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Salud y fraternidad artística La Convocatoria del Primer Congreso Nacional de Música

Y ARTESANOS

Salud y fraternidad artística

LA CONVOCATORIA DEL PRIMER CONGRESO NACIONAL DE MÚSICA

Ilihutsy Monroy Casillas* s* *

Este es un testimonio de un acontecimiento pretérito primordial para la sociedad y las instituciones educativas mexicanas en materia de música, ya que tuvo la intención de generar –desde el ámbito artístico– una identidad musical nacional y reflexionar en torno a la profesión del músico.

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El documento

La convocatoria impresa al Primer Congreso 1Nacional del Música, que se efectuaría en sep-

* Maestra en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es académica del Archivo Histórico de la UNAM /

Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación. Ha sido profesora en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y la Escuela Nacional de Biblioteconomía y

Archivonomía, entre otras. Tiene varias publicaciones sobre temas archivísticos e históricos, en especial relativos a las guerrillas populares contra los intervencionistas franceses entre 1863 y 1 1 Impresa en los Talleres Gráficos de la Nación con fecha de julio de 1926, dentro de la colección Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública, tomo X, número 14, en formato de folleto con medidas de 15 x 22 cm en 7 páginas útiles. Se encuentra –en varios ejemplares originales así como versiones mecanoescritas con glosas manuscritas– en el Archivo

Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México-

Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (AHUNAM-IISUE), Fondo Escuela Nacional de Música, caja 19, exp. 1, fs. 6977-6981. tiembre de 1926, fue emitida por la Secretaría de Educación Pública y por la Junta Preparatoria por medio de una comisión conformada por los reconocidos músicos Estanislao Mejía (como presidente), Daniel Castañeda (secretario general), Francisco Domínguez (secretario de correspondencia), y Alba Herrera y Ogazón, Manuel Barajas, Juan León Mariscal, Ignacio Montiel y Jesús C. Romero (como vocales).

Dirigida a músicos, compositores y musicógrafos, la convocatoria plantea nueve considerandos, y divide las bases en seis capítulos sobre los siguientes puntos: los congresistas honoraI); los temas y las formas rios y activos (capítulo de participación en el Congreso (capítulo II); la organización interna y resolutiva por comisiones (capítulo III); el orden del día en la instalación y en las sesiones consecutivas (capítulos IV y V); y las formas del intercambio en el debate (capítulo VI).

La historia

El Primer Congreso Nacional de Música reunió a los músicos con preocupaciones respecto a las herramientas teóricas de su profesión, a partir de la revisión de los planes educativos, ya que el diagnóstico de la situación musical en México –delineado en la primera página de la convocatoria– es contundente: falta una identidad na- cional en la música y se carece de elementos básicos para desarrollar una educación musical.

Por eso, se dispuso que las mesas estarían conformadas a partir de la presentación de tesis y propuestas de los músicos sobre los siguientes ejes temáticos:

a) acústica musical; b) organografía; c) teoría y composiciones musicales, desde el punto de vista técnico y artístico; d) pedagogía musical; e) folclore; y f) temas libres.

Primero debían inscribirse las contribuciones y luego pasar por la aprobación de un comité para ser presentadas a la asamblea del Congreso. En total hubo 48 trabajos, aunque algunos fueron leídos en plenarias y de otros se decidió posponer su lectura para el Segundo Congreso. La mayoría de los músicos que firmaron la convocatoria pertenecían al Grupo Nosotros; sin embargo, había heterogeneidad en las formaciones e intenciones: unos más europeizantes, otros más folcloristas. Aun así, ellos resumían ciertas herencias organizativas (de grupos como Savia Moderna, la Sociedad de Conferencias y el Ateneo de la Juventud, entre otros) que, con sus propios postulados políticos pero siempre reflexionando sobre su quehacer artístico, asumieron su interés en la definición de la música nacional en conjunto con la Universidad Nacional de México y la Secretaría de Educación Pública (SEP). Esta última, instancia gubernamental a cargo de la política educativa y cultural, ejercía gran influencia en la juventud debido a la continuidad en el proyecto cultural nacionalista que le imprimió José Vasconcelos cuando estuvo al frente de ella (1921-1924).

En ese sentido, la propuesta del Primer Congreso no era peculiar, sino que respondía a dist i n t a s m o t i v a c i o n e s p o l í t i c a s c o n t e m p o r á n e a s q u e c o n v e rg í a n e n l a p re g u n t a : ¿ L o s m ú s i c o s s ó l o e s t á n p a r a e n t re t e n e r a l p ú b l i c o ? D i c h a c u e s t i ó n v e n í a a r r a s t r á n d o s e d e s d e m e d i a d o s del siglo XIX, y en el siglo XX, de modo posterior a la reyerta revolucionaria que comenzó en 1910, se replanteó en diversas ocasiones. Por ejemplo, en 1919, Manuel M. Ponce habló del Congreso Musical; en 1923, se realizó el primer Congreso Mexicano de Escritores y Artistas; y Carlos Chávez así como Carlos del Castillo, en 1925 y 1926, plantearon una reunión nacional con músicos serios.

El Primer Congreso se llevó a cabo los días 5 al 15 de septiembre de 1926, de 10 a 13 y de 16 a 19 horas, en dos sitios –a pesar de que la convocatoria sólo refería uno de ellos–: el salón de actos de la Escuela Nacional de Minería y el auditorio de la Escuela Nacional Preparatoria.

Entre los congresistas asistentes –que según la lista de miembros fueron 93–, algunos se desempeñaban como profesores o representantes de distintas instituciones. En las actas de las sesiones se apunta que la asistencia fue muy variable, pues se contabilizaron 40, 29, 24, 38, 20, 24, 26 y 25 personas. Según los listados, varias mujeres dedicadas a la música estuvieron presentes: Mercedes Jaime, María Luna Rosas, Eustolia Guzmán, Elvira González Peña, María Rodríguez, Enriqueta Treviño, María Lomelí, Eloísa Villaseñor de Enríquez y Soledad Mateos Baca. Eso sí, los músicos populares difundidos

por la radio y la prensa –como Ignacio González Esperón, (a) Tata Nacho, Alfonso Esparza Oteo y Mario Talavera– si no fueron excluidos, por lo menos no asistieron.

Aunque no hubo percance alguno, sucedie- ron infinidad de intercambios no sólo académicos, técnicos y musicales sino sobre todo del ámbito político e incluso personales. Por ejemplo, el director del Conservatorio Nacional de Música, el pianista Carlos del Castillo, no asistió a las reuniones, a las que fueron invitados de manera insistente tanto él como sus alumnos, pero estuvo atento a lo discutido, por lo que expresó sus opiniones des- d e l a t r i n c h e r a p e r i o d í s t i c a d e Excélsior. En ese diario contestó a las diversas propuestas de modificaciones al plan de estudios y a la organización misma del Conservatorio, reformas que se implementaron posteriormente.

O t ro a t r a c t i v o a s u n t o p e r i o dístico fue la propuesta de eliminar los conciertos gratuitos y apoyar la remuneración para los músicos por su quehacer artístico. En sus orígenes, ello estaba ligado a la pedagogía y educa- ción musical que formaba a mús i c o s d e f i c i e n t e s , a s í c o m o a l sentido y razón de los músicos. También fue abordada la pertinencia de las aportaciones de Julián Carrillo y el Sonido 13, ya que algunos músicos mexicanos no consideraban que la propuesta del microtonalismo fuera novedosa o poseyera rigor. Finalmente, la insistencia de ampliar los estudios a la historia de la música mexicana –a invitación de Jesús Romero, primero rechazada por la comisión dictaminadora y luego aprobada por la asamblea– descubre el problema de la identidad musical, tema central del Congreso. Mediante artículos y notas periodísticas publicadas en El Universal y Excélsior, con visible apoyo a una y otra propuesta, la participación

AHUNAM A HUN AM IISUE IISU E -Fondo Escuela Nacional de Música,-caja 19,-exp. 1, fs. 6977-6981. -Fondo Escuela Nacional de Música,-caja 19,-exp. 1, fs. 6977-6981 .

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de la prensa incrementó los roces entre todos los implicados, así como el impacto en la sociedad.

De esta forma, la rúbrica “Salud y fraternidad artística” –que aparece en una primera versión de la convocatoria, mecanoescrita y con anotaciones manuscritas y que fue eliminada para la versión impresa– se convierte en la huella de la tradición de los músicos alejados de lo institucional. La hermandad, sin embargo, no pudo cumplirse cabalmente.

Entre los resultados del Congreso, tenemos los siguientes: la publicación de una selección de tesis y propuestas en las memorias del Congreso (Trabajos técnicos del Primer Congreso Nacional de Música y reseña de los concursos musicales organizados por la comisión permanente bajo el patrocinio de la Universidad Nacional y de “El Universal”, México, Talleres Gráficos de la Nación, Publicaciones de la SEP, tomo XIX, n. 5, 1928); el Concurso Nacional de Música, conocido a partir de la Convocatoria para el concurso de composición, piano, violín, violonchelo, canto, conjunto de cámara y música militar que la Comisión Permanente del Primer Congreso Nacional de Música, bajo el patrocinio de la Universidad Nacional y el diario “El Universal” hace a los músicos mexicanos (México, Talleres Gráficos de la Nación, Publicaciones de la

SEP, tomo XII, n. 20, 1926); y, por supuesto, el Segundo Congreso Nacional de Música, el cual se realizó en 1928, también a cargo de la SEP y la Universidad, en el edificio de la Escuela Nacional de Comercio y Administración.

Para conocer más

Existen dos estudios históricos sobre el Primer Congreso –que son las fuentes del presente texto–: el primero está escrito por la doctora María Esther Aguirre Lora y se titula “Raíces y vuelos en la renovación musical. Los Congresos Nacionales de Música (1926, 1928)” (en María Esther Aguirre, coordinadora, Preludio y fuga. Historias trashumantes de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, México, IISUE, 2008, pp. 87-155); en él, su autora describe y analiza temas, participantes, a s í c o m o e l c o n t e x t o d e e s t e c o n g re s o , y e n l i s t a en dos cuadros los títulos d e l a s t e s i s y p ro p u e s tas p re s e n t a d a s a l C o n g re so. El segundo, del doc- tor Alejandro L. Madrid, “ L o s s o n i d o s d e l a n a ción moderna. El Primer C o n g re s o N a c i o n a l d e M ú s i c a ” ( e n B o l e t í n M ú sica. Revista de Música Latinoamericana y Caribeña, n. 18, 2007, pp. 18-31), examina el espacio que reunió ideas innovadoras y la validación de proyectos musicales. Ambos investigadores trabajan con información obtenida del AHUNAM-IISUE y del Archivo del Centro Nacional de I n v e s t i g a c i ó n , D o c u m e n t a c i ó n e I n f o r m a c i ó n Musical “Carlos Chávez”-Instituto Nacional de Bellas Artes.

Los documentos del Primer y Segundo Congreso Nacional de Música se encuentran en el Fondo Escuela Nacional de Música –bajo la cust o d i a d e l A H U N A M - I I S U E , < w w w. i i s u e . u n a m . m x > . El fondo, que se encuentra en proceso de organización, consta de 235 cajas y sus fechas extremas son 1864 y 1985, aunque predomina la información de 1950-1971. Los usuarios tienen a su disposición una relación de 147 cajas, correspondiente a la sección académica, preparada por Victoria Montes y Mirtha Pastrana.

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