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Areíto

Zona de la Cultura y de las ideas

Bullying, un grave problema en las escuelas

www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 6.07.2013

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¡ÁNGEL HACHÉ 50 AÑOS EN EL ARTE!

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REINO DE LA IMAGEN

UNA CARTA DE MI MADRE

PENSAR LAS CULTURAS VISUALES

A JUAN BOSCH

SALVACIÓN CRISTIANA Y DOGMAS RELIGIOSOS

Instalados profundamente en la era global, vivimos en un mundo de imágenes sobreabundantes. La cultura está superpoblada de ellas. Las imágenes nos rodean, nos invaden, nos sofocan. Página 6

Removiendo papeles casi olvidados, esos que perfuman los recuerdos, que ilustran un pasado de añoranzas que desearíamos fuese eterno, que nos hacen ver y convencernos por qué somos así...Página 5

Mientras se pregonaba que la salvación solo era posible dentro de la iglesia, “encontré en mis investigaciones humildes que decían: cada uno se puede salvar en su ley, el buen moro, el buen judío, el buen católico…Página 3


HOY

AREÍTO

Sábado 6 de julio de 2013

Zona Areíto Areito

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Mario Vargas Llosa (Novelista, Premio Nóbel de Literatura) Mandela es el mejor ejemplo que tenemos de que la política no es sólo ese quehacer sucio y mediocre que cree tanta gente, que sirve a los pillos para enriquecerse y a los vagos para sobrevivir sin hacer nada...

Leonardo Boff

LA GUÍA

El arte de cuidar a los enfermos

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n los últimos años he trabajado en profundidad la categoría de cuidado sobre todo en los libros Saber cuidar y El cuidado necesario. Cuidar más que una técnica o una virtud, entre otras, es un arte y un nuevo paradigma de respeto, con la naturaleza y con las relaciones humanas, amoroso, diligente y participativo. He tomado parte en muchas reuniones y conferencias de profesionales de la salud con los que he podido hablar y aprender, pues el cuidado es la ética natural de esta actividad tan sagrada. Retomo aquí algunas ideas referentes a las actitudes que deben estar presentes en las personas que cuidan a los enfermos ya sea en casa o en el hospital. Veamos algunas de ellas. Compasión: es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y sentir con él. Que perciba que no está solo en su dolor. Caricia esencial: tocar al otro es devolverle la certeza de que pertenece a nuestra humanidad; el toque de la caricia es una manifestación de amor. A menudo, la enfermedad es una señal de que el paciente quiere comunicarse, hablar y ser escuchado. Quiere encontrar un sentido a la enfermedad. El enfermero o la enfermera y el médico o la médica pueden ayudarle a abrirse y hablar. Testimonio de una enfermera: "Cuando te toco, te cuido, cuando te cuido te toco… Si eres una persona mayor te cuido cuando estas cansado; te toco cuando te abrazo; te toco cuando estás llorando, te cuido cuando ya no puedes andar". Asistencia sensata: El paciente necesita ayuda y la enfermera o enfermero desea cuidar. La convergencia de estos dos movimientos genera reciprocidad y la superación del sentimiento de una relación desigual. Devolverle la confianza en la vida: Lo que más desea el enfermo es recuperar el equilibrio perdido y volver a estar sano. De aquí que sea decisivo devolverle la confianza en la vida, en sus energías interiores, físicas, psíquicas y espirituales, pues ellas actúan como verdaderas medicinas. Incentivar gestos simbólicos cargados de afecto. No es raro que los dibujos que una niña hace para su padre enfermo susciten en él tanta energía y buen ánimo como si hubiera tomado la mejor de las medicinas. Ayudarle a acoger la condición humana: Normalmente el paciente se pregunta sorprendido: ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí ahora que todo me iba tan bien? ¿Por qué si

soy joven aun me ataca esta grave enfermedad? ¿Por qué las relaciones familiares, sociales y laborales se cortan por la enfermedad? Tales interrogantes remiten a una reflexión humilde sobre la condition humaine, expuesta en todo momento a riesgos y a vulnerabilidades inesperadas. Toda persona sana puede enfermar. Y toda enfermedad remite a la salud que es el principal valor de referencia. Pero no conseguimos saltar por encima de nuestra sombra y no hay modo de acoger la vida así como es: sana y enferma, fuerte y frágil, apasionada por vida y teniendo que aceptar eventuales enfermedades y, en última instancia, la misma muerte. En esos momentos los pacientes hacen profundas revisiones de vida, no se contentan solo con las explicaciones científicas (siempre necesarias) dadas por los médicos, sino que ansían un sentido que surge a partir de un diálogo profundo con su Self o de la palabra sabia de un sacerdote, de un pastor o de una persona espiritual. Recuperan entonces valores cotidianos que antes ni siquiera notaban, redefinen su plan de vida y maduran. Y acaban teniendo paz. Acompañarle en la gran travesía: Hay un momento inevitable en que todos, hasta la persona más anciana del mundo, tenemos que morir. Es la ley de la vida, sujeta a la muerte. Es una travesía decisiva. Debe ser preparada por toda una vida que se ha guiado por valores morales generosos, responsables y benéficos. Sin embargo, para la gran mayoría, la muerte es sufrida como un asalto y un secuestro ante los cuales se siente impotente. Y finalmente se da cuenta de que debe entregarse. La presencia discreta, respetuosa de la enfermera o del enfermero, dándole la mano, susurrándole palabras de consuelo, invitándolo a ir al encuentro de la Luz y al seno de Dios que es Padre y Madre de bondad pueden hacer que el moribundo salga de la vida sereno y agradecido por la existencia que vivió. Aquí el cuidado se revela mucho más como arte que como técnica y supone en el profesional de la salud densidad de vida, sentido espiritual y una mirada que va más allá de la vida y de la muerte. Alcanzar ese estadio es una misión que el enfermero y la enfermera, también los médicos y las médicas deben buscar para ser plenamente servidores de la vida. Para todos valen estas palabras sabias: La tragedia de la vida no es la muerte, sino aquello que dejamos morir dentro de nosotros mientras vivimos.

LIBROS

EN EL AMENO HUERTO DESEADO Este libro contiene las ponencias del IV Congreso Internacional del Interiorismo, una selección de poemas de interioristas españoles y varios estudios críticos del compilador, el doctor Bruno Rosario Candelier, destacado linguista y crítico literario, director de la Academia Dominicana de la Lengua. Se trata de una obra gruesa, de 415 páginas. Fue editada en Papiros Talleres Gráficos, de San Francisco de Macorís. El libro tiene una introducción del doctor Bruno Candelier, quien además es presidente del Ateneo Insular Internacional.

LA PRUEBA CIVIL EN UN ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO. MITOS Y REALIDADES Los especialistas e interesados en el Derecho tienen en esta obra de los abogados Rafael Barón Duluc Rijo y María Elena Aybar Betances, un libro de profundidad jurídica, novedoso e inteligente. Consta de 18 capítulos repartidos en 251 páginas. Editora Centenario. _ ____________________________________________________________________________

UNA PATRIA, UN AMOR...MIS MEMORIAS DEL RÉGIMEN DE TRUJILLO Doña Dulce Tejada de Alvarez, la ingeniera, nos regala esta obra de recuerdos, luchas, angustias, dolor, todo para combatir la tiranía de Trujillo. Su encuentro con Minerva Mirabal en el colegio de La Vega, la célula, la muerte de amigos, todo discurre en las 140 páginas de este libro.

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CORRUPCIÓN Y PRIVILEGIOS EMPRESARIALES Este es el último libro del conocido periodista y escritor Esteban Rosario. Una obra que forma parte de la serie del autor sobre el comportamiento y las fortunas de los grupos empresariales del país y de la llamada “oligarquía dominicana”. Esta obra, de 293 páginas, desarrolla tres grandes temas en un horizonte de tiempo que parte de 1961 hasta nuestros días: el arranque de la corrupción, los privilegios empresariales y la corrupción empresarial. El libro tiene el sello de Editorial Santuario, impreso en Impresora Soto Castillo.

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CUANDO EL AMOR LLEGA A LOS CUARENTA Cipriano Rosario Marte es biólogo de profesión, pero su gran pasión es la literatura. Esta novela de 165 páginas, “Cuando el amor llega a los cuarenta”, es su segundo libro. Antes había publicado “Los amigos de mi amiga”.

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LA HISTORIA

1938

NACIÓ EL 6 DE JULIO. Óscar Hahn, poeta, ensayista y crítico chileno integrante de la Generación Trilce, autor de las obras “Esta rosa negra” y “En un abrir y cerrar de ojos”. _

1535

FALLECIÓ EL 6 DE JULIO. Tomás Moro, político, pensador, teólogo, humanista, filósofo, poeta, traductor, profesor de leyes, abogado y escritor británico. Su obra más famosa es “Utopía“.

1893

MURIÓ EL 6 DE JULIO. Henry René Albert Guy de Maupassant, escritor de cuentos francés. Son destacables sus cuentos de terror, género en el que está a la altura de Edgar Allan Poe. Son obras suyas “¿Quién sabe?”, “La noche”, o “El Horla”, uno de sus relatos de terror más conocidos. _

1962

MURIÓ EL 6 DE JULIO. William Faulkner, escritor estadounidense, premio Nobel en 1949, premio Pulitzer 1955 y premio National Book Awards, recibido póstumamente. Sus obras más importantes son “El ruido y la furia”, “Mientras agonizo”, “Luz de agosto”, “¡Absalón, Absalón!” y “El villorrio”, todas ellas ambientadas en el condado ficticio de Yoknapatawpha.

1956

FALLECIÓ EL 8 DE JULIO. Giovanni Papini, controvertido escritor italiano. Su mejor o más popular obra, “Gog”, es una colección de cuentos de carácter filosófico y de estilo brillante y satírico. _

1962

MURIÓ EL 9 DE JULIO. Georges Bataille, escritor, filósofo y antropólogo francés. Su novela “La historia del ojo”, que escribió con el pseudónimo de Lord Auch, fue considerada como pura pornografía.


ÁNGELA PEÑA/ A.PENA@.COM.DO

Viaje por la historia

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HOY

Salvación cristiana y dogmas religiosos

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a publicado 16 libros sobre América Latina y España pero el más reciente mereció seis de los más prestigiosos premios, uno de Canadá y cinco norteamericanos, y circula en inglés, español y portugués. Para muchos la obra podría representar cuestionamiento a posiciones de la iglesia católica y sin embargo, una de las personalidades que se sintió atraída por el contenido del volumen que ha celebrado la crítica universal fue Benedicto XVI, quien siendo aún el Obispo de Roma apareció en la prensa leyendo un ejemplar. Stuart B. Schwartz, su autor, expresa con humildad: “No sé si al Santo Padre le gustó”. Se trata del demandado libro: “Cada uno en su ley, Salvación y tolerancia religiosa en el Atlántico ibérico”, novedoso trabajo que presenta las posiciones de la llamada “gente común” respecto a normas, prohibiciones, impedimentos y afirmaciones del catolicismo. El destacado docente e historiador estuvo de visita en Santo Domingo investigando sobre los huracanes en el Caribe y conversó sobre su obra laureada que a su juicio levanta un debate para la iglesia. Eran carpinteros, arrieros, labradores, mercaderes, “personas sin voz en la historia” que sostenían que cualquiera se podía salvar en su ley. Era un pensamiento popular en los siglos XV, XVI, XVII, eran cuestionamientos a teólogos y a reglas eclesiásticas que los proclamaban herejes porque hacían afirmaciones como que los santos no tenían poder, dudaban de la virginidad de María, declaraban que el Papa era un borracho, afirmaban que la esclavitud era un pecado y rebatían la postura católica de que solo era posible el sexo entre casados, entre otros señalamientos. “Si el burdel tiene una licencia de ley, el rey está dando una licencia, por eso muchos no creían que el sexo entre solteros fuera pecado y así como pensaban sobre el cuerpo pensaban sobre el alma”, comenta Schwartz, quien en cada referencia al contenido concluye con una afirmación que era colectiva entre los atrevidos que desafiaron a la clerecía: “Cada uno se puede salvar en su ley”. Los admiró desde que comenzó a leer los procesos. “Querían pensar por ellos mismos: soy muy buen católico pero en ese punto de dogma no concuerdo con la iglesia”, declaraban. El académico realizó sus búsquedas en archivos de España, México y Perú donde estaban los tribunales de la Inquisición en América pero la mayor parte en España. Dice que es un libro sobre el pueblo, “no quería estudiar el punto de vista de los teólogos ni de los gobernantes”. En Santo Domingo existió también un representante de la Inquisición y todos los casos, señala, fueron mandados y procesados en Cartagena de Indias: brujería, llegada de conversos… Tengo un documento que hace referencia a que América era una tierra de libertad completa donde la gente quería vivir como quiera… El padre Las Casas decía en misa que era necesaria la inquisición”. Los clérigos, añade Schwartz, desde el inicio de la colonización, se quejaban de la promiscuidad, el amancebamiento, los pecados carnales, la lujuria. Expresa sentir mucha admiración por la iglesia católica y la reconoce como a cualquier gran institución pero piensa que tiene que “hacer sus cambios con cuidado, espero que pueda confrontar los desafíos de la modernidad”. El ejemplar no es un ataque, es un trabajo serio de investigación sobre unos protagonistas que hasta para él eran desconocidos, es dar, evidenciar el emplazamiento de marginados a tal grado que no podían leer la Biblia en español, “era prohibido, solo les estaba permitido en latín a la gente educada, la gente común quería leer la Palabra de Dios y no podía. Tengo admiración a esta gente que en frente de tanto poder podía pensar por sí. ¿Cómo es posible que una persona sin mucha educación llegó a la conclusión de que se podía salvar en su ley?”, se pregunta Stuart. “Creo que cada uno debe tener criterio propio. Dios es bondadoso ¿cómo es que va a condenar a una persona por la eternidad?,

“Cada uno se puede salvar en su ley”

se cuestionaban. “Eran buenos católicos pero no era la posición de la iglesia”, acota Schwartz. Confiesa que tuvo como consejeros a sacerdotes e historiadores y que el libro fue reseñado bastante bien en publicaciones católicas. “Pero es un libro favorable a los disidentes”. En Brasil fue publicado por una editorial católica, de la Universidad del Sagrado Corazón. Mientras se pregonaba que la salvación solo era posible dentro de la iglesia, “encontré en mis investigaciones humildes que decían: cada uno se puede salvar en su ley, el buen moro, el buen judío, el buen católico… Dios pone idea de bueno y malo en todos los humanos, si vive una vida buena, natural ¿por qué condenarlo para siempre?”, planteaban. SOBRE STUART. Nació en Massachusetts el cuatro de septiembre de 1940, hijo de Leo y Mae Schwartz, de ascendencia judía, de Rumania y Austria. Luego de concluir estudios secundarios pasó a Middlebury College, Vermont, estudió humanidades, historia y después fue a Columbia University, donde cursó Historia de América Latina. Tiene doctorado de esa academia con especialidad en historia de Brasil. Su director de tesis era un famoso historiador de América Latina, Luis Hanke, gran especialista en la vida de Bartolomé de las Casas. Schwartz estuvo un tiempo en la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, donde aprendió español y estudió arqueología. Como muchos de su generación, expresa, se considera “ahijado de Fidel Castro” por el interés que despertó en él la revolución cubana. Había conocido La Habana desde niño y volvió en los 80. “Para construir una revolución, dada la oposición que tenía de un país con poder, Fidel era un ogro, y proteger, mantener una revolución, fue un acontecimiento muy importante, pero no soy partidario de dictaduras ni dictablandas y hay aspectos que no me gustan”. Ha estado además en Portugal, España, Francia, Chile, Panamá, Puerto Príncipe, Cartagena pero dice que el momento más importante de su vida fue cuando conoció en Puerto Rico a su esposa, María Victoria Jordán, madre de sus hijos Lee y Alison. Enseñó historia de América Latina en la

Portada de “Cada uno en su ley, Salvación y tolerancia religiosa en el Atlántico ibérico”

Universidad de Minnesota y pasó 30 años como profesor jefe del departamento de historia con especialidad en Brasil, historia de la esclavitud, del azúcar. Fue profesor visitante de varias universidades de Brasil, donde ha recibido condecoraciones y otros homenajes por sus publicaciones sobre esa nación. Es profesor de la universidad de Yale desde 1996. Sobre los sencillos actores que con tal denuedo presentaron sus tendencias, reflexiona: “La posición de la iglesia después del Vaticano II tiene un parecido a las actitudes de aquella gente”. Los premios otorgados al libro de Schwartz han sido: Gundill International Prize in History, Canadá, “el mayor para obras de no ficción”; American Academy of Religión Book Award for Excellence; John F. Fagg Prize, Leo Gershay y George L. Mosse, de la Asociación de Historia de las Américas, “primera vez en la vida de esta institución que un libro gana tres premios en diferentes categorías”, y el Bolton Johnson, como mejor libro de historia de América Latina.

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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/ Por Julio González

Los niños de Hincha (5 de 7) Del matrimonio de Pedro Díaz y Thomasa Vásquez nacieron: María (1782), Domingo (1787) y Juan Alberto Díaz Vásquez (1788). Del matrimonio de Nicolás Falcón y Vibiana de Rivera nacieron: Eugenia (1783) y Juan Falcón Bernal (1785). Se mudaron a Baní donde entroncaron con las familias Arias, Rivera, Rocha, Landestoy y Mañón. Del matrimonio de Pablo Falcón y María Vicioso nacieron: Ignacio (1785), María (1787), Isidora (1787), Clara (1790) y María del Rosario Falcón Vicioso (1792). Del matrimonio de Cayetano Familias y María Petronila De Mella nacieron: Joseph María (1791) y María Ramona Familias De Mella (1794). Emigraron a Baní. Del matrimonio de Juan Féliz y Mariana Sánchez nacieron: Esteban (1782) y Pedro Nolasco Féliz Sánchez (1784). Del matrimonio de Juan Figuera y Juana Falcón nacieron: Buenaventura (1787), Margarita (1789) y Escolástica Figuera Falcón (1793). Del matrimonio de Féliz Fletes y Catalina López nacieron: María (1784), Isidora (1786), Petrona Celestina (1788) y Dionisio Fletes López (1790). Pasaron a residir a Baní. Del matrimonio de Pedro Fragoso y Catalina De Luna nacieron: Michaela (1785), Ramón (1787) y Bibiana Fragoso De Luna (1791). Del matrimonio de Manuel Franco y María Gervasia Díaz nacieron: Casimiro (1786), Francisca (1788), Antonia (1791) y Julita Franco Díaz (1794). Del matrimonio de Pedro Girón y Rosa Miranda nacieron: Joseph Ramón (1790) y María Gerónima Girón Miranda (1792). Del matrimonio de Joseph Gomera y María Antonia Ariza nacieron: Juana María (1788), Cathalina Josefa (1790), María de la Altagracia (1791) y Joseph Ramón Gomera Ariza (1794). Del matrimonio de Manuel Gomera y Thomasa Del Villar nacieron: Joseph Antonio (1791) e Hilario Gomera Del Villar (1793). Del matrimonio de Pedro Gran y Francisca de Acosta nacieron: Hermenegildo (1790) y Josefa Gran De Acosta (1791). Del matrimonio de Juan Guzmán y Bernarda Vicioso nacieron: Joseph (1789) y María Guzmán Vicioso (1792). Pasaron a Moca. Emparentados con José de Guzmán Meléndez, célebre Barón de la Atalaya. Del matrimonio de Joseph Guzmán y María Matheo De Rivera nacieron: María Bruno (1791) y Francisco Guzmán De Rivera (1794). Esta familia se trasladó a Santo Domingo. Del matrimonio de Ramón Guzmán y Antonia Mejía nacieron: Juliana (1788), Thomasa (1791) y Alejandro Guzmán Mejía (1793). Del matrimonio de Gregorio Hernández y Theresa Ruiz nacieron: María (1782), Theresa (1782), Antonina (1784), Petronila (1788) y Bárbara Hernández Ruiz (1790). Del matrimonio de Thomás Hernández y Petrona Santana nacieron: Francisco (1784), Valentín (1788) y María del Carmen Hernández Santana (1790). Del matrimonio de Joseph Hiciano y Ana Mercedes se procreó a Juan Hiciano Mercedes (1793). Esta familia se mudó a La Vega. Del matrimonio de Bernardo Jiménez y Petronila Muñoz nacieron: Clemencia (1784), Martín (1786), Manuela (1789) y Manuel Jiménez Muñoz (1791). Del matrimonio de Juan Labalé y Mónica Fermín nacieron: Ignacia (1784), Francisco (1786), Marcelina (1789), Petrona (1790) y Antonio Labalé Fermín (1791). Del matrimonio de Domingo Liranzo y Bernardina De Rivera nacieron: Joseph María (1792) y Marcelina Liranzo De Rivera (1794). Del matrimonio de Antonino Martínez y Bartolina Arriola nacieron: Dominga (1789), Joseph (1790) y Ambrosio Martínez Arriola (1794). Instituto Dominicano de Genealogía

Encuentros

HOY

MU-KIEN ADRIANA SANG

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Itinerario.

Ruggiero Romano y el debate público con André Gunder Frank

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videntemente que con esa posición se enfrentaba Romano a todas las teorías...defendidas por la intelectualidad latinoamericana o latinoamericanista. El nombre de André Gunder Frank bulle en mi mente, me remonta de nuevo a los lunes de París. Escuché sorprendida a un Romano más vehemente de lo acostumbrado, algo que me extrañó sobremanera, pues no sabía que pudiese ser más fogoso todavía. Expresó sus críticas a las posiciones de este autor, criticó con calor desmedido su tesis de la inserción latinoamericana al circuito mercantil después de la conquista; es decir, por arte de la subsunción América se inserta en el mercado, olvidando en su argumento definir, tocar o pensar en cómo se produjo el proceso interno. Mu-Kien Sang, Romano: el principio de la duda. El encuentro con esta América cambió muchas preguntas básicas de Romano acerca de uno de sus grandes temas: la crisis del siglo XVII y los rumbos del desarrollo euroatlántico... En fin, lo que nos dejó Ruggiero Romano es la idea de que los conceptos y los modelos de la historiografía europea deben ser revisados críticamente para hacer la historia de América Latina, lo cual implica dedicarse a una historiografía que no pretenda cerrar en un esquema definido la evolución del continente.... Prof. Andrés G. Freijomil, Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. González”, Universidad Nacional de General Sarmiento. Instituto de Ciencias BUENOS AIRES, ARGENTINA. El libro que sirvió de base a las ideas de André Gunder Frank fue Capitalismo y Subdesarrollo en América Latina, publicado en 1965. En esta obra el autor afirma que el subcontinente latinoamericano había iniciado a funcionar desde la conquista misma, de acuerdo al modo de producción capitalista, pues sustentaba que en el mundo moderno sólo ha existido un solo sistema económico que era la economía de mercado capitalista, sistema que ubicó a América Latina como satélite periférico del capital español y portugués. A su juicio, en el continente no se produjo un sistema dual con un sector capitalista y otro feudal, pues lo que existía era una relación centro (los países capitalistas) y periferia (América Latina) con nudos intermedios. El centro dominaba la periferia y le imponía sus improntas, sobre este tema ya hablamos en artículos anteriores. Las ideas de Gunder Frank encontraron resistencia en muchos intelectuales de prestigio, como Ruggiero Romano y Ernesto Laclau. Este último publicó en 1971 el artículo “Feudalismo y capitalismo en América Latina” en el que expone los baches teóricos de Gunder Frank, sobre todo, porque aseguraba que Frank no sabía la diferencia entre capital y capitalismo. Incluso advierte a Frank que su concepción del feudalismo también es errada, al pensarlo como un sistema tan cerrado que no había posibilidad de penetración de las fuerzas del mercado, y sin embargo, la realidad histórica había demostrado otra cosa. Laclau sostenía, además, que Frank confundía las relaciones sociales con las relaciones espaciales, y que en su esquema de centro-periferia no lograba explicar las relaciones de clases dentro de los países llamado satélites. Por su parte Ruggiero Romano fue más agresivo, afirmaba que Frank padecía de “subdesarrollo cultural”, pero sobre todo que carecía de conocimientos mínimos de la historia económica de Europa, especialmente de la Edad Media. Su falta de conocimientos históricos, decía el historiador italiano, mi Maestro, lo llevaban a cometer horrores y errores, como plantear absurdamente que el feudalismo era incompatible con comercio internacional. La polémica de Romano estuvo presente en todos los foros internacionales, y algunos que estuvieron presentes la califican de antológica. Las palabras del propio Romano no dejan lugar a la duda[i]: Desde hace años, André Gunder Frank, con talento digno de mejor causa, busca aperturas en revistas y revistillas en las que publica y vuelve a publicar sus escritos. Estos han sido ahora recopilados en dos volúmenes. La única ventaja que de ellos se desprende es que, de esta forma, es más fácil hallar el hilo en el informe cúmulo de en-

sayos y artículos. He dicho “informe cúmulo” porque André Gunder Frank es una de estas personas que se “hablan a sí mismas”. Enfermo de una incurable graforrea; convencido de pergeñar a cada instante no sé qué ideas extraordinarias; persuadido del hecho de que, gracias a él y a sus escritos, la revolución americana da pasos de gigante, sigue enfermándose con sus pleitos, que son intelectual, científica y políticamente bastante inconsistentes. Los pleitos -que André Gunder Frank cree que son tesis- son los siguientes: Partiendo de la contradicción expropiación-apropiación llega a la conclusión de que ella se configura histórica y estructuralmente de tal modo que se “extiende el vínculo capitalista, a guisa de cadena, desde las metrópolis mundiales y nacionales hasta los centros regionales (las primeras expropian una parte del excedente de los segundos) y desde estos a los centros locales y así hasta los grandes latifundistas y comerciantes que expropian (¿por medio de qué modo de producción? observación mía) el excedente de los pequeños campesinos o arrendatarios, y tal vez, hasta el de estos últimos a los trabajadores sin tierra a quienes ellos usufructúan. En cada eslabón de esta cadena una minoría dominante de capitalistas ejerce un poder monopolista sobre la mayoría sometida, expropiando una parte o la totalidad del excedente económico por esta producido (¿por medio de qué modo de producción? observación mía) y apropiándose para su propio uso en la medida en que, a su vez, no llegue a ser expropiada por una minoría dominante...[ii] Romano también sostenía que no podía adecuarse de manera acrítica los conceptos de la historia europea a la América Latina. Por ejemplo, afirmaba que el concepto de feudalismo no cuenta con una verdadera definición axiomática de la economía feudal, excepto, afirmaba a la Alta Edad Media. Para Romano existía tensión entre la economía natural de intercambio y la monetaria. En el primer caso, sostenía Romano, se establece una moneda natural-tipo, que podía ser coca, telas, cacao, conchas, etc. para hacer los intercambios. Aquí las relaciones son de tipo personal y el intercambio es directo e inmediato. En la economía monetaria, seguía diciendo Romano, el medio de pago era la moneda metálica y el intercambio, a diferencia del anterior, era indirecto. Las tesis de Romano encontraron críticas y cuestionamientos de fondo. El profesor Sobrevilla [iii] toma las ideas de Romano. A su juicio el célebre historiador italiano desatiende que en el presunto feudalismo colonial iberoamericano habían fenómenos de otro carácter. Afirmaba que este feudalismo podía coexistir con un comercio de extensa cobertura, pero, sigue diciendo Sobrevilla, no consideraba en sus análisis al capitalismo incipiente que se había producido en la explotación minera. Otro problema de la tesis de Romano según el profesor peruano, es que el historiador italiano sólo examina el presunto feudalismo colonial iberoamericano en sí mismo, insertándolo solo en el marco de la acción del capitalismo en Europa como un desarrollo exógeno. En definitiva, todo ese viejo debate lo que demuestra es que las categorías de análisis no pueden aplicarse alegremente a cualquier realidad. Uno de los grandes problemas en América Latina es que hemos hecho uso de recursos teóricos nacidos de realidades distintas, como Europa, y hemos tratado de adecuarlos a nuestra realidad, a veces de manera forzada. Ahora bien, lo que sí está claro es que las explicaciones generalizadas, como la de Gunder Frank y los teóricos de la dependencia, lo que hicieron fue ocultar las realidades particulares. Seguimos en la próxima. [i] Ruggiero Romano, A propósito de capitalismo y subdesarrollo en América Latina de Andre Gunder Frank, Editorial Signos, Buenos Aires, 1971. Nota Crítica del propio autor. [ii] Ibídem [iii] Sobre este tema ver el trabajo del profesor David Sobrevilla de la Universidad de San Marcos, La tesis de Mariátegui sobre el carácter feudal de la economía peruana, en Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas, versión ISSN 1851-9490

mu-kiensang@pucmm.edu.do sangbemukien@gmail.com @MuKienAdriana


Aporte

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UNA CARTA DE MI MADRE A

JUAN BOSCH

LUIS SCHEKER

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emoviendo papeles casi olvidados, esos que perfuman los recuerdos, que ilustran un pasado de añoranzas que desearíamos fuese eterno, que nos hacen ver y convencernos por qué somos así, hechos del tal madera y no de otra, encontré una carta de mi madre manuscrita, más bien un borrador escrito con prisa sentimental, esa que nos arrebata el alma y es capaz de arrancar más de una lágrima de aquellas que creíamos perdidas de tanto guardarlas. Mi madre, Ana Ortiz Peña, nacida en un pequeño campo de Baní -tierra de Máximo Gómez- llamado Sombrero por la legendaria sombra que proyectan sus frondosos guayacanes, endémicos de estos cálidos lugares del sur y en vía de extinción, hija de Faustino Ortiz, único hijo varón del general Faustino Ortiz, soldado combatiente de la guerra de Independencia o Separación de Haití y de la Restauración, y de Brígida Peña, quien murió fumando a la edad de 104 años mal contados. Era parte de una familia numerosa, cuatro varones y cinco hembras, siendo ella la más pequeña y por tanto la más protegida y traviesa, a quien le gustaba montear y montar en la barra de la bicicleta con su hermano Juan, montar caballos y subirse en los troncos altos de los guayacanes para leer lecturas prohibidas, Vargas Vila, por ejemplo, pero también los versos de Rubén Darío, Santos Chocano, Salomé Ureña, Ramón Emilio Jiménez, José Martí, según confiesa. Su vocación era servir, empoderándose de los problemas de su pueblo y de su gente, y ser maestra rural. Y lo fue a temprana edad, siendo distinguida y muy apreciada por sus superiores y alumnos. Siguiendo esa vocación, decidió venir a estudiar en la capital, donde ya su hermano Virgilio (tío Pipi) se había casado con tía Angelita, hermana de quien fuera universalmente conocido como Profesor Juan Bosch, ya en el exilio, por lo que en la casa Ortiz Bosch se respiraba sin turbación un aire antitrujillista, para muchos nauseabundo, que no impidió que mis padres mantuvieran estrechos nexos fraternos, siendo mi padre funcionario del régimen, llegando a desempeñar no pocas funciones importantes. A mi padre, laureado poeta nacional con apenas 17 años de edad con sus “Brotes Primaverales”, lo conoció mi madre cuando se matriculó en la Escuela del Profesor Aliro Paulino, ubicada en la calle Emilio Prud’ Homme del singular y querido barrio San Carlos, donde le echó la vista, la siguió y supo de ella por don Aliro, respetable señor de la barriada, quedando preso en su redes y unidos “hasta que la muerte nos separe”. Papá conocía ya a don Juan, antes del exilio, y poco antes de ser detenido y encerrado en la Cárcel de Nigua, San Cristóbal, donde nace su poema “La Gaviota” que musicalizó don Julio, padre de “Cabito” Gautreaux, que heredó de él su vena musical. Era natural que liquidado el régimen dictatorial de Trujillo con el magnicidio del 30 de mayo y la desbandada de sus cercanos familiares, sus secuaces, cómplices y alabarderos, en llegando don Juan mi mamá, siguiendo su natural carácter y temperamento, se volcara de pasión por la política y abrazara la bandera blanca del PRD, “blanca cual la cabeza del compañero Juan” erigida en musa inspiradora de la profesora Aura Marina. Y en llegando mi hermano y yo del exilio voluntario “hasta que las olas se aquieten” en el mes de diciembre, con la salida de los hermanos de Trujillo, me puso a escuchar las charlas cotidianas dadas por el Profesor, trasmitida por Radio Comercial al mediodía, que llegaron a ser obligada enseñanza primaria del a b c de la política criolla para todo un pueblo enmudecido, confundido y adormecido por la propaganda y la represión de la dictadura, dichas en lenguaje llano, con palabras sencillas que nos hacían comprender la diferencia de clases, los tutumpotes y los hijos de machepa, el valor del ideal “vergüenza contra dinero.” Inmediatamente me inscribí como militante del PRD, junto con Fulgencio Espinal a quien conocí ese día para una larga amistad; y mi madre feliz, di-

chosa, viendo a su hijo cabalgar por montes y llanos en caravanas entusiastas enarbolando la llamada Esperanza Nacional. Y murió siendo boschista, más allá de la traición de sus ideales, porque el amor es así. Esta carta, la rescatada removiendo papeles casi olvidados que me la hace recordar, dice así: “Mi querido Juan: Estoy leyendo tu libro “Hostos, El Sembrador” y me parece verte a ti mismo, dando tumbos en la cárcel, en el exilio por esos mundos de Dios, con el esfuerzo de encauzar tu patria por el camino de la justicia, la dignidad y la paz. ¡Y que poco se te comprende! Ahora, al leer la página 191, en la cual narras el recibimiento justo y alentador que te hicieron en La Vega, tu pueblo, ese de las tres niñas envueltas en las banderas de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana, las lágrimas me han brotado de emoción. Por fin se ha reconocido en parte la obra del gran sembrador que dedicó su vida entera al bien de la humanidad y nunca se desvió de la línea recta que se había trazado.

Ese es tu retrato, Juan. Algún día las nuevas generaciones y parte de las presentes lo reconocerán y habrán cosechas sanas, dignas y abundantes porque el que siembra buenas semillas no puede cosechar espinas. Consérvate con la bendición de Dios al lado de todos los tuyos. Sinceramente, Ana O. de Scheker

Nota, mi madre escribió después de la muerte de mi padre un opúsculo: “A la Sombra del Guayacán. Poemas y Escritos”que gentilmente prologó su admirado amigo Juan Bosch.

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AREÍTO

Sábado 6 de julio de 2013

Aporte

HOY

FIDEL MUNNIGH

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EL REINO DE LA IMAGEN (pensar las culturas visuales)

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nstalados profundamente en la era global, vivimos en un mundo de imágenes sobreabundantes. La cultura está superpoblada de ellas. Las imágenes nos rodean, nos invaden, nos sofocan. Se suceden y consumen una tras otra ante nuestra mirada perpleja, a tal punto que llegamos a confundir la realidad con su representación visual. Las percibimos con una actitud bastante pasiva, las aceptamos sin más. Apenas se discuten, se cuestionan. Pero ellas aún aguardan por nuestra lectura: aguardan ser leídas, descifradas, descodificadas. La visión (del latín visio, visionis, acto de ver) era el sentido más importante para los pueblos indoeuropeos. Toda la literatura indoeuropea, incluida la griega, se caracteriza por las grandes visiones cósmicas. Esta tendencia a la visión se manifiesta en la creación de imágenes y esculturas de sus dioses y la representación de sus mitos. La imagen (del latín “imago”, y a su vez del griego “eidolon”, ídolo) es, para Platón, representación, falsa imitación. Las obras de arte son imitativas: imágenes, apariencias engañosas, incapaces de conocer la verdadera esencia de las cosas. Profundamente arraigada en la cultura occidental, la tradición artística cristiana parece más ligada a lo pictórico que a lo verbal. Piénsese, por ejemplo, en la Vida y Pasión de Cristo, quizá el relato más representado en toda la historia del arte. El arte cristiano liga la imagen, aún más que la palabra, a la verdad. Si bien el mensaje evangélico (la “Palabra de Dios”) es un mensaje más hablado y escuchado que visto y contemplado, el arte cristiano medieval resalta lo visual y lo icónico con independencia del relato bíblico. Hay toda una iconografía vinculada a la Pasión y Crucifixión de Cristo, en donde lo figurativo o representativo “relata” la verdad revelada. La iconografía y la iconología cristianas son propias de una estética de la representación. La estética, que se ocupa de estudiar todo el campo de la percepción sensible, se limitó en el pasado clásico al dominio de las bellas artes en sentido estricto. Es preciso extender hoy este dominio al estudio de la llamada cultura visual o audiovisual en sentido amplio. Por cultura visual entiendo toda la producción sensible de nuestra época que involucra la mirada del espectador y su relación con el objeto mirado. Ella abarca el amplio campo de la producción y la comunicación visual: las artes visuales (las bellas artes y el arte popular), el diseño publicitario, el diseño gráfico computarizado (la imagen electrónica), la fotografía publicitaria, el afiche, la caricatura, la moda, las películas, los videos, el arte de medios o arte multimedia, la instalación y la videoinstalación, el videoarte, el ecoarte, los espectáculos audiovisuales, las pantallas gigantes, las vallas publicitarias, y hasta los diseños de viviendas y los parques de recreo o atracciones. Las modernas culturas visuales, caracterizadas por el predominio de la imagen sobre la palabra, se sitúan en el contexto de una historia de las imágenes. Pensemos en la cultura visual hispanoamericana. Allí entra todo, o casi todo: las historias prehispánicas, las creencias y tradiciones populares, la visión de ultramundo, lo cotidiano y lo fantástico, el mestizaje, la vida social, los conflictos de época, incluso –caso del muralismo mexicano- la denuncia política de la opresión y la injusticia seculares. La imagen quiere ser como Dios: omnipresente. Vivimos, pues, en la era de la imagen del mundo, como le llamaría Heidegger, en un mundo superpoblado de imágenes. La era de la imagen, que coincide con la era digital, se consolida a partir de diversos momentos. José Luis Brea distingue varios tipos de imagen, cada una de las cuales daría lugar a una era distinta: 1) la imagen material; 2) la imagen fílmica o cinematográfica; 3) la imagen electrónica o virtual. En mi opinión, no se trata de tres eras de la imagen, sino de tres momentos de una sola y única era. El último de estos momentos, el de la imagen electrónica, que vivimos hoy de manera tan intensa, se caracteriza por su virtualidad. Hay una relación singular entre orden virtual y orden visual. Pues toda virtualidad se presenta también en gran medida como visualidad. La cultura visual se ha convertido, por derecho, en uno de los nuevos ámbitos del

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pensamiento estético y la educación artística. Las diversas disciplinas humanísticas vinculadas a la teoría de las artes visuales nos ayudan hoy a aprender a leer las imágenes de nuestro tiempo. Toda estética y toda poética de las culturas visuales, basadas en imágenes artísticas y culturales, debe poner énfasis en su registro e interpretación, en su crítica y descodificación. Se habla hoy de “texto” para referirse a las obras de arte, tanto literarias como visuales. Se habla de la lectura -y no sólo de la visión o contemplaciónde la imagen visual; de leer un cuadro como si fuera un texto, esto es, un tejido de relaciones. Para escándalo de los puristas del arte, un cuadro se considera hoy un “texto visual”. Pero, ¿cómo leer las infinitas imágenes de este mundo caótico y convulso en que habitamos? ¿Cuál es la relación del espectador con ellas? ¿De qué nos hablan todas esas imágenes? ¿Modifican nuestra visión del mundo? ¿Qué significan para nuestras vidas? Vuelta a las preguntas filosóficas de siempre. En nuestra vida diaria nos hemos habituado a aceptar sin más toda imagen, toda representación, toda propuesta visual como absolutamente cierta, sin cuestionarla a fondo. Solemos tomar las imágenes como algo verdadero y fuera de toda duda. Ellas parecen pertenecer, casi por derecho propio, a un régimen de verdad y creencia. En este régimen, toda imagen sería per se verdadera e indubitable: un relato de verdad. Pero de lo que se trata es de aprender a leer con auténtico sentido crítico las imágenes de nuestro mundo; aprender a interpretarlas, a descifrarlas, a descodificarlas, a ubicarlas en sus contextos, reconociendo sus usos pero también sus abusos. La cultura visual lo invade todo, lo público y lo privado. Su reino, que es el reino absoluto de la imagen, se expande hasta abarcar el mapa de las culturas populares, las nuevas tecnologías de comunicaciones, el computador personal, la publicidad digital. La pantalla electrónica, por ejemplo, funciona como eficaz estrategia de comunicación por tres razones: 1) anuncia un producto comercial; 2) reproduce eventos artísticos y socioculturales; 3) ofrece una imagen del mundo actual. Tomo como muestra la ciudad de Santo Domingo, invadida hoy por vallas publicitarias y pantallas electrónicas. Mientras la recorro conduciendo, me detengo en una intersección de avenidas frente a una pantalla gigante. Podría ser la 27 de Febrero con Abraham Lincoln. O la 27 de Febrero con Isabel Aguiar. O la 27 de Febrero con Winston Churchill. O la Churchill con Sarasota. O Las Américas con Venezuela. O la Mella con San Vicente. O la Mella con Charles de Gaulle. O el cruce de Sabana Perdida. La publi-

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Café Museo Van Gogh.

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One Life.

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Sombreros Weber.

cidad digital ha irrumpido en nuestras vidas. Las pantallas gigantes nos esperan y nos acechan en cualquier punto de la ciudad. Se podría pensar que esta lista breve de lugares -esta geografía mediática, si se quiere- es un simple rastreo de tecnologías visuales urbanas y que, por ello, es impropio hablar de culturas visuales. Sin embargo, ¿no hay una estética definida, asentada en estos medios? ¿Los spots publicitarios no nos dan acaso una imagen segmentada del mundo, de la realidad, de la vida? Sería erróneo suponer que no hay allí una determinada estética por no haber un elemento artístico propio. La hay, ciertamente, por el hecho de haber una percepción sensorial, un efecto estético, un código y un mensaje que ha de ser descifrado por el público de la calle, el hombre de a pie, el transeúnte, el conductor. Las culturas visuales testimonian cada vez más los cambios de paradigmas en la sociedad y el arte. No sólo toman conciencia de los cambios sociales y culturales; también asimilan las nuevas tendencias artísticas y las estéticas experimentales. Se produce así un efecto estético y se comunica una visión del mundo y de la vida, no por fragmentaria menos significativa. Si bien las abarcan, las culturas visuales no se limitan a la cultura popular, ni tampoco a las bellas artes tradicionales, pues comprenden todo el espectro de las artes visuales contemporáneas. De hecho, uno de sus alcances consiste en borrar las viejas fronteras que separaban a las “bellas artes” de las artes populares. Conocer, estudiar y enseñar estas culturas de nuestra época significa comprender las imágenes como signos-objeto en el doble plano de significante-significado. Significa no sólo aceptarlas porque están ahí, sino también juzgarlas críticamente en sus propuestas, relaciones y contextos en un entorno cada vez más interrelacionado e interdependiente. Algunos pedagogos subrayan con acierto el vínculo que existe entre educación artística y artes visuales en la formación de la identidad del estudiante (K. Freedman). Es cierto que hace falta un nuevo tipo de enseñanza-aprendizaje en la lectura de las imágenes. La enseñanza de las artes y las culturas visuales debe formar parte integral de la educación superior; debe aparecer incluso en los planes de estudios de todas las facultades, y no sólo las de artes y humanidades. No basta con enseñarle al estudiante universitario de hoy “cómo” leer el libro, el periódico, la revista, “el folleto”, la página Web. Es preciso que aprenda también a “leer” las imágenes de su entorno más inmediato, de “su” mundo. Este sería el punto de arranque para poder “leer” en el gran libro del mundo. Porque hay quienes miran, pero no ven.


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Sábado 6 de julio de 2013

HOY

BULLYING UN GRAVE PROBLEMA EN NUESTRAS ESCUELAS

GABRIELA ALVAREZ

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maginen volver al colegio una vez más. Al pasar por los pasillos cargando tus pesados libros, llega una persona a arrancártelos de la mano y a tirarlos al piso. Este individuo, al caminar delante de ti sin molestarse ni siquiera en mirar tu cara, grita lo siguiente: “¡Ten cuidado por donde caminas, quítate del medio idiota!”. Te detienes a pensar y te cuestionas, “bueno, ¿estoy en la escuela, no? A todos les pasa. Sería algo innatural que no ocurriera, además es parte de la vida cotidiana de un estudiante ¿o no?”. Tratas de autoconvencerte en pensar que todo esto es aceptable, que no es de gran importancia lo que te hagan o como te traten ya que es extremadamente común el molestar a otros en el colegio, solo que esta vez te tocó a ti, eres tú en esta ocasión la víctima de semejante agravio. Después de un tiempo, te das cuenta de que este simple acto es solo el comienzo de una larga lista de maltratos. Los estudiantes y compañeros de curso te siguen molestando, ahora no solo físicamente sino que te insultan por medios sociales; se burlan de ti en tu propia cara con chistes peyorativos; hablan mal de ti a tus espaldas, en muchas ocasiones se inventan cosas; te aíslan y motivan a otros a excluirte de los grupos y actividades; cuando te vienes a dar cuenta nadie quiere ser tu amigo. Básicamente te sientes encerrado en una burbuja, ahogándote con el estrés que generan estas situaciones. Tu autoestima disminuye casi por debajo del nivel del mar. Te miras a ti mismo con decepción, como si te merecieras todo lo que te está pasando, y no sabes qué hacer al respecto. A esto se le llama “bullying”, maltrato o acoso escolar. El maltrato escolar o bullying es el uso de poder y fuerza superior para la intimidación de los más débiles. El maltrato escolar es una problemática que cada día toma mayor presencia en la mayoría de las instituciones educativas dominicanas, tanto a nivel público como privado. Estadísticas muestran cómo dos de cada tres estudiantes han sido víctimas de bullying, y cómo de esos mismos tres estudiantes, uno al final se convierte en un acosador o abusador escolar. El maltrato escolar no solamente es físico (cualquier contacto corporal destinado a maltratar o causar daño a otro, como son: pegar, patear, golpear, robar cosas ajenas, empujar, tirar del pelo, entre otros), también existe el acoso verbal (consiste en colocar sobrenombres ofensivos, amenazas, burlas, chistes o comentarios sobre la persona física, creencia religiosa, género, apariencia, preferencia sexual, etnicidad, estatus socio-económico), el acoso cibernético o cyberbulling (este se realiza mediante el envío de mensajes, imágenes o información utilizando medios electrónicos, computadoras, mensajes de correo electrónico y chats online), a través de teléfonos celulares (mensajes de texto, bbmessenger, whatsapp y correo de voz) para acosar a una persona o en deterioro de su imagen y reputación), alineación social (excluir a otros de grupos a propósito; difundir rumores y burlarse de alguien señalando sus diferencias ya sean físicas o por creencia para resaltar ante los demás), entre otros agravios. Muchos piensan que la intimidación y el maltrato (bullying) forman parte de la vida normal de la infancia, bajo la excusa de que “los niños siempre serán niños”. No obstante, los niños pueden ser tan crueles. Investigaciones y estudios demuestran que la intimidación puede generar graves consecuencias y tener impacto negativo a nivel académico, físico, social, emocional y psicológico en las víctimas, los agresores, y los testigos. Estas consecuencias pueden ser a corto plazo o largo plazo. Peor aún, la intimidación y el maltrato generalizado puede afectar el clima y ambiente escolar. ¿Quién querría ir a una escuela que tenga fama de maltrato? En muchas ocasiones el acoso o maltrato escolar puede convertirse en violencia, ya que es una especie de tortura sistemática en que el agresor sume a la víctima muchas veces en complicidad con otros.La violencia no

es una realidad nueva en nuestro país, es una conducta profundamente ligada a nuestra cultura y la forma en que nos socializamos. Es importante diferenciar entre las peleas de los patios o las bromas sin mala intención entre estudiantes y el acoso. El 77% de niños en el mundo han admitido ser víctimas del bullying o ser parte del grupo que realiza este tipo de maltrato. Como resultado del maltrato, acoso e intimidación (bullying), las víctimas pueden experimentar muchas consecuencias inmediatas relacionadas con la salud física, emocional o mental. Estudios demuestran que las víctimas experimentan mayor ansiedad, tristeza, problemas de sueño, baja autoestima, dolor de cabeza, dolor de estómago y tensión general, entre otros síntomas, que sus compañeros de clase que no están siendo intimidados o maltratados. El abuso escolar tiende a conducir a depresión, ansiedad, asolamiento, problemas en la salud y hasta suicidio.

Tenemos que ponerle un PARO a esto. Debemos crear espacios donde nuestros niños y jóvenes se sientan seguros, donde se fomente el aprendizaje y sana convivencia. Así surge ACME (Acciona contra el Maltrato Escolar). Una organización liderada por estudiantes con el motivo de fomentar y motivar la línea final de bullying. Nuestro interés es generar conciencia en las escuelas, con los estudiantes, docentes, familiares y autoridades del sector educativo sobre las consecuencias de este comportamiento, y aportar para disminuir esta problemática. Ayudar a buscar soluciones y creando espacios donde el intercambio de información sobre cómo actuar en estas situaciones. Nuestro interés es servir de modelo y canal para todos aquellos que necesiten ayuda, desde la humilde y simple perspectiva de una estudiante de secundaria.

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HOY

AREÍTO

Sábado 6 de julio de 2013

Arte Contemporáneo

En la Galería Nacional de Bellas Artes

AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ

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¡ÁNGEL HACHÉ

50 AÑOS DE ORO EN EL ARTE!

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unque más luego tuviese que admitir el potencial desfase de estas breves líneas, por ahora no intentaré evitar ningún riesgo al considerar que, para un abordaje profundo de la intensa, fructífera y trascendental práctica creadora que Ángel Haché ha venido desarrollando durante las últimas cinco décadas, tendríamos que aproximarnos a una valoración de su experiencia, aportes y resultados consagratorios, específicamente en los campos del teatro, la literatura y las artes visuales, a partir de una disposición espiritual tan vital, sensible e intensamente reflexiva como igualmente abierta y esperanzada. En efecto, ya sea como teatrista, escritor, artista visual o educador, el trabajo y el trayecto creativos de Ángel Haché, desde la íntima y “alucinadora” visión crítica del poeta, brotarán como magnético y profuso caudal de revelaciones. Profecías estéticas que operarían, entre la luz y el tiempo, como espejo y como ofrenda; como cifras dialógicas, especulares y rizomáticas, de la especializada elaboración simbólica con que Haché llega a expresar las devastaciones ontológicas, psico-históricas y socioculturales ancestrales de la dominicanidad, o lo que es lo mismo: las maravillosas y terribles escisiones existenciales sobre las que se funda y se transforman la subjetividad y la consciencia identitaria nacional. Revelaciones cristalinas de una práctica eminentemente ética y fecunda. Transparencias de vida y tiempo plenos a favor del milagro de la libertad, del amor y del arte, presagiando la inminencia de una nueva realización en Santo Domingo del mito inextinguible que se confirma en la auténtica e intrínseca conexión entre vida y obra. Ofrenda dolorosa, íntegra, honesta y placentera de un artista radicalmente comprometido con su pueblo y con su tiempo. Personalidad ejemplar, no sólo entre sus contemporáneos, sino también como uno de los maestros más inspiradores y respetables entre los creadores dominicanos de las nuevas generaciones. En este 2013, Ángel Haché está celebrando sus 50 años de productiva rebeldía en el mundo del arte. Con motivo de esta celebración, la Galería Nacional de Bellas Artes está presentando su muestra titulada “Figuras de Cartón”, compuesta por 15 obras en medianos y grandes formatos, ejecutadas durante los dos últimos años en medios mixtos y collage sobre lienzo. En estos trabajos, Haché utiliza el cartón corrugado, la acrílica y diversos materiales extrapictóricos, intensificando la carga expresiva de unas imágenes desgarradas y estremecedoras que, entre otros asuntos, nos remiten a la situación de fragilidad que toca a la niñez marginada en el espacio urbano dominicano de la posmodernidad. “Figuras de Cartón”, considerada por Marianne de Tolentino, directora de la Galería Nacional de Bellas Artes, como la mejor y más importante exposición individual de Ángel Haché, está basada en un poema en el que su autor expresa el vacío existencial y la sensación de frustración experimentados por la juventud dominicana en el contexto de la “Revolución Constitucionalista” de 1965. En su ensayo titulado “Figuras de cartón…que se convierten en oro”, Marianne de Tolentino observa que: “Permaneciendo en el territorio de la poesía, consideramos esta colección muy especial, como máxima expresión de la metáfora y triunfo de dos lenguajes fundidos. Fuente de lecturas inconclusas…porque no acabamos de contemplarlas, porque no nos cansamos de mirar la sublimación de sus hazañas, productos del talento y de la memoria. Ángel Haché conserva su identidad artística, pero le comunica dimensiones múltiples. ¡Además, él celebra sus cincuenta años en el arte!”… “En 1965, mi familia vivía en la calle El Conde. Durante el periodo de guerra a cada rato anunciaban que iban a bombardear la Zona Constitucionalista. Por esa razón la familia se trasladó a Gazcue, a la casa de la abuela Bárbara de Kourye. Mi hermana

Figuras que cruzan nuestras venas, exponiendo las mejillas a los vómitos de seres corrompidos.

Figuras de cartón, sin centro, apresadas en la agobiante nada.

Ivonne dijo que no quería quedarse donde la abuela. Ella y yo nos fuimos donde una tía, en la Máximo Gómez con Bolívar…De ahí es que viene el poema Figuras de Cartón. Lo fui gestando y dándole unidad durante dos meses, a raíz de lo que me había sucedido, como expresando lo que yo quería o hubiese querido ser”… Sobre ese signo catártico o enigmáticamente revelador que arde en la efectividad poética, en la inquietante capacidad de provocación y resistencia crítica de los efectos de su actitud ideológica y pensamiento estético, el reconocido crítico de arte Abil Peralta Agüero nos advierte: “Cuando hablo de revelación en la personalidad artística de Ángel Haché, me refiero a que en su contar la historia de la cultura dominicana desde la segunda mitad del siglo XX, de alguna manera su nombre aparece asociado a acciones relacionadas con su talento creador, como bien acontece con el recién redescubrimiento de su poema Figuras de Cartón, de una calidad y hondura poética impresionante...La estructura poética y versos en Figuras de Cartón son una anatomía de la memoria, la conciencia y la sensibilidad del ser humano y artista que, desde ya anunciaban el ahora de Ángel Haché”… En sus 50 años de productiva actividad creadora en el campo de las artes plásticas, Ángel Haché jamás extravía la reflexión crítica en torno al espacio y las circunstancias sociales que le ha tocado vivir directamente y mucho menos su pasión incontrolable por captar las fisonomías y gestuales característicos de las principales figuras de los fascinantes mundos del teatro y la cinematografía del siglo XX...

Ángel Haché

ÁNGEL HACHÉ Ángel Haché nace el 2 de octubre de 1943 en San Pedro de Macorís. En Santo Domingo, estudió artes plásticas con Domingo Liz y Gilberto Hernández Ortega. En 1965, funda el grupo La Máscara, junto a Freddy Ginebra, Lourdes Billini, Aquiles Azar, Marosa Mayorga, José Ramón Rotellini y Adolfo Piantini. En 1966, abandona los estudios de Arquitectura en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En 1967, toma cursos libres en la Academia de San Fernando y en 1968 se inscribe en la Escuela Oficial de Cine de Madrid, España. En 1969, protagoniza el mediometraje “El Paraíso Ortopédico”, de los chilenos Patricio Guzmán y Jorge Díaz. Participa en 12 cortometrajes hasta 1971. En Madrid, la crítica reseña su destacada participación en “Un Ligero Dolor”, del dramaturgo inglés Harold Pinter, montada por Teatro Experimental Independiente, dirigido por William Layton y José Carlos Plaza. En 1971, se gradúa en la Escuela Oficial de Cine de Madrid, donde trabaja en el cine y el teatro independientes hasta 1973. Regresa al país (1973), se encuentra con Rafael Villalona y ambos comienzan a aplicar el método de Konstantín Stanislavski en el teatro dominicano. Ha realizado varias exposiciones individuales y participado en más de cien muestras colectivas en México, España, Inglaterra, Francia, Cuba, Brasil y varias ciudades de los Estados Unidos. En 1977, miembro fundador del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos -Codap-. En 1997, participa junto a Cándido Bidó y Elsa Núñez en “Iberoamérica Pinta”, exposición itinerante organizada por la Unesco. Ángel Haché tiene 40 años felizmente casado con la reconocida artista Elsa Núñez.


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