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El futuro de los museos (y bibliotecas
El futuro de los museos
(Y BIBLIOTECAS)
F. Guillermo Mosqueira Pérez Salazar*
A partir de los acelerados cambios ocurridos en los aspectos económico, social y educativo del siglo XXI, los museos y bibliotecas enfrentan cambios drásticos en las poblaciones y comunidades donde brindan sus servicios. colaborar (también designada como alfabetismo cívico sólo deseables sino necesarias para profesionales y ciudadanos ordinarios en el siglo que vivimos. Si estas habilidades fueran las nuevas especificaciones para el éxito de los individuos y las naciones, los museos y bibliotecas estarían bien posicionados para responder a estas demandas.
Correo del Maestro con imagen de Shutterstock
Introducción
Por ejemplo, se ha reportado que 90 por ciento de la información generada en el mundo se ha producido en los últimos dos años, y que cada día se adicionan 2.5 x 1018 bytes (IBM, 2013). Es decir, se está creando una avalancha de información de todo tipo, incluida la de carácter cívico, que será de interés para el ciudadano ordinario. Según otros datos disponibles (Museums, Li- braries, and 21st Century Skills, 2009: 2), una comparación entre las tendencias del siglo XX y las del XXI muestra que, en el primero, en una población típica (de un país desarrollado) y du-
* Docente-investigador adscrito a la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM. rante un periodo laboral que abarque toda una vida, un trabajador pudo tener entre uno y dos trabajos; mientras que en el siglo XXI podría sumar entre diez y quince. En el siglo pasado se requería la maestría de un solo campo; en el actual se requiere de múltiples áreas de competencia, las cuales cambian rápidamente. Antes se necesitaba una visión local; en nuestros días se necesita una visión global. Del trabajo rutina- rio, práctico y basado en los hechos, se ha pas a d o a t r a b a j o s n o r u t i n a r i o s , t é c n i c o s , c re a t i v o s XX el modelo de edu- e interactivos. En el siglo cación se centró en una institución, y el prop ó s i t o p r i n c i p a l c o n s i s t í a e n a l c a n z a r e l g r a d o a c a d é m i c o ; e n e l s i g l o q u e c o r re s e n e c e s i t a una educación centrada en el aprendiz, autodirigida, y con la meta principal de adquirir un
aprendizaje de por vida. En el siglo pasado la cultura organizativa fue vertical: de arriba hacia abajo; en el siglo XXI se necesita una estructura multidireccional (de abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo, transversal, etcétera).
El papel crítico de los museos y bibliotecas se pone de relieve por su especial situación para ayudar a los ciudadanos a crear estas habilidades. Reconocer que cada individuo requiere de estas competencias será clave para que su vida y trabajo sean exitosos. Por otra parte, gente de todas las edades está buscando experiencias de aprendizaje diversas, como guía para mejorar su vida personal y profesional.
Se requiere entonces conceptuar y definir la función de los museos y bibliotecas públicas co- mo instituciones de aprendizaje en el siglo XXI. Además, entre los políticos y otros personajes interesados, debe mejorar el entendimiento de la función importantísima de los museos y bibliotecas para apoyar a una ciudadanía comprometida y una fuerza laboral competitiva.
De hecho, toda la gente –tanto joven como adulta– pasa la mayor parte de sus vidas aprendiendo más allá de los salones de clase: en programas fuera de las escuelas, en los sitios de trabajo, pasantías, y otras experiencias informales de aprendizaje tales como las ofrecidas por museos y bibliotecas.
En suma, los museos y bibliotecas deben afrontar esta oportunidad creando nuevos campos de acción.
El cambio de definiciones y funciones de los museos (y las bibliotecas)
Es previsible que en el presente siglo se generen cambios importantes en nuestra sociedad, incluyendo algunos significativos en los ámbitos de la demografía, la infraestructura para la comunidad, las nuevas tecnologías, la economía, las nuevas fuentes de energía y otros desarrollos que con seguridad alterarán drásticamente la vida de la gente y su visión del mundo. Estos cambios, a su vez, tendrán repercusión en la definición y función de los museos y las bibliotecas conforme estos espacios adapten sus servicios a los nuevos requerimientos de la comunidad.
La discusión debe enfocarse entonces en có- mo lograr la identificación de los tipos de servicios que sus comunidades necesitan y adaptarse para brindarlos de la manera más efectiva. Este proceso debe iniciarse desde la comunidad, no desde la institución. Al identificar los potenciales únicos de las instituciones y al escuchar las necesidades de sus comunidades, los museos y bibliotecas podrán trabajar con su público para determinar cómo esos potenciales pueden servir efectivamente a una población cambiante.
Los museos requieren reemplazar sus divisiones tradicionales por un enfoque más amplio y receptivo a las experiencias del visitante a fin de buscar ser parte de su estilo de vida y una confiable fuente de crecimiento cultural e intelectual. Es preciso que los museos estén abiertos a las nuevas ideas, lo cual puede crear emoción, tensión, y un espíritu de indagación en sus programas, además de dar voz tanto a las críticas como a los elogios.
Los museos y bibliotecas tienen una función singular en la salvaguarda de la cultura y patrimonio, lo cual conlleva una profunda responsabilidad para asegurar que las futuras generaciones tengan acceso a ellos. Definir la mejor forma de preservar este material y proporcionar el acceso a él a las generaciones presente y futuras debe ser un asunto central para museos y bibliotecas.
G r a n p a r t e d e e s t a d i s c u s i ó n e s t á e n f o c a d a e n u n c a m b i o e n e l c o n c e p t o d e a u t o r i d a d i n s t i t u c i o n a l , d e l a s re l a c i o n e s e n t re l a i n s t i t u c i ó n y s u a u d i e n c i a , d e l o s i n s t ru m e n t o s y m o d o s d e c o m u n i c a c i ó n , d e l a t r a n s f e re n c i a d e l c o n o c i -
m i e n t o , d e l i n t e rc a m b i o d e i n f o r m a c i ó n y d e l a p r á c t i c a p ro f e s i o n a l .
Cambios en el poder y autoridad
Las estructuras tradicionales de poder y autoridad en la transferencia del conocimiento e información pudieran no ser lo característico en los museos y bibliotecas del siglo que corre.
Como lo plantea E. Heumann Gurian, consultante y directora en los Estados Unidos:
La interrogación para mí acerca de los museos es si vamos a cambiar nuestra visión sobre aceptar como legítimos los múltiples puntos de vista, aun los disidentes, dentro del modo mismo en que designamos nuestro lugar sin perder la confianza que la gente nos tiene como institución. Ésa es al menos para mí la cuestión central actual acerca de todas las instituciones de autoridad.
Los cambios ya están teniendo lugar en los modos que la gente emplea para buscar información y comunicarse entre sí y con las instituciones. Más que actuar como guardianes del conocimiento, los museos y bibliotecas pueden ser los facilitadores y maestros, proporcionando el contexto, contenido, e instrumentos para autorizar a la gente a interrogar, buscar, informar y explorar los mundos de la información, experiencia y memoria. De modo creciente, museos y bibliotecas dejarán de ser canales de información unidireccionales: de la institución a la audiencia, e irán constituyendo redes de múltiples canales: de la institución a la audiencia, de l a a u d i e n c i a a l a i n s t i t u c i ó n , y d e l a a u d i e n c i a a la audiencia.
Ejemplo en curso
El museo Wing Luke sobre la experiencia de los estadounidenses de origen asiático y de las islas del Pacífico, conocido como The Wing (con www.yelp.com www. y e lp .co m sede en Seattle, en los Estados Unidos), desarrolló un modelo de exhibición basado en la comunidad a fin de que ésta pudiera crear su propia exhibición y contar su propia historia en el museo. El modelo es una parte central de la misión del museo, que se plantea “atraer a las comunidades americanas del Pacífico asiático y al público para explorar asuntos relacionados a su cultura, arte e historia”, e integrar a los miembros de la comunidad mediante la preparación de exhibiciones. En lugar de que el museo le cuente historias a la comunidad, a los miembros de la comunidad se les dan espacio e instrumentos para relatar sus historias. Los comités asesores de la comunidad y otros miembros de ella trabajan con el personal del museo en la planeación e implementación de la exhibición. Durante este proceso, la comunidad dirige el mensaje, el tema y contenido de la exhibición, el cual se
letsgotothemuseum.files.wordpress.com
letsgotothemuseum.files.wordpress.com desarrolla con apoyo en la pericia profesional del personal de la institución. Estos representantes de la comunidad juegan un papel central en cada parte del proceso de preparación de la exhibición, y en el alcance y programación una vez que la exhibición está terminada.
La participación de la comunidad se extiende más allá de la exhibición, a los proyectos de historia oral, programas públicos y a una variedad de espacios creados para integrar las voces de la comunidad en la operación del museo. Este modelo puesto ya en marcha está evolucionando, y el museo se propone compartir las buenas experiencias y conseguir retroalimentación de otros actores interesados o comprometidos en trabajos de arte o culturales a partir de la comunidad.
Los miembros de la comunidad crean las exposiciones y cuentan sus historias
Los museos y bibliotecas como el tercer lugar
Como lo plantea Harold Skramstad, presidente emérito del Museo Henry Ford (en la localidad de Dearborn, del estado de Michigan, en los Estados Unidos): “Qué pasaría si por claridad dijéramos que no es ni un museo ni una biblioteca, pero es un tercer lugar. No solamente un tercer lugar, sino una tercera fuerza si lo desea. Yo creo que nuestras instituciones inevitablemente serán fuerzas así como lugares”.
Los museos y bibliotecas personifican al ter- cer lugar como un espacio de reunión para la participación e interacción social. El desafío para los líderes de los museos y bibliotecas es identificar cómo podrá ser ese tercer lugar en el futuro, y cómo sus instituciones pueden mejorar sus posiciones como fuerzas para la participación cívica y la cohesión social.
Ni el sitio de trabajo ni el hogar, el tercer lugar es un espacio comunitario neutro, donde la gente se reúne voluntaria e informalmente, más allá de las inequidades sociales, y promueve la participación comunitaria y la conectividad social. Museos y bibliotecas, como lugares públicos de reunión organizados en torno al servicio público y a la comunicación de información e ideas entre los individuos, tienen una forma única de personalizar este tercer lugar por sus recursos distintos y de fácil acceso, bajo costo, y ricos en contenido y experiencias.
Los museos y bibliotecas son instituciones con propósito, socialmente responsables y sen-
sibles. Estas instituciones actúan como lugares comunitarios seguros donde la gente puede interactuar. Son lugares de oportunidad para la participación social fuera del ámbito privado y laboral, apartados del interés de lucro de los espacios comerciales, y tienen la capacidad para identificar y responder a las necesidades de la comunidad de formas que otros espacios no pueden hacerlo.
Los museos y bibliotecas necesitan explorar cómo los cambios sociales que están ocurriendo en el siglo actual alterarán los requerimientos únicos de sus comunidades; y, a partir de ello, reformar las estructuras institucionales a fin de responder mejor a las nuevas necesidades, para servir como lugares públicos de reunión. Tales instituciones pueden continuar siendo una distintiva forma del tercer lugar en el futuro, pero adaptándose a los cambios. Por ejemplo, es debatible si las comunidades requerirán espacios físicos para reunirse, o si las comunidades virtuales serán cada vez más importantes. ¿Sería una opción para el futuro que lo virtual y lo físico se fusionaran en ese tercer lugar? ¿Qué papel podrían jugar los museos y bibliotecas para crear espacios físicos y virtuales, que sean seguros y abiertos, con el propósito de fomentar la participación cívica y crear lazos comunitarios, y cómo podrían estos dos mundos convertirse en un espacio de reunión múltiple? ¿Cuáles son los propósitos sociales de los museos y bibliotecas y cómo se cumplirán en el futuro?
Ejemplo en curso: el Instituto de Derechos Civiles de Birmingham
El Instituto de Derechos Civiles de Birmingham (Alabama, Estados Unidos) se esfuerza por ser el primer centro de educación para el estudio del mo- www.bcri.org vimiento de los derechos civiles y de las luchas globales por los derechos humanos. La comunidad y la participación familiar, el trabajo extraescolar y el compromiso cívico son componentes clave para los programas y servicios que brinda el instituto.
Como socio de la Alianza Cultural en Birming- ham, el Instituto trabaja en colaboración con otros seis museos y bibliotecas públicas para ofrecer apoyo académico y cultural a muchachos marginados de educación media y para iniciarse en actividades Domo del edificio que alberga al Instituto de participativas con la comunidad cultural. Además, Derechos Civiles de Birmingham la sociedad ha iniciado entrenamiento en liderazgo para adolescentes y jóvenes a fin de educar a otros en la historia del movimiento de los derechos civiles. Como parte de su propio trabajo, el Instituto pone en práctica programas comunitarios durante todo el año, así como un amplio proyecto de historia oral para documentar el movimiento de los derechos humanos. También
mantiene un archivo abierto para la consulta por parte del público, y usa una variedad de recursos multimedia en el lugar y en línea con la intención de atraer a los visitantes para aprender más acerca de la historia de las luchas por los derechos humanos. A través de exhibiciones, asociaciones y programas, el Instituto de Derechos Civiles de Birmingham es un centro comunitario enfocado en crear tolerancia, equidad y comprensión en la sociedad.
www.sitesofconscience.org www.bcri.org
La misión del Instituto de Derechos Civiles de Birmingham es promover los derechos civiles y humanos en todo el mundo a través de la educación
Muchas preguntas pueden plantearse sobre este rubro: ¿Cómo pueden los museos y bibliotecas converger como espacios sociales de participación comunitaria? ¿Cómo pueden fomentar una sociedad democrática? ¿Qué papeles pueden jugar para ser parte de una red comunitaria fuerte? ¿Qué significa para estas instituciones cumplir con el proceso educativo de una democracia (por ejemplo, para aumentar la justicia social)? ¿Cuáles son las barreras y oportunidades para potenciar redes sociales y otras tecnologías a fin de atraer hacia las responsabilidades XXI?cívicas a gente joven en el siglo
Como Nina Simon, fundadora de Museum 2.0, lo expresa:
Para ser exitoso (y con suerte esencial), los museos y bibliotecas necesitan perseguir nuevos modelos en los cuales ellos brinden plataformas para un compromiso social, transitando desde proveer experiencias diseñadas y controladas hasta lugares confortables e ilimitados para la gente y la disertación participativa. El Internet le ha dado a la gente la oportunidad de inventar su propio espacio comunitario. Si los museos y bibliotecas pueden escuchar y rehacerse ellos mismos en esos s u e ñ o s , l l e g a re m o s a s e r s i t i o s p a r a n u e s t r a audiencia.
Tecnología y política de desarrollo
Los rápidos avances habidos en la tecnología en lo que va del siglo –y lo que resta de él– tendrán un profundo efecto en cómo la gente accede a la información y la usa. Los museos y bibliotecas tienen funciones clave en el desarrollo de la tecnología de la información, acceso, uso y preservación –mismos que son componentes centrales de su operación cotidiana. De ahí que estas
entidades necesitarán determinar su función en una política de desarrollo para la propiedad intelectual, digitalización, preservación y acceso al contenido.
La propiedad intelectual, la preservación digital y el acceso a la información son temas que generan gran debate en el mundo y así continuarán. Los museos y bibliotecas tienen mucho que aportar a este debate y un papel de liderazgo esencial para dar forma a las políticas futuras que impactarán en la administración de la herencia cultural. Ellos pueden jugar un papel de líderes en la propiedad intelectual, la preservación digital y el acceso a la información. Ambos espacios funcionan ayudando a la gente a encontrar y usar la información a través de nue- vas tecnologías, y enriquecen el uso público de la tecnología al proveer el contenido y el contexto en torno a los recursos de la información.
De nuevo, hay preguntas importantes que formular: ¿Cuál es la relación entre las misiones de los museos y bibliotecas, las tendencias en la propiedad intelectual y la respectiva regulación? ¿Cómo las bibliotecas, archivos y museos contribuyen a la creación de la propiedad intelectual? ¿Cómo se debe definir esta contribución? ¿Es posible identificar y cuantificar las contribuciones hechas por las bibliotecas, archivos y museos? ¿Cómo se comparan éstos con aquellos del sector privado y entidades comerciales?
Si las bibliotecas, archivos y museos se ocupan de publicar, reproducir y distribuir trabajos y materiales, ¿cuáles son las diferencias entre lo que ellos están publicando y lo que los titulares de los derechos publican? Si las colecciones grandes y de clase mundial están disponibles en línea, ¿cuál es el papel de las pequeñas coleccio- nes en museos locales? ¿Cómo pueden los museos y bibliotecas mantener su relevancia y accesibilidad en el siglo XXI, cuando la transferencia e l e c t r ó n i c a d e l a i n f o r m a c i ó n s e h a c o n v e r t i - do en un factor dominante en la recuperación y a l m a c e n a m i e n t o d e l a i n f o r m a c i ó n ? ¿ D e q u é formas los museos y bibliotecas administrarán y curarán los datos en el futuro?
Aprendizaje y uso de la información en el siglo XXI
M a r k A . Wr i g h t , d i re c t o r d e P a r t n e r s h i p s , u n museo nacional para niños, nos dice:
Quizás involuntariamente, estas instituciones nos sirven como barómetros de nuestro propio colectivo de humanidad. Es aquí en donde nuestras creencias, nuestros miedos, nuestras esperanzas, y por último nuestras leyes sobre cómo reunimos la información y compartimos el conocimiento se realizan en público. Es la manifestación de la manera en que creemos en el proceso de adquisición y compartimos el conocimiento. En la medida en que el pueblo usa sus recursos de conocimiento, así también se puede predecir el bienestar para la sociedad a futuro. Uno de los elementos más críticos al construir sobre un aprendizaje para toda la vida y fomentar una nación de aprendices es el éxito o fracaso para atraer gran cantidad de gente joven a nuestras instituciones de una manera simple pero significativa.
Los museos y bibliotecas pueden continuar enriqueciendo el edificio de la educación y el co- nocimiento de la sociedad al adaptar conscientemente sus servicios a nuevas formas en que la gente quiere buscar, reunir e interpretar la infor- mación, y para crear un sentido en el siglo XXI. De hecho, ya proveen un apoyo sustancial y enriquecen la educación básica formal (primaria y secundaria); han creado un ambiente dinámico para un aprendizaje de libre elección diseñado para atraer aprendices a través de toda su vida. Sin embargo, los desarrollos en la tecnología y acceso a la información, combinados con los
cambios en los métodos de la educación formal y alternativa, influirán en los servicios educativos de los museos y bibliotecas. Si estas instituciones buscan crear las condiciones para una nación de aprendices, es su función entender cómo la gente quiere aprender, construir y compartir el conocimiento en el siglo XXI y brindar los servicios y ambientes creativos necesarios para cumplir con esos requerimientos de aprendizaje para toda la vida.
Al respecto, las siguientes son algunas incógnitas por resolver: ¿Cómo pueden los museos y bibliotecas dirigirse a los requerimientos de aprendizaje para toda la vida de su comunidad, trabajando con la comunidad más bien que para ella? ¿Cómo pueden expandir su uso a los más jóvenes, a generaciones más diversas, acostumbradas a adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías y tener acceso a la información en formatos diferentes?
Ejemplo en curso: Scientific Literature Indexing on Networked Computers (SciLINC)
El Missouri Botanical Garden creó la Indexación de la Literatura Científica en Redes de Computadoras (en inglés: Scientific Literature Indexing on Networked Computers, SciLINC), un recurso público de aplicación de computadoras en desarrollo que indexa la literatura científica en computadoras individuales mientras éstas no están activas. A través de esta aplicación, SciLINC creará un repositorio de Internet de literatura científica de las colecciones de la biblioteca de un museo, permitiéndole establecer un portal de Internet integrado que ofrecerá un mayor acceso a la literatura científica nacional relevante.
www.botanicus.org www.botanicus.org
SciLINC es una aplicación informática creada por el Missouri Botanical Garden con grandes cantidades de literatura científica digitalizada, disponible en www.botanicus.org
Además de crear una mayor accesibilidad a las colecciones, el proyecto también se propone mejorar la literatura digitalizada del museo a través de una búsqueda perfeccionada de anotaciones y palabras clave. Este proyecto constituye un modelo para las bibliotecas comunitarias interesadas en utilizar aplicaciones similares.
www.botanicus.org
Modelos nuevos y estructuras para la colaboración
La colaboración es esencial a la sostenibilidad y crecimiento futuro de museos y bibliotecas, y puede aumentar la capacidad de las instituciones para dirigirse a los desafíos y oportunidaXXI y satisfacer las necesidades de des del siglo la comunidad.
Como la colaboración, la colocación y la combinación de servicios continúa, la frontera entre museos y bibliotecas probablemente será menos clara. Esto no significa que la única misión e identidad de una institución individual deba desaparecer; más bien, sus metas se pueden expandir y mejorar a través de colaboraciones que combinen recursos, conocimiento y experiencia para beneficio mutuo.
Los museos y bibliotecas pueden convocar a diversos individuos y organizaciones, tales co- mo investigadores, universidades, compañías, y otras organizaciones culturales fundadas en la c o m u n i d a d . N u e v o s m o d e l o s y e s t r u c t u r a s p a r a l a c o l a b o r a c i ó n e n t re l o s m u s e o s y b i b l i o - tecas y otras organizaciones se pueden desarrollar para ofrecer soluciones efectivas a los desafíos económicos, sociales y ambientales que el XXI plantea.siglo
En este ámbito, varias cuestiones quedan planteadas: ¿Cómo los museos y bibliotecas pueden aumentar su colaboración mientras que retienen y respetan las diferencias únicas e históricas entre las instituciones culturales? ¿Cuándo se sirve mejor al público y por cuál método? ¿Qué nuevos modelos de colaboración es posible desarrollar entre los museos, bibliotecas y otras instituciones de lucro y sin fines de lucro, para promover el desarrollo de la comunidad, generar un mayor acceso a la información o compartir recursos? ¿Cómo podrán los museos y bibliotecas colaborar a fin de brindar servicios por el bien común de la sociedad?
Planificación para un futuro sostenible
Emlyn Koster, presidente y director ejecutivo del Liberty Science Center, dice:
Yo l o s i n s t o a l l e v a r e s t a d i s c u s i ó n a l m á s a m plio contexto, porque si no tenemos misiones que sean expresamente para un propósito mayor q u e l a c o l e c c i ó n q u e n o s h a n d o t a d o , s i n o t e n e m o s c o n t e n i d o s q u e s e a n p ro a c t i v o s y q u e i n t e n t e n s e r i n g e n i o s o s p a r a l a v i d a , e l a p re n d i z a j e y t r a b a j o e n e l á re a q u e l e s ro d e a e n a l g ú n c o n t e x t o d e f i n i d o q u e u s a b i e n e s i n s t i t u c i o n a l e s ú n i c o s p a r a l a s n e c e s i d a d e s e s p e c í f i c a s d e l a c o m u n i d a d , y s i n o t r a b a j a m o s a rd u a m e n t e p a r a d i v e rs i f i c a r n u e s t r a a u d i e n c i a , y n o s o l a m e n t e h a c e r l a c re c e r, s i n o d i v e r s i f i c a r l a , e n t o n c e s y o c re o q u e n o s o m o s d i g n o s c o m o i n s t i t u c i o n e s q u e re c i b e n m u c h o d i n e ro p ú b l i c o .
Quizá la pregunta más grande para los museos y bibliotecas de hoy es qué necesitarán hacer para permanecer como instituciones significativas en el futuro. Es necesario discutir sobre la sostenibilidad más allá de lo económico, aunque esto sea relevante también para la comunidad en donde residen. Los museos y bibliotecas serán relevantes en tanto su trabajo esté al servicio de las grandes necesidades de la sociedad. Como guardianes de la herencia cultural, como proveedores del contenido y contexto de la información, como lugares centrales de reunión para la gente para aprender y departir con los otros, es aquí donde los museos y bibliotecas darán forma a su futuro. Las preguntas que continuamente se deben plantear estas instituciones son: ¿qué las hace únicas, qué las hace importantes, y a quién le importa lo que hacen? Estas preguntas obligan a considerar cuáles son las necesidades de la comunidad y cómo responder a ellas y ser sostenibles, con un papel de relevancia en el mundo circundante.
La estabilidad financiera de los museos y bibliotecas depende de la continuidad de su pertinencia para la sociedad; pero la situación económica actual amenaza el bienestar de estas instituciones a corto y mediano plazos, por lo que quizá algunas no sobrevivan. Puesto que resulta incierto el futuro de las estructuras tradicionales de financiación que apoyan a museos y bibliotecas, es de vital importancia para estas i n s t i t u c i o n e s c o n s i d e r a r s u f u t u ro e c o n ó m i c o y qué modelos alternativos de financiamiento y estructura de negocios es posible crear para su sostenibilidad.
En este campo, también hay preguntas que deben plantearse: ¿Cuál es el futuro económico para los museos y bibliotecas? ¿Cuáles serán los nuevos vehículos para financiamiento y sostenibilidad de las prácticas y los bienes culturales e intelectuales? ¿Qué clase de recursos necesitarán las instituciones culturales que sirven al bien del público de tal forma que puedan prosperar a largo plazo? Más allá de la seguridad económica, ¿qué otros factores, como la relevancia social y las necesidades comunitarias, definirán la sostenibilidad de museos y bibliotecas en el futuro?
Ejemplo en curso: Alianza Cultural del Southeastern Michigan
La Alianza Cultural del Southeastern Michigan reúne organizaciones de arte y cultura en un área de siete condados para trabajar juntos por equipar mejor a organizaciones y facilitar el logro www.culturesource.org de sus misiones. La meta de la Alianza es triple: catalizar y facilitar colaboraciones, brindar oportunidades de desarrollo profesional, y servir como una voz colectiva y defensora de las organizaciones de arte y cultura del sureste de Michigan. La Alianza facilita una variedad de programas de intercambio y colaboración entre sus miembros. Un proyecto combate la escasez de recursos y desafíos económicos que muchas organizaciones enfrentan en la región. La Cámara de Compensación para Compartir Recursos es un sistema en línea donde los miembros participantes pueden publicar los bienes institucionales disponibles para el uso de otros miembros. Algunas veces dados libremente y otras de forma negociada, los haberes pueden ser camiones, personal, accesorios, paisajes, lugares, consulta y otros bienes y servicios. El sistema es la vía por la cual estas instituciones trabajan juntas para mantenerse como una comunidad cultural, en lugar de ser organizaciones aisladas que compiten entre sí para sobrevivir.
La métrica para evaluar servicio e impacto
Steven K. Hamp, consultor y consejero, sostiene que: “Nuestro trabajo ahora no es tanto el de predecir el futuro como el de comenzar a destacar nuestra relevancia, valor y posibilidades, nacionales y locales, en el futuro”. La métrica, tanto cuantitativa como cualitativa, que se utiliza para evaluar el impacto de los museos y bibliotecas en la sociedad de hoy puede no ser aplicable a la clase de servicios que estas instituciones brindarán en las próximas décadas. Si los museos y bibliotecas comienzan a integrarse más entre ellos y a colaboran más con otras organizaciones en las esferas pública y privada, pudieran también comenzar a definirse a sí mismas y a sus funciones de nuevas maneras. Cambios significativos en el servicio que brindan los museos y bibliotecas y su relación con otros campos y sus públicos implicarán modificaciones en los resultados de sus operaciones. Es esencial que los museos y bibliotecas reevalúen los servicios que brindan, las comunidades en las que están insertos, y las maneras en que XXI; asimismo, su uso está cambiando en el siglo deben considerar cómo medirán su progreso en el tratamiento de estos cambios y en la articulación de su valor para la sociedad. ¿Cuáles son las medidas apropiadas para el éxito de museos y bibliotecas como socios para la investigación y educación de la comunidad en la era de la información? ¿Cuál es la mejor manera de integrar la evaluación en la práctica de los museos y bibliotecas? ¿Qué clase de impactos están buscando y cómo se integran los datos en el proceso de toma de decisiones?
Es preciso que museos y bibliotecas se pregunten cómo el progreso y valor de estas instituciones debe medirse y evaluarse en el futuro. Más que brindar ejemplos de los métodos actuales para articular el valor de espacios culturales, la discusión se dirige hacia la comunidad de museos y bibliotecas para considerar las cuestiones planteadas sobre el futuro de éstos y cómo las conversaciones acerca del desarrollo de nuevas métricas podrían producir cambios en los servicios que brindan. Puesto que hay muchos modelos para medir el impacto de esos servicios en las comunidades, en este punto puede ser de provecho que las instituciones consideren qué nuevos modelos podrían surgir conforme los servicios continúan evolucionando.
Ejemplo en curso: Indianapolis Museum of Art Dashboard
El Museo de Arte de Indianápolis creó su Dashboard (dashboard.imamuseum.org) como una herramienta basada en Internet para registrar y reportar muchos aspectos diferentes del desempeño, operación, actividades y audiencia del museo. Así, adopta un nuevo enfoque para conceptualizar el funcionamiento e impacto del museo en múltiples plazas, combinando métricas tradicionales y no tradicionales de rendimiento del museo. Por ejemplo, además de reportar estadísticas tradicionales tales como las cifras de asistencia, el número de miembros del museo e información financiera, el museo publica información acerca de su consumo de energía, activi-
dashboard.imamuseum.org
dades de redes sociales y de trabajo curatorial, el número de obras de arte en préstamo, nuevas adquisiciones y número de trabajos con lagunas de procedencia durante la Segunda Guerra Mundial. Tales medidas proporcionan un retrato más complejo del museo como una institución viva y actuante, comprometida con comunidades físicas y virtuales, y que difunde activamente su papel en asuntos clave para el mundo actual como es la conservación de la energía y los debates del patrimonio cultural.
El Dashboard del museo tiene un enfoque en multicapa y complejo para comunicar su identidad como una institución para el público. Abre virtualmente las puertas de la institución para que el público examine sus procesos de trabajo, tanto en sus actividades públicas cotidianas como en sus actividades detrás del escenario. De esta manera, el Museo de Arte de Indianápolis recurre a nuevas formas de articular las múltiples funciones del museo y explora varias medidas diferentes que pueden transmitir la función y valor de sus servicios.
La plantilla de los museos y bibliotecas del siglo XXI
Abramos paso a esta discusión citando a Michèle V. Cloonan, decano y profesor de la Escuela de Graduados de la Ciencia de Bibliotecología e Información, del Colegio Simmons:
Es vital, crítico, que los estudiantes se comprometan mientras estén en nuestros programas (bibliotecología, ciencias de la información, estudio de museos, etc.) si esperamos que ellos sean los agentes del cambio para la organización que estamos vislumbrando. ¿Estamos listos para estos estudiantes? Estos son los estudiantes más comprometidos desde la década de 1960. Ellos no quieren aceptar el statu quo. Ellos tienen muchas ideas acerca de los cambios que quieren ver en el mundo, y quieren ser parte de ellos. ¿Estamos preparados para cuando los contratemos en nuestras instituciones?
Los profesionales de los museos y bibliotecas del siglo XXI tendrán un nuevo conjunto de habilidades y funciones adaptadas a las necesidades tecnológicas y de información de las comunidades. Las instituciones pueden lograr una mayor trascendencia en sus comunidades si reflejan a quienes sirven y dan voz a los grupos menos representados. Los estudiantes de programas académicos en los ámbitos de museos y bibliotecas inician sus estudios con una historia de gran compromiso que moldea profundamente XXIsu visión del mundo. El liderazgo del siglo no requiere confinarse a un sistema de cambio de arriba hacia abajo: puede surgir de cualquier nivel de la institución mediante el fomento del riesgo y pensamiento visionario y del empoderamiento del personal para darle forma activamente al futuro de sus organizaciones.
Varias preguntas se pueden entrever: ¿Cuáles son las competencias que precisan los profesionales de los museos y bibliotecas para tener éxito en la era de la información? ¿Cuáles son los desarrollos profesionales cambiantes y en marcha y los modelos de capacitación que requieren los profesionales en las instituciones culturales y d e l p a t r i m o n i o ? ¿ C u á l e s s e r á n l o s e f e c t o s d e
la subcontratación e Internet de código abierto en los modelos de dotación de personal de museos y bibliotecas? ¿Qué puestos asalariados tradicionales se mantendrán y qué puestos se inventarán para hacer de los museos y bibliotecas sitios productivos en una nueva realidad del lugar de trabajo? ¿Qué clase de habilidades, conocimientos, experiencia e ideas están aportando al campo de los museos y bibliotecas los líderes emergentes, estudiantes y profesionales jóvenes? ¿Cómo influirán ellos en estos espacios culturales conforme su carrera profesional se desarrolla? ¿Cómo podrán ellos ser una parte de la planeación del futuro?
Ejemplo en marcha: Proyecto M-LEAD
El Instituto Escuela Pratt de Ciencias de la Información y Bibliotecología, en asociación con el Museo de Brooklyn, ha creado un proyecto de tres años para fundar un grupo diverso de 30 estudiantes para recibir un grado de maestría en Bibliotecología y Ciencias de la Información con un certificado en liderazgo en museos en el Proyecto M-LEAD (Museum Library Education and Digitization). Este nuevo proyecto busca educar y equipar a los estudiantes con las habilidades que se requieren en el liderazgo de museos en la era digital a través de un programa de doble titulación, que es el primero en su clase en los Estados Unidos y Canadá. Los estudiantes aprenden tanto de profesionales de los museos como de las bibliotecas, en cursos basados en habilidades de investigación y curatoriales, tecnología digital, educación y divulgación,
www.pratt.edu
y experiencia de campo. Los estudiantes también hacen una pasantía en el Museo de Brooklyn, enfocándose en proyectos en las bibliotecas del museo, archivos y en el laboratorio digital. La pasantía permite a los estudiantes el acceso a las colecciones de investigación del museo, así como a una experiencia laboral práctica en proyectos que tratan con registros, ley de de- rechos de autor, divulgación y otros asuntos inherentes a la biblioteconomía de museos. El programa también está diseñado para facilitar el objetivo del museo de utilizar la catalogación y el acceso en línea para generar un mayor acceso público a las colecciones del museo, mientras se dota a los estudiantes con las habilidades necesarias para el liderazgo en sus carreras profesionales.
Resumen y conclusiones: ¿A dónde vamos desde aquí?
George E. Hein, profesor emérito de la Universidad de Lesley (Cambridge, Estados Unidos), sostiene:
Todos los museos y bibliotecas pueden abordar las cuestiones sociales relacionadas con su propia estructura y gobierno. Cómo los museos y bibliotecas se organizan a sí mismos, cómo una amplia gama de visitantes tiene acomodo, tanto físico como intelectual, y cómo los museos colaboran con sus comunidades, son todos componentes de la responsabilidad social de estas instituciones.
Las relaciones entre museos, bibliotecas y sus comunidades se encuentran en una intersección crítica. Nunca ha existido en dichas instituciones una mayor necesidad de trabajar con otras organizaciones para servir con eficacia a sus comunidades; nunca ha habido un periodo de cambio más rápido que afecte a museos, bibliotecas y a sus comunidades; y nunca ha habido un periodo más desafiante de dislocación económica para la gente en las comunidades. Como resultado, nunca ha habido una mejor oportunidad para museos y bibliotecas de actuar como líderes para lograr cambios positivos y colaboración. Nuestros museos y bibliotecas pueden y deben aprovechar la oportunidad para posicioXXI.narse a la luz de estos desafíos del siglo
Se trata de una oportunidad para trabajar con sus comunidades, para definir sus relaciones con el público al cual sirven y trazar un camino hacia el éxito. Este resultado surgirá del trabajo sostenido y conjunto de estas instituciones con sus comunidades, de acuerdo con las diferentes voces y visiones del mundo del púb l i c o a l c u a l s i r v e n , y m e d i a n t e l a c re a c i ó n d e n u e v a s a s o c i a c i o n e s y p r á c t i c a s q u e c o l o q u e n a e s t a s i n s t i t u c i o n e s c o m o c e n t ro s v i t a l e s p a r a l a v i d a de la comunidad.
Cada museo y biblioteca debe estar dispues- t o a e v a l u a r s u m i s i ó n a c t u a l e n f u n c i ó n d e l c u m p l i m i e n t o d e l o b j e t i v o d e a y u d a r a l a i n s t i t u c i ó n y c o m u n i d a d p a r a re s p o n d e r a l o s desafíos del siglo XXI; evaluar en qué punto se encuentra hoy para apoyar el desarrollo de las habilidades de sus audiencias; integrarse cada vez más en la comunidad para crear asociaciones duraderas que se propongan satisfacer las necesidades de su audiencia; y diseñar nuevos
programas y estrategias para ayudar a los individuos a enfrentar adecuadamente los nacientes y más demandantes desafíos de la vida.
Con dicho propósito, es necesario desencadenar un diálogo en las propias instituciones y comunidades; y hay muchas formas en que esta conversación puede proceder, incluyendo –aunque no limitando– las siguientes:
sonal y directivos en los museos y bibliotecas como parte de las conversaciones institucionales acerca de sus funciones y prácticas futuras. tituciones para imaginar el futuro de los museos o bibliotecas como un todo. tudiantes en la planeación del futuro como protagonistas de las conversaciones. tificar juntos las formas en las cuales sus mi-
siones y servicios se complementan entre sí y cómo pueden trabajar unidos para afrontar el futuro. futuro de los museos y bibliotecas desde el exterior. cuáles son las necesidades de la preservación cultural y aprendizaje permanente, y qué clase de organización se precisa para satisfacer tales necesidades. nes para definir las formas en que los museos y bibliotecas los pueden servir mejor. munidades, y en todo el país, que provoquen discusiones y acciones para imaginar las de- finiciones y servicios de los museos y bibliotecas del siglo XXI, y determinar cuál será el papel de estos espacios culturales y cómo pueden usar su singular fortaleza y sus recursos para aportar valor a la sociedad.
Referencias
Museums, Libraries, and 21st Century Skills (2009). Washington: Institute of Museum and Library Services.
ANEXO
Los museos en el siglo XXI para países en desarrollo
Las ideas expresadas en este trabajo claramente provienen de lo que pueden entrever los ex se encuentran a la vanguardia y pueden prever cambios espectaculares. México, como país en desarrollo, no podrá asumir sino marginalmente este enfoque. En nuestro país, más de la mitad de la población es pobre, entonces, por ejemplo, ¿qué podría significar para esa parte de la población “adquirir las habilidades necesarias para el manejo de la información del siglo XXI”?, por mencionar sólo una de las cuestiones que sí tienen sentido para una sociedad desarrollada.
Nuestro país debe enfrentar –yo diría prioritariamente– ese gran rezago que representa tener a la mitad de nuestra población en condiciones de pobreza. Son mexicanos que sobreviven en condiciones de subconsumo y de subproducción. Representan un enorme potencial de fuerza laboral que se encuentra a la espera de su incorporación a los circuitos económicos tradicionales.
Por lo anterior, quiero referirme en este apartado exclusivamente a lo que nuestros museos en el siglo XXI podrían hacer por esta población rezagada. Aun en los países desarrollados se afirma que los museos deben interesarse por la comunidad en que se encuentran y conocer considerar la problemática de sus comunidades y exhibir en qué medida la ciencia y la tecnología pueden aplicarse para intentar resolver este problema de la pauperización.
Las carencias típicas de la pobreza son: agua potable, vivienda (es inadecuada y particularmente incluye: sanitarios insalubres, cocinas perjudiciales y materiales inapropiados de construcción), energía eléctrica, alimentos, educación y trabajo.
Por fortuna, en años recientes surgió una iniciativa respaldada por 12 instituciones nacionales1 que aborda esta problemática –aunque no enteramente como yo lo planteo. A este esfuerzo se le llamó Agenda Ciudadana. La Agenda Ciudadana (de Ciencia, Tecnología e Innovación) fue una consulta a nivel nacional que se realizó por primera vez en México, en la que la población pudo elegir, de entre 10 retos, los tres que debían afrontarse con la participación de la ciencia y la tecnología para alcanzar una mejor calidad de vida en el año 2030.
Los 10 retos planteados fueron los siguientes:
Educación / Agua / Medio ambiente / Seguridad alimentaria / Energía / Salud pública / Cambio climático / Investigación espacial / Migración / Salud mental.
Como puede apreciarse, varios retos de la Agenda Ciudadana coinciden con algunas de las carencias típicas de la pobreza que señalé con anterioridad. Sobre estos renglones hay multitud de trabajos, tanto de origen nacional como internacional, que ya han resuelto estas carencias, sin tener que pagar un costo económico elevado. De modo que hay experiencias que pueden difundirse (y ampliarse) en nuestros museos, de interés para las comunidades, y que atienden al problema más grave del país: la pobreza, la cual –lamentablemente– seguirá acompañando a la mayoría de los países en desarrollo, todavía por gran parte del siglo XXI.
1 Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República, Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Academia Mexicana de Ciencias, Unión de
Universidades de América Latina y el Caribe, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto Politécnico Nacional, Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad de Guadalajara, Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, Red Nacional de Consejos y Organismos Estatales de Ciencia y Tecnología,
Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal.