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Y ése, ¿qué?

Sara Giambruno

Si bien es cierto que la Real Academia de la Lengua (RAE) no resuelve siempre nuestras dudas, hay que admitir que sí engendra polémica. Es el caso de los pronombres demostrativos, de los que ha indicado que ya no es necesario acentuarlos. Esto, sin duda, ha generado satisfacción en quienes son perezosos para poner acentos y, si no, vean las diferentes opiniones que aparecen sobre el tema en el Word Reference Forums, y otros sitios. En la Feria de Guadalajara 2009, donde se profundizó la polémica, se vio claramente el lado de los académicos y el lado de los escritores, aunque de manera paradójica. Pérez Reverte, escritor español, por ejemplo, se pronunció por seguir acentuando el sólo como adverbio. Por

Escudo de la Real Academia Española (RAE). lo general es al revés, los escritores, oídos y voces de la lengua hablada, se enfrentan con académicos, defensores de la tradición escrita, que nada quieren cambiar en aras de conservar el español, uno de los fundamentos de la existencia de la RAE. El propósito de este artículo es describir cuál es el uso y la importancia de estos acentos y comunicar nuestro deseo de, por lo menos en esta publicación, conservarlos. En otras ocasiones me referí a las diferencias entre la lengua hablada y la lengua escrita, diferencias que hacen de esta última un sistema aparte, congruente en sí mismo. La lengua hablada tiene su evolución, desde inundaciones de vocablos del inglés, que terminamos aceptando bajo el rubro de neologismos, pasando por expresiones tomadas de la televisión, o de la vida diaria, que permanecen o mueren por desuso. La lengua escrita cumple otra función y ahí hay que recordar el lema de la RAE: “Limpia, fi ja y da esplendor”. Es decir, de entre muchos neologismos que se acuñan cada año hay que ver si el hablante los tomó porque no existía el equivalente en español, o no lo conocía, si hay en efecto una palabra española correcta y proponerla o indicar cuál es la grafía adecuada. Es el caso de membresía, al que el maestro José G. Moreno de Alba –ex director de la Academia Mexicana de la Lengua– le dedicó un artículo en

Minucias del lenguaje. 1 Él fundamenta por qué debería ser membrecía; sin embargo, su etimología inglesa, membership, fue la que se impuso. A la distancia, aun en 1992, cuando se publicó por primera vez el libro, ya era una batalla perdida. Pero no por eso hay que suspender la guerra…

Volvamos a los pronombres demostrativos. Los pronombres cumplen la función de sustantivos, no acentuarlos incluso podría tomarse como “rebajarlos” a una categoría inferior.

¿Cuándo se acentúan y cuándo no?

Los adjetivos demostrativos son los siguientes: ese, esa, esos, esas; este, esta, estos, estas. Ejemplos:

ese lápiz verde esa chamarra azul esos niños alegres esas ores fragantes este cuaderno grande esta montaña alta estos muchachos apuestos estas casas elegantes

Si se observa con atención, cada uno de los demostrativos tiene un sustantivo al lado, por eso se trata de adjetivos. Pongamos algunos de los ejemplos en una oración.

Ese lápiz es verde.

Ese cuaderno no tiene tapas.

Esa chamarra azul me gusta.

Estas casas elegantes alegran la vista.

Ahora, sigamos hablando de lápices, cuadernos, chamarras y casas. Aquí van a aparecer los pronombres demostrativos porque no queremos repetir las mismas palabras y hacer pesada la oración. Ese lápiz es verde, éste es rojo = Este lápiz es verde, este lápiz es rojo. Para no repetir lápiz, ponemos el acento en éste. 2

1 José G. Moreno de Alba, Minucias del lenguaje, FCE, México, 1996, pp. 296-297. Se recomienda ampliamente la lectura de este libro porque resuelve muchas de nuestras dudas en el uso de la lengua. 2 Así lo podemos explicar en clase y poner con letra chiquita en el pizarrón, en lugar del acento, la palabra lápiz para que quede más claro.

Ese cuaderno no tiene tapas; ése sí tiene = Ese cuaderno no tiene tapas; ese cuaderno sí tiene (tapas). Esa chamarra azul me gusta; ésa negra también = Esa chamarra azul me gusta; esa chamarra negra también (me gusta).3 Estas casas elegantes alegran la vista; éstas a medio construir la arruinan = Estas casas elegantes alegran la vista; estas casas a medio construir la arruinan (arruinan la vista).

Yo creo que la regla no es complicada. En el caso del título de este artículo, éste podría ser el contexto:

• Quiero que subas estos paquetes al auto. • Y ése (ese paquete que está más lejos), ¿qué? (¿también lo subo?)

En el texto del artículo se usaron adjetivos y pronombres demostrativos. A continuación pongo los ejemplos.

Esto, sin duda: nunca se acentúa por ser pronombre demostrativo neutro.

estos acentos: adjetivo demostrativo.

esta última: éste es un caso especial, ya que sí es un pronombre, pero no se acentúa porque está adjetivado, es decir, colocado al lado de un adjetivo también sustantivado, última. En este contexto, equivale a la lengua escrita.

éste podría ser el contexto: en lugar de “este contexto podría ser el contexto”

éste es un caso especial: equivale a “este caso es un caso especial”.

estas palabras: adjetivo demostrativo.

Finalmente, y relacionado con el tema: cuando estas palabras se escriben con mayúscula, también se acentúan. Durante muchos años la tecnología complicaba poner acento en las mayúsculas de los titulares de un periódico, por ejemplo. Ahora no hay justifi cación para no ponerlo.

3 Observen que el idioma tiene múltiples formas de elidir, no sólo la que estamos comentando: también sobreentiende el verbo. En la oración anterior a ésta se elide la palabra tapas. En la oración siguiente, la, el pronombre objeto directo, elide “la vista”.

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