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Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 15.06.2013
El constitucionalismo ecológico en América Latina Pág 2
EL CENTENARIO del nacimiento de Marrero Aristy Página 3
Cóctel con frenesí Los espacios urbanos Esta obra presenta al dominicano que vive en condición paupérrima, frente a los que se encuentran enajenados a esa terrible realidad. Los personajes están ocupados con sus preocupaciones individuales...Página 6
MARGUERITE YOURCENAR Adriano: erudición, sabiduría y humanismo
Las raíces de nuestros problemas
Esta obra, Las memorias de Adriano, pensada y concebida como un proyecto de pensamiento y de escritura, exigió de la autora un rigor de reflexión y conocimiento de más de 24 años. Página 7
Entre 1961 y 1964 escribió el empresario conservador liberal José Ramón Hernández cuatro artículos proféticos que hicieron historia en el periodismo dominicano y la naciente disciplina de la sociología política. Página 5
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Joseph Pulitzer (editor norteamericano) Estoy muy interesado en el progreso y avance del periodismo, después de haber dejado parte de mi vida en esa profesión, la recuerdo como una noble profesión de inigualable importancia por su influencia LA GUÍA
Leonardo Boff
LIBROS
Constitucionalismo ecológico en América Latina
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as constituciones modernas se fundan sobre el contrato social de cuño antropocéntrico. No incluyen el contrato natural que es el acuerdo y la reciprocidad que deben existir entre los seres humanos y la Tierra viva que nos da todo y a la que nosotros en retribución cuidamos y preservamos. En razón de eso sería natural reconocer que ella y los seres que la componen son portadores de derechos. Los contractualistas clásicos como Kant y Hobbes restringían, sin embargo, la ética y el derecho solo a las relaciones entre los humanos. Solamente se admitían obligaciones humanas para con los demás seres, especialmente los animales, en el sentido de no destruirlos o someterlos a sufrimientos y crueldades innecesarias. No considerar que cada ser posee un valor intrínseco, independiente de su uso humano, uso racional, y que es portador del derecho de existir dentro del mismo hábitat común, el planeta Tierra, abrió el camino a que la naturaleza fuese tratada como mero objeto a ser explotado sin ninguna otra consideración, en algunos casos hasta su agotamiento. Sin embargo, cupo a América Latina, como lo mostró un notable criminalista y juez de la corte suprema de la Argentina, Eugenio Raúl Zaffaroni (La Pachamama y el Humano, Ediciones Colihue 2012) desarrollar un pensamiento constitucionalista de naturaleza ecológica en el cual la Tierra y todos los seres de la naturaleza, particularmente los vivos y los animales, son titulares de derechos. Estos deben ser incluidos en las constituciones modernas que han abandonado el arraigado antropocentrismo y el paradigma del dominus, del ser humano como señor y dominador de la naturaleza y de la Tierra. Los nuevos constitucionalistas latinoamericanos unen dos corrientes: una de ellas, la más ancestral, la de los pueblos originarios, para los cuales la Tierra (Pacha) es madre (Mama), de ahí el nombre de Pachamama, y titular de derechos porque está viva y nos da todo lo que necesitamos y, finalmente, porque somos parte de ella y pertenecemos a ella, así como los animales, los bosques, las selvas, las aguas, las montañas y los paisajes. Todos merecen existir y convivir con nosotros formando la gran democracia comunitaria y cósmica. Ensamblan esta tradición ancestral, eficaz, de la cultura andina, que va de la Patagonia a América Central, a la nueva comprensión derivada de la cosmología contemporánea, de la biología genética y molecular, de la teoría de los sistemas, que entiende la Tierra como un super-organismo vivo que se auto-regula (autopoiesis de Maturana-Varela y Capra) con vistas a mantener siempre la vida y la capacidad de reproducirla y hacerla coevolucionar. Esta Tierra, denominada Gaia, engloba a todos los seres y genera y sustenta la tela de la vida en su inconmensurable biodiversidad. Ella, como Madre generosa, debe ser respetada, reconocida en sus virtualidades y en sus límites y por
eso acogida como sujeto de derechos -la dignitas Terrae- base para posibilitar y sustentar todos los demas derechos personales y sociales. Dos países latinoamericanos, Ecuador y Bolivia, han fundado un verdadero constitucionalismo ecológico; en eso están por delante de cualquier otro país “desarrollado”. La Constitución de Montecristi de la República de Ecuador de 2008 dice explícitamente en su preámbulo: “Celebramos la naturaleza, la Pacha Mama, de la cual somos parte y que es vital para nuestra existencia”. Enseguida enfatiza que la República se propone construir “una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y en armonía con la naturaleza, para alcanzar el bien vivir, o sumac kawsay (el vivir pleno). En el artículo 71º del capítulo VII dispone: “la naturaleza o la Pachamama, donde se reproduce y se realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia, el mantenimiento) y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos; toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad podrá exigir de la autoridad pública el cumplimiento de los derechos de la naturaleza… el Estado incentivará a las personas naturales y jurídicas, y a los colectivos, para que protejan la naturaleza y promoverá el respeto a todos los elementos que forman un ecosistema”. Son conmovedoras las palabras del preámbulo de la Constitución Política del Estado boliviano, aprobada en 2009: “Cumpliendo el mandato de nuestros pueblos, con la fortaleza de nuestra Pachamama y gracias a Dios, refundamos Bolivia”. El artículo 33º prescribe: “las personas tienen derecho a un medio ambiente saludable, protegido y equilibrado. El ejercicio de este derecho debe permitir a los individuos y a las colectividades de las presentes y futuras generaciones, incluidos otros seres vivos, desarrollarse de manera normal y permanente”. El artículo 34º dispone: “cualquier persona, a título individual o en representación de una colectividad, está facultada a ejercer acciones legales en defensa del medio ambiente”. Aquí tenemos un verdadero constitucionalismo ecológico que ha ganado cuerpo y letra en las respectivas Constituciones. Tales visiones son anticipatorias de lo que deberá ser en todas las constituciones futuras de la humanidad. Solo con tal mente y disposición garantizaremos un destino feliz en este planeta.
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“No hay causa perdida” es el libro de memorias que el doctor Álvaro Uribe Vélez publicó a fines del año pasado. Uribe Vélez fue un presidente exitoso y polémico, quien con frecuencia mezcló métodos democráticos con prácticas de fuerza. Enfrentó de manera exitosa a las guerrillas de las FARC, y las debilitó. En el campo de la política social cosechó grandes triunfos, sobre todo en salud y educación. Su Gobierno estimuló, sin embargo, a grupos paramilitares. “No hay causa perdida” tiene 344 páginas.
La Editora Corripio y el Centro Bonó hicieron posible la publicación de este libro, “Economía política dominicana”, del doctor José Luis Alemán. Un texto que dejó preparado, con los artículos y algunas ponencias que publicó en su página semanal en el periódico HOY. Lamentablemente, falleció sin poder ver esta obra de 876 páginas. El doctor Alemán fue el último enciclopedista dominicano. Sacerdote, teólogo, sociólogo, filósofo, políglota, economista y erudito de muchos otros saberes. Como religioso fue un ejemplo extraordinario de cómo pueden combinarse, en la búsqueda del saber, el conocimiento de las ciencias con los principios de la fe cristiana. El libro tiene un prólogo del padre jesuita Pablo Mella.
El periodista Esteban Rosario acaba de publicar una nueva edición de su comentada y buscada obra “Los dueños de la República Dominicana”, que él prefiere considerar “un reportaje periodístico”, a pesar de sus 352 páginas. En realidad, se trata de una pormenorizada descripción de las que él considera las familias más ricas del país. La primera edición de este libro data de 1988. Desde entonces ha sido un éxito de librería, pues se trata de una obra única en la bibliografía dominicana. Esteban Rosario es un veterano periodista radicado en Santiago, su ciudad natal, donde también se dedica al periodismo de televisión. Tiene otros libros dedicados a describir la estructura del poder económico en la República Dominicana.
Otro escritor prolífico, el doctor Bernardo Vega, acaba de reeditar su aclamado libro “La vida cotidiana dominicana a través del archivo particular del Generalísimo”. La primera edición de esta obra es de 1986. En el prólogo correspondiente a esta edición de 2013, el doctor Bernardo Vega expresa que “esta obra representa otro esfuerzo del autor para convencer a los dominicanos, sobre todo a nuestra juventud, acerca de lo terrible que sería para el pueblo dominicano si nuestra insatisfacción con nuestros políticos y con nuestro sistema político...nos hiciera cometer el error de buscar una solución que nos volviera al autoritarismo y a la dictadura unipersonal”. El libro describe, en 215 páginas, el control que el régimen de Trujillo tenía sobre la vida diaria de los dominicanos, casi hasta en la intimidad de las personas. Es una publicación de la Fundación Cultural Dominicana.
LA HISTORIA/Fuente: Portal del Bibliófilo Enmascarado
1888
NACIÓ EL 15 DE JUNIO. Ramón López Velarde, poeta mexicano considerado el poeta nacional. Su poema más famoso es “La suave patria”.
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1914
NACIÓ EL 17 DE JUNIO. Julián Marías Aguilera, filósofo español, miembro de la Real Academia Española de la Lengua, Premio Internacional Menéndez Pelayo, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Tras su primer libro, “Historia de la filosofía”, siguió completando su labor hasta dejar una vastísima obra que ha sido muy leída.
1933
NACIÓ EL 18 DE JUNIO. Josek Lewinkopf, conocido como Jerzy Kosinski,escritor polaco autor de “El pájaro pintado”, una de las obras más importantes de la literatura del holocausto judío. _
1936
FALLECIÓ EL 18 DE JUNIO. Máximo Gorki, seudónimo de Alekséi Maksímovich Péshkov, escritor ruso maestro del realismo y considerado una de las personalidades más relevantes de la cultura y de la literatura de su país. Sus obras teatrales “Pequeños burgueses” y “Los bajos fondos” le hicieron alcanzar el éxito. La novela “La madre”, su obra más popular, nos cuenta la evolución del pensamiento de la madre de un obrero socialista y el entorno de la Rusia revolucionaria.
2010
MURIÓ EL 18 DE JUNIO. José Saramago, escritor portugués, primer escritor en lengua portuguesa en recibir el Premio Nobel de Literatura (1988). Es autor de obras como “El evangelio según Jesucristo”, “Ensayo sobre la ceguera” o “Caín”. _
1947
NACIÓ EL 19 DE JUNIO. Salman Rushdie, escritor angloindio en lengua inglesa, autor de “Versos satánicos”, obra considerada blasfema por el ayatolá Jomeini, quien dictó orden pública de ejecución a toda la población musulmana del mundo. Por este motivo, Rushdie tiene que vivir escondido bajo protección, para evitar ser ejecutado.
ÁNGELA PEÑA / A.PENA@.COM.DO
Viaje por la historia
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Ramón Marrero Aristy El gran novelista, autor de “Over”, nació hace 100 años
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n la tierra donde vino al mundo, hace un siglo, reinaba gran tensión política porque el país se encontraba en época de elecciones y es tradición que ante esos escrutinios se produzcan mayúsculos revuelos. Un presidente provisional, José Bordas Valdés, gobernaba la República tras bajar del solio presidencial un arzobispo, Adolfo Alejandro Nouel, elevado a esa posición para que impusiera estabilidad y paz. Ramón Marrero Aristy Beltré nació el 14 de junio de 1913 y aunque fue en San Rafael del Yuma, la comarca no era ajena a ese ambiente convulso y agitado que, paradójicamente, guardaba similitud con el que sería el temperamento del recién nacido. Igual de inquietos fueron sus días finales. Como revolucionarios eran esos primeros momentos de su existencia, fue su espíritu. Desiderio Arias, Horacio Vásquez, Juan Isidro Jimenes, eran los líderes y aspirantes, algunos con fama de alcistas, conspiradores, sediciosos, traidores. Marrero Aristy tuvo entre sus múltiples facetas la de ser periodista y escritor de “altos vuelos”, quizá por tanta prensa que lo arrulló en su cuna en la que es posible encontrar los duros ataques políticos que se dirigían estos caudillos de manigua. Listín Diario, El Radical, El Novel, El Tiempo, La Actualidad, La Avispa, El Estandarte anunciaban el aumento del acueducto y alumbrado eléctrico, la redacción de la Ley Electoral que pudiera exponer la libre expresión del pueblo por medio del voto; el descubrimiento de minas de cuarzo conteniendo oro, plata, cobre, hierro y otros metales. Se dictó la ley de Habeas Corpus y en el parque central se ofrecían pasodobles, nocturnos y valses en retretas que eran deleite entre tantos dimes y diretes de candidatos en campaña con acusaciones impresionantes. “Jimenistas netos” proclamaban que contaban con los obreros y con “la llamada despectivamente gente del pueblo”. Se discutía si Bordas podía ser candidato; José Ramón López acababa sin piedad con Vásquez acusándolo de conspirador, y “Nemoroso”, tal vez un pseudónimo, le contestaba: “¿Con que Horacio es un jefe infiel al horacismo? Entonces, Quiquí, ¿qué es? ¿Y Velásquez, qué es?”... El país sufría una epidemia de fiebres pero ponía más atención a quién sería el próximo arzobispo tras la renuncia de Nouel, rogando que no fuera cierto el rumor de que en reemplazo vendría un italiano existiendo “curas dominicanos que debían ser obispos para dirigir esta grey”. Pero lo más inquietante parecía ser el proyecto de contrato de ferrocarriles de Santo Domingo al Cibao, al este y al sur, considerado “oneroso”. Se insinuaba que con él Bordas favorecía a los jimenistas liderados por Desiderio, a quienes, finalmente, ofreció el control del ferrocarril que cubría la ruta Puerto Plata-Santiago y que había sido soporte económico de la gente de Horacio. El uno de septiembre de 1913, casi tres meses después de nacido Ramón, los dos grupos se declararon la guerra que se conoció como “Revolución del Ferrocarril” y proclamaron presidente a Vásquez. Bordas salió a luchar contra los rebeldes y sofocó el movimiento con ayuda de Desiderio. La historia de montoneras y revueltas se prolongó unos años durante los cuales Marrero se dedicó al estudio, el trabajo, las letras, la lucha por campesinos y obreros. Basilio el magno, obispo, doctor y confesor, y Eliseo, eran los santos que conmemoraba el santoral ese 14 de junio de 1913 cuando se asegura que nació el hijo de Oliva Beltré y Juan Bautista Aristy porque son muchas las fechas que se dan de su llegada. Lo crio María Marrero, su abuela paterna, y por eso empezó a firmar Marrero Aristy Beltré, apellido este que suprimió temprano. EL SOCIALISMO Y LAS LETRAS. Niño aún lo trasladaron a La Romana donde vivió hasta la adolescencia, cursó la primaria y trabajó en la bodega de comestibles del Central Romana. La estrechez económica de los trabajadores no solo despertó su sensibilidad social y su rebeldía sino que inspiró su novela más conocida y editada, “Over”. Pero antes, con apenas 13 años, ponía de manifiesto su capacidad creativa con la publicación de sus primeros artículos. La escritura la interrumpió solo con la trágica muerte. Cursó varias carreras en la Universidad pero únicamente concluyó Derecho.
Ramón Marrero Aristy: Lo definen “comunista”, “marxista romántico” .
Varios autores coinciden al afirmar que era marxista y que se integró al régimen para que “este evolucionara hacia una fórmula menos autoritaria”. Bernardo Vega apunta que “fue el que más trató de crear una apertura hacia la izquierda democrática” y “pensó que trabajando para Trujillo podía lograr que el régimen evolucionara”. Se consigna que desde joven estuvo influenciado por autores de esa doctrina. Definido como “marxista disidente clandestino”, “comunista”, “marxista romántico”, hacia finales de los años de 1930 “formó parte de los pocos núcleos clandestinos existentes y solo comenzó a colaborar con el régimen de Trujillo cuando otro importante intelectual disidente, Manuel Arturo Peña Batlle, decidió en 1941 pasar a servir a Trujillo… Existen fuertes indicaciones de que poco antes de esa decisión, muy deprimido por la falta de salida a la situación política, pensó abandonar el país en una goleta y así pasar del ‘exilio interno’ al externo”, añade Vega. Ocupó desde entonces varias posiciones importantes. Durante su época de funcionario, logró en 1946 que Trujillo permitiera actuar con libertad a los grupos de oposición. Viajó a Cuba para negociar un acuerdo con el Partido Comunista Cubano. Militantes dominicanos fueron después reprimidos en sus manifestaciones públicas. En 1957, siendo secretario de Trabajo, escribió un reporte confidencial a Trujillo informándole la explotación de los obreros del café. Y su última actuación liberal, a la que se atribuye su asesinato, fueron las declaraciones que ofreció al periodista Tad Szulc, del New York Times, denunciando la corrupción existente en el gobierno y que el reportero publicó en tres entregas. La versión más socorrida es la de que fue asesinado el 17 de julio de 1959 en el Palacio Nacional y trasladado junto a su chofer, Luis Concepción, a las lomas de Cazabito, Constanza, para fingir un accidente automovilístico. “Lo trajeron en un ataúd con ventanilla de cristal, los ojos, la boca, todo, lleno de algodón. ¡Un monstruo!”, declaró en 1989 Belisa Mejía Peña, su viuda. Ella quería que le pusieran su mejor traje blanco, “uno de los que él había comprado en las buenas porque decía que había pasado mucha miseria planchando un solo pantalón”. Le dijeron
Belisa Mejía Peña viuda Marrero Aristy
que no, por orden superior había que vestirlo de frac. Belisa fue su última esposa y madre de sus hijos Winston y Belisita. Fruto de matrimonios anteriores son Juan Ramón, Claudio y Leo. Marrero trabajó en Listín Diario, La Opinión y La Nación, de la que fue director al igual que de la revista “Babeque”. Publicó además de la conocida novela “Over”, “Balsié”, “Perfiles agrestes”, “Trujillo, síntesis de su vida y de su obra”, “La República Dominicana, origen y destino del pueblo más antiguo de América”, “Ensayo” e infinidad de artículos todavía dispersos. Dejó inédito “El camión rojo” en la que el protagonista muere en un accidente automovilístico en “El Número”, camino hacia Azua y que muchos consideran una “novela premonitoria”.
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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/ Por Julio González
LOS NIÑOS DE HINCHA (2 de 7)
Encuentros
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Instituto Dominicano de Genealogía
MU-KIEN ADRIANA SANG
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el matrimonio de Nicolás Bejarano y Rosa De Luna nacieron: Juan (1782), Tomasa (1784) y Theresa Bejarano de Luna (1786). Esta familia se mudó a Santo Domingo. Del matrimonio de Francisco Bejarano y María Ana De Luna nacieron: Juan Francisco (1783), María Salvadora (1785), María del Socorro (1786), María Anacleta (1788) y María Manuela Bejarano de Luna (1791). Esta familia también se trasladó a Santo Domingo. Del matrimonio de Joseph Belén y Juana Bautista De la Paz nacieron: Andrés (1790) y Santiago Belén De la Paz (1792). Del matrimonio de Manuel Bello y Dionisia De Alejo nacieron: Rafael (1784), Nicolás (1786), Rafaela (1789), Marcos (1791) y Lucía Bello De Alejo (1794). Del matrimonio de Juan Bernabé Nina y Dominga De Sosa Guzmán nacieron: María Manuela (1786), Juan (1788) y Beatriz Bernabé De Sosa (1791). Esta familia se trasladó a Baní, donde entroncaron las familias Báez, Padilla y Lara. Del matrimonio de Manuel Bernabé y Clara Hernández nacieron: Rosa (1782), María (1783), Clara (1790) y Manuel Bernabé Hernández (1794). Esta familia también se mudó a Baní. Del matrimonio de Pablo Bernabé y María Padilla nacieron: Ramón (1782), María (1782), Narcisa (1784) y Ana Bernabé Padilla (1788). Esta familia igualmente se trasladó a Baní. Del matrimonio de Francisco Biola y Felipa De la Cruz nacieron: María Magdalena (1784), Petrona (1787) y Lorenza Biola De la Cruz (1790). Del matrimonio de Joaquín Bonifacio y María Calderón nacieron: Antonio Abad (1787), María De la Cruz (1789), Joseph (1791) y María Bonifacio Calderón (1791). Del matrimonio de Joseph Bueno y Rosa Gomera nacieron los mellizos Balthasar y Michaela Bueno Gomera (1786). Del matrimonio de Marcos Cabral Valera y María De Aybar Luna nació Marcos Cabral Aybar (1792). Estos se mudaron a Baní. Relevantes personajes de la historia dominicana descienden de esta familia. Entre otros, los presidentes José María Cabral Luna, Marco Antonio Cabral Figueredo y Donald Reid Cabral. El poeta Fabio Fiallo Cabral, el cirujano Arístides Fiallo Cabral, el notable abogado José María Cabral y Báez, el poeta Manuel del Cabral Tavares, el periodista Rafael Herrera Cabral y el escritor e historiador Héctor Incháustegui Cabral. Del matrimonio de Joseph Cabral Varela, hermano del anterior, y Leonor de Santamaría Mañón nacieron: Gregoria (1784) y Manuel Cabral Santamaría (1787). Esta familia también emigró a Baní. María Calderón tuvo los siguientes hijos naturales: Rufina (1782), Antonio (1783), Martín (1785), Juan De Matha (1789) y Juan Calderón ((1794). Del matrimonio de Joaquín Camilo y María Ruiz nacieron: María Del Pilar (1789) y Florencia Camilo Ruiz (1792). Esta familia se mudó a Santo Domingo. Del matrimonio de Manuel De Jesús Celestino y Casimira Pérez nacieron: Raymunda (1787) y Agustín Celestino Pérez (1789). Del matrimonio de Miguel De Andújar y Theresa De la Paz nacieron: Ramón (1785) y Juan Nepomuseno De Andújar De la Paz (1788). Del matrimonio de Francisco De Andújar Fragroso, capitán de la Villa de Hincha y regidor del Cabildo, y Juana De Luna Andújar nacieron: Catalina (1783), Melchor (1786), Vibiana (1786), Domingo (1787) y María Francisca De Andújar De Luna (1790). En 1790 el capitán Francisco De Andújar compró un ingenio al Barón de la Atalaya don José Gómez y Meléndez. Esta familia se trasladó a Baní.
ITINERARIO
Mujeres novelistas que impactaron mi mundo FRASES DE ISABEL ALLENDE: Escribir es un proceso, un viaje en la memoria y el alma. Si escribo algo, temo que pasará, si amo demasiado, temo perder a esa persona, sin embargo, no puedo dejar de escribir o de amar. El corazón es lo que impulsa y determina nuestro destino. Eso es lo que necesito para mis libros: un corazón apasionado. Necesito rebeldes, disidentes, aventureros, extranjeros, que hacen preguntas, que rompen las reglas y asumen riesgos. Lo que más temo es el poder con impunidad. Temo el abuso de poder, el poder para abusar. http://frases-citas.euroresidentes.com /2011/12/frases-de-isabel-allende.html
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e diría que hay un momento clave en la vida de las mujeres, que es el día en que transformamos la competencia que nos enseñaron en la infancia...No nos enseñaron a querernos ni a ser amigas, entonces diría que hay un paso clave, que es el camino a la madurez en que una cambia esa competencia por el sentido de la hermandad. Y ahí un mundo entero te abarca, y creo que esta hermandad... pasa a ser vital, nos salva mucho, porque como las mujeres somos una minoría, somos marginales en términos culturales, no importa que seamos mayoría en términos numéricos, el hecho de tener esta complicidad entre nosotras nos da como unas especies de redes en que llega un momento en que ya no nos enjuiciamos, no nos contamos mentiras... Entrevista a Marcela Serrano, http://www.anabelenweb.com Hace varios años durante una conversación informal con una amiga tan amante de la lectura como yo, me decía que Isabel Allende era una escritora ligera, que no alcanzaba la estatura de los grandes novelistas masculinos del boom literario de los 80. Le había dicho que había leído La casa de los espíritus y que me había encantado. Me quedé pensando, ¿por qué categorizar a los escritores? ¿Cuáles son los criterios para establecer ese ranking? Salí decepcionada de la conversación. No le hice caso y continué leyendo a Isabel Allende. Me encantan sus historias, la pasión que se refleja en cada uno de sus textos: Eva Luna, Cuentos de Eva Luna, El plan infinito, Afrodita....Creo que he leído prácticamente todo de Isabel Allende. La única entrega que ni siquiera terminé fue Mi país inventado, un invento desafortunado a mi juicio. Su incursión en las novelas con trasfondo histórico han sido muy notables por lo bien expuestos que están los sucesos históricos: Hija de la fortuna, Retrato en sepia, y el que más me ha gustado, La isla bajo el mar, en el que retrata con precisión histórica, belleza expositiva y drama, los violentos sucesos ocurridos en la colonia francesa de Saint Domingue. Leí con verdadero deleite las aventuras construidas y escritas con y para sus nietos sobre las aventuras fantásticas de Nadia Santos y Alexander Cold: Memorias del águila y el jaguar, que inició con La ciudad de las bestias. Pero fueron Paula, escrito al calor del dolor por la enfermedad y muerte de su amada hija, y La suma de los días, un autorretrato adulto de su vida después de la desaparición física de su hija, los que rebozaron mi corazón y mis sentidos. ¡Qué manera tan hermosa de escribir! Desde los 90, comencé a leer a las nuevas generaciones de escritoras latinoamericanas. Laura Restrepo llegó por accidente. Entré a la librería y vi un libro de esta autora La isla de la pasión, publicado en 1989. Lo leí durante un largo viaje que se hizo corto. Conocí las intríngulis de Bogotá, una ciudad hermosa que tiene pasadizos secretos y oscuros para ocultar los dramas sociales de una sociedad excluyente. Después leí Historia de un entusiasmo, una crónica periodística que retrata el drama de la guerrilla colombiana y los esfuerzos, casi todos inútiles, para lograr la paz. Leopardo al sol me encantó, seguí con La novia oscura, Dulce compañía y Delirio. La conocí en un encuentro que organizó Alfaguara. Me pareció una mujer austera, distante, pero con mucha dignidad. Marcela Serrano ha sido una de mis favoritas. Sus novelas o reflexiones noveladas cuentan la historia de las mujeres latinoa-
mericanas de mediana edad, que en la plenitud de sus vidas hacen balance, se acompañan y reconocen que cada mujer es la suma de otras mujeres, de otras vidas. Que los dramas individuales, se hacen colectivos cuando se comparten. No he leído toda su obra, pero sí algunas que me gustaron tanto que he citado muchas veces en varios trabajos: Antigua vida, El albergue de las mujeres tristes, Para que no me olvides y Nosotras que nos queremos tanto. Vino al país a una de las ferias del libro hace unos años y estuve en el numeroso público presente. Una autora que abrió mi mundo al conocimiento del drama femenino en las cerradas sociedades del Medio y Lejano Oriente, es Kenizé Mourad. De parte de la princesa muerta y El jardín de Badalpur, fueron devoradas en un santiamén. Colmó mis sentidos. ¡Cuánto han sufrido y sufren las mujeres de esas sociedades! Tuve la oportunidad de verla en una de las ferias del libro. Un grupo de mujeres nos apersonamos al encuentro. Me decepcionó. Así como sus obras reflejan a una escritora firme, apasionada, crítica y muy imaginativa, su conversación fue muy aburrida, sin emoción alguna. Reconozco que ella me ayudó a seguir indagando sobre la vida de las mujeres del Medio Oriente y su exclusión aplastante. Leí con avidez y tristeza la novela de la norteamericana Jean P. Sasson, La Sultana; obra que me llevó a la siguiente, Las hijas de la Sultana. Estas obras evidencian que las mujeres del mundo árabe no pueden contar sus historias, solo las padecen. Tienen que tragar en silencio años de abusos y atropellos: matrimonios a la fuerza y por conveniencia, esclavitud sexual, ejecuciones crueles y sumarias. En el caso de La Sultana, la autora nos dice que es una historia verídica de una mujer nacida en la opulencia de la familia real de Arabia Saudí, pero que fue capaz de tener el valor de desafiar las normas y tradiciones impuestas. Con deseos de libertad, tenía que ocultar sus ansias tras su chador. Mi condición de mujer dominicana de ascendencia oriental me impulsó a leer y conocer la vida de las mujeres de la china imperial. ¡Qué terribles relatos! Mis primeros pasos, a principios de los 70, me llevaron a Pearl S. Buck, escritora norteamericana que dedicó su vida a relatar la vida en China en los años 30 y 40 del siglo XX. Mi padre tenía en su cabecera varias de sus obras: La Madre, Hijos, La buena tierra, y Viento del este, viento del oeste. Los tomé de su mesita de noche y los leí. A través de sus palabras entendí a mi abuela china y su camisón negro que nunca se quitaba, su alimentación precaria, basada en arroz blanco y pescado salado, que continuó hasta su muerte, a pesar de que habíamos mejorado la situación económica. A través de esos libros, pude entretejer y ver la historia de mi familia que emigró desde la lejana Asia hasta el Caribe. Con el tiempo, he leído nuevas novelas de otros autores, hombres o mujeres, que me han facilitado los amigos. Se agotó el espacio. Hasta la próxima. mu-kiensang@pucmm.edu.do sangbemukien@gmail.com @MuKienAdriana El Blog de Mu-Kien, Alma y razón, https://www.blogger.com/home
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Las raíces de nuestros problemas
DIÓGENES CÉSPEDES /DCESPEDES@CODETEL.NET.DO
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ntre 1961 y 1964 escribió el empresario conservador liberal José Ramón Hernández cuatro artículos proféticos que hicieron historia en el periodismo dominicano y la naciente disciplina de la sociología política. El autor fue diplomático, miembro de la Junta Monetaria y uno de los fundadores de Neveras Dominicanas, cuyo producto, Nedoca, recuerda como excelente la mayoría de los dominicanos. Los artículos comenzaban con la advertencia en singular “Téngase miedo…” o en plural “Ténganse miedo…” y a continuación el vocativo a quien o a quienes estaba dirigida. De tal título he recuperado el primer sintagma, por ajustarse al contenido de mi escrito, que rinde homenaje al extraño profeta que predijo, antes de que ocurrieran los hechos, el desenlace fatal que tuvieron las acciones políticas de aquellos sujetos para la naciente democracia dominicana. El pueblo hebreo tuvo, consignado en la Biblia está, sus profetas mayores y menores. Su rasgo distintivo era, como lo observó Juan Bosch, corregir los desaciertos de los políticos y los poderosos que llevaban al país al despeñadero. El profeta se distingue del vidente o adivino: El primero es el oído, la crítica y la conciencia de su pueblo; el segundo es la simple visión incapaz de vivir el abismo de lo que sucederá antes de que acontezca. Henri Meschonnic aseguró que el Apocalipsis de San Juan, y todo el Nuevo Testamento, es visión, no así el Viejo Testamento, que es oído-ritmo, ni prosa ni verso (ta’min). El primer artículo de Hernández, publicado en “La Información”, de Santiago, el 7 de diciembre de 1961 con el título de “¡Téngase miedo, Señor General!”, advertía al hombre que contribuyó con su acción y la de sus compañeros militares a echar del país aquel 19 de noviembre a los remanentes del trujillismo. Pero la soberbia y la ambición del general Pedro Rafael Ramón Rodríguez Echavarría, nombrado jefe de las Fuerzas Armadas, le cegaron y quiso calzarse las botas del Generalísimo. Se alió con Balaguer y ayudó a deponer el Consejo de Estado presidido por Bonnelly. Balaguer se asiló en la Nunciatura.
Hernández le advirtió: “Todo hombre tiene en sí la semilla de su propia perdición.” (“Desfile de coetáneos”. SD: Corripio, 1989, p. 192). Le dijo más: “¡Cuide sus laureles recién ganados, porque la Gloria es tornadiza y esquiva.” (p. 193). Se adelantó a lo que vendría con Juan Bosch, vencedor en las elecciones del 20 de diciembre de 1962: “En la nueva Constitución que se proyecta, teniendo en cuenta nuestra viciada y tradicional manía de hacer tiranos, hay que consignar la no reelección.” (Ibíd.). Ya sabemos lo que le sucedió a Rodríguez Echavarría. Consignado está en los libros de historia: al igual que Balaguer, se exilió y regresó décadas después, derrotado, desprestigiado y olvidado, como el boxeador noqueado que fue Estrella Ureña. A seis días de la juramentación de Bosch, Hernández escribió en “El Caribe” del 21 de febrero de 1963, su segundo artículo titulado “¡Téngase miedo, Señor Presidente!”, dirigido al aparentemente poderoso primer presidente elegido democráticamente con el 59.53 por ciento de los votos en los comicios del 20 de diciembre de 1962. ¿Qué oyó Hernández en medio de la algarabía del triunfo y antes de la juramentación de Bosch? Una formidable conspiración de los perdedores encabezada por el Consejo Nacional de Hombres de Empresas. Estos lanzarían su estrategia en tres puntos: ataque frontal a la Constitución, ataque frontal al gobierno acusado de comunista y ataque frontal al gobierno por los artículos sobre la educación laica, la igualdad de hijos naturales y legítimos, con lo cual “legitima el amor libre” (p. 197). La dialéctica del empresario liberal le dice a Bosch que no votó por él, pero le respeta, sobre todo al haber despejado, en la polémica con el padre Láutico García, la acusación de comunista: “en tu campaña, no vertiste una gota de hiel.” (p. 195) y “tras la última duda de tu pensar político de ayer, hábilmente aclarada, vino el triunfo mayoritario de tu partido” (p. 196). Hernández enumera las objeciones de los sectores sociales que se oponen al nuevo proyecto de Constitución y termina con estas palabras luego de la llegada de Bosch de
su periplo por Washington, Londres y París: “cuando descendiste de las nubes, de vuelta al hogar, todo el pueblo estaba hambriento de tu palabra de sosiego y paz. Todos los sectores de la población esperaban el alivio de tu voz de padre porque habías dicho que serías el Presidente de todos los dominicanos, y para todos, y que gobernarías con todos los dominicanos. Al hablar, ya ceñido el mando del poder, pensamos que tendrías la dórica sobriedad de una columna, y que lo harías como Martí, conservando los pies en la tierra, aunque tu frente se perdiera en las estrellas…” (p. 197) Viene la advertencia, mucho antes de que ocurriera el golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963, harto estudiado y admitido por el propio Bosch: su caída ya había sido decretada por los Estados Unidos, pero en la visión reformista del autor de “La Mañosa” ese fatalismo es metafísico, porque si hubiera gobernado con todos y para todos, como decía Martí, ese conjunto formidable de opositores unidos en el frente oligárquico recompuesto por los norteamericanos, no hubiera podido sacar la cabeza. Bosch jugó al revolucionario sin serlo, pues en esa etapa de su vida era demócrata representativo, como Betancourt, Figueres, Muñoz Marín. Al llegar Bosch al país, Hernández le advierte y profetiza: “Pero esta vez, no eras el mismo. Destilaste hiel y acíbar. Tu verbo fustigó como las plagas, como el apocalipsis. A veces creo que no nacerá más yerba, donde arrasó el caballo desbocado de su elocuencia. ¡Téngase miedo, señor Presidente! Porque así no hablan los buenos gobernantes, los hombres sabios.” (Ibíd.) ¿Por qué entró en pánico la oposición y con ella Hernández?: “En fin lo repudian muchos espíritus revolucionarios y liberales, porque él, ya [la] Constitución festinada en 72 horas, aplanaría todo asomo de albedrío e individualidad, y se prestaría a alentar sueños de predominio de partido sugiriendo esa terrible dictadura de clase.” (Ibíd.). El verbo de Hernández prosigue sus advertencias a Bosch porque oye el torbellino que se está formando en torno a los grupos empresariales, militares, profesionales, estudiantiles y sindicales: “Aún no has llegado al poder, y ya parece haberte despojado de tu alba vestidura de patricio… No nos defraudes, porque aún te creemos como esas moles de los Andes: nieve en la cumbre, pero tibio el corazón de hermano.” (P. 198). Hernández predice el curso de los acontecimientos si Bosch persiste en sus“errores”, pese a las objeciones y reparos hechos: “¡Téngase miedo, señor Presidente! Los enemigos de los grandes hombres, son sus resabios, sus pasiones y sus aduladores (…) Este pueblo te pide que sigas el recto camino de la justicia, de una Constitución pensada y ponderada con toda calma: porque si es verdad que él desprecia los cuartelazos y los atentados, también es cierto, que prefiere mil veces su libertad y su hambre, a la voz altanera de un amo, y a la dura ración del esclavo.” (Ibíd.).
En la próxima entrega veremos las últimas dos profecías cumplidas: Al Triunvirato y a Unachosín.
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AREÍTO
Sábado 15 de junio de 2013
Literatura
HOY
GRISSELLE MERCED HERNÁNDEZ, PH.D.
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Los espacios urbanos en
Cóctel con frenesí C uando el ser humano se acostumbra a mirar el entorno desde el ángulo intelectual y literario, se percata de las modificaciones dramáticas de los espacios citadinos. La experiencia fragmentaria del sujeto que se desplaza por las calles y las esquinas de una ciudad se basa en el cúmulo de imágenes que el sujeto percibe. Sin embargo, Emilia Pereyra retrata en Cóctel con frenesí un espacio distinto, pues establece una relación directa en el devenir del sujeto y su ideología. Esta experiencia del movimiento urbano expresa la desesperación del individuo que transita atrapado por las circunstancias que le abruman. La escritora dominicana plasma un profundo retrato del espacio citadino de su país natal. Con palabras acertadas, describe el entorno con sus movimientos, ruidos, conversaciones de fondo, tonos de luz o ausencia de la misma, y hasta la pestilencia nauseabunda que impera en ambientes hacinados. Esta novela corta está dividida en treinta y cuatro capítulos, al final de los cuales, excepto en el último, se intercalan intervenciones tituladas que describen breves y variadas situaciones, presentando la otra cara de la moneda de Santo Domingo. Además, las situaciones que muestra van desde lo superfluo, lo cotidiano, el mundo de las frivolidades, los desencantos, las desgracias y hasta las represiones moralistas. Dichas intervenciones plasman un contraste con el mundo sombrío de la trama principal. Esta obra presenta al dominicano que vive en condición paupérrima, frente a los que se encuentran enajenados a esa terrible realidad. Los personajes están ocupados con sus preocupaciones individuales; viven inmersos en la vorágine de sus cavilaciones. Son ventanas que se imponen como un collage que permite una hojeada al extravío en el que se halla la gente. El espacio en esta novela es fundamental, pues la calle es dinámica. El ser humano que se encuentra en ese caminar observa a su alrededor. Repasa cada detalle y las imágenes cobran relevancia ante el ojo del observador. El escenario de la calle cobra relevancia en todo el trayecto de la novela. Es ese espacio que se torna carnavalesco, ruidoso, peligroso y pestilente que no sirve de refugio para el que busca protección y amparo. La agresión de otros que ostentan el poder, las inclemencias del tiempo, y la indiferencia de la gente, lo convierten en otredad. En esas calles, los personajes rememoran sus vidas y tratan de recoger “retazos del pasado”. Son seres abandonados desde su infancia como si estuvieran predeterminados al sufrimiento. De ahí, que todo el flujo de conciencia en estos personajes no permite que den relevancia a lo que ocurre a su alrededor… Burundi caminaba y ya oía sin escuchar música, ruido y hasta insultos. Su alma estaba tan raída por las terribles experiencias que ya era un autómata sin rumbo en búsqueda de la “Dulcinea del Toboso” a quien maltrató y se fue de su lado: Chucha. Otro aspecto distintivo en esta novela es el movimiento migratorio del campo a la ciudad de Santo Domingo. Se destaca como un proceso traumático de transición. En el caso de Chucha se indica: “Sólo habían transcurrido tres meses de su llegada a Santo Domingo y parecía que había pasado una eternidad” (71). La decisión de irse a la ciudad está relacionada con ese “salir a la calle”. La calle se transforma en un ser mítico como Cronos, quien devora a sus hijos. La vida difícil del que no tiene hogar es retratada en esta novela. Hay una diversidad de referencias a calles y lugares de la zona colonial de Santo Domingo. Es una visión citadina que ofrece una geografía familiar, carnavalizada de la ciudad para quien ha frecuentado sus calles como se expone a continuación: “La calle siempre le resultaría insoportable. Bulliciosa y congestionada, repleta de basura, de vendedores de vegetales, frutas y ropas”. La escritora nos pinta la vida contemporánea del dominicano que con su indiferencia convierte en sombra a los marginados. Este mundo exterior se presenta como un gran cóctel heterogéneo y frenético, caótico y nauseabundo; un enorme basurero, pes-
Emilia Pereyra, autora de Cóctel de frenesí.
tilente y lleno de putrefacción, en el que muchos se peleaban por escombros y desperdicios. Es un acercamiento a otros que estaban en peores condiciones que Burundi… Es un ambiente mísero que retrata la realidad socioeconómica del indigente que vive bajo el desamparo y la marginalidad convirtiéndose en un desecho social. El nivel de barbarie se presenta en esta novela cuando plantea: “Los demás, entregados a la afanosa búsqueda, no se daban cuenta de lo que acontecía. Burundi escuchaba los gritos, las maldiciones y caminaba. Luego encontró a una niña explorando en el muladar” (127). Esta es una escena fidedigna de las condiciones tétricas en que viven muchos marginados en la ciudad: la paradoja desnuda del entorno que se supone que sea símbolo de progreso y bienestar. La escritora presenta una narración sensible del mundo del desposeído. Las dimensiones que cobra la observación de cada detalle, muestran una metáfora del desamparo descarnado. En esta novela, los personajes son el prototipo de un sector marginado al que las altas esferas no quieren ver como parte de esa fatídica realidad social, tomando ante ellos una actitud de confrontación. Existe una contemplación con tintes negativos de ese escenario; un espacio mediatizado por la hegemonía de unos pocos, y por ende, se establece una escala valorativa. Lamentablemente, en las sociedades de consumo, un ser humano está cotizado por lo que pueda aportar, en términos monetarios, a una colectividad. Por tanto, la ciudad es un referente en esta obra de Pereyra que sirve de enclave para enmarcar la soledad y la desesperación de quien vive en ella. La metáfora de la urbe encierra la desidia de los demás hasta el punto de deshumanizar a quien vive en ella. Por eso, cuando finalmente Burundi cae por el acantilado, nadie se inmuta. Con la participación cruel
de una sociedad cómplice de esa atrocidad, se observa un espectro de las vidas que se entrelazan y desembocan en el fracaso. Los protagonistas son seres indefensos e inmersos en una gran soledad, atrapados en el anonimato. Caminar sin descanso hace que se lleguen a conocer todos los escondrijos: sus escaparates, la iglesia, los callejones, sus edificios antiguos y hasta el vertedero, centro de desechos de una sociedad. No obstante, esos lugares cobran una relevancia durante el transcurso de un día. En la mañana, en la tarde, en la noche, o en la madrugada, se viven experiencias distintas en un mismo espacio… Hay una simbiosis entre personaje y ciudad; entre ciudad y viento. Un entorno con fuerza huracanada que arrasa al indefenso. La ciudad-personaje, con sus ventarrones, cobra una fuerza descomunal que despoja al más débil. La manera en cómo el ser humano concibe el mundo exterior y reconstruye su complejidad manifiesta la forma en que la enfrenta. Sus vivencias trágicas, sus contradicciones, sus múltiples repudios, así como el desencanto son producto del desplazamiento por subterfugios y zonas hostiles. Este personaje de Burundi no tuvo otra opción en el espacio urbano. En Cóctel con frenesí, hay un territorio donde ocurre la vida, la decepción y la muerte de manera simultánea y caótica. *Grisselle Merced Hernández es puertorriqueña, tiene un doctorado en literatura. Es ensayista y maestra universitaria.
AREÍTO
HOY
De Señal a Señal
Sábado 15 de junio de 2013
Marguerite Yourcenar, Adriano: erudición, sabiduría y humanismo
DELIA BLANCO
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ay libros que cruzan nuestras vidas como la mayor de las experiencias humanas. Esto es lo ocurrido con “LES MEMOIRES D´ADRIEN”, Las Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. Una experiencia nunca acabada, siempre engrandecida, por los tiempos y las circunstancias. Este libro tuvo varios proyectos, prueba que para la misma escritora las circunstancias de los tiempos y de su vida personal le plantearon muchas interrogantes para construir esta catedral literaria del siglo XX. Al hablar de catedral, no pecamos de exceso de palabra, pues la obra respondió a diversos esbozos de construcción y de tratamiento. La escritora se planteó, y se impuso ante todo, un proceso de estudios y de experiencias intelectuales y científicas sobre el mundo político, filosófico y artístico de los tiempos del emperador Adriano. Esta obra, pensada y concebida como un proyecto de pensamiento y de escritura, exigió de la autora un rigor de reflexión y conocimiento de más de 24 años. El estudio comienza cuando la autora apenas tiene 20 años, a esa edad la autora tenía claro el papel concreto de su imaginación, pues el imaginario funcionó para ella como un simple objeto, un ingrediente para su obra. El primer texto relativo a la época del emperador es un poema dedicado a Antonius, precisamente un soneto, publicado en 1922, tratándose aquí de una meditación sobre la villa Tibur, es gracias a esta estatua del efebo que nace el poema como trama de contemplación. Este aspecto responde a una actitud estética muy “yourceniana”, toda contemplación, toda palabra parte de lo bello, de lo admirable, en la que la estatua tuvo para ella pulsión y función motriz de su novela. Entendemos que Antonious fue el personaje que atrajo primero su escritura, entre 1929 y 1930, y efectivamente, la figura del favorito tiene un espacio especial en sus primeros ensayos. Los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial orientan su interés por el personaje del Emperador Adriano. Es así como la primera atracción hacia una obra estética se dirige hacia una dimensión que exigen las circunstancias políticas del momento. Marguerite Yourcenar mira hacia el Emperador, haciendo de Adriano un ciudadano de la actualidad. El personaje de Adriano crece por la responsabilidad que siente Yourcenar frente a los acontecimientos de 1939 a 1945.
Frente a una invasión ideológica en Occidente del pensamiento oscurantista nazi, referirse al momento más ilustrado, más avanzado de encuentro greco-romano permite traer a la reflexión colectiva de la reconstrucción de Europa elementos históricos y políticos del imperio de Adriano que en los años 1950 autorizan resucitar al Emperador como símbolo universal de una resurrección del valor de civilización greco-romana y judeo-cristiana. Esta resurrección es, ante todo, señalar la urgencia de la construcción de la paz frente a los bárbaros y entender que la barbarie no es una característica antropológica tribal, pero sí una amenaza permanente de la desrazón sobre la inteligencia y las luces. Después de haber estudiado la Historia Romana de Dion Cassius y la Historia Augusta, la escritora confiesa en sus Cuardernos anotado...Si este hombre Adriano, no hubiese mantenido la paz y renovado la economía de Imperio, su felicidad y sus desgracias no me hubiesen interesado…. No puede quedar más claro, que la fuerza de esta novela está en la evidencia de los acontecimientos humanos, en sus relaciones comparativas entre el pasado y el presente, siendo la misma fuente, el mismo manantial de verdades y filosofía humana, que van más allá del tiempo, elementos claves de la eternidad. Esta es una concepción puramente “yourceniana”, pues nuestro texto nos llama en permanencia a asistir el pasado con el presente en reflexiones todavía necesarias como la colonización y la descolonización, todo esto es llevado con un recurso en el método totalmente servido por la demostración de los acontecimientos históricos portadores de verdades eternas. Como por ejemplo, la necesidad de leyes, la institucionalidad de la jurisprudencia, la regulación de las relaciones amo-esclavo, amo-servidor, quiere ante todo servir, insiste en decir que el Emperador es el primer servidor del Estado. Adriano quiere construir un poder al servicio de la estabilidad y del orden. Lo que apasionó a Marguerite Yourcenar en la figura de Adriano es que la construcción es par de belleza, y que lo útil y lo bello deben de darse la mano, y esto lo tenemos en la boca de Adriano en estas magníficas palabras…Me sentía responsable de la belleza del mundo… Es obvio y nos podríamos detener sobre las similitudes de conceptos entre Adriano y la Yourcenar sobre la paz. El lenguaje antiguo y el lenguaje contemporáneo fusionan de lleno y entendemos que existe una hermandad de pensamiento político y social
entre Adriano y Yourcenar sobre los acontecimientos políticos. Vale aclarar que Yourcenar y Adriano se confunden en el discurso, pero que ellos son una misma voz clamando el equilibrio del mundo. Es fundamental que esta fusión culmine en los aprendizajes de los viajes, los encuentros con la diversidad humana, las experiencias de convivencias, y sobre todo, el conocimiento del mundo. En esta obra se pone en evidencia un encuentro de la diversidad de los mundos como materia de sabiduría, los viajes son un elemento fundamental de conocimiento y sabiduría. Ahora bien, la comunión más emotiva entre Yourcenar y Adriano, Adriano-Yourcenar se refuerza en el campo de las emociones humanas y de la sensoriedad amorosa. Es una obra de exaltación de la vida cuya fuerza mayor reside en la preparación sabia y sosegada de la muerte. El soporte son unas cartas en seis espacios donde nunca está ausente la pasión, pasión del poder, de la estrategia, de la caza del conocimiento, de la experiencia de la metafísica y de las divinidades. Estamos ante una obra donde un ser humano en crudo hace el balance de sus logros, de sus éxitos, de sus fracasos , de sus amores, de su grandeza y de su debilidades; es una obra de una alta sinceridad intelectual, que nos indica la enseñanza de la humildad y del reconocimiento de los asuntos humanos. En este aspecto Yourcenar es heredera de los pensamientos de Montaigne, nutriéndose de los aportes de la razón pura de Descartes, con una visión civilizadora del siglo de las luces que llaman al análisis permanente de los hechos humanos. La belleza es también fuerza del amor, y esa pasión por Antinoé que obligatoriamente tenemos que enmarcar en los tiempos antiguos y presentes conducen a meditaciones y contemplaciones donde sabemos que Marguerite Yourcenar y Adriano son el mismo cuerpo, el mismo espíritu, en un concepto de pasión que pone en evidencia la inmensidad de elementos que van más allá que el placer y la sexualidad. Estamos frente al reconocimiento del amor como revelación y espejo de uno mismo. Nos quedamos invitados a seguir pensando con…Los ojos abiertos…, la grandeza y la debilidad de la condición humana, con Adriano y Yourcenar, pues todos los planteamientos siguen estando y estaban ya en la Antigüedad. El arte de la Yourcenar nos permite abrir los ojos.
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AREÍTO
Sábado 15 de junio de 2013
Arte Contemporáneo
HOY
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1- Tiempos Nublados
f 2- Espíritu de la Tierra. Acrílica sobre tela
3- Alberto Pancorbo. La conquista de América
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4- Ninoska Huerta, Natalia Conde y Aida Lequerica
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¡NATALIA CONDE LLEGA CON ALTO PERFIL A MIAMI!
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AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
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s verdad que el tiempo presente proclama la vertiginosa y desquiciante plenitud de la incertidumbre, sin embargo, la concentración en su taller -como primer espacio de poder-, como ejerció lúcido y persistente de la imaginación creadora: búsqueda, experimentación y autocuestionamiento constantes, trae como resultado concreto una fórmula segura y potencialmente fructífera en el proceso evolutivo o de crecimiento profesional para los artistas plásticos y visuales contemporáneos. Esta “precaria” afirmación se torna cristalina en el caso de la receptiva y positiva respuesta, tanto de parte de los coleccionistas como de los especialistas, que, durante la última década, provoca la resistente entrega pictórica de Natalia Conde, destacada artista dominicana cuyas obras acaban de ser seleccionadas por Ninoska Huerta, prestigiosa galerista y consagrada promotora del mejor arte latinoamericano y caribeño contemporáneo, en una importante exposición colectiva que incluye obras de otros cuatro artistas hispanoamericanos de notable actividad y proyección internacional, como son Alberto Pancorbo (España), Annette Turrillo (Venezuela), Luisa Mesa (Cuba) y Cristina Escobar (Ecuador). Inaugurada la noche del pasado jueves 30 de mayo en la galería Biscayne Art House, localizada en el 1548 de Brickell Avenue -en el mismo corazón financiero de la ciudad de Miami- y donde se puede visitar hasta principios del mes de julio, tanto la calidad de la selección de los artistas y las obras que integran la muestra, como el valor artístico-arquitectónico y el significado cultural del espacio expositivo, resultan claves suficientes para advertir el alto perfil con que Natalia Conde proyecta su vital personalidad creadora, especialmente a partir de esta primera presentación de su rigurosa y energética obra pictórica en Biscayne Art House, cuya sede es una impresionante mansión diseñada por el arquitecto J. C. Gault y construida en 1925. A sólo unos pasos del “down town” y reflejando el esplendor clásico del viejo Miami, el edificio, declarado sitio histórico en 1997, está enclavado en un jardín tropical, destacando por su clásica y única combinación de arquitectura colonial americana. Fue la mansión de George E. Nolan. En medio de
los altos edificios de Brickell Avenue, constituye una de las pocas casonas sobrevivientes de la célebre “Millionaire’s Row” o fila de los millonarios que emergiera en los inicios del florecimiento económico y cultural de Miami. La galería Biscayne Art House es patrocinada por la firma/boutique “Biscayne Capital Holding Limited”, dedicada a la gestión de patrimonio, con oficinas en Suiza, Estados Unidos y América Latina y dirigida por Ninoska Huerta. Abrió sus puertas a principios de diciembre del 2012 con una exposición de los artistas Darío Pérez-Flores y Marcos Marín. En lo que va del 2013 ha presentado diversas muestras con la participación de artistas latinoamericanos consagrados, como Carlos Cruz-Díez, Carolina Sanllehi, Jesús Soto, Rafael Barrios, Walter Strack, Víctor Varela, Israel Guevara, Natalia Valera y Karim Borjas, entre otros no menos importantes. Ante una serie de obras recientes de notable efectividad estética y sorprendente grado de esplendor metafórico como las tituladas “Espíritu de la Tierra”, “Tiempos Nublados” y “Avalancha”, presentes en la muestra de Biscayne Art House, Ninoska Huerta nos recuerda su pericia como galerista; su refinada sensibilidad y puntería de criterio en el “art world”, valorando el “alto nivel profesional y la profundidad de conocimiento” que Natalia Conde demuestra en estos trabajos. “Espíritu de la Tierra” es una pintura abstracta -díptico- de gran formato y presencia impactante. Aquí ya no hay imagen, pero sí una auténtica “visión” de carga lírica y sutileza inquietante. El relato pictórico ha sido suprimido de manera absoluta. Ya no tiene cabida en una superficie de vertiginosa capacidad imagética en la que se instalan el enigma y la sugestión. Las transparencias de la policromía se tornan alucinantes. Sin embargo, la obra opera como “territorio” dialógico en torno a las implicaciones físicas y metafísicas de los cuatro elementos vitales: tierra, fuego, agua y aire… Tal como ya he advertido, en su ejercicio creador, la Conde somete la superficie pictórica a un proceso efectivo de traslucidez y sensualización tan incitante que uno siente la necesidad de tocar y disfrutar sin límites su densa y ardiente policromía. Sin duda, estos trabajos de Natalia Conde habrían de tenerse en cuenta al momento de contextualizar los hallazgos más resistentes de la pin-
tura dominicana abstracta o no objetiva de las últimas dos décadas. Asimismo, estas pinturas de Natalia Conde nos dejan ver una práctica pictórica eminentemente ética y cuyos efectos concretos nos permiten advertir la vital relación entre esencia y existencia, es decir, entre autenticidad creadora y búsqueda introspectiva. Búsqueda mística, búsqueda afanosa y apasionada de un universo simbólico donde la expresión de las pulsiones, de la memoria íntima y de la cuestión identitaria (espacio fáctico, corporeidad y signos culturales) está sometida a una sutil, progresiva y admirable síntesis conceptual.
NATALIA CONDE Natalia Conde Bidó, nace en María Trinidad Sánchez,Nagua. Egresada de la Escuela de Arte de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), donde realizó estudios bajo la orientación directa del maestro Antonio Prats Ventós (1925-1999). Sus obras forman parte de importantes colecciones públicas y privadas de la República Dominicana, América Latina, Europa y Estados Unidos. Las mismas han sido exhibidas exitosamente en prestigiosas galerías, museos, centros culturales de Buenos Aires, Roma, Lima, México, Washington, San Juan, Puerto Rico y Miami. En 1999, participa en la XXI Bienal Nacional de Artes Visuales. Entre sus más importantes muestras individuales en el país destacan: “Antítesis de la Memoria”, Fundación Guayasamín (1998); “Enigma de los Sueños”, Museo de Arte Moderno (2000); “Sobre las Huellas… Camino”, Museo de las Casas Reales (2005); “Poblando mi Silencio”, Barna Bussines School (2007) y “Tierra y Tiempo”, Galería Principal de Altos de Chavón (2011).