer este texto llegué a comprender lo que realmente significa la práctica del budismo”.
AL ABRIR ESTE LIBRO ABRIRÁS LA PUERTA DE UN SENDERO INMEMORIAL QUE CONDUCE A LA SABIDURÍA Y AL GOZO.
ISBN: 84-86615-47-X
9 788486 615475