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Cómo enseñar a medir con un metro
NOSOTROS
Cómo enseñar a medir
CON UN METRO
Julieta Fierro*
En este artículo presento mi opinión sobre la conveniencia de utilizar el metro y sus subdivisiones para enseñar a medir a partir de los primeros grados de la primaria.
Introducción
Desde que se descubrieron escritos de la antigüedad, se conocen distintos sistemas de medición. El sistema de numeración más usual es el de las decenas, justo porque tenemos diez dedos, y diez personas tienen cien, y mil poseen diez mil, etcétera.
Por supuesto, existen otros sistemas, como los que tienen como base las docenas: a primera aproximación el año dura 360 días, donde caben 12 veces las fases de la luna: doce meses. Por eso contamos las horas del día en docenas. Además, si nos ponemos a pensar, llevamos en cada mano un ábaco portátil. Los mesopotámicos sabían que el número de falanges de los dedos largos de nuestra mano suman doce y empleaban el pulgar para sumar y restar; es decir,
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* Investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM y profesora de la Facultad de Ciencias.
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para hacer cálculos se empleaban las falanges, incluso con las dos manos lograban hacer multiplicaciones.
Los mayas contaban de cinco en cinco, como los dedos de las manos, y después de 20 en 20 tomando en cuenta también los dedos de los pies.
Pies, yardas y pulgadas y el metro
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Desde la época de los egipcios de la antigüedad, se empleó como sistema de longitud el pie. Los ingleses continuaron con esa idea. Como cada pie es ligeramente distinto, decidieron que el pie oficial debería ser la longitud del pie del rey del momento. Para longitudes más pequeñas empleaban las pulgadas, medida equivalente el ancho del pulgar del monarca; y para más largas, la yarda, igual a tres pies del rey. Estas unidades cambiaban de longitud con cada nuevo gobernante, lo cual les complicaba la vida a sus usuarios.
Uno de los grandes éxitos de la revolución francesa fue ponerse de acuerdo para crear un sistema estandarizado de medidas, incluido el metro. Esto facilitó el comercio, la ingeniería y la arquitectura, así como la medición del tamaño de las tierras cultivables y la longitud de las carreteras.
Las ciencias exactas suelen simplificar los problemas para entenderlos, y posteriormente los complican poco a poco. Por ejemplo, los astrónomos estudian las estrellas individuales, tanto chicas como grandes, después las galaxias
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Patrones de medida del metro, formados de una aleación de iridio y platino y utilizados durante siglo y medio
y finalmente integran el conocimiento para analizar al universo en su conjunto. El proceso culmina al comunicar los resultados; por eso es tan importante contar con un sistema de medición estándar que sea igual para todos, como el metro.
Algunos pedagogos piensan que la ciencia es dogmática y como ejemplo comentan que el metro es una imposición; por lo tanto, consideran que no es adecuado enseñar a medir en centímetros o metros, a los niños que cursan los primeros grados de educación primaria, sino que deben hacerlo comparando unos objetos con otros para darse cuenta de sus diferencias, es decir, utilizando unidades arbitrarias. En mi experiencia, desde que los niños tienen un año, distinguen fácilmente entre objetos grandes y chicos.
La educación básica es un problema complejo; cada alumno aprende de manera distinta, cada grupo escolar es diferente. Vivimos en un país con enormes diferencias culturales. Nuestras bibliotecas y materiales en línea no son suficientes para que los alumnos encuentren las explicaciones que aclaren sus dudas de manera personalizada cuando no entienden algo que tuvieron que aprender en clase. Tampoco hay suficientes escuelas de tiempo completo, donde haya espacio para digerir el nuevo conocimiento y adquirir un mayor número de habilidades. Por esta razón, si ya tenemos una herramienta para medir que es el metro, que incluso pueden elaborar los niños en clase con un cordón, ¿por qué no utilizarla?
Emplear un metro utilizando una cinta o un cordón facilita la medición no sólo de objetos rectos, sino de formas irregulares como la circunferencia de una botella (que luego puede compararse con la de un vaso) o el contorno de un montón de arena.
En mi opinión, a temprana edad se debe enseñar a los niños a medir la lon- Para elaborar un metro puede usarse un listón y marcar en él los decímetros y los centímetros (existen listones comerciales gitud de los objetos utilizando metros y con diseños que marcan cada centímetro) centímetros, dado que están expuestos a escuchar expresiones como: “Ya cumpliste cuatro años, ¡mides un metro!” o “Desde que entraste a segundo mides 118 centímetros”. Para los docentes es sencillo contar con reglas graduadas y cintas métricas, que son más durables que las tiras de papel que algunos libros de texto recomiendan para elaborar reglas con la longitud del pie de la maestra o la longitud de su paso (más o menos una yarda).
México se enfrenta a un reto inmenso: la industria se está modernizando a partir del uso de robots e inteligencia artificial, tanto en los procesos de producción como de distribución, de modo que la oferta laboral cambiará y será
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necesario educar para esta nueva realidad. Es claro que en la secundaria se deben enseñar otros sistemas de medición (como el que emplea yardas, pies y pulgadas), para formar mejor a los nuevos técnicos que requerirá el país; esto incluso podría hacerse durante las clases de inglés. Sin embargo, enseñar este sistema de medición desde segundo de primaria, antes de utilizar el metro, me parece que dificulta la enseñanza de las matemáticas, sobre las que pesa el prejuicio de que son difíciles.
Debo admitir que algunos científicos piensan que los pedagogos son dogmáticos; no es así. La labor del pedagogo es compleja, existe una enorme variedad de maneras de enseñar y deben elegir una. El pedagogo debe tener habilidades para conciliar las necesidades de la sociedad con los programas de estudio, tomando en cuenta la opinión de expertos (tanto de psicólogos como de otros profesionistas), la preparación de los docentes y el entorno social; y, como si ello fuera poco, también debe acomodar dentro de los planes de estudio la enorme cantidad de habilidades que se espera dominen los niños, por eso prefiere comenzar por utilizar el sistema inglés de medición, pues es constructivista.
En mi opinión, debe enseñarse a medir de la manera más simple, con ejemplos prácticos de la vida cotidiana, y sólo después ir complicando los conceptos. Y si de medir se trata, usemos una herramienta con la que ya contamos: ¡el metro!
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Las cintas métricas facilitan la medición de objetos de forma irregular