Areíto
Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 25.05.2013
La cultura como identidad y la identidad como cultura Pág 7
La gente de izquierda
Era perseguida paso a paso
NOVELA
De los izquierdistas fichados por la policía en 1967 que sobrevivieron a la persecución, unos se han mantenido perteneciendo a las organizaciones por las que fueron acosados pero ahora como especie de asesores. Página 3
DOMINICANA Problemas de la escritura
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COREA DEL NORTE
Recuerdos imborrables Junto a Roberto Cassá, quien entonces estudiaba en Moscú, Rusia, llegué aquel miércoles al aeropuerto de Pyongyang, donde nos recibió una comisión de hombres y mujeres y de Pioneros alegres. Página 5
La bienal nacional
de artes visuales La Bienal Nacional de Artes Visuales es un certamen abierto a la participación de los artistas dominicanos, residentes o no, así como extranjeros residentes en nuestro país por un mínimo de cinco años. Página 8
HOY
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Zona Areíto Areito
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Albert Einsten (Sabio, inventor y físico alemán) Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: la paz
Cuatro poemas de Rafael González Tirado AMOR Lo dicen las nubes con los signos del silencio -el silencio majestuoso de las nubes-. Y dejan caer, en lluvia mansa, cuatro letras mágicas sobre tu alma…
NUBES Arriba… lirio viajero, azucena caminante, casto suspiro volandero. Abajo, cristal movedizo de la fuente, agua y agua presentes, móvil retrato que se escapa del marco.
RETORNO DEL LLANTO …Con la lluvia, mariposa del recuerdo, me sonríen las heridas de tu ausencia…
POEMA DEL ASOMBRO ENAMORADO
Ahora que estás aquí y estás distante, que estás aquí y estás ausente. Ahora que te siento como un latir dorado de montañas, de firmes y cafetales, de miel, de luna y llanto, de anheloso ascender por vertientes y laderas,
Ahora que tengo un lugar para quererte. Ahora que tengo el espacio justo para decir “te amo”. Ahora te siento mía en el ardor y en el paisaje, en la lluvia quebrada de los sonoros arroyuelos.
hasta llegar al mismo corazón de tus ensueños.
Ahora que tengo un lugar para quererte, un espacio lleno de ti y de tu nombre, puedo decirte “Polo” y no estás lejos, puedo decirte amor y no encontrarte, puedo decirte mía y no tenerte.
LA HISTORIA
1803
1681
NACIÓ EL 25 DE MAYO. Edward George Bulwer-Lytton, prosista británico, autor de la novela “Los últimos días de Pompeya”.
FALLECIÓ EL 25 DE MAYO. Pedro Calderón de la Barca, dramaturgo español, llamado el ingenio del siglo de oro, autor de “La vida es sueño”, por nombrar una sola de sus obras.
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1927
NACIÓ EL 25 DE MAYO. Robert Ludlum, novelista estadounidense de novelas de acción y suspense . Sus obra más famosa es la trilogía Bourne, compuesta por “El caso Bourne”, “La Supremacía Bourne” y “Bourne: El Ultimátum”, llevadas las tres al cine.
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1871
MURIÓ EL 25 DE MAYO. José Mármol poeta argentino, escritor romántico de la generación del 37, dirigió la Biblioteca Nacional Argentina. Es autor de la novela “Amalia” considerada la primera novela conocida en la Argentina.
1978
FALLECIÓ EL 26 DE MAYO. Jorge Icaza Coronel, novelista ecuatoriano. Su más célebre novela, “Huasipungo”, que le daría fama internacional y que lo llevaría a ser uno de los escritores ecuatorianos más leídos.
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1892
NACIÓ EL 29 DE MAYO. Alfonsina Storni, poetisa argentina muerta en trágicas circunstancias. Su poesía es, fundamentalmente, de temática amorosa y feminista
Viaje por la Historia
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Gente de izquierda era seguida paso a paso
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ÁNGELA PEÑA/ A.PENA@.COM.DO
HOY
e los izquierdistas fichados por la policía en 1967 que sobrevivieron a la persecución, unos se han mantenido perteneciendo a las organizaciones por las que fueron acosados pero ahora como especie de asesores. Es el caso del Consejo de Ancianos del Movimiento Popular Dominicano al que pertenece Ramón Agustín (Monchín) Pinedo Mejía, de esa agrupación. Cayetano Rodríguez del Prado colabora con la organización, según informes, pero está más dedicado a su profesión de ingeniero. Publicó un libro en el que narra sus experiencias políticas. En la página anterior a la de Cayetano aparece su primo Carlos José Rodríguez del Prado, que está pensionado y es un militante católico, vinculado a las fundaciones patrióticas. Sus camaradas le apodan “Carlitos”. Los viejos afiliados rondan los 70 años de edad. Algunos, aunque ya no activos en sus doctrinas marxistas, se mantienen firmes en sus principios por los que lucharon contra Trujillo y Balaguer. Otros están dedicados a cuidar nietos y muchos trabajan en sus propias empresas o como empleados. Están los que pasaron a ser aliados o servidores de los gobiernos del propio Balaguer y de los partidos Revolucionario Dominicano y de la Liberación Dominicana. Y unos están independientes, como Jorge Antonio Puello Soriano, “Jorgito”, a quien Balaguer bautizó en un discurso como “el angelito negro” del comunismo. En las fichas no le registran cédula porque era menor y cuando lo apresaron lo llevaron a la “Casa Albergue”. Deportado a París el 20 de junio de 1973, pasó luego a Italia y vino al país en 1978 con la apertura que el presidente Antonio Guzmán dispensó a la izquierda. No solo concedió libertad a los presos políticos sino que facilitó pasajes a los desterrados. Jorgito fue uno de los favorecidos. Pero al mes, el joven luchador nacido el 20 de octubre de 1951, regresó a Italia y se dedicó a la música y el baile. Especializado en danzas afro y modernas, se hizo salsero, percusionista, vocalista, cantautor. Ahora da clases de baile folclórico y caribeño y de vocalización. Es hijo del legendario Jorge Puello Soriano, “el Men” -tienen los mismos apellidos porque la madre de Jorgito era prima hermana de su padre-, el más digno roble del MPD. Resistió en prisión golpes y torturas de los 12 Años y hoy, ciego, sigue combatiendo las injusticias y otros
males sociales con su voz, su ejemplo y el mensaje del periódico “Conasol”. Es un dirigente respetado y querido del MPD. Entre los datos suyos que consignó la policía está que nació en Santo Domingo el 10 de julio de 1926, tiene los ojos “negros, grandes” y el pelo “malo, negro” como el color de su piel y raza. También que viajó a Cuba “donde recibió entrenamiento de guerrilla” al igual que en China Comunista. Otro citado en un discurso por Balaguer fue José Ignacio Marte Polanco. Dijo que no lo sacaría de la cárcel “bajo ningún tecnicismo jurídico”. Alegaba que era un terrorista que servía a los intereses de toda la órbita soviética, que era peligroso. Actualmente reside en La Vega, aquejado de problemas de salud. La policía consigna que su pseudónimo era “Luis Pina” y que estaba “entrenado en guerrillas en Cuba”. Una “dirigente histórica” que aparece en el documento, pero del 14 de Junio, es Linda Pelegrín, médico que, según compañeros, fue clave en todo el trabajo de ese partido en Puerto Plata. Está casada con Germán Camarena, que perteneció también al 1J4. Antonio Lockward Artiles, anotado como del MPD, fue después secretario de la Junta Central Electoral, decano de Humanidades y catedrático de la UASD. Algunos afirman que fue del 14 de Junio. Está retirado de la actividad política. A Petronila Argentina Santana Corporán sus antiguos correligionarios la identifican como “Tona”. Emergió del movimiento obrero, trabajó con sindicatos. Originalmente, tal como apuntó la policía, fue “instructora de mujeres” del 1J4 pero luego pasó a militar en el MPD. Estuvo presa en La Vega en los 12 Años. Dicen que vive en estado de pobreza en Villas Agrícolas y sigue sensible y sencilla, una mujer del pueblo. Con personalidad sencilla y sensibilidad social continúa también Teresa Espaillat Hernández, quizá la única a quien en el documento le agregan el nombre del esposo y estado civil. “Casada con Carlos Bienvenido Amiama Martínez”. Es profesora de la Autónoma y está vinculada a las asociaciones patrióticas, sobre todo a la “Fundación Manolo Tavárez”. EN ESTADOS UNIDOS. Así ha permanecido Oscar Grullón, quien fue primero del 14 de Junio y luego se le ha vinculado al Partido Socialista Popular, PSP. “Sigue firme”, aseguran, pese a su aquejada salud. Fue presidente de la “Fundación Testimonio”. El informe no ofrece su fecha de nacimiento pero se le aprecia ya adulto. Lo
más largo en su prontuario son los pseudónimos: “Olímpico, Luis Eugenio Salazar, Rafael Tomás Batista Bisonó”. De Julio Enrique Montandón G. se informó que trabaja en el Museo de la Resistencia. Es conocido por sus compañeros como “El alférez”. Un número considerable de estos izquierdistas emigró a Estados Unidos por diversas razones. América Teodora Pinedo Mejía se vio obligada a salir del país porque uno de los implicados en el asesinato de su hermana Miriam le perseguía, según comunicó su hermano Monchín. Está en Nueva York retirada de la política, “ya criando nietos”, reveló. Luz Milagros Martínez reside en Boston y quizá viene poco a la República porque no se obtuvo detalles de su trayectoria. En su ficha está su nacimiento en Barahona, que era miembro de la Comisión Regional Este (Coree) y que “asistió a un curso político militar en China Comunista”. Pese a su cabello recogido en un voluminoso moño dice que su pelo era “negro, malo, muy corto”, sus ojos marrones y estatura baja. Mercedes Ogando, calificada por sus compañeros como “mujer de ideas progresistas”, trabaja en Nueva York. Estuvo acompañando en sus proyectos políticos a Fidelio Arturo Despradel, otro viejo militante que no ha variado sus actitudes políticas y que también fue fichado por “el enemigo”, como ellos llamaban a Balaguer y sus agentes. A Mercedes la presentan en el fichero como “miembro de la clase intelectual” del 1J4. La Policía se equivocó al apuntar algunos nombres y apellidos en este aviso a las unidades policiales y militares que contiene datos de vida e identidad de más de 100 personas consideradas de izquierda. Los segundos apellidos de Hamlet Hermann y de Eugenio Perdomo que ponen no son los verdaderos, aunque sus fotos y todas las demás señas son exactas. “Mariana” es Marina. Esta militante a quien atribuyó la policía ser “Instructora comunista de Mujeres”, nació en San Francisco de Macorís y se entrenó, según el documento, en guerra de guerrillas y teoría política en China Comunista. Hoy, se afirmó, “es una mujer de oración que se refugió en la religión”.
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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/Por Milcíades Núñez
Familia de don Antonio Guzmán
Teatro Progresista y Gioconda
(2 de 3)
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antiago Guzmán López, bisabuelo del ex presidente Guzmán, enviudó por segunda ocasión y casó de nuevo el 12 de mayo de 1842 con María Natividad Román Mota, bisabuela del ex presidente, hija de Pedro Román y María Mota (tatarabuelos de don Antonio), procreando en La Vega a José María (1845-1918); Silvestre (1852-1916) y María del Rosario Guzmán Román (n. 1854). Silvestre Guzmán Román, abuelo de don Antonio, fue un emprendedor comerciante, interesado en el progreso de su comunidad. En 1910 donó el telón al entonces nuevo Teatro La Progresista, importándolo desde Francia. Asimismo, avanzado a su tiempo, propuso al Ayuntamiento de La Vega la creación de un tranvía urbano. De los hijos del primer matrimonio de Santiago Guzmán, con Ana Fernández, tenemos descendencia por María del Carmen Guzmán Fernández, quien casó en 1846 en La Vega con Manuel Álvarez Fermín, hijo de Juan Álvarez Cartagena y Micaela Fermín. De esta unión nacieron José Manuel (n. 1860); José Antonio (n. alr. 1848), quien casó en 1871 con Ana María Hinojosa, hija de Benedicta Hinojosa; Justo (1849-1906), quien casó en La Vega en 1891 con María Ricarda Pacheco Valdez, hija de José Altagracia Pacheco y Felipa Valdez; Juan Antonio (n. 1850), abogado, juez de la Corte de Apelación de La Vega desde 1912, casó en 1884, ya viudo de Ana Álvarez, con Gumersinda Almánzar Pérez, natural de Tamboril, hija de Esteban Almánzar y Ana Pérez, de donde provienen los Álvarez Almánzar y de éstos los Álvarez Castellanos y Álvarez Valencia entre ellos varios abogados como los hermanos Francisco José y Francisco A. Antonio Álvarez Almánzar, el segundo destacado también como poeta; el doctor Hugo Álvarez Valencia, ex juez de la Suprema Corte de Justicia, y Francisco Álvarez Valdez (Pancho), miembro de Participación Ciudadana. Antonio Guzmán Fernández, tío abuelo del presidente Antonio Guzmán Fernández, casó en La Vega en 1849 con la capitaleña Rita Bermúdez Vásquez (n. alr. 1816), hija de Andrés Bermúdez y Cecilia Vásquez, y fueron padres de Carlos; Teresa (n. alr 1855), quien casó con dispensa de consanguinidad con su tío José María Guzmán Román, hijo de su abuelo Antonio Guzmán López y María Natividad Román Mota, y Antonio Guzmán Bermúdez, quien casó en Santo Domingo en 1886 con Rosa Villaclara Steel (o Stil), natural de Saint Thomas e hija de Francisco Villaclara y María Steel. Antonio Guzmán Bermúdez también fue padre de Ernestina Rosalía Guzmán Boom, quien casó con Gustavo Adolfo Mejía Ricart (1893-1962) y fueron padres de los Mejía-Ricart Guzmán. Del matrimonio Guzmán Villaclara nacieron Mercedes Virginia (n.1876), quien casó con Leopoldo Navarro (1862-1908), destacado matemático y artista, hijo de Miguel Navarro Cáceres y María Mercedes Navarro; Antonio María, (n.1877); Ana Teresa (n. 1879), y Luis Arturo Guzmán Villaclara quien casó con Estela Cabral Félix, hija del general Marcos Antonio Cabral Figueredo (1843-1903) y Dilia Antonia Félix Objío. Instituto Dominicano de Genealogía
Encuentros
HOY
MU-KIEN ADRIANA SANG
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LAS OTRAS MONARQUÍAS
del Medio Oriente y las demandas de apertura Camino al exilio El lamento del tren enciende el dolor de los túneles Rugiendo a lo largo de los rieles de recuerdos eternos Mientras yo me pego a la ventana Con la mitad de mi corazón Y la otra mitad en la mesa Jugando al poker con una muchacha de muslos desnudos Con dolor y estupor, ella pregunta Por qué mis dedos se caen a pedazos, Como la madera de viejos ataúdes, Y por qué son ansiosos, temerosos de no poder asir nada Yo le hablo sobre mi patria Y sobre las banderas Y sobre la colonización Y sobre la gloria de la Nación Y sobre el sexo en los baños públicos Entonces ella se recuesta, con su cabello mojado, sobre mis lágrimas, Y no entiende Mientras, en la otra esquina Mozart esparce sus tonadas por encima de los valles cubiertos de nieve Mi patria está triste más allá de la necesidad Y mis canciones son agresivas, tercas, y tímidas Yo me estiraré en la primera acera que toque en Europa Y sostendré en alto mis piernas a los peatones Para mostrarles las marcas de las golpizas escolares, y las de las cárceles Aquellas que me trajeron hasta aquí Lo que yo cargo en mi bolsillo no es un pasaporte Sino una historia de opresión En donde, por espacio de cincuenta años, hemos estado masticando una dieta animal Y discursos Y cigarrillos hechos a mano Mientras nos erguimos ante el patíbulo Observando nuestros propios cadáveres colgantes Y aplaudiendo a los gobernantes Por el miedo por nuestras familias Cuyos archivos llenan los sótanos de edificios del servicio secreto Donde la patria Comienza con el discurso del presidente Y termina con el discurso del presidente Y en medio de esto, están las calles del presidente, las cancionesdelpresidente,los museosdelpresidente,los regalos del presidente, los árboles del presidente, las fábricas del presidente, los periódicos del presidente, el establo del presidente, las nubes del presidente, las botas de campo del presidente, las estatuas del presidente, las panaderías del presidente, las medallas del presidente, las amantes del presidente, las escuelas del presidente, las granjas del presidente, el agua del presidente, las órdenes del presidente… Ella mirará fijamente durante mucho tiempo A mis lluviosos ojos humedecidos de saliva Entonces ella preguntará: «¿De qué país eres tú?»
Adnan Al-Sayegh
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a verdad es que para entender no solo la lógica ideológica de la monarquía, sino del delicado, conflictivo, peligroso y complicado mundo árabe, es una tarea casi imposible. Los enfrentamientos entre las diferentes corrientes del islam, las alianzas internacionales a favor o rabiosamente en contra de Estados Unidos, la riqueza petrolera de la zona, alimento esencial del capitalismo desarrollado y en medio de ese mundo árabe, Israel y su agresiva política defensiva, convierten a ese mundo en verdadero rompecabezas, en un enredo difícil de desenredar. No soy especialista en el tema ni mucho menos, soy solo una mujer curiosa y ávida del conocimiento. No pretendo ahora convertirme en experta sobre el Medio Oriente, porque tengo en mi ruta intelectual la exploración de otros mundos. Sin embargo, decidí leer a los que han estudiado el tema. Buscando en las redes del inmenso mundo de la cibernética localicé un trabajo del profesor Carlos Rey García, miembro del Grupo de Política Internacional [i] que me pareció muy interesante para entender lo que está pasando, especialmente desde el 2010. A su juicio, el conjunto de eventos políticos y los estallidos sociales en África y Oriente Medio constituyen el mayor cambio que se ha visto en el Mundo Árabe en los últimos 50 años. El enfrentamiento entre dos grandes corrientes, o como él denomina, el binomio entre el Panarabismo laico y republicano versus monarquías pro Occidente. Carlos Rey, para hacer su análisis se retrotrae a los acontecimientos después de la II Guerra Mundial. A su juicio, el descrédito de
los modelos monárquicos trajo como consecuencia el surgimiento del Panarabismo laico, pero así como nació fue desapareciendo: “Este Panarabismo, que en principio ofrecía una alternativa transformadora de las sociedades tradicionales árabes caracterizada por su naturaleza igualitaria y desarrollista, va perdiendo sus señas de identidad a lo largo de los años 80 y 90 del siglo XX[ii] El desinfle del Panarabismo permitió, dice el autor, que las monarquías aliadas a Occidente se fortalecieran, a saber, Arabia Saudí, Jordania, Marruecos, Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Durante varios años estas monarquías contaron con el apoyo de Occidente, aplicando la autocracia, políticas de terror, corrupción, compra de voluntades del pueblo llano y derroche, mucho derroche. El Rey o como se llame, era y lo es todavía, el Jefe del Estado, y todos, absolutamente todos, deben cumplir su voluntad. Carlos Rey García sostiene que el resquebrajamiento del poder monopólico de estas casas reales comenzó con el impacto cultural e ideológico que provocó la internacionalización de las comunicaciones, al provocar el conocimiento de nuevos paradigmas. Asimismo, considera que los cambios que se han producido en las estructuras demográficas y sociales han socavado la base de estas monarquías. En la actualidad, afirma, el 50% de la población cuenta con menos de 30 años, y, lo más grave e interesante, es que estos países ya no son campesinos, sino urbanos, creando graves problemas, porque esta migración no fue planificada y la concentración ha impactado estructuralmente a la educación, la sanidad y la vivienda. Estos sucesos han creado olas de protestas inadmisibles en sociedades tan autárquicas. La falta de democracia, las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, la marginalidad de la mujer y sobre todo el patrimonialismo de las riquezas públicas a favor de sus reyes y séquitos. Su conclusión final es muy, muy, muy interesante, tanto que la copio íntegra: “Tradicionalmente se ha achacado la incapacidad de las sociedades árabes para articularse según los estándares occidentales en términos de Democracia, Desarrollo Económico y Libertades Individuales, al hecho de que la historia social y política del Islam, que hasta la Edad Moderna superaba al Mundo Occidental en todos los ámbitos del conocimiento, se vio truncada en su evolución por no haber experimentado un Despotismo Ilustrado, una Revolución Francesa y una Revolución Industrial. Y, sin embargo, la ola de descontento, el ansia de libertad que recorre el Mundo Árabe en las últimas semanas recuerda, de alguna manera, a los cambios que pusieron al hombre común en el centro de la vida política, intelectual, social y cultural en la Europa de finales del XVIII y principios del XIX. Así, de la noche a la mañana los súbditos descubren su condición de ciudadanos y cuestionan a la Clase Dirigente, ocupan la calle y derriban regímenes autoritarios”.[iii] Con esta reflexión final de este informe condensado y denso, se pone sobre el tapete el verdadero problema: queremos analizar todas las realidades desde la perspectiva occidental. Cada realidad tiene su propia historia y su sistema de valores. Esto no niega un hecho incuestionable y es la mimetización de las sociedades. Occidente ha ganado la batalla. De todas maneras, las monarquías aliadas a Occidente tendrán que abrir sus sistemas políticos, otorgando la condición de ciudadanos a sus súbditos, y abriendo las puertas en grande al desarrollo de la mujer. Una contradicción muy interesante, porque defienden el modelo occidental a nivel puramente económico, se saben una fuerza importante gracias al oro negro, pero niegan con los hechos el valor de la libertad y la condición de ciudadanía a sus pueblos, los dos grandes estandartes de la democracia occidental. ¡Oh Dios!, ya lo dijo alguien, al Señor Mercado no le importa casarse, tener amantes o compañeras que se llamen Dictaduras, Monarquías Sanguinarias o Democracia. Cambia según el número azul de sus valores y cifras. ¡Maldito dinero! mu-kiensang@pucmm.edu.do sangbemukien@gmail.com @MuKienAdriana
Aporte
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MIS RECUERDOS IMBORRABLES DE
COREA DEL NORTE
LIPE COLLADO
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uando el miércoles 16 de septiembre de 1969, a mis 22 años de edad, llegué a Piongyang, capital de Corea del Norte, para participar del viernes 18 al miércoles 23 en un Congreso Mundial de Periodistas Democráticos, sufrí un “shock” de efectos imborrables porque en aquella nación antípoda, de 125,000 km2, eran contrapuestas a las mías sus costumbres ancestrales, su uso horario, su gastronomía y en general sus estilos de vida, a lo que se añadía la ausencia de vestigios de cultura occidental, el sistema político totalitario y la faz achinada de los coreanos. A 43 años de aquella estadía, del miércoles 16 al viernes 25 de septiembre de 1969, permanecen en mi memoria aristas positivas y negativas en momentos en que, como hoy, imperaba una atmósfera belicista ante la proyectiva de “una guerra inminente” entre la República Popular Democrática de Corea del Norte, influida y respaldada por las comunistas China y Rusia, y el régimen de Corea del Sur, de hecho ocupado por tropas estadounidenses disuasivas y protectoras. Aquella atmósfera belicista, con fuertes ribetes propagandísticos, me impresionó tanto que poco después de regresar a mi país publiqué en la revista Ahora, el 27 de octubre, un artículo estrambótico de unas 2 mil 500 palabras titulado “Corea: Un Vietnam que está al comenzar”. Aquella Corea del Norte que visité, observé y critiqué dista mucho de la Corea del Norte que actualmente dibujan -o desdibujan- las informaciones y artículos de los medios informativos de países occidentales y neocapitalistas –con el rasgo común de adeptos a la política internacional de la deslucida ONU y de los Estados Unidos-. Era una Corea del Norte pujante, con potencial agrícola e industrial, que idolatraba a sus niños, “Los Pioneros”. Su planificación, organización y eficiencia se traducía en (1) la estructuración de una nación presta para la guerra -con un ejército, reservistas y voluntarios próximos al millón-, y en (2) otra nación productiva y pujante con empresas y recursos militares subterráneos. Su capital y otras ciudades eran de dos niveles. Junto a Roberto Cassá, quien entonces estudiaba en Moscú, Rusia, llegué aquel miércoles al aeropuerto de Pyongyang, donde nos recibió una comisión de hombres y mujeres y de Pioneros alegres. Nos transportaron en un Mercedes Benz negro, con un chofer y un guía, “cuadros del partido”, gente de la inteligencia política y militar. Allí gobernaba el mesiánico Kim Il Sung, a quien en una ocasión, junto a Cassá, pude ver de cerca, y más adelante le di la mano. Desde los años 30 él había luchado de a duro a la cabeza de fuerzas guerrilleras contra la ocupación japonesa, primero desde territorio de China, al Este y al Norte, y luego dentro de Corea hasta que en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, entró victorioso, junto a voluntarios chinos, a la capital, al Norte, y en momentos en que la ocupaban tropas rusas, mientras a su vez las de Estados Unidos ocupaban el Sur, siendo dividida en dos. En 1948, Kim Il Sung asumió el poder y en junio de 1950 atacó a Corea del Sur en un esfuerzo supremo por unificarla bajo la férula comunista. Aquella fue una guerra encarnizada hasta que en julio de 1953 se firmó un armisticio y se acordó una zona desmilitarizada. Kim Il Sung murió en 1994 después de gobernar por 46 años. Lo sucedió su hijo Kim Jong. Cuando estuve en su capital, Corea del Norte era un país “bajo llave”, cerrado a visitantes extranjeros, a excepción de los chinos. Los contados que tuvimos el privilegio de que les abrieran el candado de entrada notamos que aquello era incompatible con nuestra idiosincrasia y aspiraciones, por lo que me vi envuelto en dos incidentes. Los retratos de Kim Il Sung estaban por doquiera y en cada habitación del único hotel de su capital. El de mi habitación estaba justo al frente de mi cama, con aquel “carú” que clavaba sus ojos en los míos al acostarme y al despertar. Al tercer día, descolgué el retrato de aquel “Trujillo coreano”, lo que alarmó a la que limpiaba la habitación, que se lo comunicó a la gerencia, ¡y para qué les cuento!, casi me apresan, me enjuician y me deportan. Me salvé porque era un periodista de buenas credenciales “democráticas”, defen-
dido por cubanos y venezolanos que les explicaron mi frustración porque un tirano capitalista, Trujillo, nos había sojuzgado e impuesto el uso de su fotografía, y me salvé sobre todo porque fui un orador del congreso bastante aplaudido. Fragmentos de mi discurso fueron pasados por Radio Habana Cuba, en el que hice constar que cuatro años atrás había luchado con las armas en las manos contra las tropas estadounidenses interventoras de mi pequeño país. Por lo demás, tuve “el grandísimo honor” de formar parte de una reducida comisión que visitó y le dio la mano a Kim Il Sung, el carú del retrato que descolgué. En mi artículo en la revista Ahora en octubre de 1969 rechacé su idolatría y la atmósfera opresiva, que era tal que Cassá y yo nos encaramos con un intérprete –al que habíamos evadido- porque fuimos “sorprendidos” en un puente, cerca del hotel, mientras conversábamos y mirábamos el agua serpentear entre una vegetación intensamente verde. ¡Estaba prohibido pararse en un puente! Los coreanos me impactaron por su disciplina, organización, sencillez y humildad, por su riqueza cultural, por su abundante y excelente culinaria, gracias a la cual ingerí por primera vez gusanos alcoholados, alimañas parecidas a las cucarachas, trozos de culebras y al parecer carnes de gato y perro, según la apreciación de un delegado venezolano. Llevaré de por siempre en mi memoria y conciencia sus finas atenciones hacia nosotros, sus agasajos con altos dirigentes, las presentaciones artísticas, la gentileza del ídolo Kim Il Sung al darme la mano –que la he conservado alcoholada en mi memo-
ria- y sobre todo su idolatría hacia los niños. …Que por cierto, una mañana de fresca brisa, al caminar por una calle de Pyongyang junto a delegados occidentales de tez blanca, y uno que otro de pelo lacio largo como yo -con nuestro intérprete a la siniestra-, nos encontramos con un grupo de niños pioneros que desembocaron por la siguiente bocacalle, a unos 30 metros. De repente se detuvieron. El de adelante, con cara de terror, gritó algo en coreano mirándonos como seres acabados de caer del espacio celeste. Volvió a gritar –el intérprete nos dijo que gritó: “¡huyan!”-, entonces dieron la vuelta y corrieron con desesperación. Nunca habían visto a occidentales, explicó el intérprete. Y lo comprendí: al aeropuerto de Pyongyang sólo llegaba un avión por semana.
NOTA: Fui nominado para el viaje por Franklin Franco Pichardo y el periodista Emilio Herasme Peña. El “Padre de la Democracia”, Joaquín Balaguer, me colocó impedimento de entrada por haber viajado a un país comunista, levantado bajo presión de decenas de periodistas, pero fui cancelado de Notitiempo, Radio Comercial, cuyo propietario, José A. Brea Peña, era secretario de Estado de Industria y Comercio.
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Literatura
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MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN
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PROBLEMAS DE LA ESCRITURA DE LA
NOVELA DOMINICANA
¿
Cómo se ha ido desarrollando la novelística dominicana, hasta hace unas décadas ignorada y solo valorada por un manojo de obras? Las lecturas que ha realizado Giovanni Di Pietro han puesto de manifiesto una escritura de la novela en el tiempo, de cuyos valores y virtudes se ha escrito muy poco. La presente indagación tiene como fin estructurar un discurso crítico e histórico que nos permita abrir un horizonte para la comprensión de unas prácticas de la escritura y la representación del mundo dominicano. Comenzaré estableciendo ciertos ciclos de la escritura de este género y me propongo realizar un bosquejo de las rutas, tendencias, condiciones de producción y lectura de la novela dominicana. Excusará el lector el talante provisional de estas apuntaciones. En la cultura literaria dominicana, la escritura de la novela plantea un problema desde la concepción misma de la obra. Podemos ver este asunto en el sentido diacrónico o en el sincrónico. En el desarrollo histórico del género de representación que inicia con una novela perdida “Los amores de los indios” (1943), de Alejandro Angulo Guridi, o en “La fantasma de Higüey” (1857), del mismo autor, pasando por “El Montero” (1856) de Pedro Francisco Bonó. El primer ciclo de la novelística dominicana, que se inicia en la década del 1840 y termina en 1880, que marca un lapso de tiempo de 40 años, nos traza varias verdades. Primero, la tradición novelística aparece como una escritura romántica; segundo, es una literatura que busca expresar los temas locales, lo propio, lo fantástico, las tradiciones, las raíces indígenas; tercero, es una escritura dentro de la realidad editorial o limitada por ella (por eso nace fuera del país, específicamente en Cuba), se publican en los diarios en forma de folletines y luego en obras de corto aliento o nouvelle, por su corta extensión. El segundo ciclo novelístico va de 1880 a 1900, da inicio a la novela de gran aliento. Plantea la existencia de un creador dedicado a su trabajo. Tiene en “Enriquillo” (1882), de Manuel de Jesús Galván, y en “Baní o Engracia y Antoñita” (1892), de Francisco Gregorio Billini, a sus iniciadores. Esta novela fundacional continúa la línea estética del siglo anterior: la presencia de lo nacional, el modelaje europeo, con el romanticismo; trabaja el tema indigenista y el típico. Aunque la obra de Billini entra en el tema nacional, las preocupaciones de la alta pequeña burguesía letradas frente a las luchas de las ínsulas interiores y las desavenencias entre conservadores y liberales por construir una polis independiente. Tanto en el primero como en el segundo ciclo, la novelística dominicana -que tiene como modelo a la literatura francesa más que a la española- posee un gran interés por conocer el pasado. Es esta una vocación por la Historia. Tanto de las tradiciones regionales, las festividades en “Baní o Engracia y Antoñita”,como la relación entre los indios, los negros, los españoles y las tensiones entre encomienda y libertad en “Enriquillo”, de Galván. El tercer ciclo de novelas dominicanas es el que va de 1900 a 1920, contiene obras de tres novelistas importantes: Amelia Francasci, Tulio M. Cestero y Federico García Godoy. En este tiempo se puede notar el crecimiento de un grupo de lectoras, el desarrollo de la mujer a través de la educación positivista, con la aparición de la primera novelista importante. En sus obras predominan los temas sentimentales y exóticos, los modelos siguen siendo europeos, pero el lenguaje se desplaza al modernismo. Por su parte, Cestero ahonda por primera vez en la situación política dada como relación entre libertad y dictadura, que caracteriza nuestra historia. “La sangre” (1913), como “Ciudad romántica” (1910) y “Sangre solar” (1911) son la escritura de un sujeto en lo político, es una crónica del mundo dominicano y sus prácticas. Cestero, como Galván, coloca a la incipiente narrativa dominicana por los caminos de la literatura hispanoamericana. Galván por el tema indígena y Cestero por el tema del dictador y por la construcción de una prosa modernista. Ambos en una reconstrucción de la forma del género artístico que es la novela. Nótese que a diferencia de Angulo Guridi,
autor de varias novelas, y teniendo en cuenta el hecho que Galván publicó otras que no tuvieron mucho éxito, con Amelia Francasci, Cestero y García Godoy tenemos a un grupo de escritores que realizaron con cierta extensión y variedad una escritura que muestra el novelar como arte y como representación del mundo dominicano. García Godoy sigue con el tema histórico que se inicia en “La fantasma de Higüey” con la presencia del pirata Morgan, que sigue en “Enriquillo”, que continúa en “Rufinito”, “Alma dominicana” y “Guanuma”. Sus obras marcan un retorno al realismo de Benito Pérez Galdós, y a sus “Episodios nacionales”. Godoy hace una indagación nacionalista en el pasado dominicano. En el cuarto ciclo, que va de 1920 a 1930, aparecen obras como “Inexorable”, de Roque Freites, que tiene lugar en el espacio citadino; “Sueña Pilarín”, de Abigaíl Mejía, que sigue el tema sentimental, como Francasci (“Madre culpable”, 1893; “Francisca Matinoff, 1901 y “Cierzo en primavera”, 1902). Las mujeres escriben fuera del canon que prioriza los temas fuertes de la política y la sociedad. Por esta razón el canon las excluye. En este espacio hay que incluir la obra de Rafael Damirón (“¡Ay, de los vencidos!”, 1921; la novela costumbrista de Pedro María de Archambault, “Pinares adentro” (1929), y otras que ha incluido el doctor Giovanni Di Pietro en su dilatada obra crítica. En el quinto ciclo que va de 1930 a 1960, durante la Era de Trujillo, plantean dos subdivisiones, un poco más simétricas. Los narradores del treinta: Juan Bosch, “La Maño-
sa”(1936); “Over”,(1939) de Marrero Aristy, y Moscoso Puello con “Cañas y bueyes” (1935). Ya en este grupo los modelos son latinoamericanos, rusos o franceses; se plantea una visión más política de la realidad que se representa en la novela, el realismo deja de ser ingenuo y criollista, para darle a sus personajes una complejidad en la estructura de explotación social. La universalidad del hombre en conflictos sociales o existenciales en “Over”, en cuyo personaje Daniel Comprés aflora el existencialismo, de una vida cuya existencia no encaja en el mundo que le aprisiona. El lenguaje busca expresar la cotidianidad de la vida; tanto en “Cañas y bueyes” como en “Los enemigos de la tierra”(1936)de Andrés Francisco Requena, el problema telúrico es una reacción letrada a la modernización impuesta por las empresas absentistas en las primeras décadas del siglo. Esta narrativa configura el enclave azucarero de San Pedro de Macorís. La obra de Requena tiene un planteamiento sencillo, contundente y un lenguaje que recoge la influencia de Federico García Lorca. Mientras que podríamos leer“La Mañosa” como una reacción a la falta de una modernidad política liberal, por lo que Bosch ha llamado la ausencia de un Estado nacional que uniera, lo que hemos llamado, las ínsulas interiores. La obra de Bosch está muy cercana a “Baní o Engracia y Antoñita”, y a “Sangre solar”, de Cestero. Se echa de ver en estas obras, además, problema de los letrados del treinta que fue el mismo que preocupó a los hostosianos, la imposibilidad de entrar con carta propia en la polis.
Aporte
AREÍTO
Sábado 25 de mayo de 2013
HOY
La cultura como identidad y la identidad como cultura
PLINIO CHAHÍN
T
odo hecho cultural es expresión de una creatividad humana, que cumple una función trascendente en los grupos portadores que le asignan éstos una significación, una importancia socialmente validada a través de una acción específica, que identifica la relación entre el hombre y su entorno. Entre el ser y su ambiente. Eso que Ortega y Gasset llamó “circunstancia”, se convierte aquí en el contexto socio-cultural en el cual el hombre se desarrolla plenamente. Para lograr este desarrollo, el hombre debe definir su relación con el otro, como aventura que altera su identidad, convirtiéndola (la identidad) en un espacio de lo distinto. Traigo a colación estas ideas, a propósito del breve ensayo “La cultura como identidad y la identidad como cultura”, de Gilberto Giménez, profesor del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional de México (UNAM), quien con sobrada razón establece un vínculo indisoluble entre identidad y cultura. La identidad aquí pretende ser el significante de la diferencia específica, de lo que subsiste y singulariza, el signo de lo particular pero permanente. Aunque debemos aclarar que la identidad es un ente mudable, en permanente cambio. Un ser siendo, en relación con el ambiente o con el entorno cultural. La identidad es por lo demás una construcción permanente de valores que, al modificarse y readecuarse sin perder el hilo conductor, proyecta una historia, a un grupo social, a un vecindario, a una familia y a una historia personal, que conjugados definen un referente identitario propio, que aunque compartido, es particularmente distintivo de un grupo, una región, una comunidad o una nación. Esta idea dejaría totalmente desconcertados a los defensores del significado ortodoxo de identidad. ¿Una identidad heterogénea (y efímera, volátil, incoherente y eminentemente mutable)? Las personas que se educaron en obras clásicas de la identidad como las de Sartre o Ricoeur apuntarían de inmediato que esa noción supone un contrasentido. Para Sartre, la identidad era un proyecto que duraba toda la vida; para Ricoeur, constituía una combinación de l´ipsétité (que suponía coherencia y consistencia) y la memeté (que representaba la continuidad): precisamente, las dos cualidades que se rechazan de plano en la idea de “identidad híbrida”. Por ello, la identidad reserva peligros potencialmente mortales tanto para la individualidad como para la colectividad, aunque ambas recurran a aquélla como arma de autoafirmación. El camino hacia la identidad es una batalla continua y una lucha interminable entre el deseo de libertad y la necesidad de seguridad, agravada además por el miedo a la soledad y el terror a la incapacitación. De ahí que el resultado de las “guerras de identidad”, contrario a lo que piensa el profesor Gilberto Giménez, tienda a no ser concluyente y que éstas sean, muy probablemente, imposibles de ganar: causa de identidad continuará siendo el instrumento empleado en ellas aun cuando se la disfrace de objetivo de las mismas. Ante las imposibilidades de alternativas de desarrollo eficaces, la cultura debe ser un objetivo de atención de los gobiernos y los grupos alternativos para convertirla en matriz transformadora y plataforma de relanzamiento de grupos y comunidades valiéndose de los medios con los cuales puede luchar: la creatividad popular, las particularidades identitarias viables de generar riqueza social, el talento popular germinador de valores e íconos de gran contagio social y un medio posible de valorar lo cultural como parte de los programas de desarrollo con los cuales es factible articular nuevos roles que enriquezcan al propio sujeto en su interacción con el otro. Lo pecaminoso es cuando se materializa lo cultural y entonces deja de asumir y de cumplir la función para la cual fue creada por el grupo portador. Se puede perfectamente ejecutar el hecho cultural, al mismo tiempo que se tejen formas de reconocimiento y aprobación del otro. Esta última máxima define, de acuerdo al análisis de Paul Ricoeur (“Caminos del reconocimiento”, Editorial Trotta, 2005) una “política de reconocimiento” cuyo beneficio, en el plano
personal identitario, no puede ser más que el acrecimiento de la estima de sí mismo. El punto de resistencia estaría entonces en la negativa a reconocer en la idea de diferentes proyectos colectivos y en la de derecho a la supervivencia al definir los estilos de vida como instancia afectiva del sujeto, vinculado a su comunidad, Estado o nación. En las maniobras de la heterogénea (por global) élite ilustrada, la “hibridación” es un sustituto de las estrategias de “asimilación” ajustado a las modificadas circunstancias, según Zygmunt Bauman (“Vida líquida”, Paidós, 2006), “de la era moderna líquida y posjerárquica”. Forma equipo con el “multiculturalismo” al que alude Giménez (una declaración de la “equivalencia” de las culturas y una postulación de su “igualdad”), del mismo modo que la estrategia de la “asimilación” venía acompañada de la noción de evolución cultural y de una “jerarquía” de culturas. Según Bauman, la modernidad líquida es “líquida” en tanto en cuanto también es posjerárquica. Los órdenes auténticos o postulados de superioridad/inferioridad, que antaño se suponían estructurados de un modo inequívoco conforme a la irrebatible lógica del progreso, se han desgastado y han desaparecido, mientras que los nuevos son demasiado fluidos y efímeros como para solidificarse en una forma reconocible y retenerla durante el tiempo suficiente para ser adoptados como marco de referencia seguro para la composición de la identidad. “Como consecuencia la identidad se ha convertido, en algo que, es, más que nada, autoatribuido y autoadscrito producto de una serie de esfuerzos de los que corresponde únicamente a los individuos preocuparse: un producto —bien está reconocerlo— temporal y con una esperanza de vida no determinada, pero probablemente corta”. En última instancia, la “hibridación” significa el movimiento hacia una identidad perpetuamente “por fijar” (“imposible fijar”, en realidad). Sobre el inalcanzable horizonte
del proceso (empeñado siempre en alejarse de nosotros por mucho que tratemos de acercarnos a él) plana una identidad definida exclusivamente por su distinción con respecto a todas las “demás”. No cuenta con un modelo definido propio que seguir y emular. Funciona, más bien, como una planta de reprocesamiento y reciclaje: vive a crédito y se alimenta del material prestado. Sólo puede erigir/sostener su distinción gracias a un esfuerzo ininterrumpido e imparable de compensación de las limitaciones de un préstamo vinculándolo con más préstamos en un mismo paquete. La ausencia de un blanco preseleccionado puede compensarse únicamente con un exceso de marcadores culturales y con un esfuerzo constante por cubrir todas las apuestas y por mantener abiertas todas las opciones. La construcción de una identidad que es una realidad fáctica, incontrovertible, no se da tampoco en estado puro por más aislada y cerrada que se considere, pues los cruces, las influencias, los intercambios, las mezclas y los préstamos culturales son siempre un activo del hecho cultural que posibilitan su permanencia y cambio a la vez. Podemos concluir que una política democratizadora es no sólo la que socializa los bienes “legítimos”, sino la que problematiza lo que debe entenderse por cultura y cuáles son los derechos del sujeto de la alteridad. Por eso, lo primero que hay que cuestionar es el valor de aquello que la cultura etnocéntrica o europeizante tiene de nosotros, caribeños o americanos. Hay que preguntarse si estas culturas dominantes o hegemónicas son capaces únicamente de reproducirse, o también pueden crear las condiciones para que sus formas marginales, heterodoxas, de arte y cultura se manifiesten y se comuniquen con las propias culturas hegemonizadas o subalternas del tercer mundo, sin imposiciones axiológicas que distorsionan y empobrecen nuestra propia identidad.
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AREÍTO
Sábado 25 de mayo de 2013
Arte Contemporáneo
HOY
AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
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Dedicada al maestro Domingo Liz (1931-2013)
¡HACIA LA XXVII BIENAL NACIONAL
DE ARTES VISUALES!
L
a mañana del martes de la semana pasada, durante un encuentro con artistas y representantes de medios de comunicación, la dirección del Museo de Arte Moderno y el comité organizador dieron a conocer oficialmente las bases y algunos detalles relevantes sobre la convocatoria y celebración de la XXVII Bienal Nacional de Artes Visuales, la cual será inaugurada el viernes 16 de agosto del presente año a partir de las 7:00 de la noche en los espacios interiores y exteriores del MAM. La Bienal Nacional de Artes Visuales es un certamen abierto a la participación de los artistas dominicanos, residentes o no, así como extranjeros residentes en nuestro país por un mínimo de cinco años. Durante el encuentro, María Elena Ditrén, directora del MAM, destacó que la Bienal Nacional de Artes Visuales es un evento con una historia plena de reivindicaciones: “A los 73 años de su creación, la Bienal Nacional no solo es el evento de su categoría de más larga y continua trayectoria en el continente americano, sino que ha posibilitado aportes fundamentales a la historia del arte dominicano contemporáneo, pues muchos de nuestros grandes maestros fueron y han sido merecedores de premios y reconocimientos que indudablemente contribuyeron en su vida pública y sentaron las bases del acervo artístico-cultural de la República Dominicana”. Entre otros aspectos que tienen que ver con la participación y organización, la convocatoria XXVII de la Bienal Nacional establece que todos los artistas participantes deben reunir al menos dos de las siguientes condiciones: 1. Ser titulado de la Escuela Nacional de Artes Visuales, universidades o centros de estudios artísticos, nacionales o extranjeros, reconocidos por el Estado dominicano. 2. Ser miembro del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos. 3. Haber sido seleccionado en un certamen artístico: bienales o concursos a nivel nacional. 4. Demostrar su participación en proyectos o exposiciones, individuales o colectivas. Los artistas podrán participar en los medios o categorías de pintura, escultura, dibujo, obra gráfica, fotografía, vídeo, cerámica, instalaciones, performances o cualquier combinación de estas, con tema, técnicas y formatos libres…Sólo se recibirán obras inéditas, que no hayan sido presentadas en exhibiciones públicas o concursos anteriores en el país o en el extranjero y cuya ejecución no date de más de dos años antes de la presente convocatoria. El comité organizador de la XXII Bienal Nacional de Artes Visuales está encabezado por el artista José Antonio Rodríguez, ministro de Cultura; María Elena Ditrén; Clinton López, presidente del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (Codap); Marianne de Tolentino, directora de la Galería Nacional de Bellas Artes; Amable López Meléndez, curador jefe del MAM; Carlos Acero Ruiz, presidente de la Asociación Dominicana de Críticos de Arte (ADCA); Abil Peralta Agüero, director de la Unidad Técnica de Cultura de la Cámara de Diputados; Tati Olmos, del Ministerio de Turismo; Jenny Polanco, presidenta de la Fundación Museo de Arte Moderno; Silvio Raigorosdky, presidente de la Asociación Amigos del MAM, y Mildred Canahuate, presidenta de la Asociacion de Galerías de Arte y de la Fundación Arawak. Además de la dedicatoria, entre las principales novedades de la XXVII Bienal Nacional destaca la modalidad del jurado único (de selección y premiación) que tendrá la doble responsabilidad de seleccionar y premiar. También la reposición y fortalecimiento de los premios. El Gran Premio, máximo galardón del certamen, incluye un Diploma de Honor y una dotación de RD$500,000 (quinientos mil pesos). Además, el jurado entregará ocho (8) Premios Igualitarios, sin distinción de categoría, que incluyen Diploma de Honor y dotación de RD$ 250,000 cada uno. La inversión total en la premiación será de RD$2,500,000 (dos millones quinientos mil pesos). Asimismo, reafirmando su condición como uno de los máximos exponentes del arte dominicano de la modernidad, además de pionero y gran maestro, junto a Antonio To-
ribio (1934-1996), de la escultura abstracta en Santo Domingo, el Ministerio de Cultura y el comité organizador dedican la XXVII Bienal Nacional de Artes Visuales al maestro Domingo Liz (1931-2013), mediante una extensa exposición retrospectiva que incluirá un despliegue museográfico in-tempo o en orden cronológico de su producción pictórica, escultórica y dibujística a lo largo de más de seis décadas de intensa y fructífera trayectoria creadora (1950-2012). El cuerpo de obras de este proyecto de retrospectiva-homenaje a Domingo Liz se desplegará en los espacios del Museo de Arte Moderno y de la Galería Nacional de Bellas Artes y estará estructurado a partir de los fondos procedentes del MAM y de la familia de Domingo Liz, así como de las colecciones del Museo Bellapart, Centro Cultural León Jimenes, Cámara de Diputados y más de 40 colecciones privadas de la República Dominicana. La entrega de las obras y documentos de los participantes residentes en el país y para los residentes en el extranjero será a partir de la fecha de convocatoria hasta el viernes 5 de julio del 2013, de lunes a viernes, en horario de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. Para obtener más información sobre las bases y el programa de la XXVII BNAV, los interesados pueden dirigirse directamente al Museo de Arte Moderno en la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, llamar al (809) 685-2154/56; escribir a museo_de_arte_moderno@yahoo.com o acceder a Facebook: Museo de Arte Moderno, Rep. Dom y Twitter: @ MAM_RepDom
DOMINGO LIZ
Domingo Liz nació en Santo Domingo, el 11 de septiembre de 1931, y falleció en su residencia a las 5:00 de la mañana del jueves 14 de febrero del 2013, aquejado de complicaciones respiratorias. Poco antes de su fallecimiento, el Ministerio de Cultura le había concedido el Premio Nacional de Artes Plásticas 2012. Domingo Liz está considerado como una de las glorias del arte dominicano. Hombre de gran conciencia artística y una amplia experiencia de vida que supo desarrollar su vocación creadora al mismo tiempo que su labor como educador, la cual desempeñó por 42 años en la Escuela Nacional de Bellas Artes y por 28 años en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.