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Areíto

Zona de la Cultura y de las ideas

El último libro de Tony Raful

www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 26.01.2013

Pág 6

JUAN PABLO DUARTE Entorno genealógico Página 3

Elites lucharon para

Pedro Mir y los

derrocar a Trujillo

poetas de su tiempo

‘Te habla Juan Ozorio, estamos en Washington trabajando, ven’. Reconocí la voz, pero ese no era el nombre del interlocutor, era Gianni Vicini. Le dije que no tenía un chele para pasaje. ‘Búscalos prestados y te reembolso’, contestó. Página 8

Una respuesta a Hamlet Hermann Me decido a contestar lo escrito por el Sr. Hamlet Hermann en el suplemento cultural AREITO… porque el Sr. Hamlet en su afán de ser el héroe de todas las batallas cae en imprecisiones, porque adopta las mentiras de la Policía Nacional como verdad, frente a los hechos. Página 7

Una comparación entre Mir y los que aparecen a su lado en el grupo de los Independientes del Cuarenta, muestra la diferencia de lectura que existe entre un poeta militante y otros colaboradores de un régimen. Página 5


HOY

AREÍTO

Sábado 26 de enero de 2013

Zona Areíto Areito

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Pedro Antonio Valdez (Novelista dominicano) No hay forma de escribir sin una especificidad como punto de partida. Cualquier poblado en las lomas, cualquier barrio, cualquier ghetto, posee suficiente elementos humanos para crear un texto. LA GUÍA

Leonardo Boff

LIBROS

2013: Coraje para renovarse

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ace más de quince años publiqué en el Jornal do Brasil, que hoy existe online, un artículo con el título “Rejuvenecer como águilas”. Releyendo aquellas reflexiones me di cuenta de lo actuales y adecuadas que son todavía para los malos tiempos que vivimos y sufrimos. Las retomo hoy para alimentar nuestra esperanza debilitada por las amenazas que pesan sobre la Tierra y la Humanidad. Si no nos agarramos a alguna esperanza, perdemos el horizonte de futuro y corremos el riesgo de entregarnos al desamparo inmovilizador o a la resignación estéril. En este contexto recordé un mito de la antigua cultura mediterránea sobre el rejuvenecimiento de las águilas. De tiempo en tiempo, reza el mito, el águila, como el ave fénix egipcia, se renueva totalmente. Vuela cada vez más alto hasta llegar cerca de sol. Entonces las plumas se encienden y empieza arder. Cuando llega a este punto, se precipita desde el cielo y se lanza a las frías aguas del lago. Y el fuego se apaga. A través de esta experiencia de fuego y de agua, la vieja águila rejuvenece totalmente: vuelve a tener plumas nuevas, garras afiladas, ojos penetrantes y el vigor de la juventud. Este mito seguramente es el sustrato cultural del salmo 103 cuando dice: «El Señor hace que mi juventud se renueve como un águila». Y aquí tenemos que revisitar a C.G. Jung que entendía mucho de mitos y de su sentido existencial. Según su interpretación, fuego y agua son opuestos que cuando se unen se vuelven poderosos símbolos de transformación. El fuego simboliza el cielo, la conciencia y las dimensiones masculinas en el hombre y en la mujer. El agua, por el contrario, simboliza la tierra, el inconsciente y las dimensiones femeninas en el hombre y en la mujer. Pasar por el fuego y por el agua significa, por lo tanto, integrar en sí los opuestos y crecer en identidad personal. Nadie que pasa por el fuego y por el agua permanece igual. O sucumbe o se transfigura, porque el agua lava y el fuego purifica. El agua también nos hace pensar en las grandes crecidas como las que sufrimos en el año 2010 en las ciudades serranas del Estado de Río. Con su fuerza arrastraron todo, especialmente lo que no tenía consistencia y solidez. Son los infortunios de la vida. Y el fuego nos hace imaginar el crisol o los altos hornos que queman y acrisolan todo lo que es gan-

tga y no es esencial. Son las conocidas crisis existenciales. Al hacer esta travesía por la «noche oscura y terrible», como dicen los maestros espirituales, dejamos aflorar nuestro yo profundo sin las ilusiones del ego. Entonces maduramos para lo auténticamente humano y verdadero que hay en nosotros. Quien recibe el bautismo de fuego y de agua rejuvenece como el águila del mito antiguo. Pero haciendo abstracción de las metáforas, ¿qué significa concretamente rejuvenecer como un águila? Significa entregar a la muerte todo lo viejo que existe en nosotros para que lo nuevo pueda irrumpir y hacer su camino. Lo viejo en nosotros son los hábitos y las actitudes que no nos engrandecen: querer tener siempre la razón y la ventaja en todo, el descuido con uno mismo, con la casa, con nuestro lenguaje, la falta de respeto con la naturaleza, así como la falta de solidaridad con los necesitados, próximos y distantes. Todo esto debe morir para que podamos inaugurar una forma de convivencia con los otros que se muestre generosa y cuidadosa con nuestra Casa Común y con el destino de las personas. En una palabra, significa morir y resucitar. Rejuvenecer como un águila significa también desprenderse de cosas que fueron buenas y de ideas que en su día fueron luminosas pero que lentamente, con el paso de los años, han sido superadas y son incapaces de inspirar un camino hacia el futuro. La crisis actual perdura y se profundiza porque los que controlan el poder tienen conceptos envejecidos, incapaces de dar respuestas nuevas. Rejuvenecer como un águila significa tener coraje para volver a empezar y estar siempre abierto a escuchar, a aprender y a revisar. ¿No es esto lo que nos proponemos cada vez que empezamos un nuevo año? Que el año 2013 que estamos inaugurando sea la oportunidad de preguntarnos cuanto de gallina que solo quiere andar escarbando en el suelo existe en nosotros y cuanto de águila hay todavía en nosotros, dispuesta a rejuvenecer, al confrontarse valientemente con los tropiezos y las crisis de la vida, y a buscar un nuevo paradigma de convivencia. Y no podemos olvidar aquella Energía poderosa y amorosa que siempre nos acompaña y que mueve todo el universo. Ella nos habita, nos anima y confiere un sentido permanente al vivir y al luchar.

¡Que el Spiritus Creator no nos falte nunca!

EL INFIEL DE OFELIA BERRIDO

UN JUEZ CONSEJERO El doctor Edgar Hernández Mejía es un reputado abogado y un juez eminente. Su experiencia es larga, fruto de una carrera jurídica que lo ha llevado por el Ministerio Público, el Juzgado de Paz, el Juzgado de Primera Instancia y la Corte de Apelación. Desde hace 15 años es juez de la Suprema Corte de Justicia. En este libro, “La Clave de la Abogacía”, de 238 páginas, el magistrado Hernández Mejía ofrece al lector un manojo de opiniones sobre distintos aspectos del Derecho, pero sobre todo ofrece consejos a los abogados en ejercicio.

Ofelia Berrido trabaja la literatura con insistencia y con entusiasmo. “El Sol Secreto” es su primera novela. A esta siguió su poemario “Pájaros del olvido”. Ahora entrega a sus lectores esta segunda novela, “El Infiel”, obra que ella misma valora como una novela de amor y desamor, de mentiras y crimen. El experticio de Ofelia Berrido como médico especialista en Ginecología y Obstetricia le ha capacitado para conocer el sufrimiento humano, para acercarse con seguridad al alma de los otros, de los hombres y las mujeres. Esta novela, precisamente, presenta la condición humana en el escenario más legítimo, en la expresión del amor de pareja. “El Infiel” tiene 203 páginas. _ ____________________________________________________________________________

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LA HISTORIA MOVIDA POR EL AZAR Tony Raful es uno de los pocos políticos dominicanos cuya vida está adornada de una elegante vestimenta ética y una acabada formación intelectual. Es un destacado poeta post Guerra de Abril, con más de 15 libros publicados. Ha cultivado el ensayo de manera exitosa, con temas de literatura y, principalmente, de política. Su historia del movimiento revolucionario 14 de junio es un texto de consulta obligada. Ahora nos presenta “De Trujillo a Fernández Domínguez y Caamaño”, una interesante y polémica interpretación de la historia política moderna del país engarzada en el azar. Un libro de 390 páginas. Un verdadero plato gourmet. _ ____________________________________________________________________________

EL TEMA DEL MOMENTO Los dominicanos han decidido, de manera mayoritaria y activa, impulsar la educación de la población. Ese impulso ha tenido como punto culminante la lucha por el 4% del Producto Interno Bruto para la educación pública. Y lo han logrado y hoy esa es una realidad presupuestaria. Este libro del experimentado profesional de la educación Angel Hernández, “Reflexiones sobre la Educación y la Sociedad”, se inscribe en este tema del momento. En cinco capítulos, el doctor Angel Hernández ofrece a sus lectores 58 pequeños ensayos sobre temas y cuestiones relacionadas directamente con la educación. Es una obra de alto valor para todos los lectores, pero sobre todo para los vinculados al quehacer pedagógico. Tiene 286 páginas.

LA HISTORIA/Fuente: Portal Bibliófilo Enmascarado

1804

NACIÓ EL 26 DE ENERO. Eugène Sue, novelista francés, autor de “Los misterios de París” y “El judío errante”.

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1832

NACIÓ EL 27 DE ENERO. Lewis Carroll, escritor y matemático británico, autor de los populares relatos “Alicia en el País de las Maravillas” y “Alicia a través del espejo”.

1977

NACIÓ EL 27 DE ENERO. Andrés Neuman, escritor argentino autor del libro “El viajero del siglo”, Premio Alfaguara 2009.

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1922

MURIÓ EL 27 DE ENERO. Giovanni Verga, narrador y dramaturgo italiano. Su obra maestra es “Los Malasangre”. También es autor de “Caballería Rusiticana”. _

1853

NACIÓ EL 28 DE ENERO. José Martí, político y escritor cubano. Su obra es inmensa y abarca la poesía, la novela, el periodismo y el ensayo. Famoso es su poema “Cultivo una rosa blanca…”

1928

FALLECIÓ EL 28 DE ENERO. Vicente Blasco Ibáñez, prosista, periodista y político español. Autor de grandes novelas, como “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, “La araña negra”, “La barraca” o “Sangre y arena”. _

1860

NACIÓ EL 29 DE ENERO. Antón Pávlovich Chéjov, dramaturgo ruso, uno de los más importantes escritores de cuentos de la historia de la literatura. “Tio Vania”, es su obra más popular.


Cápsulas Genealógicas

AREÍTO

Sábado 26 de enero de 2013

HOY

Juan Pablo Duarte su entorno genealógico

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ace hoy exactamente 200 años que nació el Padre de la Patria y forjador de la nacionalidad dominicana Juan Pablo Duarte y Díez. A él le dedicamos este recuento de su entorno genealógico. El fundador de la República Dominicana nació el 26 de enero de 1813, en Santo Domingo. Fueron sus padres el comerciante español Juan José Duarte Rodríguez y la seibana Manuela Díez Jiménez. El patricio dominicano fue parte de una prole compuesta de once hijos. Los restantes fueron:

I - Vicente Celestino nació por el año de 1802 en Mayagüez, Puerto Rico. Prócer febrerista y restaurador. Fue mercader al detalle y se dedicó al corte de madera. Murió por el año de 1865 en Santo Domingo. El primogénito de los hermanos Duarte-Díez fue el único que dejó descendencia. Casó el 9 de junio de 1822 en Santo Domingo con María Trinidad Villeta Ponce de León, hija de Agustín Villeta y María Ponce de León Hirujo. Procrearon los siguientes sobrinos del patricio: A- Enrique Duarte Villeta nació en Santo Domingo y falleció soltero en Caracas, Venezuela. Prócer febrerista. B- Vicente María nació en 1825 en Santo Domingo y falleció soltero el 28 de agosto de 1875 en Caracas, Venezuela.

C- María Trinidad Ignacia nació el 10 de agosto de 1827 en Santo Domingo y falleció soltera el 24 de agosto de 1873 en Caracas, Venezuela. D- Fernando nació el 3 de junio de 1829 en Santo Domingo. Sin descendencia. E- María Isidora nació el 12 de abril de 1831 en Santo Domingo. Murió soltera.

10- María Cecilia nació el 1 de febrero de 1897

tera, Cádiz, España. Falleció el 25 de noviembre de 1843 en Santo Domingo. Se sabe que Juan José Duarte Rodríguez tuvo dos hermanos de nombre Cristóbal, el primero nació en 1767 y falleció a los ocho años de edad en 1775, y el segundo nació también en 1775 y a quien se le puso el mismo nombre del hermano recién fallecido. De ese segundo Cristóbal no se conoce descendencia. Hasta la fecha no se conocen otros parientes colaterales paternos de Juan Pablo Duarte ni la descendencia de estos. Los abuelos paternos del patricio sí se conocen y fueron Manuel Duarte Jiménez, quien nació el 15 de agosto de 1745 y Ana María Rodríguez de Tapia, quien nació el 26 de mayo de 1749, ambos en Vejer de la Frontera, Cádiz, España. Como dijimos, la madre de Juan Pablo Duarte fue Manuela Díez Jiménez, quien nació el 26 de junio de 1786 en la villa de Santa Cruz de El Seibo. Fue obligada a salir al exilio junto con sus hijos y nietos. Falleció el 31 de diciembre de 1858 en Caracas, Venezuela. Los abuelos maternos fueron Antonio Díez Baillo, quien nació el 15 de enero de 1748, en la villa de Osorno, Castilla la Vieja, España, y Rufina Jiménez Benítez, quien nació en la villa de Santa Cruz de El Seibo. Esta pareja de esposos, además de Manuela Díez Jiménez, tuvo la siguiente descendencia:

en Caracas, Venezuela. Murió soltera.

I – Antonio Díez Jiménez nació el 31 de mar11- Rafael José nació el 13 de abril de 1899 en zo de 1788 en El Seibo. Casó con Timotea Caracas. Casó con Josefina Landa Morales y procrearon diez hijos.

12- Francisco Ayala Duarte nació el 13 de diciembre de 1902 en Caracas, Venezuela, y falleció en 1991 también en Caracas. Casó con Josefa Ana Mercedes Landa Morales y procrearon 14 hijos. Vasta fue la descendencia de María Matilde Duarte Rodríguez, sobrina nieta del Padre de la Patria, pero con ella se perdió el apellido Duarte de la estirpe del patricio.

Henríquez y fueron los padres de José Prudencio Díez Henríquez, quien nació el 28 de abril de 1813 en Santo Domingo, apenas tres meses después que su primo hermano Juan Pablo Duarte y Díez. A su vez José Prudencio casó en Venezuela con Carmen Alfonso Alfonso y procrearon seis hijos, todos nacieron en Caracas, Venezuela.

II – Mariano Díez Jiménez nació el 2 de julio de 1790 en El Seibo. Murió párvulo.

III – José Acurentino Díez Jiménez nació el 21 F- Romualdo Ricardo nació el 7 de febrero de G- Wenceslao Camilo Duarte Villeta nació el de septiembre de 1791 en El Seibo. Casó con 1833 en Santo Domingo y falleció en Caracas, Venezuela. Casó el 3 de agosto de 1855 en Caracas, con Francisca Rodríguez Cosgaya Sanz y procrearon una hija única a quien llamaron Matilde Duarte Rodríguez, quien nació el 14 de mayo de 1857 en Caracas. Esta casó el 15 de enero de 1874 con José Ramón Ayala Bonfill. Estos fueron los padres de:

28 de diciembre de 1836 en Santo Domingo. Murió soltero.

II - María Josefa nació el 19 de marzo de 1810 en Santo Domingo. Debió fallecer antes de agosto de 1843 en Santo Domingo, fecha en que su padre testa y no la menciona.

III - Manuel nació el 11 de diciembre de 1811 1- Matilde Angelina Ayala Duarte nació el 27 en Santo Domingo. Falleció de apenas cinco de enero de 1877 en Caracas, Venezuela. Sin descendencia.

días, el 16 de diciembre de 1811 en Santo Domingo.

2- José Ramón nació el 11 de febrero de 1878 en Caracas, Venezuela. Casó en 1907 con Carmen García Machado y procrearon trece hijos.

IV - Ana María debió nacer por el año de 1814 en Santo Domingo. Falleció muy niña el 9 de octubre de 1816 en Santo Domingo, con menos de dos años de edad.

3- Hernán nació el 9 de agosto de 1882 en V - Manuel nació el 21 de noviembre de 1816 Caracas, Venezuela. Falleció el 30 de junio de de 1941 en Caracas, Venezuela. Casó con Bernardina Hernández y procrearon siete hijos.

en Santo Domingo. Falleció a los dos años de edad, el 19 de octubre de 1818 en Santo Domingo.

VI - Filomena nació el 5 de julio de 1818 en 4- María Trinidad nació en 1883 en Caracas y Santo Domingo. Falleció soltera en diciemfalleció en 1912 también en Caracas. Casó con Carlos Villavicencio Pérez y procrearon tres hijos.

bre de 1865 en Caracas, Venezuela.

VII - Rosa Protomártir nació el 28 de junio de 1820 en Santo Domingo. Falleció soltera el 25

5- Miguel Ángel nació el 15 de noviembre de de octubre de 1888 en Caracas, Venezuela. 1884 en Caracas. Casó con Adela García Machado y procrearon once hijos.

VIII - Juana Bautista nació el 24 de junio de 1824 en Santo Domingo. Debió fallecer antes

6- Francisca nació el 6 de junio de 1887 en de agosto de 1843 en Santo Domingo. Caracas. Murió soltera.

JULIO GONZÁLEZ

7- María Luisa, nacida el 23 de abril de 1891 IX - Manuel Amáralos María nació el 8 de en Caracas. Murió soltera.

8- Crispín, nació 14 de marzo de 1893 en

agosto de 1826 en Santo Domingo. Estando en el exilio enloqueció. Murió soltero, el 8 de agosto de 1890 en Caracas, Venezuela.

Maiquetía, Venezuela. Falleció el 14 de enero de 1958 en Barcelona, España. Casó con Andrea González y procrearon tres hijos.

X- María Francisca debió nacer por el año de 1831. Falleció soltera el 17 de noviembre de

9- José Antonio nació el 22 de febrero de 1895 1889 en Caracas, Venezuela. en Maracaibo, Venezuela. Casó con Carmen Luisa Buroz Mijares y procrearon 16 hijos.

El padre de esta prole, como dijimos, fue Juan José Duarte Rodríguez, quien nació el 15 de septiembre de 1768 en Vejer de la Fron-

María Santana. Adoptaron un hijo a quien llamaron Juan Esteban Florentino Díez Santana.

IV – Mariano Díez Jiménez nació el 24 de septiembre de 1794 en El Seibo. Casó con Micaela Adelaida López-Umeres Ramírez, siendo los padres de cinco hijos. Entre estos, se destacó Manuel Antonio Díez Jiménez, quien nació en 1838 en Caracas Venezuela. Este primo hermano del patricio fue ingeniero, médico, escritor y político. Ocupó la presidencia de Venezuela de forma interina del 1886 al 1887. Los miembros de esta generación resultan ser tíos de Juan Pablo Duarte. Por el lado paterno del patricio, fueron sus cuatro bisabuelos Cristóbal Duarte Gil, quien nació el 26 de diciembre de 1710, Catalina Jiménez, quien nació el 20 de diciembre de 1710, Juan Rodríguez y Tomasa de Tapia. Con excepción de esta última que era sevillana, los demás eran también de Vejer de la Frontera, Cádiz, España. Por el lado materno, fueron sus cuatro bisabuelos Agustín Díez Rojo y Ángela Baillo Fernández, ambos de la villa de Osorno, Castilla la Vieja, España; Manuel Jiménez de Reyna y Lorenza Benítez Vásquez, ambos de la villa de Santa Cruz de El Seibo. En la línea de los ancestros Duarte Rodríguez del patricio y sus hermanos, se conocen cuatro de sus tatarabuelos. Fueron estos José Duarte, Catalina Gil, Andrés Rodríguez y Beatriz García. Estos últimos son los padres de Catalina Jiménez. Todos ellos eran de Vejer de la Frontera, Cádiz, España. En la línea de los ancestros Díez Jiménez del patricio y sus hermanos, se conocen los ocho tatarabuelos. Fueron estos: José Díez, Juana Rojo, Tomás Baillo, Magdalena Fernández, Manuel Jiménez Badillo, Petronila de Reyna, Juan Benítez y Francisca Vásquez. Con esta cápsula especial rendimos un merecido homenaje a quien lo dio todo para que seamos hoy la República Dominicana. Instituto Dominicano de Genealogía

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HOY

AREÍTO

Sábado 26 de enero de 2013

Tiberio Castellanos

Juan Pablo Duarte

Encuentros

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Carta a

Juan Pablo Pensé cantar mi desventura impía y airado el numen se negó a mi intento; pensé cantar y en la garganta opreso el canto se trocó en lamento.

E

stoy pensando ahora en algo que los duartianos posiblemente conocen mejor que yo: venezolanos y cubanos cuya veneración a Simón Bolívar y José Martí es incuestionable admiten, pueden admitir, que esos dos grandes hombres cometieron algunos errores. ¿Qué tal si descubrimos ahora que Juan Pablo Duarte no era el Arcángel San Miguel, si no un muchacho de La Atarazana, hijo de un español y una seibana, que pasó unos meses en Barcelona y vino de allí con unas ideas y unos bríos para trabajar por la independencia dominicana?. Si descubrimos eso, ¿lo bajaríamos del altar donde lo hemos colocado como Padre de la Patria y Apóstol de nuestra Independencia? Me parece que no. Pero entonces veríamos como cosa muy natural que hubiera cometido también algunos errores. Fruto de esos errores fue su muerte en la pobreza (confeccionando, en Caracas, velas de cera) y algo olvidado por sus compatriotas. Su primer y grande error fue el golpe de estado (9 de junio 1844) contra los afrancesados de la Junta Central Gubernativa. En unos meses de labor política, en la ciudad que unas semanas antes lo había recibido al grito de “Salve al Padre de la Patria”, Duarte y sus adictos hubieran logrado pacíficamente el mismo objetivo. (En ese tiempo, es muy posible que no se conocieran las caminatas, ni los bandereos, pero seguramente ya se conocía un método que todavía se usa hoy: tocar puertas de casa en casa). Pero Duarte no era político. Su patriotismo era tan exaltado que le obstruía ver algunas realidades. No pudo observar en Baní la realidad de aquel Ejército del Sur que era también el ejército de Santana ( no tengo noticias si Duarte pudo hablar en Baní con los Alfau, que fueron antes parte de su gente y que ahora eran muy influyentes oficiales en el estado mayor de Santana). El 15 de julio, en medio del contragolpe de Santana a los trinitarios, Felipe rescata a su antiguo compañero de la Trinitaria Juan Isidro Pérez de las manos de los espalderos de Santana que querían matarlo. Su segundo error fue ese, ignorar que Santana, ya vinculado a los afrancesados, reaccionaría a favor de sus amigos. Su tercer error fue no regresar al país cuando todos sus compañeros de exilio regresaron. Entiendo que sólo Serra quedó en Puerto Rico. No quiero entrar aquí, dejo que otros entren, en las suposiciones del por qué Duarte prefirió ser diferente a sus compañeros, ser único. Aquí, pasados ya unos días de la salida de mi primera descarga, me arriesgo a agregar algo. Como todos sabemos, los jefes, los líderes, los maestros, obviamente tienen mayor responsabilidad en los fracasos de sus empresas, que sus discípulos o seguidores. En el caso de la operación del 9 de junio, la responsabilidad de Sánchez posiblemente se redujo ya que él, "en vista de que era tal la exaltación de los ánimos, previó que alguno de los conservadores podrían perder la vida en el movimiento y les dio aviso de lo que se fraguaba para que tuvieran tiempo de asilarse en el Consulado Francés, como en efecto lo hicieron algunos de ellos. (Frank Moya Pons, Manual de Historia Dominicana). Concluyo que Juan Pablo Duarte, con la fundación de la Trinitaria y su prédica nacionalista que encendió el patriotismo, y luego con su inteligente y laboriosa gestión en la revolución de la Reforma, tiene méritos suficientes para su consagración como Padre de la Patria y Apóstol de la Independencia.

MU-KIEN ADRIANA SANG

Pugné otra vez y a mi tenaz empeño rompiese el plectro y reventó la lira; por eso horrible cual letal ensueño en canto sordo el corazón delira. Sordo y helado cual la tumba yerta en do reposas, adorado amigo, y el cual consagro a tuya que otra prenda no quedó conmigo. Soi templario, me decías un día, Jacinto un tiempo de la Patria Amada Y en sacro fuego el corazón se ardía... Tomás entonces con placer te oyó, y el alto honor de ser primera ofrenda, Como un templario merecer juró En la sagrada nacional contienda. Tomás, de heroica agnegación modelo, De patriotismo y de valor dechado, Tomás, el timbre de mi patrio suelo, Honor y gloria de mi Pueblo amado. ¿Do está el amigo de mi tierna infancia, el compañero por demás valiente?¡Y nadie, nadie...responde al eco de mi voz doliente! Juan Pablo Duarte, al saber del fusilamiento de Tomás de la Concha

Q

uerido Juan Pablo: Hoy se cumplen 200 años de tu nacimiento. No imaginaste cuando abriste los ojos al mundo estábamos en el limbo jurídico de ser una colonia española nominal, pues el imperio español estaba sometido a demasiadas presiones en el resto del continente. Éramos españoles abandonados por una potencia que iniciaba su decadencia frente a las rivales de Europa. Esta pequeña isla del Caribe vivía sus particulares dramas: en el oeste había nacido una nueva república, la primera república negra, Haití. Estaba sumergida en sus luchas internas, y veía la débil parte este como una solución factible ante su demanda de tierra para los esclavos y para evitar un posible nuevo intento francés de detener el desarrollo de su colonia. Naciste en un hogar acomodado que te permitió conocer fronteras más allá de este cálido mar Caribe que condiciona y limita nuestras perspectivas. Te nutriste del liberalismo romántico y revolucionario de la época, e hiciste de las palabras “Patria”, “Nación” y “Soberanía” tu himno de guerra y tu inspiración para guiar tus días de lucha y sacrificios. Cuando te convertiste en un joven adolescente, ya se había producido la ocupación haitiana de 1822, decidiste, en 1838, iniciar el proyecto nacional. Entregaste lo que tenías, lo diste todo por tus sueños. Tuviste que partir huyendo de las autoridades haitianas que veían en ti un grave peligro. Regresaste en 1844, cuando ya se había proclamado la República Dominicana, y te diste cuenta enseguida que el sector conservador dominaba el escenario político de la débil y recién formada República Dominicana. Te rebelaste y te levantaste en contra de la Junta Central Gubernativa. Elaboraste una revolucionaria propuesta constitucional para la república que soñaste. Pero el poder conservador, Santana y sus séquitos, te atraparon y te mandaron de nuevo al destierro. Te fuiste a Venezuela y allí tuviste una vida anodina, triste y precaria. Moriste lejos de la patria que amaste y ayudaste a construir. No lo sabes, no puedes saberlo, pero a ti y a Ulises Francisco Espaillat los he denominado como nuestros Quijotes humanos, los hombres del siglo XIX que participaron en política por el amor a la humanidad, pero sobre todo con la convicción de que la ética debía ser el norte de la acción política. No sé cuántas veces he tenido que hablar acerca de tu vida y tu obra. Desde hace más de 40 años estoy en las aulas dando clases de Historia Dominicana. Y desde ese espacio, he visto pasar a cientos de jóvenes, hoy muchos adultos mayores, a quienes he intentado recrearles tu vida, tu ejemplo de compromiso con la historia y con la vida, pero sobre todo, los principios éticos que te acompañaron hasta tu último aliento. Y a pesar de repetir y repetirme por tantos años, no me he cansado de hacerlo. Han variado

las caras, pero la juventud sigue sentada ahí en esos incómodos asientos. Llegan en búsqueda de ideas y conocimientos. Pero a ellos no les interesa ni tu vida ni la historia. En todo este tiempo me ha dolido mucho la dureza de las palabras de algunos jóvenes osados, atrevidos, más bien. A veces, después de haber expresado mis ideas, les pido sus opiniones sobre tu vida, tu obra y tus ideas. Las respuestas siempre me sorprenden. Y cuando te juzgan son muy crueles. ¿Sabes que algunos de ellos te han denominado como el “personaje más pendejo de la historia”? Les he preguntado por qué, y me han respondido: “Profe, ese tigre no hizo ná. Solo dio ideas, pero no se fajó.” Intentando variar la percepción, busco palabras desde el fondo de mi corazón. Utilizo todos mis recursos pedagógicos y discursivos tratando de persuadirlos. El tiempo no ha cerrado la herida abierta en mi corazón, que se lacera cada vez que te juzgan tan cruelmente. Por esta razón, apoyo con fervor y entusiasmo la iniciativa del Estado de que este año 2013, en el que se cumplen 200 años de tu nacimiento, sea dedicado a dar a conocer a las nuevas generaciones quién fue realmente Juan Pablo Duarte, el soñador de la patria y el hacedor de la República y la nación. En todas partes, norte, sur, este y oeste del país y de algunos lugares de ultramar, se harán actividades para rescatar tu memoria. ¡Qué bueno! Solo espero que no sirva de excusas para que algunos políticos usen y abusen de tu nombre en su propio beneficio, o para querer situarse al nivel de tu estatura moral. ¡Qué no se utilice en vano tu nombre, ni te hagan decir lo que no has dicho! Te agradezco lo que hiciste, como dominicana nacida en esta tierra y que como caribeña tiene lazos lejanos con otras tierras. Te agradezco mucho por tu ejemplo de vida, porque has sido, eres y serás siempre una inspiración para que los jóvenes asuman con entusiasmo, compromiso y valentía los retos de su tiempo; y por supuesto, para los adultos, los hombres y mujeres de mediana edad, que todavía tenemos sueños e ilusiones por los cuales luchar. Seres como tú, humanos y finitos, nunca dioses ni santos, son los que han permitido que la historia se transforme. ¡Gracias Juan Pablo! mu-kiensang@hotmail.com mu-kiensang@pucmm.edu.do @MuKienAdriana


Literatura

AREÍTO

Sábado 26 de enero de 2013

HOY

PEDRO MIR Y LOS POETAS DE SU TIEMPO

MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN

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na comparación entre Mir y los que aparecen a su lado en el grupo de los Independientes del Cuarenta, muestra la diferencia de lectura que existe entre un poeta militante y otros colaboradores de un régimen. No me toca a mí en estos momentos hacer una valoración de la relación vida-literatura de estos creadores, cumbres superiores de nuestra poesía. Pero me parece significativo para comprender la lectura que se ha realizado sobre la obra de Pedro Mir. Y no menos importante es significar que exceptuando a Hernández Franco, cuya poesía llega a la cima con “Yelidá” y nunca más alcanza un vuelo superior y Franklin Mieses Burgos, todos los poetas de su grupo tuvieron una obra poética más dilatada que la de Pedro Mir. Y en el caso de Inchaústegui Cabral su poesía social es verdaderamente más amplia. Sin embargo, la lectura de Pedro Mir lo ha construido como el poeta social y nacional dominicano. Creo que en este aspecto hay dos caminos a seguir. Hay que ver la obra dentro del contexto social producido y aquilatar sus valores, asimismo ver el agregado que le ha permitido una difusión más amplia en el país y en el extranjero. Lo primero nos remite al deseo de construir la polis. La poesía social dominicana ha estado íntimamente relacionada a la fundación de la democracia dominicana. Es decir, a la organización del país como sociedad política democrática. Hay un país en el mundo muestra ese deseo. Es uno de los poemas fundacionales de la sociedad dominicana. En él se puede apreciar esa lucha política en la que los sectores sociales subalternos están representados. Y es lógico que lo veamos como parte de las ideas populistas y socialistas en boga en los años treinta, cuarenta y cincuenta. Por lo tanto, en la obra de Pedro Mir hay valores literarios y construcción social que se debe a una forma de lectura y a una identificación del autor con la lucha de su pueblo. Lo que hace a Pedro Mir un poeta “nacional” o el poeta dominicano más conocido en el extranjero está doblemente motivado en su calidad poética y en identificación de su vida con su escritura. Para lograr lo primero hay que ser poeta, como lo son muchos de su grupo, pero para lograr lo otro hay que apostar la vida. Y Pedro la apostó. Creo que su decidida actuación política marcó su vida y su obra. Reducir la lectura que ha tenido la obra de Mir al hecho de que elementos políticos la han asumido como suya sin ver cuáles son los valores que ella tiene, es jugar el mismo juego en contra de la poeticidad de texto. Independientemente de las lecturas que se ha realizado sobre la obra de Mir, sus textos soportan la criticidad literaria y es ahí, sin dudas, donde reside el valor de una obra. Ahora bien, el problema de lectura de la obra de Pedro Mir no solo consiste en su reduccionismo receptivo, sino en limitar la obra del autor a su poesía. Razones editoriales y de condiciones de lectura existen de sobra en el país para avalar esta situación. Pero un estudio de todas las obras del autor nos muestra sus aportes en el terreno de la narrativa. Sus cuentos contenidos en La gran hazaña de Límber y después Otoño (1977), su novela Cuando amaban las tierras comuneras (1978) y su relato ¡Buen viaje Pancho Valentín! (1981) muestran otra faceta de Pedro Mir. Además, su incursión en el terreno narrativo, los dos primeros libros de Mir plantean innovaciones estructurales y técnicas propias del Posboom de la literatura hispanoamericana. Mir hace gala de una prosa de primer orden. No me extenderé en este aspecto y les remito a los trabajos de Rei Berroa, Benítez Rojo, Elpidio Laguna, Liza Davis y otros sobre la obra narrativa de Pedro Mir. En cuanto a ¡Buen viaje es necesario que se lea como un cuaderno de retorno al país natal. En esta obra aparecen los conflictos de la sociedad dominicana de la posdictadura. Un período trabajado con logros significativos por Pedro Vergés en Sólo cenizas hallarás y Guillermo Piña Contreras en Fantasma de una lejana fantasía.

En la ensayística histórica interviene Pedro Mir, desde los años cuarenta. En Tres leyendas de colores (1969) Pedro Mir presenta una innovadora manera de presentar el origen de las revoluciones de tres razas en la Española. Mir trabaja la rebelión de Roldán, la de Enriquillo y la de Lemba, como las revoluciones de las tres razas que conforman el sustrato étnico de las Antillas. El libro tiene logros literarios y en él Mir une al poeta y al historiador retornando la escritura histórica a les belles lettres. Su concepción histórica está signada por el populismo. En ese texto Mir expone su concepción populista de la historia. Es una visión deudora del romanticismo y del marxismo. Mir entiende que es el pueblo el actor en el devenir histórico. Con este libro Mir hace una arqueología de la voz popular y de cómo lucha para lograr el escenario de la historia. Un propósito muy similar tiene al escribir El gran incendio (1978) en el que estudia el origen de la sociedad dominicana a partir de las Devastaciones de Osorio y los conflictos entre las potencias europeas contra España en los siglos XVII y XVIII. Mir se muestra como un estudioso de las fuentes históricas a la vez que no deja de presentar la historia desde su respetiva y a través de su prosa poética. Pero es en La noción de período en la historia dominicana (1983) donde Mir toma con más dedicación sus estudios sobre la periodización de la historia en un esfuerzo no inconcluso, pero admirable. La visión que tenemos de ese trabajo es parcial, pues la editorial de la Universidad no llegó a publicarlo completamente y hoy no sabemos cuál es su destino. La concepción de la historia en Mir es una concepción marxista. Uno de los trabajos más significativos de la escritura miriana sobre el tema, es el ensayo La historia del hambre en la República Dominicana (1983) cuya edición posterior apareció con el título de La bella historia del hambre. Este libro se destaca por ser el ensayo mejor logrado de Pedro Mir, tiene amplios fundamentos históricos y participa de una escritura ensayística de mucha madurez. El tema es fundamental en la cultura dominicana, rebate los postulados de José Ramón López en La alimentación y las razas y muestra que el origen del hambre en la Re-

publica Dominicana está íntimamente ligado al desarrollo urbano. Es el dominicano moderno el que ha sufrido el flagelo del hambre. Tal y como la conocemos no la padecieron nuestros antepasados. Mir nos conduce por los vericuetos de nuestra historia para mostrarnos sus tesis sobre el origen del hambre y nos pone en sobreaviso sobre los males que el urbanismo mal llevado nos puede acarrear como sociedad. El Pedro, el Mir ensayista no solo participa de la concepción y la investigación histórica sino que participa de la investigación en el terreno de la estética. Esta es una de las inclinaciones más profundas del poeta. Desde que fuera profesor en la Escuela Normal en la década del cuarenta, Mir se había dedicado al estudio de la teoría y las reflexiones sobre el arte. Sus primeras lecturas estuvieron centradas en Hegel, Vico y Croce. A su regreso al país en la década de los sesenta, Mir ocupa la Cátedra de Introducción a la Estética en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. También se dedica a investigar sobre el tema. Publicó dos textos Apertura a la Estética (1974) Fundamentos de teoría y crítica de arte (1979) Estos textos están cruzados por una exposición clásica de la filosofía del arte y por una decidida influencia del marxismo. Ya a finales de la década del setenta se maduraba una crítica a la concepción hegeliana y marxista del arte. La lingüística y la semiología se habían apoderado de las investigaciones a través del estructuralismo. Las teorías de Mir fueron fuertemente criticadas por Diógenes Céspedes en su libro Escritos críticos (1976) y luego en su Lenguaje y poesía en Santo Domingo en el siglo veinte (1985). La idea de la muerte del arte surge en Céspedes como muerte de la estética. Mir se empina en esa crítica y en sus textos realizará un debate silencioso sobre la estética y su relación con las disciplinas en boga. Para explicarse el arte teniendo en cuenta los postulados de la semiótica escribe la Estética del soldadito (1989), pero es en su libro El lapicida de los ojos morados (1993) donde realiza la más fuerte demostración de sus investigaciones sobre el arte y plantea una crítica muy fuerte al estructuralismo.

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AREÍTO

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De Señal a Señal

HOY

DELIA BLANCO

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TONY RAFUL

“DE TRUJILLO A FERNANDEZ DOMINGUEZ Y CAAMAÑO”, EL AZAR COMO CATEGORIA HISTORICA ELIESER TAPIA.

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ste ensayo histórico y político del escritor y poeta Tony Raful aborda el ascenso de Trujillo al poder, del cual no se desprendió hasta su muerte, hasta desembocar en la Revolución de Abril de 1965 y la intervención norteamericana. En esta obra Raful nos trae la gran novedad de recurrir a la teoría de Nassim Nicholas Taleb, profesor de Ciencias de la Incertidumbre de la Universidad de Massachusetts en Amherst, ensayista y miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York, quien escribió “La Teoría de los Eventos del Cisne Negro”, en la que trata de explicarnos mediante narraciones trufadas de anécdotas cómo los seres humanos creemos saber más de lo que realmente sabemos. También constituye un lúcido razonamiento acerca de la estupidez de reducir la complejidad del mundo (social, psicológico, financiero, histórico) a unas simples fórmulas que en realidad jamás predicen casi nada, pues casi todo lo que vemos está creado por la serendipia, esto es, el azar. Tratando de descifrar las reglas y la lógica de la suerte, la incertidumbre, la probabilidad y el saber en base a un fenómeno llamado “Cisne Negro”. Tony Raful en este libro enfoca los sucesos históricos a través de sus consecuencias, y recurre a la “casualística” dándole la categoría del factor más importante en las consecuencias de los hechos históricos. Es decir, que los hechos no ocurrieron como fueron planeados, sino que “el azar” los transformó. Y desde este planteamiento, inicia el interés de este ensayo como una obra donde el poeta se inspira del azar y de la casualidad para ampliar nuestra panorámica analítica de informaciones muchas veces calladas y otras veces desconocidas. Tony Raful sabía desde hace varios años que la grandeza de la historia no se puede lograr por el simple suceso o acontecimiento, porque los hombres y mujeres envueltos en ellos son materia imprevisible de primer orden. En su escritura nunca desaparece el nervio del poeta…Explicar para Raful es narrar la historia de los pueblos, contemplar sus murales de sangre y sudor en arabescos de mar y selva, es comprometernos a vivir de nuevo la intensidad de sus secuencias, el clima mágico de sus alegatos, las empresas alucinadas o reprimidas de sus héroes… Para quienes conocemos al ciudadano y poeta Raful sabemos cuán grande es su visión de la izquierda, no solamente dominicana sino también del mundo, y este ensayo tiene el inmenso valor de esa generosidad de pensamiento dentro de la pluralidad y del equilibrio de las convergencias y divergencias de ideas que nutren las democracias responsables. La puesta en circulación del libro fue casi una concentración de hombres y mujeres ciudadanos de bien, implicados directamente o indirectamente con el tema, pero la asistencia se compuso de mucha juventud y del abanico completo de los partidos dominicanos, lo que demuestra que este intelectual siempre ha sido plural y abierto. Nunca ha manejado el sectarismo típico de los políticos dominicanos. No abordaremos la interpretación de los hechos históricos del poeta y seguiremos las recomendaciones generosas y nobles tanto de los historiadores Frank Moya Pons como de Juan Daniel Balcácer, quienes presentaron e hicieron el juicio crítico de la obra puesta a circular hace apenas unos días en la Academia Dominicana de la Historia, los que señalan y advierten que más allá de las discrepancias o de las controversias, tenemos en esta obra una visión de la historia y más específicamente de la historia política, sobre todo, abordada por el lente de las influencias de lo aleatorio y de lo casual. Tony Raful, en relación a lo imprevisible, se refiere al mismo don Juan Bosch a través de una carta histórica que el Profesor escribió al doctor Pina Acevedo en fecha del 27 de mayo de 1964, en la que escribió “la única posibilidad que tenemos por delante sería un milagro histórico que un sector militar lo impidiera. Pero ya lo digo, sería un milagro histórico que un sector militar lo impidiera…”. El poeta Raful añade “Bosch visualiza que serán los militares los que iniciarán la lucha contra los golpistas, y de que solamente rompiendo el equilibrio de fuerzas

Tony Raful puso en circulación su nuevo libro ‘’De Trujillo a Fernández Domínguez y Caamaño’’. Esta actividad fue realizada en la Academia Dominicana de la Historia.

militares existían posibilidades de victoria y retorno a la constitucionalidad”, pero asegurando la definición del Cisne Negro, dice en la carta que eso sería un milagro histórico, y que no está en la lógica de los acontecimientos. El Cisne Negro, lo improbable, lo aleatorio, fue lo que sucedió el 24 de abril de1965, cuando los contados militares constitucionalistas llamaron al pueblo a la lucha, y apareció el Coronel que se quiso casar con la gloria, es decir, Caamaño, y el Coronel Fernández Domínguez, el gran visionario, el gran organizador del movimiento, desde Puerto Rico, donde estaba exiliado junto a Bosch, llega en la primera quincena del mes de junio e inmediatamente al recibirlo en su despacho del edificio Copello ubicado en la calle El Conde, el Coronel Caamaño Deñó le hace el saludo militar al Coronel Fernández Domínguez, y pasa a hacerle entrega del mando y timón del gobierno revolucionario de abril, pero, …el azar, lo casual, Fernández Domínguez no acepta esa posición, sino la de un guerrero, y se embarca en la acción más riesgosa imaginable, la toma del Palacio Nacional, y va a la vanguardia, junto a los héroes del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, Juan Miguel Román y Euclides Morillo, así como del héroe italiano, entrenador de los Hombres Ranas, IlioCapocci, quien murió en esta desigual batalla, ya que ellos iban subiendo por la calle 30 de Marzo, y desde diferentes posiciones desde el Palacio Nacional y otras azoteas cercanas les tiraban hasta aniquilarlos. ¿Conocía Bosch o Fernández Domínguez en 1964, la teoría del Cisne Negro? Estamos segura de que no, pero los acontecimientos en que se basa la teoría de Taleb son tan raros como los cines negros en su comunidad de aves blancas, y como los puntos que identifica esta teoría son: primero, el evento es una sorpresa; segundo, tiene un gran impacto, y tercero, las personas o sociedades tratan de encontrarle una explicación lógica después de lo sucedido, como si pudiera haber sido predicho, aunque en realidad no lo fue. El conjunto del ensayo tiene un alcance didáctico para todos, el libro no peca de apropiaciones interesadas en los roles ideológicos de los partidos políticos y los actores; Raful escribe con una gran ética moral, dando el lugar de valor y acción a cada protagonista militar, civil o político. El autor no se esconde en intereses de poder, aborda los hechos históricos como un ciudadano común que necesita compartir sus inquietudes y sus ángulos de preocupación con las mayorías pensantes del país, y a la vez, abrir senderos frescos y nuevos para unificar y hasta cierto punto reconciliar sectores reñidos por las ideologías. Es un ensayo escrito con la retórica de la poética, y con la sensibilidad del ciudadano conmovido por la gesta heroica. El trabajo da mucho qué pensar, nos deja algo sacudidos porque nos desplaza en cuanto a los parámetros de lo que hace la historia. Raful en este libro pide ir más lejos de la dialéctica y de la racionalidad, nos abre un espacio opaco e inmedible que es el azar,

la casualidad, el destino, la voluntad divina, que marcan los acontecimientos. Este mismo azar, no se podría ver como la capacidad de ciertos ciudadanos y ciudadanas en tener el genio, el don de tomar la decisión correcta, la decisión en que nadie pensó. Ni los alemanes nazis que ocuparon Francia, ni Petain en Vichy, pudieron prever y mucho menos impedir la resistencia de la sociedad civil francesa frente al ocupante, ni la capacidad de De Gaulle en organizar desde Londres una contraofensiva que liberaría Francia, y por ende, Europa del fascismo. La liberación fue posible, porque el jefe de la resistencia armada y civil, Jean Moulin, murió dejando campo libre a la estrategia gaulista de liberación. En este caso, el Cisne Negro que trae a De Gaulle y a los aliados es el resultado de hombres y mujeres dotados y dotadas de una capacidad de decisión que no tenemos todos los seres humanos. El propósito y el enfoque de Raful es interesantísimo, porque nos permite volver a reflexionar sobre el contexto y las coyunturas de los hechos históricos. Cada acontecimiento tiene un despliegue de detalles fundamentales sobre las acciones revolucionarias y militares, pero además, es un homenaje profundo a cada uno de los protagonistas. En su presentación en la Academia Dominicana de Historia, Raful agradece a los colaboradores de su trabajo, entre ellos, a doña Arlette Fernández y a don Cuchito Álvarez, quien en 1985 mandó al autor una carta confidencial con fines de aclarar el rol de Radio Caribe y ciertas relaciones más que ambiguas del dictador Trujillo con la región. La carta del señor Álvarez Dugan está publicada en separata del libro, pues como prueba suplementaria del azar el autor la encontró ya impreso el ensayo (luego de buscarla por mucho tiempo en sus archivos y biblioteca), y por su contenido histórico y respeto a don Cuchito se difunde con el libro, por ser un documento inédito, repitiéndose entonces la condición de Cisne Negro…


AREÍTO

HOY

Aporte

Sábado 26 de enero de 2013

La verdad frente a las imprecisiones y mentiras del

Sr. Hamlet Hermann con relación al 12 de enero de 1972

CÉSAR FÉLIZ

M

e decido a contestar lo escrito por el Sr. Hamlet Hermann en el suplemento cultural AREITO del periódico Hoy, del sábado 12 de enero, porque el Sr. Hamlet en su afán de ser el héroe de todas las batallas cae en imprecisiones, porque adopta las mentiras de la Policía Nacional como verdad, frente a los hechos. Usted Sr. Hamlet asume la cronología contando fundamentalmente con la fuente del brigadier Neit Nivar Seijas, jefe de la Policía de entonces. Usted cree a la Policía y se olvida que esta cuando no puede doblegar a los que caen en sus manos trata de echar lodo sobre sus hombros. Usted se olvida de todo lo que dijeron de su persona cuando estuvo prisionero en 1973. Yo, y nadie que se respete debe tomar al pie de la letra informaciones que no estén documentadas debidamente. La historia no se puede falsear, los hechos están ahí, el pueblo dominicano los vivió y muchos hombres y mujeres de los Comandos de la Resistencia viven aún y son testigos de lo ocurrido, usted no. En varias ocasiones he narrado lo que considero lo más cercano a lo ocurrido desde el 1 de diciembre de 1971, cuando Amaury Germán Aristy me da la misión de encontrarme con Elsa Peña, viuda de Homero Hernández, para que me entregara el fusil de éste, quien había sido asesinado por la Policía en 1970. A partir de ese día, según nos dijera el coronel del Servicio Secreto de la Policía Moncho Henríquez en la cárcel de La Victoria a un grupo de presos políticos, entre los que se encontraban Chino Bujosa, Fafa Taveras, Faruk Miguel Castillo, yo, y otros que ahora no recuerdo sus nombres. Cito: “César, tú estás vivo por que yo no permití que uno de mis hombres te matara el día 1 de diciembre, cuando Elsa Peña te entregaba el fusil de Homero, porque tú no eras el objetivo. A partir de ahí, estaban detrás de ti 16 y 18 hombres”. Esta versión sería corroborada por el entonces jefe del Servicio Secreto Rolando Martínez, en dos encuentros que sostuviéramos por intervención de amigos mutuos 24 años después de estos acontecimientos. En esa oportunidad el exgeneral Rolando Martínez me decía “Féliz, ustedes podían ser muy valientes y saber algo de inteligencia, pero no sabían nada de contrainteligencia y mucho menos tenían la capacidad operativa para burlar a un servicio de inteligencia como el nuestro, asesorado por la Agencia Central de Inteligencia, CIA”, además me señalaba que la ciudad capital era pequeña y poco poblada y que nosotros estábamos acorralados. Sr. Hamlet Hermann, usted no estaba en el país para este tiempo, ustedes se encontraban en Cuba con Caamaño. No solo estaban desconectados con nosotros, sino que según ustedes, estábamos penetrados por la CIA, y fueron más lejos, acusaban a un hombre como Virgilio Perdomo como un agente de la CIA ¡CUÁNTA BAJEZA! Es verdad que los servicios de inteligencia, nacionales e internacionales, sabían de nosotros y de la presencia de Caamaño en Cuba, pero no fue únicamente por infiltración de nuestro grupo en la República Dominicana, sino por la deserción de Orlando Castro del aparato de Inteligencia Cubana

en París, Francia, quien participó en el traslado de Caamaño a Cuba. Usted sabe eso Sr. Hamlet, pero usted no lo dice, porque a sus ínfulas de superhéroe, basado en imprecisiones y mentiras, no le interesa la verdad. La verdad suya es la mentira de la P. N. No es verdad lo que usted dice sobre mi apresamiento y el cerco del 11 de enero de 1972, verdad comprobada por compañeros de la dirección de la Resistencia y el pueblo dominicano. El día 11 de enero de 1972, siendo más o menos las cinco de la tarde, me trasladé a la casa de las Américas, en este tiempo las comunicaciones eran muy escasas y para saber de los muchachos tenía que dirigirme a la casa del Km 14 y por medio de Luis Ruiz saber de ellos porque los compañeros estaban en la cueva. Esa tarde, siendo las seis o seis y media, procedí a regresar a la ciudad de Santo Domingo. Cuando salía, encontré que había una gran piedra en el camino, a unos 50 o 75 metros de la casa. Encontré eso muy raro, pero me bajé, quité la piedra y seguí para la ciudad. En La Victoria el día de la visita que antes mencionara del coronel Moncho Henríquez este se ufanaba de que esa piedra la había puesto él, para que yo me detuviera y así ver quién iba en el carro conmigo. O sea señor Hamlet que ya desde esa hora la casa estaba ubicada por la Policía, y quién sabe si antes. Cuando llegué a la ciudad me encontré con el Sr. Rafael Antonio Batista, miembro de la organización, lo dejé en un punto de la ciudad y me fui donde una amiga que me tenía una información que necesitaba para un examen de la carrera de Economía que cursaba en la UASD, ahí llegó Hilda de Peña, la esposa de Toribio Peña Jáquez. Cerca de las ocho de la noche, salí de la casa con las damas, y de inmediato fui hecho prisionero por el Servicio Secreto, quienes se abalanzaron sobre mí y las dos damas. Uno de ellos me quiso tapar la boca, le mordí la mano y grité mi nombre. Posteriormente supe que por ahí se encontraban dos amigos míos, Arelis Ayala y Sotero Vásquez, quienes de inmediato fueron a denunciar el hecho, pasadas las 9:30 de la noche. Me metieron en el carro y tomaron rumbo a la parte alta de la ciudad, doblaron hacia el este y cruzaron el puente Duarte en dirección a Las Américas. Cuando llegamos a la altura del destacamento policial del Km 9 ya en esta habían camiones militares que llegaban hasta las inmediaciones de la casa, situación que ya había sido comprobada por el compañero Monchi Valerio, que pasó por ahí y procedió a buscar a Sagrada Bujosa y a Fifo Mercedes, quienes se encontraban en una casa de seguridad de la Caleta. Cuando estoy frente a la casa del Km 14 recibo un golpe en la parte superior de la espalda que me lleva al suelo. No sé cuántos segundos o quizás minutos duré inconsciente, y cuando vuelvo en mí me encuentro frente a Luis Ruiz, quien también está siendo golpeado en el piso de la casa. El y yo nos hacemos señas, mientras la Policía buscaba afanosamente por el patio de la casa y en las habitaciones, sin encontrar nada, ahí es cuando el coronel Caonabo Reinoso, jefe de Operaciones del Servicio Secreto, le dice al general Neit Nivar Seijas: “General, vámonos que aquí no hay nadie, esta mujer nos en-

gañó”. En ese momento un policía le muestra al coronel Caonabo un saco que contenía cuatro pares de botas y algunas latas devueltas por los compañeros, al ver eso la Policía deja ocupada la casa y a Luis y a mí nos conducen al Palacio de la Policía. No es verdad Sr. Hamlet, que los muchachos salieron de la casa al notar la presencia de la Policía esa noche, como usted señala haciéndose eco de la información policial, ellos estaban en la cueva. Dicen que el que no investiga, no tiene derecho a hablar y si lo hace puede cometer errores como es su caso. Es a las cinco de la mañana del día siguiente, o sea el día doce (12), que los compañeros Ulises y La Chuta salen de la cueva a la casa y son sorprendidos, de inmediato comienza el combate. En la Policía, Luis y yo fuimos sometidos a grandes golpizas durante días. Me entero de la muerte de los muchachos dos o tres días después de estar preso, cuando me llevan a eso de las dos de la madrugada al despacho del jefe de la Policía. Este me tira el periódico El Nacional y me dice “tus compañeros están muertos”, y me dice que si no digo a la prensa que Juan Bosch y Peña Gómez son los jefes políticos de nosotros “tú serás el próximo muerto, tienes hasta mañana para pensarlo”. En la rueda de prensa convocada por la Policía, cuando fui cuestionado por los periodistas si era verdad que Juan Bosch y Peña Gómez eran los jefes políticos de ese movimiento y Caamaño el jefe militar, les contesté que eso era una farsa, Peña Gómez y Juan Bosch nada sabían de eso. Al respecto, pueden solicitar la grabación en los archivos de la Policía. Después de terminada la rueda de prensa fui sometido a la más brutal tanda de golpes; el general Nivar Seijas me dice “No te he matado porque no soy un asesino como Pérez y Pérez, pero voy a hacer que mueras como un traidor, hijo de p…”. Señor Hamlet, la verdad histórica no se puede torcer, ahí están los hechos; nunca me arrodillé ante mis enemigos pidiendo clemencia y mucho menos firmé nada de lo que Nivar Seijas me exigía que dijera. Esta es la verdad histórica y no la falacia que usted cuenta haciéndose eco de los que asesinaron a Ulises, Virgilio, Amaury y La Chuta y otros tantos jóvenes, hombres y mujeres, dominicanos luchadores por la libertad. El precio que pagué por mi actitud, fueron cinco años preso en la cárcel de La Victoria. Vivo con mi conciencia tranquila y no tengo que recurrir a una falsa heroicidad para vivir de ello.

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AREÍTO

Sábado 26 de enero de 2013

Viaje por la Historia

HOY

ÁNGELA PEÑA / A.PENA@HOY.COM.DO

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Elites lucharon para derrocar a Trujillo PEDRO SOSA

De los nietos de mi abuelo materno, todos fuimos rebeldes a la tiranía: Manuel Troncoso Ramírez, María Alicia Troncoso de Esteva, que se unía a las Mirabal cada vez que nos llevaban a audiencia, para cantar el Himno; Clara Troncoso Ramírez; Marco, el hijo de Pedro Troncoso Sánchez, mis hermanos y yo”. Ramón Cáceres Troncoso hace la relación ante el asombro reiterado por tantos sufrimientos en prisión y la sublevación al régimen teniendo una distinguida parentela sirviendo al dictador en posiciones encumbradas. Esa paradoja le persigue. Cuando fue miembro del Triunvirato y ministro en el Consejo de Estado le tildaban de trujillista y aún lo acusan nostálgicos del sátrapa que siguen considerándolo “traidor”. Él no lo cree y asegura que solo un redactor del periódico “Cachafú” tenía esa campaña contra él y Ramón Tapia Espinal, otro triunviro. Tras liberarlo le internaron en la clínica “Abreu” con fiebres muy altas. Los doctores Jordi Brossa, Aulio Brea y Mario Tolentino diagnosticaron paludismo. “Me metieron un ‘Aralén’, hasta el sol de hoy”, exclama. Partió hacia Puerto Rico, donde se movilizaba contra Trujillo junto a Tomasina Cabral, Miguel Feris, Fidelio Despradel, Wenceslao Vega y Luis Gómez Pérez, con quienes dice mantener “una cofradía”. Visitaba al doctor Antonio Zaglul, cuya casa era “un recinto de los dominicanos” al que acudían, además, Gustavo Ricart, “Mon el Loco” (Ramón A. Castillo), “Bobadilla” y otros a escuchar a Radio Caribe. Cáceres vivía en una pensión en la calle “Miramar”, Santurce, y trabajaba como supervisor en la compañía “De García Comercial”, una fábrica de cemento. “Pero no me sentía bien, solo vivía pensando en mi país. Buscando vallas a mi espíritu viajé a Miami, a la casa de Mario Mathis Ricart, y en eso me llaman: ‘Te habla Juan Ozorio, estamos en Washington trabajando, ven’. Reconocí la voz, pero ese no era el nombre del interlocutor, era Gianni Vicini. Le dije que no tenía un chele para pasaje. ‘Búscalos prestados y te reembolso, contestó”. El reconocido hombre de negocios se movía “tratando de buscar apoyo internacional contra Trujillo para encaminar un gobierno democrático”. Estaban con él Juan Isidro Jimenes Grullón, José Antonio (Toño) Bonilla Atiles, Donald y Billy Reid Cabral. Estos hermanos usaban los pseudónimos de José y Luis González, respectivamente. En Washington “me asignaron intervenir en el Departamento de Estado ante Richard Owen. Me cogieron cierto cariño. Fue un apoyo extraordinario el que recibimos, que nos ayudó a cambiar las cosas en muchos aspectos”, significa. Exiliado le sorprendió el ajusticiamiento. La noticia se la dio Magda Mejía Ricart el uno de junio, y Wenceslao Vega y él organizaron un desfile en el que exhibieron una pancarta con versos de Arturo Pellerano Castro: “Benditos los que matan / si es un monstruo de sangre el que se hunde / y un pueblo el que se salva”. Ahora sus gestiones eran para sacar del país a Ramfis Trujillo y sus parientes. Cuenta que llegó un momento en que la figura número tres del Departamento de Estado, “de apellido Valon”, los recibió a él y a Vicini llamándolos cobardes porque aquí no había pasado nada. “Salimos desolados”. Cáceres activó sus movimientos hasta un día que Owen lo recibió con la noticia de que había una carta de más de cien dominicanos contra los Trujillo. “Era el nacimiento de la Unión Cívica”. Después, agrega, “llegó John Hill y dijo que eran más de 500, pero siguió aumentando”. EL RETORNO. Estrechó relaciones con otros norteamericanos influyentes y acercó exiliados, siempre atento a los acontecimientos en la República. Recuerda el inicio del retorno de los antitrujillistas. “El primero que vino fue Agustín Perozo, desde Puerto Rico. A la semana se fue de nuevo”. Él envió un cable a Balaguer comunicándole que quería volver y este le ofreció garantías. Llegó a principios de julio de 1961. “Fueron a verme José Antonio Fernández

Ramón Cáceres Troncoso: dije a Balaguer que esa noche matarían a los héroes

Licencia de conducir en Puerto Rico.

Caminero y Luis Manuel Baquero. Ahí entré a la Unión Cívica Patriótica, como directivo, y desde el local cruzaba a conversar con Manolo Tavárez, Leandro Guzmán y Darío Echavarría, excompañeros de prisión”. Participó en un mitin contra los Trujillo en el parque “Julia Molina” (Enriquillo), inolvidable porque “se fueron todos y nos dejaron a Julio Senior, Memé, Soñé, Frank González, Miñín Soto y a mí recogiendo las bocinas, con Balá merodeando. Yo era vicesecretario, me fui al Comité Central y los increpé”. En su casa paterna, Pasteur 46, se reunieron Rafael Bonnelly, Federico Álvarez, Pedro Troncoso y Marino Cáceres a redactar una carta que fue llevada a Washington y distribuida entre personajes influyentes, sugiriendo “un Gobierno de Estado y que UCN proponía que presidiera Balaguer, firmada por Viriato Fiallo, Luis Manuel Baquero, Fernández Caminero, Federico Henríquez Gratereaux, Rafael Alburquerque Zayas Bazán, Asela Morell y Minetta Roques”. -¿Por qué Balaguer? “Por la posibilidad de que la idea progresara para buscar un apoyo a un cambio de gobierno, que salieran los Trujillo y se cambiara a los jefes militares, mencionándolos por sus nombres”. La misiva está fechada 30 de septiembre de 1961, “se la entregó Gianni Vicini a Toño Bonilla” y aunque estaba dirigida a Balaguer, Cáceres viajó a Washington a enterar a los norteamericanos. “La base de la misma era que Ramfis se fuera. Balaguer reaccionó negativamente pero finalmente aceptó”. A pesar de sus estudios de inglés, la amistad con los norteamericanos, llegó un momento en que decidió que “lo que había que hacer era estar aquí”. Porque tuvo desacuerdos con el imperio. En una ocasión “Arturo Morales Carrión nos convocó a su casa en Washington a Gianni, Donald, Bonilla, Al-

Ramón Cáceres Troncoso y Donald Reid Cabral

fredo Lebrón, Arturo Calventi, Billy, Donald y a mí para decirnos que Ramfis iba a donar la Hacienda Fundación y otros bienes de Trujillo y que se formara un nuevo gobierno, presidido por Balaguer, en el que los Trujillo se quedaran. Eso se lo había propuesto Porfirio Rubirosa a los Kennedy. Salimos como la jonda del diablo, le dijimos que no, que si los americanos estaban locos. Nos dimos cuenta de que no podíamos contar con los gringos hasta que las cosas cambiaran radicalmente”. El 18 de noviembre de 1961, a petición de las esposas de Huáscar Tejeda, Salvador Estrella, Roberto Pastoriza y de un hijo de Tunti Cáceres, Ramón fue a visitar a Balaguer porque estos le dijeron que esa noche asesinarían a sus parientes. El mandatario, quien antes había afirmado que lo único que garantizaba la unidad de las Fuerzas Armadas era la presencia en el país del general Trujillo hijo, le replicó: “¡Cáceres, los Trujillo no son capaces de cometer esa barbaridad!” -“Pues averigüe, porque creo que los van a matar”, le dije y salí. Recuerdo que ahí estaba esperándolo Marco Jorge Moreno. Si Balaguer no hizo nada para evitarlo, yo cumplí con transmitir el mensaje.


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