Cazadores recolectores en el valle Ibáñez Una escena de vida cotidiana en Alero Las Mellizas (Sitio RI-23)
Lámina 1 sitio arqueológico.indd 1
25-04-2013 19:24:54
El sitio RI-23 fue descubierto por Luis Felipe Bate, arqueólogo aysenino que en los sesenta exploró el valle Ibáñez, identificando diversos sitios en su curso medio e inferior.
La ilustración propone una representación de lo que pudo ser la cotidianeidad de una familia de cazadores recolectores, habitantes del valle Ibáñez. La arqueología nos entrega valiosa información para imaginarnos aquel mundo.
Este sitio es conocido también como Alero Las Mellizas, tomando así el nombre de las dos lagunas que se ubican hacia el Noreste de él.
Sabemos por ejemplo que consumían huemul, por lo que podemos pensar que hombres adultos y jóvenes salían a cazar al bosque y volvían con las presas enteras o también -como se sabe lo hacían los selknam en tierra del fuego- despostadas.
Bate identificó tres conjuntos de pinturas rupestres en la pared del alero y también recolectó artefactos líticos en la superficie del lugar.
Sabemos que conocían el fuego, por lo que es seguro que asaban la carne antes de consumirla. Y este alimento lo combinaban con frutos y vegetales recolectados en el bosque y otras presas menores.
Aprovechando el cuero de las presas, es probable hayan confeccionado vestimentas para su abrigo y como cobertores para el descanso. Fabricaban herramientas de piedra: puntas de proyectil para cazar; cuchillos y raspadores para faenar las presas; morteros y manos de moler para preparar la pintura y tal vez moler semillas; cepillos para el raspado de madera. Es muy probable que hayan confeccionado adornos personales como collares, cintos u otros.
En el verano de 2013, investigadores que excavaron parte de la plataforma del sitio y trabajaron sobre las pinturas, contabilizaron 24 manos y 10 “manchas”, todas en rojo.
¿Habrán tenido perros como mascotas y compañeros? Nosotros creemos que sí, aunque no ha sido corroborado por la investigación arqueológica desarrollada en el valle Ibáñez. Pero considerando que la relación entre los seres humanos y los perros es milenaria, proponemos la idea que el perro sí fue parte de la vida de los cazadores recolectores ue habitaron este valle de la Patagonia chilena.
Los cazadores recolectores “aparecen” en el valle Ibáñez hace 5000 años atrás aproximadamente. Esto se ha podido saber por técnicas de fechado sobre muestras de carbón de los fogones hallados en excavación y también sobre muestras extraídas de los huesos de las presas que consumieron.
Al parecer ocupaban estos aleros en pequeños grupos familiares, y probablemente fueron muchos y distintas las familias que habitaron el Alero Las Mellizas, dejando dispersos los vestigios de su paso, los que hoy son encontrados por los arqueólogos, para estudiarlos y comprender la vida de estos pueblos
Y realizaron pinturas sobre la piedra. Manos en negativo y positivo, grandes, pequeñas, sobretodo manos derechas. Pero también pintaron motivos indescrifrables para nosotros.
Ilustración: Manuela Millar Estrada / Texto: Mauricio Osorio / Revisión: Francisco Mena y Camila Muñoz / Producción y edición:
Lámina 1 sitio arqueológico.indd 2
25-04-2013 19:24:56