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Demasiadas conjeturas

sentidos

Y SIGNIFICADOS

Demasiadas conjeturas

UNA ETIMOLOGÍA MISTERIOSA

Arrigo Coen Anitúa (†)

Teodolito es una de las voces acerca de cuyo origen la Acacademia se abstiene de opinar. Corominas la pone al fi nal de los términos derivados del griego theós, ‘dios’, pero hace la salvedad: “es improbable que tenga que ver con theós”. Agrega que “es palos edad: es pawww.wikipedia.org labra de origen oscuro; falta todavía en Aut. (Con esta abreviaviatura Corominas se refi ere al famoso primer diccionario de la a Real Academia Española, precisamente llamado de autoridades, porque indica con citas el uso que de cada palabra hacían los buenos autores. El primer volumen, de los seis que constituyen la obra, apareció en 1726 y el último en 1739.); pero en otros idiomas europeos se documenta desde el siglo XVI. Quizá sea un compuesto formado arbitrariamente con thean ‘mirar’, odós, ‘camino’, y la parte central de la palabra alidada, instrumento que Teodolito, dibujo Teodolito, dibujo de Caroline Hassler. de Caroline Hassler.constituía la parte esencial del teodolito antiguo.” Bien es verdad que se han lanzado arriesgadas conjeturas, relativamente as relativamente razonables las unas, disparatadas otras, sobre la etimología de teodolito. Las voces, en diversas lenguas, datan, como lo apunta Corominas, del siglo XVI. Por lo que al inglés toca, el Century Dictionary reza: “antiguamente theodelite; a veces theodelet; en alemán y danés, theodolit; equivalentes al francés théodolite; español teodolita (sic); italiano teodolito; provenientes todas del inglés, y éste del nuevo latín, mediante un supuesto theodolitus, que tuvo primero la forma theodelitus, en una obra de Leonard Digges, intitulada Pantometria, fechada en 1571 (probablemente el año de la muerte del autor), defi nido como ‘un círculo marcado en 360 grados, o un semicírculo partido en 180 porciones’; origen desconocido.” No cabe duda de que el término tiene una fi sonomía griega, pero carece de una base griega que se pueda invocar con verosimilitud. Queda dicho que no han faltado aventuradas hipótesis: por ejemplo, algunas quieren derivar la

palabra de un elemento radical griego thea, de ‘ver’, ‘mirar’, ‘contemplar’, ‘ser espectador’ (esta raíz genera también la voz théatron, ‘teatro’, ‘lugar donde se ve’), más odós, ‘camino’, y litós, ‘suave’, ‘liso’, ‘llano’; esto daría el signifi cado ‘ver el camino plano’. Otros, al elemento théa agregan dolichós, ‘largo’, como queriendo decir ‘ver la longitud’. También hay quienes yuxtaponen a théa, ‘mirada’, doulos, ‘servidor’, e interpretan ‘al servicio de la mirada’, y quienes a théa suman delos, ‘claro’, ‘manifi esto’, o sea ‘visión clara’. Tampoco han faltado quienes prefi eran el radical thein, ‘correr’, y el ya dicho dolichós, ‘largo’, lo que traduciríamos por ‘largo recorrido’. Un curioso híbrido es el que forjan los que sostienen que teodolito proviene del artículo inglés the, ‘una’, o como símbolo de un círculo, más las voces latinas delitus o deletus, lo que equivaldría a ‘el círculo tachado’, descripción de un círculo marcado en sectores por numerosos diámetros, lo que da un efecto de haberlo tachado, y representa el plano en que gira el instrumento de que se trata. No recuerdo en qué libro leí algo sobre la hipótesis de que el nombre del teodolito provenía del antropónimo Theódulos, esto es, Teódulo, y que su origen se atribuía a un matemático de ese apelativo, el cual no pasó a la historia. Por último, y quizás ésta sea, por simplista, la versión más viable, se ha pensado en que teodolito es una corrupción de la expresión inglesa “the alidade”, o sea, ‘la alidada’. En cuanto a esta voz, alidada, que designa al instrumento original en cuyo principio se basa el funcionamiento del teodolito, viene del árabe al, artículo, e idada, ‘jamba de puerta’, ‘regla de astrolabio’ o ‘regla de carpintero’. Se halla por primera vez documentada en español, en la obra de Alfonso el Sabio, entre 1256 y 1276, bajo la forma alhidada. También se puede encontrar en el Libro de Astrología, de Enrique de Villena, dalida, posible aféresis de un no documentado adalida, metátesis de alidada. Del español pasó a varias lenguas europeas en el siglo XVI.

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