Areito 16 de marzo 2013

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Areíto

Zona de la Cultura y de las ideas

La muerte: realidad y temor

www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 16.03.2013

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El canon del cuento en la cuentística de José Alcántara Almánzar

en la década del setenta Alcántara Almánzar realizó una notable actividad artística, publica tres de sus cinco libros. Sin embargo, no aparecen aquí los textos más antologados del autor: “El zurdo” y “Ruidos”. Página 8

LOS ANCESTROS

De Harold Priego La vida de Harold estuvo muy ligada a Cuba. Varios de sus ancestros llegaron a la República Dominicana procedentes de esa isla. Y su primera hija es también de madre cubana. Página 4

JUANITA MOREL Una leyenda merenguera

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Bernardo Vega

ha estado en todas las trincheras A la caída de la dictadura, Bernardo Vega se convirtió en referencia obligada de gobiernos y del sector privado en asuntos económicos y se reveló como escritor prolífico. Página 3


HOY

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Sábado 16 de marzo de 2013

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Philip Roth (Novelista y ensayista norteamericano) "Mis peores momentos son cuando no estoy escribiendo. Entonces tiendo a ser infeliz, depresivo, ansioso y demás"

Diómedes Núñez Polanco

LA GUÍA

LIBROS

EL IDEARIO DE DUARTE

IMPRENTA E INTERNET: LAS GRANDES ERAS DE LA HISTORIA

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a lucha entre católicos y protestantes incidió, de manera determinante, en la vida de naciones y sociedades del mundo occidental durante los siglos XVI, XVII y gran parte del XVIII. Todo comenzó el 31 de octubre de 1517: ese día el monje agustino Martín Lutero clavó en el frontispicio de la iglesia de la Universidad de Wittenburg, Alemania, las 95 tesis en las que exponía su divergencia y su visión sobre las indulgencias, con lo que selló su ruptura con la Iglesia católica, especialmente con la jerarquía vaticana. La reproducción de esos mensajes circuló como pólvora, en apenas dos meses, por todo el territorio alemán y otras partes de Europa. En realidad, Lutero había enviado carta y el polémico texto a Alberto de Brandeburgo, Arzobispo de la provincia eclesiástica de Magdeburgo, que destinaba parte de la recaudación por indulgencias al pago de la deuda que había contraído con los banqueros Fugger, quienes le habían adelantado dinero para instalar una nueva diócesis precisamente en Maguncia, la ciudad de Johannes Gutenberg, el inventor de la imprenta. La posición de Lutero no sólo lo enfrentó al papa León X, sino también a Carlos V, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de España. Se desató una gran controversia. Con relación al reformador, todo iba a desembocar en su excomunión, el 3 de enero de 1521, aunque sin ejecutarse. Mientras tanto, se le convocó a la Dieta imperial de Worms, Alemania, con la presencia del Emperador, el Sumo Pontífice y los príncipes pertenecientes al imperio, para que renunciara o confirmara su doctrina. Se mantuvo firme en sus creencias. Con la publicación del Edicto de Worms, el 25 de mayo de 1521, que lo declaró prófugo y hereje, así como prohibía la lectura de sus obras,

se definió definitivamente la separación. A la cantidad de documentos, cartas y proclamas, que constituía el insumo de aquel mundo de debates y enfrentamientos, se sumó una obra fundamental: la traducción de la Biblia al alemán, realizada por Lutero. La inició por el Nuevo Testamento, durante casi un año, recluido en el castillo de Wartburg, con la protección del príncipe Federico III de Sajonia (El Sabio). La edición fue publicada en 1522. Con la ayuda de Philipp Melanchthon y otros fue traducida la Biblia entera, al sumársele el Antiguo Testamento (1534). Este hecho unificó los diversos dialectos alemanes, de lo que resultó el alemán moderno. Además de su huella en la cultura de ese país y de toda Europa, la Reforma protestante también influyó en los movimientos sociales y políticos, así como el impacto mismo de las contradicciones que ella generó. Influidos por el flanco humanista y social de la Reforma, muy pronto se produjeron las guerras campesinas en Alemania (1524-1525), bajo la inspiración del discurso de Tomás Mantzur. Y la más importante respuesta al luteranismo fue la Contrarreforma, cuyos mayores exponentes fueron la creación de la Compañía de Jesús (1540), con Ignacio de Loyola, y el Concilio de Trento (1545-1563). Así como la imprenta fue determinante para la difusión del pensamiento de la Reforma, pues con rapidez pudo llegar a los lugares más lejanos, también lo fue para la Iglesia católica, que con el Concilio de Trento salió fortalecida y con mayores instrumentos para incidir en la vida cultural y social de su tiempo y del porvenir. Produjo uno de los más luminosos momentos de la cultura universal (siglos XVII y XVIII): el barroco.

LOS RECUERDOS DEL DOCTOR MOLINA MORILLO “Mis recuerdos imborrables”, como el doctor Rafael Molina Morillo ha llamado a sus memorias periodísticas, es el libro de un periodista excepcional que ha estado en los medios de comunicación durante 65 años consecutivos, desde que tenía 18 años de edad. Molina Morillo fue de los periodistas que hizo la transición de la Era de Trujillo a la democracia. Le tocó a él fundar la que hemos denominado la prensa liberal, con el periódico El Nacional y la Revista Ahora a la cabeza. La lectura de este libro es una obligación política e intelectual. _ ____________________________________________________________________

El ayuntamiento de Santo Domingo Este, jurisdicción de la provincia Santo Domingo, se ha unido a la celebración del bicentenario del nacimiento del patricio Juan Pablo Duarte con la publicación de su ideario, contextualizado y anotado por Sócrates Suazo Ruiz. Se trata de un manual muy útil para todos los interesados en el conocimiento de las ideas fundamentales que guiaron la vida y las acciones del padre de la nación dominicana. El manual consta de nueve capítulos que cubren el ideario de Duarte, su proyecto de Constitución de la República y una carta del patricio a Félix María Delmonte. El libro, de 143 páginas, está prologada por el alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos.

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EL PRIMER POEMARIO DE OFELIA BERRIDO La doctora Ofelia Berrido regala a sus lectores un hermoso libro de poemas, tan elegante en la forma, en el diseño, como sustantivo en su contenido. Contrariando la tradición, ella viene de la narrativa de ficción. Se conocen sus novelas El sol secreto y El infiel. El doctor Bruno Rosario Candelier dice de este poemario que “la poesía de Ofelia Berrido se funda en una convicción metafísica cuyas raíces remontan a un claro concepto del ordenamiento de lo existente y del destino humano. Esa convicción se manifiesta en los poemas que le han sido inspirados en momentos de introspección meditativa”. El libro consta de 141 páginas. _ ____________________________________________________________________________

UN LIBRO SOBRE UNA CUBA DIFERENTE Cuba, la Cuba socialista de Fidel Castro, va siendo cada vez menos cerrada para los investigadores y para los hacedores de opinión pública. Este libro de la destacada periodista Ann Louise Bardach, “Sin Fidel, la casi muerte del comandante, sus enemigos y la sucesión del poder en Cuba”, es la mejor muestra de esta afirmación. Por sus 488 páginas, escritas en el riguroso estilo académico de los Estados Unidos, desfilan los acontecimientos y los personajes que, en el tiempo dilatado de la revolución castrista, han dado forma a la Cuba que ahora trata de sobrevivir. Forma parte de la colección Debate de Mondadori.

LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado

1839

NACIÓ EL 16 DE MARZO. René François Armand Sully Prudhomme, poeta y ensayista francés de la escuela parnasiana galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1901. _

1892

NACIÓ EL 16 DE MARZO. César Abraham Vallejo Mendoza, poeta peruano, uno de los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX. “España, aparta de mí este cáliz” fue una de sus últimas y más nombradas composiciones.

1935

NACIÓ EL 17 DE MARZO. Luis Goytisolo, escritor español. Su obra más conocida es la tetralogía “Antagonía”, sobre el arte de la escritura. _

1813

NACIÓ EL 18 DE MARZO. Friedrich Hebbel, dramaturgo alemán. Entre sus obras cabe destacar la trilogía “Los nibelungos”. _

1980

MURIÓ EL 18 DE MARZO. Erich Fromm, destacado psicólogo social, psicoanalista, filósofo y humanista alemán. Su obra más conocida es “Anatomía de la destructividad humana”.

1809

NACIÓ EL 19 DE MARZO. Nikolai Gogol, escritor y dramaturgo ruso. Sus obras más Conocidas son “Taras Bulba” y “Almas Muertas”, considerada como la primera novela rusa moderna. _

1933

NACIÓ EL 19 DE MARZO. Philip Roth, estadounidense, uno de los más prolíficos, afamados y controvertidos escritores del mundo. Es el autor de la polémica novela “El lamento de Portnoy”. Ganador del Premio Man Booker Internacional 2011


Viaje por la Historia

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HOY

Bernardo Vega, en todas las trincheras

El Presidente Joaquín Balaguer le toma el juramente a Bernardo Vega como miembro de la Junta Monetaria.

ÁNGELA PEÑA / A.PENA@HOY.COM.DO

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la caída de la dictadura, Bernardo Vega no solo se convirtió en referencia obligada de gobiernos y del sector privado en asuntos económicos sino que se reveló como escritor, innovador activista cultural, defensor del patrimonio nacional y enérgica autoridad en momentos difíciles, como la guerra de abril. Sin ser partidista, comenzó a ser blanco de ataques y caprichos políticos, algunos tan sin fundamento como acusarlo de que una escultura de Lemba que colocó frente al Museo del Hombre Dominicano, del que era director, se erigió para molestar a José Francisco Peña Gómez, entonces servidor en el Gobierno de Antonio Guzmán del que fue destituido Vega por sus trabajos estratégicos con la candidatura de Salvador Jorge Blanco. “José Antonio Caro dejó una estatua de Enriquillo, pero al estilo europeo, y yo puse tres: Lemba, el padre Las Casas y otra versión de Enriquillo, porque fueron los pilares de los derechos humanos en Santo Domingo. Las Casas fue el gran defensor de los indios y Enriquillo, al igual que Lemba, se rebeló contra España. Me criticaron bastante, decían que Lemba se parecía a Peña Gómez”, refiere. Sebastián Lemba Calembo fue un dirigente negro antiesclavista, nacido en África. Recibió otra embestida cuando trajo desde el Museo Británico a Boynayel, el dios lloroso de la lluvia. “Comenzó a llover muchísimo y Antonio Guzmán me pidió que por favor lo devolviera porque campesinos de Barahona se quejaban de las inundaciones”. El caso llegó a ser tratado por Peña Gómez en un discurso y como el acuerdo era que se retornara con la presencia de un oficial de Inglaterra, Vega lo ocultó provisionalmente en un armario. “Y por cierto, al otro día salió el sol”, comenta. La charla es una mezcla de cultura, economía y política, salpicada de anécdotas singulares, como la del camión tanque que debieron colocar los norteamericanos en el sótano del Banco Central, donde trabajó Vega en 1965, para impedir el asalto a las bóvedas por gente del gobierno de Antonio Imbert o la confusión de uno de los intelectuales más sólidos del país que al leer el primer libro de Bernardo, La República Dominicana ante el proceso de integración económica en Latinoamérica, le comentó que en el país no existían problemas raciales. Vega Boyrie se había convertido en pionero de ese y otros temas de la especialidad que introdujo en Santo Domingo y que no solo le representó admiración sino sorpresas y apuros como el que sintió cuando le mandaron a buscar del Palacio Nacional porque una palabra del informe que presentó a solicitud del presidente Bosch, como oficial de crédito de la Corporación de Fomento Industrial, no figuraba en el diccionario de la Real Academia: insumos. EL ECONOMISTA. Fue el primer director de

derecha del funcionario durante seis años. La guerra de abril le atrapó con Fernández en Paraguay en una reunión del BID. “Tuve que tomar decisiones importantes”, exclama. El gobierno de Imbert le convocó a una reunión a la que no acudió por lo que fue acusado de comunista. “No asistí porque el Banco Central no era de Imbert ni de Caamaño, era del país”. Los dos mandatos existentes, cuenta, nombraron sendas Juntas Monetarias. La estrategia para resolver el impasse fue que el que manejara las papeletas ganaba la situación. El Banco, expresa, estaba dentro del área de Imbert pero “lo que Director del Museo del Hombre Dominicano. se hizo fue trasladar las reservas monetarias a las Reservas de Estados Unidos” bajo el acuerdo de que solamente se reconocieran las órdenes del gobernador. Antes del regreso de Fernández, sin embargo, Bernardo debió ordenar que los empleados que manejaban las bóvedas, tres evangélicos, se retiraran a sus pueblos natales, así no había nadie que las abriera. La gente de Imbert, empero, trató de entrar pero fue impedida. “Se preservó la autonomía del Banco Central”, dice Vega y agrega que “Caamaño respetó todos los bancos” ubicados en la zona constitucionalista. En 1971 Vega renunció a esa posición, ya había publicado obras sobre integración económica, Bernardo Vega con la primera dama Renée Klang en que también había estudiado en Argentina, el Museo del Hombre Dominicano. y se convirtió en experto en ese tópico. una oficina de “Estudios Tributarios” que se Años después, siendo gobernador del creó en Hacienda. El gobierno de Bosch le Banco Central en 1984, logró que República sorprendió en Fomento, donde estaba desde Dominicana entrara a Lomé. A él le corresseptiembre de 1962. El mandatario le envió a pondió presentar los argumentos para alCentroamérica desde donde adaptó la Ley canzar esa participación. de Incentivo Industrial, que le tocó aplicar al Al salir del Banco Central, Joaquín BalaTriunvirato por el Golpe de Estado de 1963. guer le nombró titular de la Junta Monetaria, Fue el único gobierno de ese periodo con el donde estuvo hasta 1982 cuando “Antonio que no colaboró Bernardo pues renunció en Guzmán me quitó”. Compartía el cargo con desacuerdo con el derrocamiento. la dirección del Museo del Hombre DomiEntonces pasó a trabajar junto a los ideó- nicano, que revolucionó con exposiciones logos del Banco Popular, entre los que re- de piezas traídas del extranjero, publicación cuerda a Alejandro Grullón y Antonio Ro- del boletín, investigaciones, celebración de dríguez Echavarría. Contactó accionistas, congresos, aperturas de salas… Ahí publicó creó frases y tácticas para la campaña pu- sus libros sobre arqueología y expuso su coblicitaria que arrancó con el lema “Comen- lección arqueológica que donó recientezamos con 100 años de experiencia”, idea su- mente al Centro León. ya que mostraba a los pioneros sumando tal El Gobierno de Guzmán lo excluyó de la cifra de pericia porque habían sido funcio- Junta Monetaria aun cuando había renunnarios de la banca extranjera que existía en la ciado del Museo, donde no percibía remuRepública. “No había confianza en un banco neración, por incompatibilidad con los dos dominicano”, explica Vega, quien fue uno de cargos. “Todo el mundo sabía que yo estaba los cinco principales ejecutivos de esa en- haciendo encuestas a Salvador Jorge Blanco tidad que abrió sus puertas en enero de y parece que don Antonio tenía conflictos 1964. con él”, señala, aunque personalmente se reYa Bernardo había contraído matrimonio lacionaba con el gobernante, con quien, en septiembre de 1962 con Cynthia Guerra, además, estaba emparentado. “Las relaciomadre de sus hijas Cynthia, Mónica y Paula. nes personales entre nosotros continuaron, La dama falleció en 1996. Vega casó por se- él me explicó que por razones políticas tenía gunda vez, a finales de 1999, con la reco- que salir de mí”, cuenta. nocida intelectual y escritora Soledad ÁlvaCiertamente, ya Bernardo Vega trabajaba rez, su actual esposa. con Jorge Blanco, a quien había sugerido En febrero de 1965 Diógenes Fernández, realizar sondeos políticos convenciéndolo gobernador del Banco Central, lo designó su de que estos eran “la forma moderna de gaasesor económico y ahí estuvo como mano nar elecciones”.

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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/ Félix Disla

Harold Priego y sus ancestros

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arold Rafael Priego García-Godoy será recordado siempre por haber sido uno de los más grandes y famosos caricaturistas de los últimos años, y su nombre estará por siempre ligado a sus “muñecos”, principalmente, Diógenes y Boquechivo. De dos de sus ancestros heredó Harold Priego la vena del arte por la pintura y la creación artística. Su padre, Joaquín Priego, fue un reconocido profesor, escritor, escultor y pintor dominicano, que llegó a ser director de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Mientras que su abuelo materno, Enrique García-Godoy, fue un pintor, escritor y diplomático dominicano de renombre. Harold Priego nació en La Vega el 12 de enero de 1955, y falleció el 26 de enero de 2013. Tenía 58 años de edad. La vida de Harold estuvo muy ligada a Cuba. Varios de sus ancestros llegaron a la República Dominicana procedentes de esa isla. Y su primera hija es también de madre cubana. Harold Rafael Priego García-Godoy tuvo descendencia. Primero, a Patricia Elena Priego de los Reyes, hija de la cubana Elena Leonor de los Reyes González, y luego a Samuel Priego Caballero y Glenda Priego Caballero, hijos de Dulce Cecilia Caballero Rodríguez. Los padres de Harold Priego fueron los dominicanos Joaquín Rafael Priego Alfonso (Santiago 1918-2004) y Raquel Cecilia García-Godoy Guzmán (n. La Vega 1931). Los abuelos paternos de Harold fueron el español Francisco Priego Navas (Córdova 1874-Santiago 1922) y la santiaguera María Rafaela Otilia Alfonso Tavares (1886-1952), quienes casaron en Santiago el 18 de diciembre de 1909. Por línea materna lo fueron Enrique García-Godoy Ceara (1886-1947) y Antonia Graciela (o Graceliana) Guzmán Pérez (n. La Vega 1889). Los bisabuelos paternos fueron Agustín Priego y Dominga Navas, españoles; y Joaquín Alfonso Alfonso, nacido en Cuba hacia 1849 y fallecido en Santiago de los Caballeros en 1909, y María Dolores Tavares. Los bisabuelos maternos fueron Federico García Godoy (Cuba 1857-La Vega, 1924), renombrado novelista, crítico literario, historiador, periodista y educador y Rosa Ceara Jiménez (1859-1936); Silvestre Guzmán Román (La Vega 1852-La Vega 1916) y Antonia Agapita Pérez. Los tatarabuelos conocidos fueron, por línea paterna, Pedro Alfonso Beamonte y María Josefa Alfonso y María Concepción Tavares. Por línea materna Federico García Copley y Josefa (Pepilla) García; Juan Esteban Ceara y Balbina Jiménez. Así como Santiago Guzmán (f. 1873) y María Natividad Román Mota (1827-1899). Harold Priego tuvo, además, ancestros relacionados con dos presidentes de la República Dominicana. Sus dos abuelos maternos tuvieron, cada uno, un sobrino que llegó a dirigir los destinos del país. Enrique García-Godoy era hermano de Rafael Emilio García-Godoy (La Vega 1864-Santo Domingo 1969), padre de Héctor García-Godoy Cáceres (Moca 1921-Santo Domingo 1970), quien ocupó la presidencia en 1965-1966. Su abuela materna, Graciela Guzmán Pérez, era hermana de Silvestre Guzmán Pérez (n. 1882), quien a su vez fue el padre de Silvestre Antonio Guzmán Fernández (1911-1978), Presidente de la República en el período 1978-1982. Además, la madre de Héctor García Godoy era hija de Ramón -Mon- Cáceres, presidente de la República entre 1906-1911, y este, a su vez, primo hermano del también presidente Horacio Vásquez, quien ocupó en tres ocasiones la primera magistratura del Estado, en 1899, 1902-1903 y 1924-1930. Instituto Dominicano de Genealogía

Encuentros

HOY

MU-KIEN ADRIANA SANG

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LA MUERTE REALIDAD Y TEMOR Si la muerte pisa mi huerto ¿quién firmará que he muerto de muerte natural? ¿Quién lo voceará en mi pueblo? ¿quién pondrá un lazo negro al entreabierto portal? ¿Quién será ese buen amigo que morirá conmigo, aunque sea un tanto así?... ¿Quién pondrá fin a mi diario al caer la última hoja en mi calendario? ¿Quién me hablará ente sollozos? ¿quién besará mis ojos para darles la luz?... ¿Y quién será el nuevo dueño de mi casa y mis sueños...? ¿Quién pondrá fin a mi diario al caer la última hoja en mi calendario? (Joan Manuel Serrat)

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a vida es un maravilloso viaje a través del tiempo, que se inicia cuando abrimos los ojos al mundo, y, con nuestro primer grito, anunciamos nuestra llegada. Pasan los días, los meses y los años, crecemos, nos insertamos como podemos en la sociedad que nos presenta sus puertas. Finaliza cuando cerramos los ojos para siempre e iniciamos el viaje hacia la eternidad. La muerte es un enigma. Todos los que tenemos la dicha de disfrutar el estar vivos, le tememos y por esa razón nos alejamos de ella. Sin embargo, en nuestras vidas cotidianas hemos tenido que enfrentar la verdad con la partida de familiares queridos y amigos entrañables. Vida y muerte es parte del dilema vital de contrarios, como las lágrimas y las risas; el trabajo y la diversión; la amistad y la enemistad; el amor y la desilusión; porque el viaje de la vida oscila entre contrarios aparentemente antagónicos que se entrecruzan constantemente, convirtiendo la existencia en una deliciosa aventura. La gran y constante pregunta que nos hacemos es ¿Hay vida después de la muerte física? Las respuestas son múltiples. Los que defienden la racionalidad a ultranza y asumen la vida como todo lo que puede verse y tocarse, niegan esa posibilidad. Los que creemos en la trascendencia de Dios aseguramos que después de la muerte física se reinventa la existencia con una nueva forma de vida, que no tiene límites porque es eterna y trascendente. El misterio de la muerte ha sido abordado por todas las culturas a través de los tiempos. Ha sido un tema recurrente en el cristianismo. Los primeros cristianos buscaron explicaciones. En el Eclesiastés es abordado desde diferentes perspectivas. Uno de los que más me impactó es el fragmento de un tiempo para cada cosa. Como dice el sabio escritor, que hay tiempo para cada cosa, y sobre todo, hay un tiempo para vivir y un tiempo para morir. En otro de sus capítulos aborda que la inminencia de la muerte no respeta a pobres, ni ricos, ni sabios ni necios, porque todos son, somos, iguales ante la muerte. 2:14 el sabio tiene los ojos bien puestos, mientras que el necio camina en tinieblas. Pero yo sé también que a los dos les espera la misma suerte. 2:15 Y me dije a mí mismo: si la suerte del necio será también la mía, ¿para qué, entonces, me hice más sabio?... Pero la inquietud expresada en ese fragmento es contestada por el mismo autor, cuando se refiere a la condición humana. Yo he visto algo más bajo el sol: en lugar del derecho, la maldad y en lugar de la justicia, la iniquidad. "3:17 Entonces me dije a mí mismo: Dios juzgará al justo y al malvado, porque allá hay un tiempo para cada cosa y para cada acción. 3:18 Yo pensé acerca de los hombres: si Dios los prueba, es para que vean que no se distinguen de los animales. 3:19 Porque los hombres y los animales tienen todos la misma suerte: como mueren unos, mueren también los otros. Todos tienen el mismo aliento vital y el hombre no es superior a las bestias, porque todo es vanidad. 3:20 Todos van hacia el mismo lugar: todo viene del polvo y todo retorna al polvo... 3:22 Por eso, yo vi que lo único bueno para el hombre es alegrarse

de sus obras, ya que esta es su parte: ¿Quién, en efecto, lo llevará a ver lo que habrá después de él?" Esta reflexión nos convence a nosotros los creyentes de que las buenas obras de hoy serán premiadas en el cielo. Es la recompensa, el aliciente y la esperanza del cristiano. Saber que los malos, los depredadores, los necios, los malvados y deshonestos tendrán castigo en el cielo, reconforta y tranquiliza. Pero yo quiero más. Yo espero también que en la tierra sufran por los daños causados a mucha gente. Hurgando sobre el tema localicé un trabajo de Carolina Orozco titulado la concepción de la muerte en el judaísmo, hinduismo y la cultura indígena [i] La autora señala que para los judíos puede entenderse la muerte siempre y cuando se entiende la vida: “los judíos están claros que antes de morir tienen que seguir un ciclo natural de la vida aunado a un proceso de comprensión donde la muerte forma parte de este proceso natural al cual se deben adecuar conociendo que Dios es el creador de la vida y la muerte; asimismo, en el texto talmúdico se reseña que el fin del hombre se denomina con la muerte”.Un elemento interesante del judaísmo es que la muerte se concibe como la separación del alma y el cuerpo, “no ya como una de las consecuencias del pecado original, sino como el fin natural de la vida y el paso de este mundo a otro”.[ii] En el caso de los hindúes, dice la autora, la muerte es considerada una liberación porque la vida en la tierra es sólo sufrimiento, “es por ello que buscan alcanzar un estado óptimo de conciencia mediante el cual el alma no necesite reencarnar más en ningún cuerpo físico”. En las comunidades indígenas la muerte es el producto de fuerzas impredecibles e incompresibles. Para los Warao, por ejemplo, como dice Carolina Orozco, “la muerte ocurría por causa de grandes fuerzas que ellos consideraban sobrenaturales o sagradas, que actuaban dirigidas por personas de la misma tribu que mayormente eran ancianos y que a su vez podrían tener cargos políticos dentro de la comunidad”. [iii] Eduardo Berti en su blog “Bertigo” hace una referencia sobre un trabajo muy interesante de un misionero y sinólogo jesuita y francés, Henri Doré (1859-1931), quien en 1926 publicó un fascinante «Manual de supersticiones chinas» que aborda con detalles las prácticas funerarias y las apariciones de espíritus. Dice Doré que en el momento en que el enfermo está a punto de expirar, se le quita la almohada porque es imperioso morir en paz, que significa estar en posición horizontal. La almohada entonces pasa a ser considerada nefasta y se coloca sobre el techo de la casa para que se descomponga a la intemperie. Asimismo, en la China antigua se considera que el enfermo debe morir con atuendos nuevos, pero nunca de piel, porque corre el riesgo de reencarnar en el cuerpo de una bestia. El moribundo no debe ver sus propios pies o una maldición caerá sobre sus hijos. Sigue diciendo Doré que al morir los deudores esperan con rezos el séptimo día después de la muerte, para que el alma del difunto sea conducida a un estrado (wang-hiang) para que eche una última mirada a las cosas terrenales.[iv] Recuerdo que en mi infancia tuve que despedir a mi único tío paterno. Nos hicieron vestir de blanco porque así el espiritu del difunto parte con tranquilidad. Nos prohibieron el uso de sombreros de papel y se llenó la casa de humo del incienso para protegerla de los espíritus. Así pues, la muerte es parte integral de nuestras existencias. Debemos amar la vida con pasión, como si fuera el último día, pero sin temor a morir, porque es y será siempre el estadio final de nuestra existencia en la tierra. mu-kiensang@hotmail.com mu-kiensang@pucmm.edu.do @MuKienAdriana


Aporte

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HOY

Los miembros de El Paladión:

nuestros héroes del siglo XX

DIÓGENES CÉSPEDES

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a inmensa mayoría de los miembros de los grupos de intelectuales que propugnaron por los postulados de una sociedad democrática desde principio de siglo XX hasta el 16 de mayo de 1930, pero que se plegaron al ventarrón de la dictadura de Rafael Trujillo no pudieron vivir, desde ese instante, fuera del presupuesto público. El lema de su trepadurismo en el trujillismo fue: Prohibido estar abajo. O, más vulgarmente: Prohibido joderse. Hoy, por hipocresía nadie, en el gobierno o la oposición, suscribe en público esa consigna, aunque esté cien por ciento de acuerdo con ella y que tal lema sea el guion de vida del 99% de los inscritos en el padrón electoral con derecho a voto y que votan por los partidos clientelistas-patrimonialistas vigentes en nuestro país. Ese 99% de votantes alimenta el clientelismo y el patrimonialismo que se nutre a su vez de nuestra falta de conciencia política y de conciencia nacional. Luego de la caída de la dictadura, esos intelectuales partidarios del lema prohibido estar abajo, ayudaron a acabar con la democracia representativa y, porque su inteligencia no les dio para más, no realizaron ningún esfuerzo para ponerse al día y colocar a su país a tono con las ideas y transformaciones culturales, literarias, sociológicas, científicas, filosóficas, lingüísticas, antropológico-culturales, económicas y teórico-políticas que entre 1901 y 1961 se debatieron en el plano internacional con las obras y el pensamiento de Max Weber, Simmel, Kausky, Jaurès, Ferdinad Tönnies, Federico Nietzsche, Marcel Mauss, Franz Boas, Ferdinand de Saussure, Guillermo Dilthey, Luis Wittgenstein, Sigmund Freud, Albert Einsten, Werner Heisenberg, John Maynard Keynes o Joseph Schumpeter, entre muchas otras luminarias de ese período. Mientras América Latina bullía de efervescencia con la lectura y discusión de las obras de estos grandes intelectuales citados en el párrafo precedente, los intelectuales dominicanos que sobrevivieron a la decapitación de la dictadura se aferraron a su trujillismo y a la política autoritaria de su heredero durante 22 años, Joaquín Balaguer, y estuvieron sordos a las grandes discusiones políticas, literarias y artísticas que preocuparon a Hispanoamérica desde México hasta Tierra del Fuego. Los intelectuales que regresaron del exilio, a quienes se suponía el amor acendrado a la libertad y a la pluralidad de ideas, a la discusión de todas las corrientes del pensamiento libre, al pisar tierra dominicana, exceptuando a Juan Bosch, quisieron revivir los días de gloria de sus ancestros caudillistas, ya fuera por lazos familiares o de amistad. Algunos esgrimieron pujos de apellidos aristocráticos y franco desprecio a los sectores populares. Alegaron que el pueblo era ignorante y que se equivocó al elegir a Juan Bosch como presidente de la República. Este aristocratismo les autorizó a unirse al frente oligárquico recompuesto rápidamente por los Estados Unidos para “evitar una segunda Cuba en América”. De los exiliados que abrazaron las ideas socialistas y comunistas en el exilio, entraron en una semiclandestinidad que les obligó a aislarse casi totalmente de los sectores proletarios y la excusa de la represión solo se puede esgrimir a medias. Ellos, al igual que los socialcristianos que quisieron implantar doctrina en el país, no arraigaron en el medio porque, como decía Martí, no lo entendían. Para remate de males, la única propuesta para resolver los males del país que la izquierda nos ofreció de 1961 a 1970 fue la dictadura del proletariado, una solución proporcionalmente inversa a la que ya había vivido el pueblo dominicano con la dictadura de partido único del trujillismo. Cuando a lo que la sociedad dominicana aspiraba era a la creación de un Estado nacional sin clientelismo, sin patrimonialismo y sin corrupción, donde el cumplimiento de la igualdad de todos ante la ley fuera la norma suprema y su incumplimiento un delito criminal de lesa patria y el disfrute de las más amplias libertades ahogadas durante los 31 años de dictadura absoluta. Lo más lejos que llegaron los intelectuales que se quedaron en el país o los que se fueron al exilio fue a copiar a los grandes pensadores conservadores como Edmund Bur-

ke, Augusto Comte, Ortega y Gasset, Julián Marías, Heidegger o Husserl; a los lingüistas y estilistas del signo como Menéndez y Pelayo, Menéndez y Pidal, Dámaso Alonso o Carlos Bousoño; a los códigos franceses que rigieron hasta hace poco a la Universidad y la Judicatura y en psicoanálisis prefirieron a Jung y su escuela en vez de Freud, no para quedarse en Freud, sino para ir más allá; en literatura y lingüística se quedaron en la filología y la estilística y no se cuestionaron la teoría del signo que las acompaña, es decir, el rechazo de lo radicalmente arbitrario e histórico del signo; en antropología se quedaron en la antropología colonialista, y en sociología en el funcionalismo; en política se quedaron en el autoritarismo como sistema de gobierno y en los teóricos que apañan tales regímenes; en ciencia se quedaron en la matemática metafísica; y en economía en Keynes o en los autores norteamericanos como Paul Samuelson; y, en física, los profesores se quedaron en la repetición de la teoría de la relatividad y en las artes nuestros pintores y músicos copiaron las tendencias europeas o norteamericanas del momento. En música, demostrado por Bernarda Jorge en su libro; en pintura, Pedro René Contín Aybar, Rafael Díaz Niese y Manuel Valldeperes y sus epígonos orientaron el gusto y el saber desde los años 40 hasta los 70. Luego vinieron el hiperrealismo y el abstraccionismo norteamericanos. En nuestro país, tanto los intelectuales que se sumaron al trujillismo y lo defendieron incluso después de la decapitación de la dictadura, así como los que en el exilio fungieron como conciencia crítica de la sociedad dominicana (caso paradigmático de Jimenes Grullón), se fundieron en una alianza y un abrazo político para cercenar el primer ensayo democrático al participar en el derrocamiento del primer gobierno constitucional libremente elegido por el pueblo luego de caída la dictadura: el gobierno legítimo y legal de Juan Bosch. En su caída convergieron el grueso de los líderes conservadores del exilio que regresaron al país, los líderes de la trama del 30 de mayo de 1961 y los antitrujillistas que permanecieron recluidos en su casa para no colaborar con Trujillo. La violación del orden constitucional fue el legado que les dejaron a la sociedad dominicana los que derrocaron mediante el golpe de Estado a Juan Bosch. Ese golpe de Estado ha sido el gran trauma del país. El

voto de ustedes –nos dijeron– no vale nada y nosotros, todos juntos, concluimos en que ustedes se equivocaron al votar por Juan Bosch y decidimos, por la fuerza, instaurar de nuevo el autoritarismo, el clientelismo y el patrimonialismo, pues todo eso fue lo que aprendimos de la historia dominicana y de nuestros padres. El discurso de los historiadores les ha dado la razón. Todos los golpistas y sus intelectuales ancilares que derrocaron a Bosch e instalaron el Triunvirato y apoyaron la intervención militar norteamericana y a Joaquín Balaguer colocado en el poder por Lyndon Johnson luego de la revolución de abril de 1965, una vez muertos en olor de santidad, los ayuntamientos de la Capital y del resto del país decidieron rendirles homenaje a trujillistas y golpistas al rotular con su nombre calles, avenidas, edificios, escuelas, hospitales, aeropuertos, puentes y carreteras del país. A todo lo sucedido en el país de 1916 hasta hoy le llamó Américo Lugo la “escuela de cobardía y envilecimiento” del pueblo dominicano. Esta escuela permite tales desmanes en contra de nuestra dignidad porque le falta conciencia política, conciencia nacional y conciencia de su unidad personal, sin las cuales no hay posibilidad de que la nación dominicana exista. Bosch le agregaba que el pueblo dominicano carece de conciencia de clase y yo rematé el asunto al afirmar que cada habitante de nuestro país carece de conciencia de ser sujeto. Debido a estas ausencias de conciencia descritas en el párrafo anterior, no hemos podido crear un Estado nacional verdadero, el cual podría quizá ser una realidad dentro de 300 ó 500 años. Mientras tanto, seguiremos formando parte de lo que Lugo llamaba “una porción de humanidad” y una caricatura de Estado, obligada a girar en torno a los Estados verdaderos, condenada a vivir, hasta las calendas griegas, en el autoritarismo, el clientelismo, el patrimonialismo y la corrupción generalizada. En el libro de Paulino Ramos están los nombres; en la “Bibliografía” de los trujillistas de Rodríguez Demorizi están los nombres; en los libros sobre el golpe de Estado a Bosch están los nombres: todos son nuestros héroes del siglo XX y sus descendientes, los del XXI.

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AREÍTO

Sábado 16 de marzo de 2013

Aporte

HOY

Reflexiones sobre la búsqueda de culpables

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OFELIA BERRIDO

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eflexionemos un poco sobre la naturaleza del hombre y consideremos el cómo y el porqué el ser humano en su accionar va en la búsqueda constante de culpables, ya que hay quienes tienen la necesidad persistente de ejercitar su capacidad crítica y discriminativa para señalar a los que llaman “los responsables de sus males”. Veamos…tenemos claro que alguien es inmoral si no cumple con las normas morales de su comunidad, pero quién determina las normas y leyes que rigen a una comunidad... ¿Podemos asegurar que fueron creadas con la intención de apoyar el bien común o es que con frecuencia están dirigidas a dar soporte a intereses personales o grupales?; ¿a qué comunidad nos referimos? será a la sociedad en su conjunto o a la parte que tiene en sus manos el poder de decisión en una época, tiempo o lugar determinado. ¿Acaso no son las instancias de poder económico, político o religioso las que implantan las normas o es esta aseveración solo una fórmula desgastada que utilizan los desheredados de la fortuna del poderío para justificar los resultados finales? ¿Serán las respuestas a estas interrogantes las causas que generan la necesidad de señalar a los que estas personas consideran los autores de todas las adversidades que los aquejan? Esos culpables siempre estarán en el exterior del yo que indica con el dedo acusador, porque para el denunciante el culpable será siempre otro, y es que resulta fácil librarse de la culpa cuando se aduce: “En mis manos no estaba la decisión y yo no pude hacer nada…”. ¡Qué conveniente es apoyarse en la comodidad de la inacción! Sin embargo, hay otros que acusan desde el dolor… Tras una operación lógica tradicional podríamos concluir que si todos los hombres son iguales; los miembros de las diferentes clases sociales son iguales. Pero esta afirmación que suena tan verdadera se convierte en plena falacia cuando la realidad es que unos viven en plena miseria; mientras otros disfrutamos de un bienestar medio o superior. Entonces somos iguales bajo cuáles premisas, ¿de qué tipo de igualdad hablamos? ¡Cuál es la causa original? ¿De quién es la culpa?... Nos gusta enjuiciar… Este o aquellos son los culpables de mis males o de los males de la sociedad. Exigimos “virtuosidad” del otro y nos olvidamos de la nuestra. Según Aristóteles, la virtud consiste en un hábito de decidir bien conforme a medida o regla, añadió, que el ser humano no es virtuoso por

naturaleza, pero tiene la potencialidad de serlo. Insiste en que solamente la actualización repetida de esta potencialidad hace aparecer en el ser humano el hábito que se convierte en virtud, a modo de una segunda naturaleza. En consecuencia, según el filósofo, no hacemos el bien porque seamos buenos, sino que somos buenos porque hacemos el bien. Claro que… debo mencionar la ignorancia porque esta puede ocasionar que el hombre actúe en contra del bien y más aun del bien común: ignorancia proveniente de una falta de conocimiento; de una ausencia de saber; de alguna enfermedad mental que altera el discernimiento; o la de aquellos que se han quedado estancados en un peldaño inferior del desarrollo de su capacidad de razonamiento moral y entonces solo responden al castigo o al chantaje dirigido a lograr lo que desean. Decidir culpar a otros, muchas veces, puede resultar una acción fácil de ejecutar; no hacerlo, sin embargo, en ocasiones se convierte en algo en extremo difícil. Porque el acusador es parte del todo y por tanto tan parte del problema como de la solución, pero resulta más fácil juzgar a otro que reconocer la propia responsabilidad de actuar como ente activo que impacta la sociedad. Ese que juzga se considera un ser bueno e incapaz de ejercer el mal y con la terrible suerte de vivir entre personas amantes de la maldad. Pero a esta persona se le olvida que cuando se piensa que el otro es en primera instancia malo se le está negando su humanidad; y que cuando decide no actuar y permitir el mal se convierte en copartícipe del mismo. Por otro lado, me parece que pasarse la vida juzgando y buscando culpables, sin que ese sea su oficio formal, es el vicio del pusilánime que no despliega sus propios poderes y potencialidades; que no actúa ante su propia responsabilidad para consigo mismo, su familia y la sociedad y se entretiene con la vida ajena, porque es incapaz de ocuparse con valentía de la suya. Este tipo de ser humano parece descubrir en esta extraña tarea algún tipo de virtud. Así, es sencillo elegir entre el bien y el mal. La persona con aval ético siempre se decidirá por el bien. Pero, por otro lado, qué difícil es la toma de decisión entre dos males. Cuando tiene que decidir, cuando no puede obviar ni posponer la decisión ¿qué resuelve?, ¿qué acción toma? Analicemos la pregunta que hace Michael Roach: “Enfrentado a la opción entre salvar a su madre o a su hijo de un fuego que lo destruye todo y que aca-

bará con sus vidas… ¿Qué decreta como la acción debida?”. En verdad es una decisión compleja y debe ser tomada con prontitud. En estos casos el ser humano se encuentra frente a un dilema ético. Y es que hay decisiones que sin duda afectarán de forma importante a una persona o a un grupo social. En estos casos no podrá librarse del efecto tremendo proveniente de su decisión. Debe armarse de valor y utilizando su saber, su capacidad reflexiva y pensamiento crítico optar por el mal menor. Difícil será que no lo juzguen por el mal elegido, pero no hay opción: tendrá que decidir y responsabilizarse del resultado. ¡Delicadísimo asunto este! ¿No les parece?... Lo bueno, como bien dice la ética humanística, es todo lo que afirma la vida y sus potencialidades; lo malo, todo lo que priva al hombre de su pleno desarrollo. ¡No hacer el mal es bien! Hacer el bien es ser forjador del bienestar común. Pero debemos entender que con frecuencia el bien moral no siempre es obvio, por tanto, reflexionemos sobre nuestras acciones antes de ejecutarlas ya que es igual de importante pensar antes de hablar, que hacerlo antes de actuar. El pensamiento es formador de mundos. Pensemos, valoremos el efecto de nuestras acciones porque no hay causas sin efectos, ni efectos sin causa. Finalmente, quiero recordarles que somos entes de cambio y que la gran meta de todos los tiempos es que el ser humano y las naciones pasen de desear no hacer el mal a no ser capaces de hacer el mal. Y es que el que mira hacia adentro y encuentra todo aquello que puede ayudar a la humanidad y actúa en consecuencia es un virtuoso cuando actúa de forma racional y responsable en busca de ejecutar acciones que mejoren la vida de todos y la conservación de la existencia para, como bien confirmó Baruch Spinoza, llegar a ser lo que uno es potencialmente. Se trata de la virtud como realización… Se trata de reflexionar sobre los asuntos que tocan nuestra humanidad y de actuar para la realización del bien común: manifestando nuestro ser y nuestro proceder desde niveles superiores de consciencia para actuar de forma correcta bajo principios éticos universales para lograr el bienestar social y la igualdad en los derechos humanos.


Folclore

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Sábado 16 de marzo de 2013

HOY

JUANITA MOREL NUESTRA MÁS GRANDE LEYENDA MERENGUERA I

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e pueden considerar leyendas aquellas narraciones y relatos fabulosos con sabor netamente popular, basados en hechos reales o realizables, pero que al ser narrados se adornan con elementos de fantasía y se transmiten de generación en generación. Aunque debilitadas por el tiempo, aquí tenemos leyendas como las de la ciguapa, que en la imaginación de la gente son seres misteriosos que suelen ser vistos de noche en bosques y montañas, con forma de mujer, con los cabellos largos, los pies con el talón hacia delante y los dedos hacia atrás y que para ser cazados quien lo pretenda debe contar con la ayuda de un perro cinqueño, es decir que tenga cinco dedos en cada pata. Como la de la botija enterrada, la del galipote. En algunos campos quedan los remanentes de la leyenda de Pedro el Cruel, apodo dado a aquel Pedro Primero, rey de Castilla y León desde 1350, famoso por su crueldad especialmente con los niños y que según la leyenda fue condenado a vagar eternamente por las siete partes del mundo, arrastrando unas pesadas cadenas. Otras leyendas, como la del vacá, la de la contrata con el diablo, la serpiente de siete cabezas y otras de origen nativo o extranjero, aunque cada vez más apagadas, forman parte de las creencias colectivas.

II

RAFAEL CHALJUB MEJÍA

El merengue típico tiene también sus leyendas y, sin lugar a dudas, Juanita Morel ha sido y sigue siendo el más famoso de todos nuestros merengues de leyenda. Toma como protagonista a Juana Morel, quien, aunque la generalidad de la gente pone en duda su existencia real, fue una mujer parrandera y caminadora, nacida en 1901, en Ceiba de Hostos, jurisdicción de la provincia Duarte. En una comparecencia suya en los años ochenta, en el Gordo de la Semana, producido por Freddy Beras Goico, Morel narró la historia del nacimiento del merengue que la hizo tan famosa. Según contó, las letras eran de su inspiración y en una fiesta en Los Yayales, de Nagua, por allá por los años cuarenta el acordeonista Bilo Henríquez, tío de Tatico, le puso la música y la pieza musical empezó a sonar en fiestas de enramada. Hasta que el trío Reynoso la grabó a comienzos de los cincuenta, y con la gracia y la habilidad que le puso, el merengue se convirtió en un verdadero himno y el personaje empezó a entrar al reino privilegiado de las leyendas. La gente del pueblo lo bailó con furor, reconocidos intelectuales, como Manuel Mora Serrano y Ramón Alberto –Chino- Ferreras, escribieron artículos y reportajes sobre la preciosa mujer. El Juanita Morel llegó a los juegos de béisbol profesional como canto de batalla del Licey y cuando los juegos llegaban al séptimo ining, en el play de La Normal, el merengue sonaba por los altavoces, un pelotero importado de las ligas negras de Estados Unidos, nombrado Othelo Renfroe, campocorto de los Tigres, subía al montículo y bailaba al compás de la música, la fanaticada bautizó a Renfroe con el apodo de Juanita Morel. En su obra póstumanente publicada bajo el título de “Naturaleza nuestra”, Félix Servio Ducoudray asegura que el poeta nacional don Pedro Mir le decía que el Juanita Morel era el rey de los merengues. Juana Morel murió en abril de 1993, a los noventa y tres años. En medio del silencio y la discreción que contrastaban con la vida altiva y cumbanchera que aquella legendaria mujer llevó por un tiempo.

III Para buscar datos sobre ella cuando yo estaba escribiendo mi libro Por los caminos del merengue, mi esposa Dulce y yo viajamos a Ceiba de Hostos el 31 de julio de 2010. Allí encontramos a María Antonia Morel, descendiente de Juanita, visitamos el cementerio, donde nos recibió el enterrador Victorino de Jesús –Mon-, quien salió de su vivienda que se mantiene en pie a duras penas a las puertas del mal cuidado camposanto y tuvo que convencernos de que aquella losa quebrada, sin nombre, semicubierta

Juanita Morel

Juanita Morel en los últimos tiempos de su vida.

por el limo y la maleza, era la que guardaba los restos del famoso personaje. Sí, esa es la sepultura, fui yo mismo quien la enterré, nos dijo Mon, que ejerce el oficio desde 1976. Queda de Juanita una de sus hijas. Felicita, en Los Castillos, Sosúa. El 19 de febrero de 2011, y desde Nagua, hacia allá también viajamos Dulce y yo. Por la carretera costera, que no se transita, sino que se disfruta. Porque serpentea junto al mar, flanqueada en su margen sur por algún fragmento de selva virgen y campos fértiles de verde intenso en los cuales se alternan las montañas con los valles, aptos para la agricultura lo mismo que para las fincas ganaderas, en las cuales aquí y allá alguna vaca parida con pinta de animal cerrero amamanta a su cría y le enseña lo buena que es la vida en libertad. La margen norte la guardan como celosas centinelas las aguas inquietas del Atlántico, sobrevoladas por aves de vuelo sereno y misterioso, aguas que en los días soleados toman un azul retinto y con su permanente ir y venir le recuerdan al viajero que no hay que esperar

Las yerbas del descuido cubren la tumba de Juanita Morel en el cementerio de Ceiba de Hostos.

subir al cielo para disfrutar de algunas de las bellezas del paraíso. Doña Felicita Morel, con ochenta y cinco años, pero con vitalidad y lucidez sorprendentes, nos da datos importantes de su madre. De la delicadeza y pulcritud en el vestir, de la consagración de Juanita a la religión católica en los tiempos finales de su vida. Se enriquece así la reseña biográfica de mi libro, sobre cuya base se escribe el presente texto. Y perdura el personaje que da vida a una leyenda merenguera, que existirá mientras sigan sonando a ritmo contagioso del pambiche las letras de: Juanita Morel/ oye tu merengue/ entre las mujeres/ tú eres mi derriengue.

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AREÍTO

Sábado 16 de marzo de 2013

Literatura

HOY

MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN

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El canon del cuento en la cuentística de

José Alcántara Almánzar

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n canon es una lista de libros. Históricamente viene a ser un inventario impuesto por cierta autoridad: religiosa, académica u oficial. Desde la académica criticamos el canon como una imposición de la lectura y porque puede darse el caso que sea una forma de excluir y privilegiar ideologías y sentidos literarios. Cuando esto sucede decimos que hay que deconstruir las ideas del canon. Se habla de una lectura canónica cuando se intenta leer y confirmar el canon. En toda lista hay una selección o flor. Ella dice mucho de nuestras ideas literarias y también nos sitúan políticamente: es decir, se puede leer al seleccionador dentro de la política del sentido que una lista de obras orienta. Ante la abundancia de textos, se hace perentorio realizar una selección. No tendremos tiempo de leer todo lo que se escribe. Quienes nos hemos autoimpuesto la lectura como valoración de las obras literarias y, además,tenemos que orientar la lectura de estudiantes y el público en general, estamos en la imperiosa necesidad de escoger. Aunque lo hacemos frecuentemente, no siempre estamos conscientes de que realizamos un canon de la literatura. En el caso del cuento, que es un género muy exigente: con una morfología que rara vez permite variaciones dentro de su propio modelo, es necesario ir descartando textos de un autor hasta llegar al canon de su narrativa. Eso es lo que me propongo hacer con la cuentística de José Alcántara Almánzar. Seleccionar una lista de obras que me parece satisface el sentido de una poética del relato breve. Entiendo con Juan Bosch que el cuento es un género difícil y que no abundan los cuentos extraordinarios. Pienso que en un libro de cuento se pueden seleccionar de uno a tres que puedan corresponder a una cierta poética o que la desborden. De ahí que el acercamiento sobre el cuento es muy modélico; al estilo concebido por Goethe y por los formalistas rusos, tal vez valga mencionar a Vladimir Propp, que sigue teniendo vigencia. En el caso de la narrativa de José Alcántara Almánzar, me ha ocurrido un fenómeno raro; he encontrado muchos cuentos buenos y excelentes y en muchos de sus libros hasta una buena cantidad por cada entrega. Viene al dedillo la reedición de los cinco volúmenes de cuentos que ha realizado la Editorial Santuario, para observar que la cuentística de Almánzar puede dividirse en tres ciclos, conformado el primero por los tres volúmenes dados a la luz en la década del setenta: Viaje al otro mundo (1973), Callejón sin salida (1975) y Testimonios y profanaciones (1978); de ese primer periodo de la obra de Almánzar vamos a seleccionar cinco cuentos, que son: de Viaje al otro mundo (1973), “La muchacha que conocí en Guadeloupe” y “Rumbo al mar”; de Callejón sin salida (1975), “La insólita Irene”; de Testimonios y profanaciones (1978), “El laberinto recién visitado” y “Con papá en casa de madame Sophie”. Como puede observar el lector, en la década del setenta Alcántara Almánzar realizó una notable actividad artística, publica tres de sus cinco libros. Sin embargo, no aparecen aquí los textos más antologados del autor: “El zurdo” y “Ruidos”. Por otra parte, en la década del ochenta Alcántara Almánzar publicó un solo libro: Las máscaras de la seducción (1983), del que he seleccionado tres cuentos: “Lulú o la metamorfosis”, “Ruidos” y “Él y ella al final de una tarde”, que integrarán el segundo ciclo. En la década siguiente, publica Alcántara su último libro de cuentos, que cierra su tercer ciclo de su narrativa: La carne estremecida (1990), del que he seleccionado tres cuentos: “El zurdo”, “La obsesión de Eva” y “En alta mar”. Al analizar esta selección podemos adelantar varias cosas: que los mejores libros de cuentos de José Alcántara Almánzar son los dos últimos, por lo que el autor ha venido trabajando con dedicación el arte literario, dando cada vez una mejor demostración de sus capacidades literarias, lingüísticas y técnicas. Nótese que sólo elegimos dos cuentos al principio y que hemos estado forzados a elegir tres en las dos últimas entregas. También podemos pensar que el público y los temas que dominaban en los setenta han cambiado y las situaciones de los setenta son distintas a las actuales, por lo tanto, tenemos una relación

José Alcántara Almánzar

más cercana entre el mundo del texto y el mundo del lector. Pero esto no funciona de esta manera, o estas influencias “mundanales” no son tan determinantes. Ponga el ejemplo del cuento “El laberinto recién visitado” de 1978, que es un cuento extraordinario que pertenece al primer ciclo. Entonces, ya tenemos once cuentos. No quisimos reducir la cantidad a diez. Nos quedamos con once cuentos. La selección es provisional y corresponde a nuestra lectura de la obra en diversas épocas desde 1993 hasta hoy y a los trabajos académicos y las lecturas en clases de segundo y tercer ciclo que hemos realizado. De todas maneras es este un canon provisional. Es preciso, en primer lugar, justificarlo, y en segundo, contrastarlo con la selección de estudiosos y antólogos de la obra del autor. En 1993, la Editorial de la Universidad de Puerto Rico publicó la antología personal de cuentos de Almánzar. El autor eligió siete de los cuentos que he seleccionado para este canon. Estos son: “El zurdo”,“La obsesión de Eva”,“Lulú y la metamorfosis”, “Ruidos”, “Con papá en casa de madame Sophie”,“La insólita Irene”y“Rumbo al mar”. Es decir, que a los cuentos seleccionados por el autor yo he agregado cuatro cuentos más: “La muchacha que conocí en Guadeloupe,” “El laberinto recién visitado”,“Él y ella al final de una tarde” y “En alta mar”. El canon del autor se completa con cinco cuentos que he dejado fuera: “Como una noche con las piernas abiertas”, (de La carne estremecida) “La reina y su secreto”, (de Las máscaras de la seducción), “Crónica trivial de una fiesta íntima”, (de Testimonio y profanaciones), “Enigma” y “La prueba” (de Callejón sin salida). Antes de entrar en otros cánones que la crítica y los antólogos han realizado de la cuentística de Alcántara Almánzar vamos a hablar un poco sobre la relación de Alcántara con Juan Bosch tanto en la escritura del cuento como en la poética. Juan Bosch inició su narrativa breve con una idea muy bien formada del género como Ur-tipo; podríamos decir que la poética del cuento que Bosch utiliza en Santo Domingo ya estaba formada en las reflexiones de Edgar Allan Poe, Guy de Maupassant, Antón Chéjov y Horacio

Quiroga; esta parte de la poética romántica de Goethe que ve el género como una forma morfológica, como un tipo o modelo de escritura, en el que las distintas partes deben funcionar con un objetivo final. De ahí el interés que debe despertar el cuento y la estrategia de dosificación de la acción. El logro de Bosch reside, a mi manera de ver, en dos aspectos: la selección de un tema interesante, de particular interés humano (social: “Los amos”; de enfrentamiento con la naturaleza: “El río y su enemigo” o de un evento maravilloso: “Dos pesos de agua”, o del hombre frente a la casualidad y la maldad humana, “Luis Pie”, etc.), y el final sorprendente. Luego la forma de composición (la dispositio) moderna con el esquema invertido: iniciar por el medio, ruptura temporal y finalmente, en la descripción de un sistema cultural através de los personajes y la profundización de los retos psicológicos, que aparece en “Luis Pie”, “El hombre que lloró”,“Rumbo al puerto de origen” y que es frontal a pesar del cruce existencial en “La muchacha de la Guaira”. La poética de Bosch logra un arranque extraordinario con “La mujer” como texto que sigue la poética que priorizará. Los contextos sociales están marcados en “Camino real” o en “Los amos”, lo real-maravilloso en “Dos pesos de agua” y “La bella alma de don Damián” y un tanto en “La mancha indeleble”. Creo que existen tres momentos del cuento de Bosch marcados por la búsqueda de una expresión narrativa que llega a su clímax en el libro que contiene los cuentos: “La muchacha de la Guaira”, publicado en Chile en la Editorial Nascimiento en 1955. La poética de Alcántara Almánzar, por su parte, coincide con la de Bosch y los autores supra mencionados. Es decir, Alcántara considera que el género cuento ha llegado a su perfección y que hay que dominar su técnica a cabalidad. Cosa que ha sido muy beneficiosa para su narrativa, pues llega a lograr obras importantes en temas y espacios distintos a los de Bosch, sin que se note su filiación. Alcántara Almánzar ha escrito textos de gran factura dentro de la tradición del cuento en Europa y América.


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