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Los Simpson y un poco (o un mucho) de ciencia
Los Simpson y un poco
(O UN MUCHO) DE CIENCIA
José Manuel Posada de la Concha*
Algunos programas televisivos –no necesariamen-
te los documentales científicos– sirven para aprender ciencia. En este caso, se presenta un análisis detallado de un capítulo de Los Simpson que muy probablemente casi todos hemos visto. Quitando las exageraciones, que ofrecen un elemento de contraste cuya finalidad es resaltar algo que muchos televidentes tal vez no perciban, hay algunas afirmaciones que no son del todo correctas y que es necesario aclarar.
shutterstock .
os Simpson son un paradigma de la televisión porque rompieron el esquema clásico de entretener a los niños… ¿A los niños? Sí, la pregunta es válida porque una de sus características y parte fundamental de su éxito es que en realidad no están dirigidos a ellos, sino a sus padres, ya que las situaciones son poco convencionales y constituyen por lo general una crítica muy aguda al sistema de vida estadounidense. Por ejemplo, nos topamos con guiones de un papá desobligado y de un hijo irreverente, donde se habla sobre drogas con el mismo desparpajo con que se ironiza sobre la delincuencia en Brasil o los atributos físicos de una cantante. También se habla sobre las infidelidades en un matrimonio o se critican las malas administraciones de los gobiernos de Estados Unidos. Con estas temáticas, que se relacionan con los problemas y las vivencias de las familias estadounidenses parodiadas hasta el cansancio, junto a su “sueño americano” se cuajó un gran éxito televisivo que hoy en día goza de tanta popularidad como hace 20 años. Por estas razones, conviene que si lo ven los niños, estén acompañados por los papás que les expliquen que la exageración en las caricaturas es, como en el rap, una forma de crítica (y, por supuesto, que no traten de imitar las travesuras de Bart).
Los guionistas de Los Simpson son profesionales, especialistas en arquitectura, historia, geografía, política, música y, desde luego, ciencia. En muchos capítulos se hace mención
* Estudiante de posgrado del Centro de Ciencias Aplicadas y
Desarrollo Tecnológico, UNAM.
de leyes físicas, teoremas matemáticos, teorías biológicas e, incluso, se llega al caso de que algún connotado científico contemporáneo sea el protagonista de un capítulo, como fueron los casos de Stephen Hawking y Stephen Jay Gould, físico el primero, biólogo el segundo.
Ante este tipo de programas cabe la pregunta que muchos profesionales de la comunicación o educación de la ciencia es posible que se formulen: ¿las personas que ven Los Simpson se quedan con algo de conocimiento científico?, o quizá mejor, ¿se pueden interesar por algún tema de ciencia?
La respuesta no es sencilla y no es fácil llegar a ella porque, en principio, a mi parecer, la divulgación o la educación científica no es parte de los objetivos de los creadores del programa. Ellos no pretenden que la gente aprenda. Aunque debemos mencionar que no sería nada extraño que, gracias a uno de los capítulos clásicos de este programa –cuando Homero se adentra a una dimensión desconocida y habla sobre los espacios de “n” dimensiones y sobre los agujeros negros–, un joven recurra a otro medio diferente para conocer e investigar más sobre el tema. En fin, uno siempre se lleva sorpresas respecto a la forma en que los científicos se acercaron a ser lo que son y, en muchísimos casos, se debe a detalles que para la mayoría de la gente pasan inadvertidos. ¿Cuántas veces de niños no tuvimos un imán o una brújula en nuestras manos? Pues Einstein cuenta que por un obsequio familiar de este tipo a los 12 años, estudió física posteriormente.
Quizá por ahí encontremos a un joven estudiante de matemáticas o de biología cuyo primer acercamiento a la ciencia, o por lo menos alguno muy significativo, fue al ver Los Simpson. Sería una gratísima sorpresa.
Hay muchos capítulos de esta serie que tratan temas de ciencia, pero quisiera comentar uno sólo, el “más científico” que yo haya visto. Me refiero a Bart y Australia. Quienes no hayan tenido la oportunidad de verlo, pueden encontrar el capítulo en:
Comentaré sobre tres “pasajes científicos” de este capítulo, pero ahora sí, con toda la intención de que aprendamos un poco de ciencia explorando más allá del guión de la caricatura.
www.simpsonizados.com/es-119-6x16Bart-contra-Australia.html,
O con su teléfono móvil ir directamente a la página del capítulo leyendo el código:
(capítulo 16 de la temporada 6).
La huida (introducción de especies)
La escena es la siguiente: Bart y su familia están escapando de la justicia australiana. El helicóptero de la Fuerza Aérea estadounidense despega rumbo a algún barco que los llevará de regreso a casa (imposible no rememorar la retirada del personal de ese país del techo de la embajada durante el final de la guerra de Vietnam). La multitud enardecida con el niño por no conseguir justicia ¿o venganza?, grita improperios al aire. Una vez a salvo, la curiosa
familia de Springfield observa cómo la mascota anfibia que Bart olvidó en tierras isleñas se ha reproducido sin piedad y arrasa cultivos enteros. En nuevas tierras, como la pequeña rana no conoce depredador alguno y posee alimento en abundancia, su capacidad para procrearse es impresionante.
Este “experimento” llevado al extremo en la caricatura por el tiempo tan corto en que sucede la catástrofe ecológica, se ha presentado un sinnúmero de veces en la historia de las culturas. Ha aumentado el intercambio de especies como consecuencia de un incremento muy grande en el comercio y en los medios de comunicación, y esto representa un cambio radical en las características de cada rincón habitado del planeta. Hoy, como nunca, desde hace 65 millones de años –cuando ocurrió una catástrofe global que provocó, entre otras cosas, la extinción de los dinosaurios–, hemos modificado nuestro entorno. Este cambio no se debe solamente a la desaparición de especies por el crecimiento desmedido de la población humana, sino a la sustitución de unas por otras, en particular por su uso en beneficio de la humanidad como alimento.
Australia ha sido uno de los territorios donde la introducción de especies provocó un desequilibrio ecológico de orden mayúsculo. Recordemos los conejos que llegaron a la gran isla introducidos por los colonizadores europeos durante el siglo XIX y se reprodujeron en abundancia, más rápido de lo que esa especie por lo general lo hace. Cuando ya era un gran problema por la sobrepoblación, en la década de 1950 se propagó un virus que se contagiaba entre los propios conejos para controlar su crecimiento. Pero algunos de ellos poseían defensas naturales que heredaron a sus crías. Las nuevas generaciones, que ya son inmunes, comenzaron de nuevo su asombrosa reproducción. El problema persiste hasta la actualidad. De manera análoga podemos hablar de los perros introducidos por los colonizadores, etc., la lista es larga.
Otros casos de introducción de especies ajenas a un ecosistema han causado exterminios enteros. Por ejemplo, el dodo de Madagascar, la hermosa ave regordeta que no podía volar, se extinguió con la introducción de cerdos en esa isla del océano Índico. Esto se debió a que los colonizadores holandeses, al pasar de isla en isla, soltaban ejemplares de cerdos (que se comieron a los dodos) para que a su regreso tuvieran alimento “almacenado”.
México no es la excepción. Un caso muy cercano es la plantación de eucaliptos (árboles propios de Australia, justamente) en el campus de Ciudad Universitaria. Esta planta “compitió” tanto con las plantas propias de la zona del Pedregal en la Ciudad de México, que se ha llegado al extremo de erradicar todos los árboles de eucalipto de la UNAM para evitar la pérdida de especies propias de la región. Un caso mexicano más y que ha afectado también a buena parte del continente, es el de la abeja africana que por accidente se le escapó a un investigador en Brasil y poco a poco ha poblado la mayor parte de América, afectando directamente la producción de miel de la abeja común europea, introducida en México durante la Colonia.
Queda como enseñanza que se debe tener cuidado cuando se realice transporte de especies de manera artificial. Pero a pesar de lo que pudiéramos pensar, lo que hemos narrado –causado por el hombre– también sucede de forma natural. Por ejemplo, cuando las dos partes del continente americano se unieron por la emersión de tierras en Centroamérica, existió un intercambio de especies en ambas direcciones. En el reacomodo, algunas sobrevivieron y migraron, otras se extinguieron. El muy mexicano armadillo tiene sus ancestros en Sudamérica y la muy andina llama, en Norteamérica.
commons.wikimedia.org
Los conejos que llegaron a Australia introducidos por los colonizadores europeos durante el siglo XIX se reprodujeron en abundancia, creando un grave problema de sobrepoblación.
La persecución (efecto Doppler)
Como personajes kafkianos, Bart y Homero corren por las calles de Melbourne perseguidos por cientos de australianos que reclaman la cabeza del pequeño. Bart ha insultado a las instituciones de ese país y el agravio debe ser reparado. Lisa, March y Maggie compran recuerdos en una pequeña tienda al paso de los huidizos corredores. Bart observa al resto de la familia delante de ellos. Lanza un grito para que los cinco corran juntos y se pongan a salvo en la embajada de Estados Unidos. La voz de Bart emite, primero, la larguísima sílaba “Liiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii” en un tono extremadamente agudo. Una vez que pasa de largo por la tienda donde se encuentran las damas de la familia, termina el tono molesto. La otra mitad del nombre de la hermana es más agradable, se escucha un “saaaaaaaaaaaaaaa” muy grave.
Este efecto, que se presenta en todos los movimientos ondulatorios (sonido, luz, etc.), se debe al desplazamiento de la fuente que emite la señal. Imaginemos una ambulancia cuya sirena produce el ulular muy familiar para todos. ¿Qué sucede si la ambulancia se mueve a toda velocidad hacia nosotros? ¿Se escuchará igual que si estuviera en reposo? El sonido que produce la ambulancia lo notaremos ligeramente más agudo porque las ondas del sonido se “comprimen”, disminuyendo la distancia que existe entre ellas. El oído traduce como agudas las ondas de sonido “comprimidas”. Y ahora, ¿qué pasa si la ambulancia se aleja? En este caso las ondas del sonido salen más espaciadas, lo que se traduce en un sonido más grave.
El curioso fenómeno del cambio de tono de una onda sonora cuando se mueve la fuente que lo emite se denomina efecto Doppler, por el nombre de su descubridor. Hemos visto pues, que este efecto se traduce en sonidos agudos cuando la fuente se acerca y en sonidos graves si se aleja. Pero mencionamos también que es un efecto apreciado en todo tipo de ondas, no solamente del sonido. En el caso de la luz, el efecto implica tonos azulados si la fuente luminosa se acerca, pero tonos rojizos si se aleja. De esta manera, sabemos que las galaxias del Universo se separan
Sonidos graves Sonidos agudos
Se denomina efecto Doppler al fenómeno del cambio de tono de una onda sonora cuando se mueve la fuente que lo emite. Este efecto se traduce en sonidos agudos cuando la fuente se acerca y en sonidos graves si se aleja.
entre sí porque al examinar sus luces encontramos un corrimiento al rojo en sus tonos. Por eso sabemos que el Universo se está expandiendo.
El baño (fuerza de Coriolis)
La curiosidad de Bart reclama respuestas. Cuando todavía se encuentra en tierras del Tío Sam, observa un escusado frente a él. Aprecia que el remolino de agua que arrastra todo a su paso se mueve en sentido contrario a las manecillas de un reloj suizo. Al pequeño le dicen, vía llamada telefónica de larga distancia, que en las regiones sureñas de nuestro planeta sucede al revés. Los escusados producen allá remolinos de agua en sentido contrario que en el norte. En ese momento, Bart decide viajar con su familia a Australia. Y a partir de ese instante, comienzan los problemas.
Sabemos que existen fuerzas como la gravitacional o la eléctrica cuyos descubrimientos poseen una historia muy interesante sobre los fenómenos que producen. Nos llevaría buenas páginas adentrarnos en esos misterios. Existen otras de índole diferente como las centrífuga o centrípeta que se presenta en los cuerpos que giran. Pero la que nos concierne que, aparentemente, produce el movimiento de remolino en el wc, tiene un encanto muy peculiar por las condiciones tan extrañas en las que se manifiesta. Nos referimos a la misteriosa fuerza de Coriolis.
Imaginemos a Bart, que como todos sabemos es un chico muy aventurado, realizando la siguiente travesura (esto no es parte del capítulo televisivo): se encuentra de pie en el techo de un automóvil que se mueve a 50 km/h. En ese momento, un segundo coche que va a 100 km/h lo rebasa. Bart con un movimiento intrépido salta de su automóvil al otro. Como no prevé la diferencia de velocidades, pierde el equilibrio porque sus pies se posan sobre una superficie que se mueve más rápido y se cae del auto hacia atrás.
Bart no queda satisfecho. Su terquedad lo impulsa. Ahora se sube en el coche que va a 100 km/h. Se acerca al que se desplaza a la mitad de velocidad y justo en el rebase, brinca. Cuál es su sorpresa ahora: como sus pies se mueven
Efecto Coriolis
Dirección de rotación de la Tierra
Cómo sopla el viento en realidad Camino que el viento tomaría sin el efecto Coriolis
al doble de velocidad que la superficie donde se posa, pierde otra vez el equilibrio y se cae, pero en esta ocasión hacia delante. La conclusión es inmediata: un cuerpo que se mueve a cierta velocidad, al desplazarse a un lugar que se mueve diferente, se va a adelantar o a atrasar dependiendo de la velocidad del segundo. Desde luego que si ambas velocidades son exactamente iguales, no pasa nada.
Tenemos ya resuelto la mitad del problema.
Nuestro planeta gira. Cada punto de él da la misma cantidad de vueltas siempre. La Ciudad de México da una vuelta en 24 horas de la misma manera que cualquier punto del Ecuador. Pero la distancia que recorre un punto del Ecuador cuando gira es mayor porque está en la parte “más gorda” de la Tierra. En el caso extremo, en una región cercana al Polo Norte, un punto recorre una distancia menor, un círculo más pequeño cada 24 horas. Como ya sabemos que ambos puntos –uno en el Ecuador y otro cerca del Polo Norte– dan una vuelta en 1 día, la velocidad de una persona que esté en el Ecuador es mayor en comparación con alguien que se encuentre cerca del Polo Norte pues recorre mayor distancia en el mismo tiempo.
Lo anterior quiere decir que si algo se desplaza desde el Ecuador hacia el Norte se moverá desde un punto que va más rápido hacia otro que va más despacio. Por lo tanto, se adelantará un poco, yéndose hacia el Este. Caso contrario, si se mueve desde México hacia el Ecuador se desplazará de un lugar de “baja” velocidad a un lugar de “alta” velocidad. Ahora el desplazamiento será hacia el Oeste. Ésta es la razón que provoca el giro.
Hemos visto en este capítulo de Los Simpson tres casos de fenómenos estudiados plenamente, pero de manera exagerada, pues al fin y al cabo son caricaturas. Primero, no puede ser que en tan sólo horas se reproduzca una especie no microscópica y arrase cultivos enteros. Segundo, el efecto Doppler sucede si la velocidad de la fuente emisora no es despreciable respecto a la velocidad de las ondas. Bart nunca alcanzará a correr a una velocidad comparable a los 325 m/s con los que viaja el sonido. Y el efecto por la fuerza de Coriolis es apreciable sólo en huracanes, corrientes marinas, vuelo de los aviones, objetos cuyas velocidades son suficientemente grandes, no en los escusados de nuestros baños. El remolino que se forma en éstos se debe a la inclinación con que los chorros de agua escapan cuando baja el líquido del depósito, pero no a la fuerza de Coriolis.
A pesar de lo anterior, es un placer ver, cada vez que se tiene oportunidad, este hermoso capítulo de Los Simpson, aunque nuestros amigos australianos puedan pensar lo contrario.