7 minute read
Trastorno bipolar en la tercera edad. Entrevista Dr. Diego Sarasola
Dr. Diego Sarasola
Médico psiquiatra
Especialista en neuropsiquiatría y neurociencias
El paciente con trastorno bipolar requiere de un equipo multidisciplinario que involucra a la familia, el médico clínico y el psiquiatra para optimizar el tratamiento. Dr. Diego Sarasola
La Organización Mundial de la Salud estima que “para 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. Este dato es relevante considerando que, aproximadamente, el 14 % de los adultos mayores viven con un trastorno mental”(1). La salud mental en la tercera edad es un factor de importancia que está determinada por el entorno físico, social, por los efectos de experiencias pasadas y problemas asociados con el envejecimiento; por lo cual, atender este aspecto permite una buena calidad de vida en esta etapa. Revista Guía Farmacéutica dialogó con el doctor Diego Sarasola, médico psiquiatra, especialista en neuropsiquiatría y neurociencias; director general del Instituto de Neurociencias Alexander Luria en Argentina, quién compartió información de interés sobre el trastorno bipolar en la tercera edad.
¿Qué es la bipolaridad?
El trastorno bipolar (TB) es una enfermedad mental crónica, antiguamente llamada psicosis maníaco-depresiva es un cuadro psiquiátrico grave y difícil que tiene como característica básica la fluctuación del estado anímico. Se debe aclarar que, la fluctuación del estado anímico lo puede presentar cualquier persona; pero, en la bipolaridad las fluctuaciones son exageradas que alteran la vida del paciente y su familia. A veces, se puede pensar que, se es bipolar porque un día está contento y otro triste; pero no, la bipolaridad es una enfermedad que se caracteriza por tener episodios de gran exaltación del estado de ánimo que depende de la dimensión se lo conoce como manía o hipomanía, con episodios depresivos que no siempre son alternantes unos y otros.
¿A qué edad se presenta?
El trastorno bipolar puede empezar a cualquier edad, lo más común es que empiece en los adultos jóvenes y al inicio de la etapa del adulto mayor. Cuando se habla de la bipolaridad en el adulto mayor, se debe pensar en dos escenarios distintos; el primero, cuando el paciente bipolar que envejeció comenzó con su cuadro de bipolaridad a los 25 años y llegó a los 70 años es un adulto mayor bipolar y el otro escenario es cuando, el paciente inicia el cuadro bipolar en la tercera edad. Ambos tienen características distintas y es necesario estudiarlos porque a veces pueden ser otras enfermedades mentales.
¿La bipolaridad debe ser considerado un problema de salud pública?
Sin duda. Los estudios epidemiológicos son variables y establecen que entre el 0,5 % al 2 % padecen de trastorno bipolar, de esos, una cuarta parte son mayores de 60 años y esto, se va a incrementar cada vez más conforme envejezca la población. La incidencia del trastorno bipolar es relativamente equitativa, pero, un poco más frecuente en mujeres.
¿Qué características y factores de riesgo presenta?
En general, una de la característica quizás las más importante en estos pacientes suele ser la depresión, con cuadros de desinhibición, tanto sexual como verbal, porque son síntomas de alteraciones del lóbulo frontal y, además, suelen tener cierto nivel de deterioro cognitivo. Los factores de riesgo para que aparezca un cuadro de bipolaridad del adulto mayor está relacionado con la historia previa de la enfermedad que tiene menos carga genética que, la bipolaridad del adulto joven. Otros factores son las lesiones cerebrales, los eventos cerebrovasculares, daño en la sustancia blanca y alteraciones cerebrales previas.
¿Cuál es el proceso de diagnóstico adecuado para la bipolaridad?
En el diagnóstico, lo primero y muy importante es una minuciosa historia clínica, donde se interrogue al paciente y a un familiar sobre los antecedentes de la enfermedad, porque a veces, la bipolaridad tiene cuadros llamativos como, por ejemplo, cuando la persona sale gritando a la calle, insulta a otro o se pelea, lo que oculta otros síntomas que son importantes como el olvido. Entonces, al elaborar la historia clínica se extrae información que permite conocer la personalidad previa de la persona y establecer si siempre tiene un brote (cuadro bipolar) o nunca lo ha presentado. Además, se requiere revisar al paciente en caso de presentar un síntoma neurológico o reflejos frontales, ya que, se suele presentar una correlación entre la bipolaridad y la demencia frontotemporal, porque ambas comparten característica similares y circuitos cerebrales en común, como son los circuitos y las estructuras del lóbulo frontal, por ello, en un paciente de 70 años que empezó con síntomas de una aparente bipolaridad, se requiere una resonancia, un spect cerebral (prueba de medicina nuclear) y distintos estudios para esclarecer si se trata del trastorno bipolar o de una demencia frontotemporal que recién inicia.
¿Qué tipo de tratamiento se implementa en la bipolaridad del adulto mayor?
El paciente con trastorno bipolar requiere de un tratamiento farmacológico y multidisciplinario, con apoyo terapéutico en grupo y con familiares. El mayor desafío de un paciente bipolar es que este tome conciencia de lo que tiene. En lo farmacológico, la herramienta básica son los estabilizadores del estado de ánimo como el litio, que sigue estando a la cabeza. Si bien el litio tiene un poco más de limitaciones en el adulto mayor, no está contraindicado, pero, se debe controlar la función renal y tiroidea. En las últimas actualizaciones, casi no existen guías direccionadas al tratamiento crónico y de por vida del trastorno bipolar en el adulto mayor, pero, la norma general es tomar el procedimiento para el adulto joven y en base a la experiencia y lo que se conoce como médico de las interacciones farmacológicas, se lo modifica y se inicia el tratamiento a menor dosis de litio en el adulto mayor.
¿Qué es lo más difícil de enfrentar con esta enfermedad?
Sin ninguna duda, lo más difícil es que el paciente tome conciencia de su enfermedad. El paciente que no tiene conciencia, a lo cual, se llama anosognosia, es el más complicado, porque en esta enfermedad se necesita que la persona tome el medicamento a diario. Otro aspecto que se presenta es con los fármacos psiquiátricos, por una cuestión de estigma o malos comentarios, los pacientes los quieren dejar, lo que suelen decir es, yo estoy bien, para que debo seguir tomando esto, lo cual representa un problema y un punto difícil de manejar. En este trastorno el peor escenario se presenta por las consecuencias dramáticas derivado de un problema de conducta. No quiero con esto alarmar, pero, la depresión bipolar tiene un riesgo de suicidio alto que no se debe subestimar o pasar por alto, es necesario escuchar y ser empático.
Se requiere conversar con el paciente, la familia y el médico clínico que lo atienda, para comunicarse y establecer una coordinación en el tratamiento. El clínico sigue siendo el director de orquesta porque es el que más conoce al paciente
¿Qué es lo esencial que se debe recordar de la bipolaridad en el adulto mayor?
Es indispensable que los pacientes consulten siempre con un profesional de salud mental; a diferencia de hace cuarenta años, en la actualidad, se cuenta con buenas herramientas terapéuticas, farmacológicas y no farmacológicas para tratar el trastorno bipolar. Por otra parte, los colegas deben estar alerta, ya que la población mundial está envejeciendo y esto hace que, a veces cambien un poco los cuadros clínicos. Los profesionales de la salud mental estamos trabajando para desestigmatizar las enfermedades mentales porque son muy prevalentes y es necesario conocerlas, asimilarlas, vivir con ellas y buscar ayuda. Negar que existe una enfermedad mental como la bipolaridad, empeora la vida de millones de personas que la padecen.
[1] Organización Mundial de la Salud (2023). Salud mental de los adultos mayores. Recuperado de https://n9.cl/uktgj