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La educación socialista en el municipio de Malinalco, Estado de México
del aula
La educación socialista
EN EL MUNICIPIO DE MALINALCO, ESTADO DE MÉXICO
Elvia Montes de Oca Navas*
… mi labor será ardua, […] encontraré fuertes obstáculos oponiéndose a un programa de moralización, de mejoramiento económico de los trabajadores y de reintegración de las reservas del subsuelo. Pero tengo fe en que podré resolver todo esto apoyado en el pueblo y en la confianza que sepa inspirar al país con mis propios actos.
LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO
En este trabajo analizo lo que sucedió con respecto a la educación socialista en un municipio del Estado de México: Malinalco, considerado como municipio rural en la década de los años treinta del siglo pasado. Pretendo conocer, con base en documentos impresos –libros, catálogos, documentos oficiales, leyes– y en lo hallado en el Archivo Histórico del Estado de México (AHEM), algo más de este suceso histórico para encontrar las continuidades y las rupturas que se dieron respecto al ámbito nacional, estatal y municipal.
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Introducción
Lázaro Cárdenas gobernó a México como presidente del 1º de diciembre de 1934 al 30 de n o v i e m b re d e 1 9 4 0 . E l s e x e n i o c a rd e n i s t a , p r i mero del periodo posrevolucionario, marcó en buena medida el desarrollo del México contem-
* Investigadora independiente. Doctora en Estudios Latinoamericanos por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
UNAM. Miembro activo de la Sociedad de Historia de la Educación Latinoamericana (Shela) y de la Sociedad Mexicana de
Historia de la Educación (Somehide). poráneo. Durante su gobierno hubo una serie de políticas que repercutieron con mayor prof u n d i d a d y r a p i d e z q u e l a s e m p re n d i d a s p o r los gobiernos posrevolucionarios anteriores. Se pusieron en práctica políticas gubernamentales encaminadas a lograr un desarrollo económico acelerado y sostenido, que le diera al país una autonomía y una autosuficiencia económica tales, que acabaran con formas de producción y org a n i z a c i ó n q u e d i f i c u l t a b a n e l p a s o f r a n c o y abierto al capitalismo. Se trataba de un proyecto económico que respetaba la propiedad privada,
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Entre las nuevas instituciones sociales que funcionaron durante el cardenismo, destaca la educación socialista
pero que ofrecía mejores condiciones de vida a l o s t r a b a j a d o re s , t a n t o u r b a n o s c o m o r u r a l e s . Este proyecto modernizador requería de una reordenación de las relaciones establecidas entre los trabajadores y los dueños del capital, de tal manera que el reacomodo propiciara beneficios mutuos, tanto al capital como al trabajo, y alejara la amenaza de la violencia presente a lo largo de la historia reciente de México.
Entre las nuevas instituciones sociales que funcionaron durante el cardenismo destaca la educación socialista, gestada en los años inmediatamente anteriores a 1934. Esta reforma educativa requirió de la modificación del artículo 3º constitucional, cuyo decreto (13 de diciembre de 1934) a la letra dice:
Artículo 3°. La educación que imparta el Estado será socialista, y además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
Así, los alumnos de las escuelas socialistas serían educados según los dictados de las ciencias, tanto en el campo de la naturaleza como en el de la sociedad; las explicaciones que se dieran dentro y fuera de las aulas estarían alejadas de los dogmas y los misterios propios de la educación religiosa, continuando así la lucha del Estado liberal mexicano por lograr su total laicidad y secularización. Sería el Estado mexicano el que dictaría las normas que regirían la educación, el que ejercería su dominio y dirección, incluso sobre la educación dada por los particulares, educación de la que se excluyó a las corporaciones religiosas y los ministros de los diversos cultos.
La reforma educativa de 1934 y el Estado de México
La nueva escuela socialista, especialmente en el ámbito rural, y la enseñanza que en ella impartirían los maestros, abarcaría desde la alfabetización y la castellanización de niños y adultos,
hasta la enseñanza de modernas formas de organizaciones productivo-cooperativas, pasando por el aprendizaje de nuevas técnicas de trabajo agrícola que permitirían a los campesinos y a sus hijos organizarse mejor y optimizar sus actividades productivas. A los niños se les enseñaría a cultivar colectivamente la parcela escolar, a atender los animales que tenían en los corrales, lo mismo que las plantas y los árboles de los huertos construidos como anexos escolares y, lo más importante, se les enseñaría a asumir su responsabilidad conjunta como parte de un grupo, donde los intereses individuales quedarían subordinados a los intereses colectivos; el grupo, no el individuo, tomaría las decisiones y marcaría el rumbo de las actividades escolares.
En el Estado de México, como en el resto de las entidades, se aplicó la reforma educativa que puso en vigor la educación socialista, en condiciones diferentes y a la vez semejantes a las del resto de los estados.
En las actas de la XXXIV Legislatura estatal (1935-1939) correspondientes a la sesión celebrada el 18 de diciembre de 1935, consta que la Comisión de Educación Pública acordó reformar varios artículos de la Ley General de Educación Pública del Estado de México y otorgar al gobernador del estado la facultad de administrar y dirigir técnicamente la educación. La enseñanza pública estatal, en todos sus grados, se sujetaría a las bases establecidas en el artículo 3º de la Constitución General de la República; luego, se aceptaba la reforma educativa que había establecido la escuela socialista.
La educación elemental sería obligatoria para los niños de seis a catorce años. Para ello se establecerían escuelas por todos los rumbos de la entidad, especialmente en las zonas rurales donde fuera suficiente el número de alumnos para abrirla; se pedía un mínimo de 25 niños y niñas, a quienes se les obligaría a cursar por lo menos tres años de escuela, y de ser posible cuatro, a diferencia de las escuelas urbanas, donde la educación obligatoria comprendería seis años. Los p r i m e ro s c u a t ro s e r í a n l a p r i m a r i a e l e m e n t a l , y los últimos dos años la primaria superior. El s o s t e n i m i e n t o d e l a s e s c u e l a s e s t a t a l e s c o r re s pondería al gobierno estatal y el de las federales al gobierno federal. Asimismo se determinó el funcionamiento de la Escuela Normal Mixta en la ciudad de Toluca para la preparación teórica y práctica de los futuros profesores socialistas. En Toluca había dos escuelas normales, pero eran unisexuales (Libro de Actas 1935-1939).
Durante el sexenio cardenista, el Estado de M é x i c o t u v o t re s g o b e r n a d o re s : J o s é L u i s S o lórzano (del 16 de septiembre de 1933 al 31 de d i c i e m b re d e 1 9 3 5 ) , E u c a r i o L ó p e z C o n t re r a s (gobernador interino del 1º de enero de 1936 al 15 de septiembre de 1937), y Wenceslao Labra (del 16 de septiembre de 1937 al 15 de septiembre de 1941). El periodo de los gobernadores era de cuatro años, pero el cambio de gobernadores dificultó aún más la aplicación de la reforma educativa. Sin embargo, la presencia y el peso de Cárdenas lograron dar continuidad a los proyectos y las políticas estatales. En esta entidad se aplicó la reforma educativa como se pudo y con lo que se tuvo.
S o b re s a l e l a l a b o r s o c i a l q u e re a l i z a ro n l o s maestros, especialmente los rurales, para lograr el avance de sus comunidades, en las que la esc u e l a y e l p ro f e s o r f u e ro n l o s e j e s re c t o re s d e l desarrollo de los pueblos. Esta labor social de los mentores abarcaba desde la organización de las cooperativas escolares de producción y de consumo entre los niños y los adultos, pasando por la formación de sociedades de padres y de alumnos, hasta la promoción de importantes mejoras materiales en los pueblos: campos deportivos, apertura de pozos y construcción de letrinas, mejora de caminos, campañas de higiene y antialcohólicas, alfabetización de adultos, instrucción c í v i c a , e n s e ñ a n z a d e d e re c h o s y o b l i g a c i o n e s ,
www.twipu.com/ Malinalco, Ocuilan, Tonatico, Villa Guerrero y Zumpahuacán. L o s s a l a r i o s d e l o s p ro f e s o re s e n l o s INEHRM a ñ o s t re i n t a d e l s i g l o p a s a d o e r a n b a j o s y d i s t i n t o s : por ejemplo, una profesora de la Escuela Rural Mixta de Tenería ganaba 1.25 p e s o s a l d í a e n 1934, salario registrado como el mínimo en la entidad, así que el trabajo de los maestros rurales era reconocido apenas como digno de ser pagado con el salario mínimo estipulado; la profesora de la Escuela Elemental de Niños de Tenancingo ganaba dos pesos y el director tres. En 1937, el profesor de la escuela rural mixta de San Juan Atzingo, Malinalco, ganaba 1.50 pesos, que era el salario mínimo diario oficialmente estipulado para los trabajadores. Sobresale la labor social que realizaron los maestros, especialmente los Los maestros que no eran de carrera, gerurales, para lograr el avance de sus comunidades neralmente los rurales, solicitaban el examen de suficiencia pedagógica que se les h a c í a e n l a E s c u e l a N o r m a l d e To l u c a o e n l a especialmente de los derechos de los campesinos Normal Rural de Tenería. Los padres a veces pre-a tener acceso a la tierra a través de los ejidos, y ferían a estos maestros improvisados, pues se de los trabajadores a luchar por lo establecido en comprometían más con las comunidades, y no el artículo 123 de la Constitución de 1917. Esto a los maestros normalistas profesionales. En el y más hacían los maestros que aceptaron la reArchivo Histórico del Estado de México existen forma y se dedicaron a aplicarla de forma cabal, cartas en las que los padres que no sabían leer y aunque seguramente no todos lo hicieron así. escribir solicitaron al gobierno estatal o federal
En esta entidad había maestros que no eran un profesor para que los alfabetizara, que mu-de carrera, sino que eran improvisados, hechos chas veces era el mismo profesor de sus hijos. a la carrera, pero que se identificaban con las deEn ocasiones, los propios padres y las autorida-mandas de los pueblos en los que trabajaban, y des municipales eran quienes pagaban una pe-que muchas veces eran parte de esa misma coqueña compensación al profesor de los niños munidad. para alfabetizar a personas adultas, lo cual ayudaba a mejorar su pobre salario. La educación socialista llegó al municipio En la escuela socialista, los padres tuvieron de Malinalco una importante presencia; incluso ellos mismos, con autorización oficial o sin ella, se encargaban de vigilar la conducta de los profesores, lo que El municipio de Malinalco pertenece al distrito se prestaba, probablemente, a abusos y engaños de Tenancingo, integrado por los municipios de por parte de los padres cuando no querían a un Tenancingo, Coatepec Harinas, Ixtapan de la Sal,
maestro para sus hijos; aunque en otros casos tal vez eran verdaderas las denuncias de los padres contra los maestros, que presentaban ante las autoridades municipales, encargadas de llevarlas hasta las autoridades educativas centrales y, de ser posible, hasta el mismo gobernador en turno y hasta el propio presidente Cárdenas. Así, podemos ver que el presidente municipal d e Te n a n c i n g o , J u l i o H e r re r a , c o n b a s e e n l a s acusaciones de los padres de familia, denunció al profesor de San José Chalmita Alberto Rivera AHEM, Ramo: Educación Públi-de ebrio y flojo ( ca, Distrito de Tenancingo, 1935, v. 13, exp. 880, f. 02).
Los inspectores escolares se encargaban de vigilar y auxiliar a los maestros. En 1935, el profesor J. Alcázar Robledo era el inspector federal de Educación de la zona de Tenancingo y estaba convencido de las bondades de la nueva educación, la que a través de la preparación académica e ideológica capacitaría a los alumnos “para hacer una vida más humana y sean, mañana, los nuevos sostenedores de los Ideales de la Revolución Mexicana” (AHEM, Ramo: Educación Pública, Distrito de Tenancingo, 1935, v. 14, exp. 884, f. 14). E l p ro f e s o r A l c á z a r R o b l e d o s e g u í a h a b l a n d o e n n o m b re d e l a R e v o l u c i ó n c o m o u n p ro c e s o e n m a rc h a , i n c o n c l u s o a ú n , y re s a l t a b a e l p a p e l q u e l a e s c u e l a s o c i a l i s t a t e n d r í a e n e l c u m p l i m i e n t o d e e s a s t a re a s p e n d i e n t e s d e c u m p l i r d u r a n t e e l c a rd e n i s m o .
En 1935, el profesor y director de la escuela de Malinalco, Rafael M. Flores, fue rechazado por los vecinos del pueblo, y por esta razón solicitó la protección del gobernador de la entidad para cuidarse de las autoridades municipales, así como de otros vecinos que lo habían calumniado por impartir la educación socialista. Los vecinos y las autoridades locales “miran al profesorado con más desprecio y con más desconfianza por anunciarse la Educación Social” (AHEM, Ramo: Educación Pública, Distrito de Tenancingo, 1935, v. 14, exp. 884, f. 43). El profesor Flores llamaba social a esta nueva educación, no socialista, probablemente para evitar los problemas con los padres de familia que este término había suscitado en algunas regiones, por ejemplo, en la de Malinalco.
La federalización de la educación durante el cardenismo significaba la dependencia directa de las escuelas del gobierno federal, tanto en su sostenimiento como en sus programas académicos. Los maestros de entonces preferían depender de la federación porque eran mejor pagados que los que dependían del gobierno estatal; asimismo eran mejor atendidos en su formación profesional e ideológica de acuerdo con la nueva escuela socialista. La escuela elemental de Malinalco logró su federalización el 10 de marzo de 1936. Con ello, además de recibir un salario un poco más alto, los profesores recibían capacitación profesional en los centros creados al efecto, como fue el que existió en Coatepec Harinas y en Tenancingo, los más cercanos a los profesores d e l a z o n a d e M a l i n a l c o y a d o n d e a s i s t í a n p a r a su capacitación pedagógica, en especial los maestros no profesionales.
En 1937, el profesor Rafael Flores Miranda informó a la Dirección Pública de Educación de la formación de consejos infantiles en la escuela elemental de Malinalco. Una de las tareas de la escuela socialista era la práctica del autogobierno en las escuelas elementales, donde los niños pequeños serían ayudados y guiados por sus maestros y por los alumnos mayores. El propósito era que los estudiantes, desde la escuela elemental, aprendieran una forma de organización escolar con base en la participación de todos los involucrados, alumnos y maestros, de tal manera que experimentaran desde pequeños el ejercicio de un sistema democrático de convivencia social.
Asimismo, el maestro Flores avisó que había iniciado las clases con los adultos para enseñarles a leer y escribir a quienes no sabían, y que su grupo de analfabetos comprendía personas que iban de los 15 a los 60 años. Si esto fue así, entonces el profesor Flores se comprometió en una gran tarea social en Malinalco, que comprendió no sólo a los niños, sino también a los adultos, tal como lo exigía la nueva política educativa (AHEM, Ramo: Educación Pública, Distrito de Tenancingo, 1935, v. 14, exp. 898, f. 11).
En su programa de trabajo, el profesor Flores avisó a las autoridades que las clases nocturnas para analfabetos serían de las 16:30 a las 18:30 horas, en tanto que las de los niños tendrían lugar de las 8:30 a las 13:30 y de las 14:30 a las 16:30. Los sábados el profesor los dedicaría a llevar a los niños de excursión para conocer directamente los fenómenos naturales y sociales, así como a la práctica de diversos deportes. Todo ello estaba de acuerdo con los mandatos de la pedagogía moderna.
Esta labor ideal del profesor Flores fue negada por el inspector de la zona, Alcázar Robledo, al informar a las autoridades educativas que el profesor Flores faltaba con frecuencia a la escuela y que no llegaba puntualmente a ella, provocando una baja en la asistencia de los niños, que eran su principal responsabilidad. El profesor se defendió diciendo que él no tenía la culpa de la baja asistencia de los niños a la escuela de la cabecera de Malinalco, sino que eran los padres quienes no querían mandarlos a ella por el temor que la educación socialista había sembrado en la comunidad. El mismo profesor solicitó el apoyo de las autoridades municipales para que obligaran a los padres a enviar a sus hijos a la escuela, a la que sólo asistían 20 niños y niñas (por lo que no cubría el mínimo establecido en la legislación, que era de 25 niños), pues había 85 padres de familia que no mandaban a sus hijos a la escuela oficial (AHEM, Ramo: Educación Pública, Distrito de Tenancingo, 1936, v. 15, exp. 963, f. 02).
El principal argumento que generalmente daban los padres a las autoridades para explicar la inasistencia de sus hijos a la escuela, era que los necesitaban para los trabajos del campo, y que no podían prescindir de ellos, pues no tenían dinero suficiente para pagar peones que sustituyeran a los niños; además, según las leyes ejidales, los ejidatarios y sus familias debían trabajar de m a n e r a d i re c t a l a p a rc e l a e j i d a l . S e g u r a m e n t e que razones económicas como estas provocaron e n a l g u n a s e s c u e l a s l a e s c a s a a s i s t e n c i a d e l o s alumnos, pero los prejuicios y mitos que se crearo n a l re d e d o r d e l a e s c u e l a s o c i a l i s t a t a m b i é n tuvieron ese efecto, sólo que los padres de Malinalco no podían mencionarlo, pues era una política dispuesta desde el Ejecutivo federal, luego, había que acatarla, aunque lo hacían a su manera.
Por otro lado, junto a la escuela estaba también la obtención de la tierra, y si los campesinos ya la habían conseguido, tenían que lograr el apoyo que el gobierno cardenista brindaba para la producción: créditos, insumos, maquinaria, capacitación, regulación y dotación definitiva de los ejidos; en fin, una serie de apoyos que a los ejidatarios les otorgaban mayor seguridad respecto a su parcela ejidal, además de mayores y mejores recursos para su producción. Por todo ello no podían oponerse de manera abierta a la escuela socialista, pues podía perjudicarlos en sus relaciones con la tierra, que probablemente a los campesinos les importaba más que la propia escuela.
Los gobiernos federal y estatal sabían de la oposición de los padres de familia a mandar a sus hijos a la escuela socialista, por eso ordenaron a los inspectores escolares darles pláticas par a c o n v e n c e r l o s d e c u m p l i r c o n e s a o b l i g a c i ó n , y q u e n o h i c i e r a n c a s o a l a l a b o r d e a g i t a c i ó n
desarrollada por los elementos oposicionistas a las nuevas tendencias de la educación pública.
A las dificultades que tenían los maestros rur a l e s c o n l o s p a d re s d e f a m i l i a , s e s u m a b a n l a s enfermedades que ellos mismos adquirían en sitios insalubres como entonces lo era Malinalco, d o n d e a l g u n o s s e e n f e r m a ro n d e p a l u d i s m o ; otros profesores se quejaron de que la única manera que tenían para llegar a ese municipio y sus pueblos era a caballo, y no sabían montar, por lo que con frecuencia se caían por el camino.
Los niños enfermaban de sarampión y tosfer i n a , p a d e c i m i e n t o s q u e s e c o n t a g i a b a n c o m o verdaderas epidemias y aumentaban la ausencia de alumnos en las escuelas de la zona. Esto se explica en parte por las condiciones de salud en las que entonces vivían pueblos como los de Malinalco, así como por la calidad de los caminos, que sólo podían ser transitados a caballo o a pie, y la escasez de carreteras y medios de comunicación adecuados para el traslado de las personas, en este caso de los profesores.
La Escuela Regional Campesina de Tenería y su influencia en Malinalco
En esta escuela se estableció un Instituto de Acción Social para atender a los maestros rurales de la región, “con el propósito de que perfeccionen sus conocimientos relativos al mejoramiento de comunidades, mejoramiento de la vida doméstica, técnica escolar, educación física, artes plásticas y otras” (Gaceta de Gobierno, t. XXXIX, 13 de marzo de 1935, núm. 21).
En enero de 1934, se fundó la Escuela Regional Campesina de Tenería, la cual, a pesar de los problemas por los que había pasado en los años anteriores, durante el cardenismo llegó a ser la Regional más grande del país, con el mayor número de cabezas de ganado y con uno de los mayores presupuestos. En la escuela funcionó la Misión Cultural de Tenería, que participó activamente en las cuestiones políticas, económicas y culturales de los municipios cercanos, en especial de Malinalco y Tenancingo.
Alicia Civera elaboró un interesante trabajo comparativo entre lo que sucedió en Tenancingo, poblado más aferrado a la religión y a las tradiciones y con un desarrollo económico mayor que Malinalco, y lo sucedido en este pueblo, donde la acción social de los profesores de Tenería fue mayor, y su aceptación también, seguramente por su tradición revolucionaria y su contacto con el zapatismo.
Los maestros de Malinalco mantuvieron buenas relaciones con los de Tenería, y se manifestaron aliados de la educación socialista, por lo que apoyaron la labor social de la escuela frente a un alto analfabetismo de la población. El trabajo debía ser arduo para abatir este porcentaje e incorporar a los adultos a la vida política, cultural y económica de los pueblos.
L o s p ro f e s o re s d e Te n e r í a , a p o y a d o s p o r l o s p ro f e s o re s d e M a l i n a l c o , y d a d a s s u s re l a c i o nes con el gobierno federal, llevaron a cabo una g r a n l a b o r e n f a v o r d e l o s c a m p e s i n o s : n o s ó l o los orientaron en la obtención de ejidos, sino que también los ayudaron a organizarse para hacer los trámites respectivos, por ejemplo, formando c o m i t é s e j i d a l e s m u n i c i p a l e s p a r a o b t e n e r c r é ditos del Banco Nacional de Crédito Ejidal y dinamizar la producción en los ejidos y en las tierras que poseían los campesinos como propias.
La tradición de lucha por la tierra no era nueva en Malinalco; desde el movimiento zapatist a l o s p o b l a d o re s h a b í a n a p o y a d o a Z a p a t a y el Plan de Ayala, precisamente por lo que esto significaba: la recuperación de la tierra. Las relaciones comerciales entre Morelos y Malinalco existían desde tiempo atrás, los ingenios habían sido los vasos comunicantes; y, en ese circular
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La Escuela Regional Campesina de Tenería llegó a ser la Regional más grande del país, con el mayor número de cabezas de ganado y con uno de los mayores presupuestos
de caña y azúcar, también circularon las ideas de l o s z a p a t i s t a s re s p e c t o a u n M é x i c o m á s j u s t o e igual. Maestros de Malinalco, junto con los de Tenería, trabajaron en favor de los campesinos y el reparto de ejidos, ellos “consiguieron que la delegación agraria mandara una brigada de ingenieros para planear la dotación de ejidos, misma que conseguirían en 1935 y 1936” (Civera, 1997: 109).
Según las fuentes consultadas, fueron maestros que cumplieron con su labor de líderes sociales, tarea que el mismo Cárdenas les recordaba con frecuencia a través de los discursos que pronunciaba durante las giras de trabajo realizadas por todos los rumbos del país; maestros que hicieron funciones de intermediarios entre campesinos y funcionarios de los gobiernos federal y estatal, no sólo para conseguir ejidos, sino también para construir escuelas elementales en los lugares donde no las había, o para mejorar las condiciones de las que ya existían. Sin embargo, estas gestiones por mejorar las condiciones de los pueblos siempre chocaron con un muro difícil de derrumbar: no había dinero suficiente para resolver los problemas económicos de los pueblos.
Durante la reforma agraria y el reparto de tierras, en este municipio se formaron diez ejidos entre 1915 y 1958: Malinalco y sus barrios, El Aguacate, San Sebastián Amola, San Andrés Nicolás Bravo, Chalma, Chichicasco, Jalmolonga, El Platanar, Tepehuajes y Santa María Xochiac. Algunos nombres de los ejidos coinciden con los nombres de los pueblos, luego hubo pueblos que nacieron junto con los ejidos o bien, el pueblo le dio el nombre al ejido o el ejido al pueblo.
La parcela escolar
En el Código Agrario de 1940, firmado por Lázaro Cárdenas el 23 de septiembre de ese año, unos pocos meses antes de que terminara su periodo de gobierno, en la sección quinta, artículos 145-147, quedó legalmente establecido lo que ya se venía haciendo desde el inicio de su gobierno: la parcela escolar.
La parcela escolar se formaría, según el Código de 1940, en todos los ejidos del país, “para fincar las actividades agropecuarias y de industrias rurales aprobadas para la comunidad, y donde los alumnos de la Escuela Rural desarrollen sus trabajos educativos…”. Esta parcela serviría para que los alumnos aprendieran formas y técnicas modernas de producción, así como de organización del trabajo; sería trabajada como cooperativa, y los niños estarían dirigidos por el maestro. Tendría la misma extensión que la registrada para las otras parcelas ejidales; para su constitución se escogerían las mejores tierras y las más cercanas al poblado y a la escuela. Esta parcela no podría arrendarse, permutarse, traspasarse o enajenarse, lo mismo que las parcelas de los ejidatarios. Las utilidades obtenidas serían invertidas en mejoras materiales de la escuela y de la casa del maestro, así como en la compra de mobiliario y útiles escolares.
Las parcelas escolares no constituirían sólo un laboratorio de preparación técnica y moderna de los futuros productores agrícolas, los hijos de los campesinos-ejidatarios, sino también un laboratorio social en el que el trabajo colectivo sería la forma de organización del trabajo y de vida de los futuros productores del campo.
En cuanto al municipio de Malinalco, de acuerdo con los datos aportados por el catálogo de ejidos (Gobierno del Estado de México, 1958), de los diez ejidos que se formaron sólo en dos no había parcela escolar: Chichicasco y Tepehuajes, donde tampoco había escuela elemental. Los niños del ejido de Chichicasco asistían a una escuela industrial. En el artículo 123 de la Constitución de 1917, fracción XII, se estableció:
En toda negociación agrícola, industrial, minera o cualquiera otra clase de trabajo, los patronos […] deberán establecer escuelas, enfermerías y demás servicios necesarios a la comunidad. Si las
negociaciones estuvieren situadas dentro de las poblaciones, y ocuparen un número de trabajadores mayor de cien, tendrán la primera de las obligaciones mencionadas.
Estas escuelas se llamaron, mientras existieron, “Artículo 123”. Tal vez a alguna de ellas iban los niños del ejido de Chichicasco.
En cuanto al ejido y poblado de Tepehuajes, no había una escuela a menos de dos kilómetros a la redonda y no se encontró información relativa a algún centro escolar al que pudieran asistir los niños. En el caso de Santa María Xochiac, estaban haciendo la escuela, y los niños del ejido tenían que ir a otra que estaba a diez kilómetros de distancia, ¿se imaginan si los niños de entonces estaban en posibilidad de hacer tales recorridos todos los días para ir a la escuela? En los otros siete ejidos –Malinalco, El Aguacate, San Sebastián Amola, San Andrés Nicolás Bravo, Chalma, Jalmolonga y El Platanar– sí había escuela y parcela escolar.
La producción que se lograba en estas parcelas era variada, dependiendo seguramente del cuidado y dedicación que maestros y alumnos ponían en su cultivo, así como del número de alumnos que la trabajaban, la calidad de la tierra de la parcela y otros factores; de tal manera que se registra, por ejemplo, un pequeño ingreso en la parcela escolar de El Aguacate, frente a un muy buen ingreso en la parcela de Jalmolonga. ¿Existen todavía hoy esas parcelas escolares?, ¿el crecimiento poblacional las ha afectado
y ya se les dio otro uso, igual que a muchos otros ejidos?, ¿quién controló esta parcela?, ¿se utilizó para ampliar el edificio escolar frente al crecimiento poblacional y el crecimiento de la demanda escolar?, ¿realmente los niños, guiados por sus maestros, trabajaron colectivamente la parcela escolar?
La vida de las escuelas rurales de Malinalco
Parece que en la cabecera de Malinalco, según AHEM, para los documentos encontrados en el 1936 existían dos escuelas: una para los niños, dirigida por el profesor Rafael Flores Miranda, y otra para las niñas, a cargo de la profesora Irene D. Avilés. Dada la precaria situación de algunos pueblos de entonces, que no les permitía tener dos edificios escolares, tal vez sólo había una escuela, pero en su interior seguían separados niñas y niños, lo mismo que los maestros que se ocupaban de ellos. Además de estas dos escuelas unisexuales, ese año, 1936, en el municipio sólo se menciona otra escuela elemental, la del barrio de San Andrés, a cargo del profesor Antonio Camacho Pacheco, quien duró varios años como maestro de ese lugar, al menos hasta 1940. Esta escuela sí era mixta (AHEM, Ramo: Educación Pública, E. Prim, 1936, v. 229, exp. 6, f. 5). La educación mixta no siempre fue bien recibida por los padres de familia, pues se pensó que esto alteraría la moral y las buenas costumbres de los pueblos.
La Escuela Oficial Rural Mixta de San Andrés de 2ª Clase Rural era estatal y se llamaba Sor Juana Inés de la Cruz; no tenía edificio propio, por lo que los niños y el maestro utilizaban como escuela el atrio de la iglesia. En 1936, el profesor Camacho Pacheco atendía cinco grupos: preparatorio, 1º, 2º, 3º y 4º años. En el preparatorio tenía dos hombres y tres mujeres; en 1 º, 11 hombres y 12 mujeres; en 2º, 13 hombres y 12 mujeres; en 3 º, tres hombres y cuatro mujeres; y en 4 º, seis hombres y una sola mujer. El profesor Camacho atendía en total a 67 alumnos, que tenían desde cinco hasta 14 años (AHEM, Ramo: Educación Pública, E. Prim., 1937, v. 228, exp. 16, f. 121).
En los reportes de asistencia que mensualmente este maestro debía enviar a las autoridades, se registra que era mayor la asistencia de los niños de preparatorio y primer año, y mayor la de las niñas que la de los niños; en los siguientes grados la asistencia era muy baja, y era más constante la asistencia de las niñas –la única niña de cuarto no faltaba–, no así los niños, cuya asistencia era muy irregular. Esto cambiaba según los meses del año: cuando los trabajos en el campo requerían de mayor mano de obra, disminuía notablemente la asistencia de los niños a la escuela, no así la de las niñas, cuyo trabajo en el hogar no requería de su inasistencia; luego, ellos sí eran fuerza de trabajo necesaria para la parcela, al menos para abastecer de agua y de alimentos a sus padres.
En los reportes mensuales de asistencia elaborados por el profesor Camacho, había un apartado en el que las autoridades educativas le preg u n t a b a n c u á n t a s v e c e s d u r a n t e e l m e s h a b í a sido visitado por el inspector escolar, la respuesta fue siempre la misma: ni una sola vez. Esto pone en tela de duda la labor orientadora que se supone debían realizar los inspectores, sobre todo con los profesores rurales, a quienes mayor apoyo les debían dar, pues generalmente no eran maestros de carrera. Bien pudo suceder que las grandes distancias, la calidad de los caminos y el número de escuelas que cada inspector tenía que vigilar les dificultaran el cumplimiento cabal de su labor.
En 1938, el maestro Flores Miranda ya no aparece como profesor de la escuela de Malinalco; su lugar lo ocupó Porfirio S. Nieto. Mientras tanto,
l a p ro f e s o r a Av i l é s s i g u i ó e n s u c a rg o c o m o maestra de las niñas. Si bien cada profesor trabajaba con niños de su mismo sexo, según los documentos existentes en el Archivo Histórico del Estado de México, ambos profesores trabajaban juntos con los padres de sus alumnos, organizándolos para beneficio común. Los profesores Nieto y Avilés avisaron a las autoridades del Estado de México que la Sociedad de Madres de Familia de Malinalco, organizada bajo su dirección, había hecho algunas reparaciones materiales a la escuela; luego, aquí sí había al menos un edificio escolar. Las mejoras las habían hecho las madres de familia con base en aportaciones personales y la realización de eventos sociales en los cuales se cobraba una cuota, así se logró “hacer cuanto sea posible por la elevación cultural dentro del municipio” ( AHEM, Ramo: Educación Pública, E. Prim., 1937, v. 231, exp. 59, f.1).
Los profesores recibieron la felicitación del gobernador Wenceslao Labra, a través de una carta firmada por el licenciado Juan Fernández Albarrán, secretario general de Gobierno. Parece ser que los padres de este municipio se convencieron de las bondades de la escuela socialista, y dejaron de hostigar a los maestros, como lo hicieron al principio de la reforma educativa.
La política cardenista de expandir la educación elemental por todos los rumbos del país, en este municipio sí se llevó a cabo. En 1936 se registran tan sólo tres escuelas elementales oficiales en el municipio de Malinalco: dos en la cabecera y una más en San Nicolás; para 1938 aparecen ya las escuelas rurales mixtas de San Sebastián Amola, dirigida por Margarito E. Aguilar; Jalmolonga, con el profesor Ángel Pacini; y Noxtepec de Zaragoza, con CuauhtéAHEM, Ramo: Educación Pública, E. moc Rosas ( Prim., 1938, v. 233, exp. 22, f. 12).
En 1940, último año del gobierno carden i s t a , a p a re c e l a E s c u e l a O f i c i a l S e m i u r b a n a Mixta de Malinalco, dirigida por el profesor Alfredo Rebollar, y como auxiliar la profesora Manuela Iniesta B. Ambos atendían a 41 alumnos en primer año, tres en segundo, uno en tercero y siete en cuarto, total: 52 niños. Es difícil entender estos números, ¿cómo en primer año hay 41 alumnos y en los siguientes grados, de segundo a cuarto, solamente hay once niños, incluso uno solo en tercero?, ¿dónde estaban los otros niños?, ¿los niños no iban a la escuela o además de la escuela oficial había otras particulares? El aprovechamiento de los niños registrado por los maestros de Malinalco es muy bajo, por ejemplo, de los 41 niños de primer año: 20 hombres y 21 mujeres, en 1940 reprobaron 14 hombres y 16 mujeres, ¿qué pasaba entonces con el aprovechamiento escolar? ( AHEM, Ramo: Educación Pública, E. Prim., 1940, v. 238, exp. 20, 10 fs.).
En los exámenes escolares anuales que los niños resolvían, en Historia sobresalen las figuras de los héroes preferidos de ese entonces: Hidalgo, Juárez, Zapata, Francisco I. Madero. En cuanto a los ejercicios de Lengua Nacional, para separar los elementos de una oración, los niños leían: “Los peones que trabajaban en las haciendas eran indios mestizos a quienes los amos habían despojado de sus tierras”. En los ejercicios de escritura de los exámenes anuales debían escribir alguna estrofa del Corrido del Agrarista, el Himno a la escuela rural o La Internacional; en estos himnos se nota claramente el carácter ideológico de la escuela socialista.
En los exámenes finales (1938) de Lengua Nac i o n a l , u n n i ñ o d e p r i m e r a ñ o d e b í a c o n t e s t a r p re g u n t a s c o n b a s e e n l e c t u r a o r a l y l e c t u r a e n s i l e n c i o , y h a c e r e j e rc i c i o s d e e s c r i t u r a . E n Cálculo debía efectuar sumas con cantidades de dos cifras y resolver algunos problemas sencillos, por ejemplo: ¿Cuántas decenas habrá en 20 u n i d a d e s ? E n C i e n c i a s N a t u r a l e s l o s e x á m e n e s t e n í a n p re g u n t a s s o b re e l e n t o r n o c e rc a n o d e l niño, por ejemplo: ¿Qué frutas hay en tu pueblo?,
por supuesto que los niños de Malinalco aquí sí tenían muchas respuestas.
Los alumnos de segundo año también tenían cuestionarios que resolver con base en lecturas en silencio y orales, así como ejercicios de escritura. En Cálculo efectuaban ejercicios de las cuatro operaciones fundamentales, manejando cantidades de dos cifras; resolvían problemas tales como este: ¿Cuál será el valor de 10 dobles de maíz si dos valen 30 centavos? En Ciencias Naturales se preguntaba: ¿Cuáles son los animales domésticos más conocidos en tu pueblo?
Los niños de tercer año también practicaban lecturas en silencio y orales, para después contestar preguntas y cerciorarse de su comprensión. Una de las lecturas se refería a un taller de carpintería que tenían como cooperativa escolar los alumnos de una escuela, en la que se habla de muebles y calidades de maderas, de instrumentos e insumos necesarios para el trabajo del carpintero. En Aritmética, los alumnos debían resolver problemas como este: 20 caballos me costaron $300.00, ¿cuánto me costarán 5?, y en Geometría debían calcular superficies. En Geografía se les preguntaba a qué municipio pertenecía el pueblo en el que vivían. En Ciencias Naturales, un niño de tercer año debía subrayar la bebida más saludable, y para ello tenía que escoger entre: cerveza-vino-agua-pulque. En Historia y Civismo, el alumno debía hablar del héroe nacional que “más le simpatizara”.
En cuarto año, en Lengua Nacional también había ejercicios de lectura oral y lectura en silencio y sus respectivos cuestionarios. En estas lecturas, en todos los años, se escogía una lección de la serie de los libros Simiente, del profesor Gabriel Lucio, obras hechas especialmente para las escuelas rurales socialistas, impresas por la propia Secretaría de Educación y distribuidas, gratuitamente, a lo largo del país. En Aritmética y Geometría, además del cálculo de volúmenes, los alumnos tenían que hacer operaciones: suma, resta, multiplicación y división con cantidades de cinco cifras. Debían resolver problemas como el siguiente: El metro de gabardina costó $25.00, ¿cuál será el importe de 40 centímetros? En Ciencias Sociales –ya no Historia, Geografía y Civismo, como en los grados anteriores–, los niños debían escribir los nombres de los distritos que comprendía su entidad, en este caso el Estado de México, así como ordenar cronológicamente diversos sucesos de la historia nacional. En Ciencias Naturales, los alumnos debían dar los nombres de los insectos más dañinos que había en su comunidad ( AHEM, Ramo: Educación Pública, E. Prim., 1938, v. 236, exp. 2, fs.).
Reflexiones finales
La escuela socialista no sólo se dirigió a la formación científica de los niños, sino también la formación técnica que los capacitara para el trabajo, la formación social integradora y con sentido de grupo, la formación ideológica encaminada al logro de una conciencia del cambio que debía darse en el país, de tal manera que se trabajara por un México más justo e igual para todos.
Las funciones mentales que realizaban los niños para resolver sus exámenes eran varias y diversas: comprensión, memoria, análisis, síntesis, observación del medio circundante, relación entre causas y efectos; además se fomentaban actitudes de respeto y admiración por los héroes, así como la crítica y el rechazo a los vicios –esto último se reforzó en la selección que los niños debían hacer entre bebidas sanas y bebidas dañinas, como son las fermentadas.
Las preguntas partían del ámbito más cercano al más alejado del niño, como lo recomendaban las corrientes pedagógicas que entonces estaban de moda; se utilizaba la observación de
i m á g e n e s , q u e c o n t e n í a n l o s l i b ro s e s c o l a re s ; también se narraban historias con carácter ejemplar y moralizador, capaz de inculcar en los niños amor y respeto por lo héroes y la patria.
Las lecturas de los exámenes eran bastante directas en cuanto a la formación ideológica de los niños: hablaban de la historia como el abuso de unos hombres sobre otros, condición que debía cambiar; y de la escuela rural y del ejido, como formas fundamentales de cambio y progreso en el campo. Asimismo, los himnos que se cantaban y memorizaban tenían un contenido eminentemente social e ideológico.
La escuela socialista fue borrada de las leyes y de la memoria de los mexicanos inmediatamente en el gobierno que sucedió al del presidente Lázaro Cárdenas, encabezado por Manuel Ávila Camacho. Así se acabó con un proyecto reformador de la educación en México, que pudo haber dado más y mejores frutos, si hubiera sido apoyado por las políticas educativas posteriores a la reforma emprendida en 1934.
Referencias
CÁRDENAS, L. (1986). Obras. I-Apuntes 1913-1940. t. I. [Pref. de Gastón García Cantú. Intr. de Cuauhtémoc Cárdenas.]
México: Universidad Nacional Autónoma de México.
CIVERA, A. (1997). Entre surcos y letras. Educación para campesinos en los años treinta. México: El Colegio Mexiquense /
Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana.
GOBIERNO del Estado de México (1958). Los ejidos del Estado de México. Catálogo. Toluca: Dirección de Agricultura y
Ganadería. Documentos consultados
Actas del Poder Legislativo del Estado de México.
Código Agrario de 1940. Gaceta de Gobierno. Órgano Oficial del Gobierno del Estado de México.
Archivos consultados
Archivo Histórico del Estado de México ( AHEM). Ramo:
Educación Pública.