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Quemaduras de tercer nivel. Entrevista Dra. Cristina Padilla

El manejo de pacientes quemados no implica solamente cirugía, sino que es un trabajo multidisciplinario para devolverles funcionalidad y calidad de vida. Dra. Cristina Padilla

Las quemaduras de tercer nivel representan un desafío médico de alta complejidad, que requiere un enfoque multidisciplinario y especializado para garantizar la recuperación funcional de los pacientes. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023) revelan que, “cada año, 180 mil personas mueren como consecuencia de quemaduras. La gran mayoría de casos se concentran en países de ingreso mediano y bajo”.1 En Ecuador, la Unidad de Quemados del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) es una de las instituciones de referencia en el manejo de grandes quemados, implementando tecnología avanzada y protocolos de atención de tercer nivel. En esta entrevista, la doctora Cristina Padilla, cirujana plástica, especialista en grandes quemados y jefa de la Unidad de Quemados del HCAM, comparte con revista Guía Farmacéutica, su vasta experiencia, los avances en el tratamiento y los retos que enfrenta esta especialidad en el país.

¿Qué define a un paciente como gran quemado?

Las quemaduras son lesiones que afectan a la piel, un órgano esencial para la protección y regulación metabólica del cuerpo. Cuando estas lesiones comprometen grandes extensiones de la piel pueden poner en peligro la vida del paciente y generar complicaciones multisistémicas. En la Unidad de Quemados del HCAM, se atiende a pacientes con lesiones térmicas graves que cumplen ciertos criterios, como la extensión de la quemadura, su profundidad y la localización en zonas críticas como: cara, manos, pies o genitales. Además, otros factores como enfermedades preexistentes: diabetes, hipertensión, epilepsia, etc., pueden agravar la condición del paciente y requerir atención especializada.

¿Cuál es la incidencia de quemaduras y qué tipo de pacientes son los más afectados?

En la Unidad de Quemados del HCAM, se brinda atención a pacientes de todas las edades, desde lactantes hasta adultos mayores. Se recibe a niños entre 2 y 5 años, que son los más propensos a sufrir quemaduras por líquidos calientes en el hogar (agua, sopas, café). Adultos en edad laboral entre 20 a 60 años, en especial, debido a accidentes laborales por electricidad, explosiones de gas y productos químicos. Adultos mayores, dependientes de terceros pueden sufrir quemaduras por descuidos o accidentes domésticos. El mayor porcentaje está relacionado con quemaduras laborales; en especial, se observa a jóvenes recién ingresados a empresas eléctricas o fábricas, esto debido a la falta de experiencia en el manejo de maquinaria y sustancias inflamables.

¿Qué tipos de quemaduras son más frecuentes y cómo se clasifican?

Las quemaduras se clasifican por su origen y gravedad, por ejemplo: Térmicas, por contacto con fuego, líquidos calientes o explosiones de gas. Eléctricas, que se divide en alto voltaje (>1000 V, en postes eléctricos) y bajo voltaje (220 V, en el hogar), en ambos casos pueden ser mortales. Químicas, las cuales ocurren en fábricas o laboratorios debido al contacto con sustancias corrosivas. Radiación, aunque son menos frecuentes, pueden presentarse en trabajadores expuestos a materiales radiactivos. En términos de extensión, un paciente es considerado gran quemado cuando las lesiones superan el 20 % de la superficie corporal en adultos y el 10 % en niños.

¿Cuáles son los protocolos de atención para pacientes con quemaduras de tercer nivel?

En el país existen unidades de tercer nivel especializadas en la atención de pacientes quemados. En el sector público, el Hospital Eugenio Espejo recibe pacientes no afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS); mientras que, el Hospital Carlos Andrade Marín atiende a pacientes afiliados. El protocolo inicia con la estabilización del paciente en emergencia, que inicia con la reposición de líquidos, control del dolor y soporte ventilatorio en casos de inhalación de humo. Luego, se realiza el manejo quirúrgico, que incluye el retiro del tejido necrótico y la cobertura temprana con injertos de piel o matrices dérmicas. La prevención de infecciones es fundamental y se logra con el uso de apósitos avanzados y antibióticos dirigidos según cultivos bacterianos. Además, la rehabilitación temprana, a través de la movilización precoz, ayuda a prevenir contracturas y la pérdida de masa muscular. El uso de tecnología avanzada ha mejorado la cobertura de heridas y reducido las complicaciones postquirúrgicas, optimizando la recuperación del paciente.

¿Cómo se maneja la sepsis en pacientes con quemaduras severas?

El manejo de la sepsis en pacientes gran quemados ha evolucionado de manera significativa gracias a los avances en tecnología y protocolos de atención. Antes, la tasa de infecciones era elevada debido a la necesidad de múltiples procedimientos quirúrgicos y la exposición prolongada de las heridas. Sin embargo, con la incorporación de nuevos apósitos y biomateriales biotecnológicos, se ha logrado optimizar el control de las infecciones. En la actualidad, se realizan limpiezas quirúrgicas más eficientes, se emplean injertos de piel sintética y matrices dérmicas que reducen la exposición de las heridas y, por ende, el riesgo de infecciones. Además, el uso de antibióticos dirigidos, bajo la supervisión de infectólogos, permite un tratamiento más eficaz de la sepsis.

En la foto: Equipo de la Unidad Quemados del HCAM.

¿Cómo ha evolucionado el tratamiento de los pacientes quemados?

La Unidad de Quemados del HCAM ha experimentado un gran avance desde su fundación. Al inicio, se contaba con solo dos médicos; en la actualidad, se cuenta con cinco cirujanos plásticos especializados. Además, se ha incorporado tecnología de vanguardia para mejorar la cicatrización y reducir complicaciones. Antes, la tasa de mortalidad era alta incluso en pacientes con quemaduras moderadas. Ahora, con mejores protocolos y tecnología, se ha logrado aumentar, significativamente, la supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Entre los avances tecnológicos que se emplean están las pieles sintéticas, que son materiales creados en laboratorio que sirven como cobertura temporal para proteger la piel dañada. Matriz dérmica celular, derivada de colágeno bovino y de tiburón, que mejora la estabilidad de las cicatrices y reduce el riesgo de retracciones. Terapia con plasma rico en plaquetas, que se emplea en reconstrucciones específicas para mejorar la regeneración cutánea. Sistema Meek (mallado de piel), que permite expandir pequeños inyectores para cubrir áreas extensas, por ejemplo, cuando un paciente está quemado el 80 % de su cuerpo y solo tienes 20 % sano. Con estos avances se optimiza la recuperación de los pacientes y se reduce el tiempo de hospitalización.

¿Cómo es el proceso de rehabilitación de un paciente gran quemado?

La rehabilitación varía según la gravedad de las lesiones. Pacientes con amputaciones requieren fisioterapia para el uso de prótesis; mientras que, otros necesitan ejercicios de movilidad para evitar retracciones. El tratamiento es multidisciplinario e incluye médicos internistas, fisiatras, psicólogos y trabajadores sociales. Además, se realizan cirugías reconstructivas para mejorar la funcionalidad y, en algunos casos, la estética del paciente. El tiempo de hospitalización según la gravedad, se establece en promedio, un día de hospitalización por cada 1 % de superficie corporal quemada. En general, el promedio es de 30 días en la Unidad de Quemados y en casos extremos pueden requerir hasta 2 años de tratamiento. La rehabilitación asegura que el paciente recupere funcionalidad y calidad de vida.

¿Qué desafíos enfrenta la atención de pacientes quemados en Ecuador y cómo se pueden mejorar?

Uno de los principales desafíos es la falta de prevención. En Ecuador, la educación sobre seguridad en el hogar y el trabajo es limitada. Además, se requiere mayor infraestructura y apoyo gubernamental para mejorar la atención y equipamiento de las unidades de quemados de todo el país. A pesar de los avances en atención, nuestro objetivo no es solo mejorarla, sino reducir la incidencia de quemaduras a través de campañas preventivas en todas las edades.

¿Qué mensaje le daría a la comunidad médica?

Atender a un paciente quemado va más allá de la cirugía plástica. Es un proceso complejo que requiere trabajo en equipo, compromiso y empatía. A pesar de ser una especialidad desafiante, la gratitud de los pacientes y sus familias es el mayor reconocimiento. A los médicos jóvenes, los invito a interesarse en esta especialidad, ya que hay una gran necesidad de especialistas comprometidos con la reconstrucción y recuperación de estos pacientes.

Un segundo de descuido puede causar una vida de secuelas; la prevención es la clave para reducir las quemaduras graves
  1. Organización Mundial de la Salud. (OMS). (2023). Quemaduras. Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/burns

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