Sábado 29 de diciembre 2012

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Areíto

Zona de la Cultura y de las ideas

www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 29.12.2012

Un poema de Freddy Gatón Arce Pág 2

Photoimagen 2012

Sin dudas, el evento cumbre de la fotografía en la República Dominicana es Photoimagen, creado por Mayra Johnson y la “Fundación Imagen 83” como festival anual en el 2006. Desde el 2008 se celebra cada dos años...Página 8

Para esta época Para esta época del año uno debiera retirarse a un lugar apartado, solitario, hacer silencio y dialogar sólo con los campos y los árboles y los animales. Aprender a renunciar a tantas cosas inútiles, tener el coraje suficiente para no hacer lo que no nos gusta...Página 3

Lenguaje literario Página 6

Una aventura de la diversidad ... si las razones económicas son fundamentales en las nuevas estrategias políticas entre América Latina, el Caribe y el mundo árabe, tenemos también un extraordinario potencial cultural y científico que compartir. Página 5


HOY

AREÍTO

Sábado 29 de diciembre de 2012

Zona Areíto Areito

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Juan Luis Cebrián (Periodista y escritor español) La prensa, como espina dorsal de la democracia, se encuentra en una crisis de supervivencia. Y no es sólo una crisis sectorial. Es una auténtica revolución, un cambio de paradigma.

Literatura

Un poema de

Freddy Gatón Arce

Además, son Además, son muchos los humildes de mi pueblo. Yo escribí sus nombres sobre los muros, pero no los recuerdo. Yo rescaté su corazón de la carcoma y del olvido, pero no sé dónde quedó la sangre coagulada, ni si vino familiar alguno a limpiar la mancha que había sobre el duro tapiz de la noche. Yo los besé, y mi ósculo fue como tilde sonora impar sobre su frente. Porque aun después del amor ellos estaban solos sobre la tierra. Son muchos los hombres humildes, las mujeres humildes. Yo vi surgir sus rostros como bayonetas al sol de octubre. Yo palpé sus torsos morenos y relucientes cuando emergían de los ríos. Yo vi, por una vez, pero volví la cara atrás, los senos de las doncellas. Yo conocí los niños desnudos, niños despiertos y virginales como la primavera, y sentí cómo se hinchaba el hambre en sus cuerpos plebeyos, lo mismo, casi lo mismo que siento elevarse la madurez al morder un fruto. Yo escribí los nombres de los humildes sobre los muros, pero no los recuerdo. Yo sólo sé que muchos murieron alzando los

brazos para atrapar el cielo, pero cayeron sin nombre, cayeron sin piernas, cayeron sin sexo ni esperanza. Cayeron. No tenían siquiera una flor o una lanza. Solos rodaron con sus tumbas desconocidas, con sus huesos anónimos. Pero dejaron sus almas mondas flotando por los aires. Las almas que se agolpan en las sangres de las generaciones, y corren. Corren a ratos, porque la noche está ahí. Se atisban a ratos, porque la noche está ahí. Desaparecen luego, desaparecen como esas lágrimas de abuelo secadas al descuido con el dorso de la mano. Son muchos los humildes de mi pueblo. Yo escribí sus nombres en las tablas de palma de los bohíos y en las vigas alabeadas de las mansiones. Pero yo no recuerdo en qué savia encendida y dura de los artesonados se demoró la inicial de aquél, el apellido de éste, o la letra que hace inteligible la epopeya. Tal vez las sílabas vagan por los cimientos profundos, ennegrecidos cual raíces en las que ya la tierra ha perdido su íntima frescura, en las que ya el corazón no tiene su latido jocundo.

Ahora no hay promesa en la casa de campo, porque se ha ido el viento de las enredaderas. Ahora ya no hay huella del vuelo de los pájaros, porque se ha ido el viento. Pero yo no estoy solo en mi hogar de maderas. Aquí están los humildes, dulces y potentes como los brotes. Aquí no hay un solo extranjero a estos testimonios estantes, a estas puertas y a estas ventanas que se echan sobre nosotros. Aquí estamos todos, y están los nombres que escribí sobre los muros. Aquí está su obligante vida buscándonos el corazón paso a paso, como un diente de fuego que crece bajo la lengua. Son muchos los humildes de todas las razas y de todos los credos. Son muchos los que abandonaron el silencio y la soledad para no estar horadados y fríos en medio de los hombres. Porque todos saben que por su boca hablará la tierra que mordieron al nacer. Porque todos saben que no se puede morir sin dejar una brasa como un palpo bravío en el lomo de un potro. Y yo escribí sus nombres sobre los muros, pero no los recuerdo. Además, son muchos los humildes de mi pueblo.

LA HISTORIA

1910

NACIÓ EL 30 DE DICIEMBRE. Paul Bowles, escritor, compositor y viajero estadounidense. Su primera novela, “El cielo protector”, se convirtió en un éxito de ventas y fue llevada al cine por Bernardo Bertolucci.

1926

FALLECIÓ EL 29 DE DICIEMBRE. Rainer Maria Rilke, poeta y escritor checo. Sus obras fundamentales son las “Elegías de Duino” y los “Sonetos a Orfeo”.

1865

NACIÓ EL 30 DE DICIEMBRE. Joseph Rudyard Kipling, novelista y poeta inglés, premio Nobel en 1907. Algunas de sus obras más populares son “El libro de la selva”, “Kim de la India” o “El hombre que pudo ser reinar”

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1917

NACIÓ EL 31 DE DICIEMBRE. José María Gironella Pous, novelista español. Su principal obra es la tetralogía sobre la guerra civil: “Los cipreses creen en Dios”, “Un millón de muertos”, “Ha estallado la paz” y “Los hombres lloran solos”.

1936

FALLECIÓ EL 31 DE DICIEMBRE. Miguel de Unamuno, filósofo y literato español, de la generación del 98, autor de obras como “Niebla” o “La tía Tula”. _

1919

NACIÓ EL 1 DE ENERO. Jerome David Salinger, escritor estadounidense conocido principalmente por su novela “El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye)”.


Aporte

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HOY

PARA ESTA EPOCA DEL AÑO

FIDEL MUNNIGH

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ara esta época del año uno debiera retirarse a un lugar apartado, solitario, hacer silencio y dialogar sólo con los campos y los árboles y los animales. Aprender a renunciar a tantas cosas inútiles, tener el coraje suficiente para no hacer lo que no nos gusta y desaparecer por un tiempo hasta que los demás nos extrañen. Tomar distancia frente a las cosas mismas, mirarlas como desde arriba, para eludir su contaminación vulgar. Saber decirle No a todo lo que no nos hace felices. Quitarnos gente necia de encima y de en medio. Saber escoger esa hora precisa, maravillosa en que todo cuanto creemos importante pierde su importancia. Elegir, en la alta noche, cuando no conciliamos el sueño tras el tercer cigarrillo o la última copa de vino, ese instante único en que podemos estar solos, irremediablemente solos en este mundo de Dios, explorar las infinitas posibilidades del insomnio para pasar revista a todo, al mundo, a la vida, a Dios, a nosotros y a los otros, sin complacencia y sin contemplaciones. Evito la escritura de efemérides, la prosa de ocasión y vida efímera que mañana mismo será olvidada. Para mí el acto de escribir está íntimamente ligado a un afán de permanencia. Al escribir, lo que más me importa es lo que quedará de todo esto. Quiero durar. Pero intento ser sensato. No ignoro que, para ciertas fechas del año, la gente quiere saber de cosas dulces y bellas, de noticias refrescantes, de lecturas complacientes que no amarguen la conciencia. Quiere una tregua. Demanda optimismo, razones luminosas para seguir viviendo, aun cuando ya no haya valores eternos inscritos en el cielo enrojecido de este tiempo crepuscular. Por un momento, la crítica deja de ser incisiva y demoledora para volverse constructiva y conciliadora. Tal vez mi probable lector demande ilusiones y esperanzas. Siento mucho no poder complacerlo. No creo que sea ésa mi misión al escribir. Todo lo más que puedo hacer es invitarle cortésmente a meditar en serio sobre los seres y las cosas que le rodean y constituyen el entorno de su existencia. Acude a mi memoria el recuerdo de navidades pasadas lejos de la isla. Eran los ya lejanos años ochenta y noventa. Yo salía a las calles de Praga, veía a la gente caminar deprisa y preocupada, veía a los checos con sus hermosas y elegantes mujeres marchar como tontos, como locos detrás de su prometida porción de felicidad terrenal; los veía debatirse con sus grandes problemas de libertad y sus afanes de consumo. Nunca los vi sonreír hasta aquel otoño feliz de 1989. Entonces sonrieron y sus rostros se iluminaron. Años después volví a verlos y ya habían perdido aquella sonrisa luminosa. Salgo ahora a las calles de Santo Domingo, mi ciudad, y…¿qué veo? Veo a los dominicanos, mis compatriotas, debatirse entre la esperanza y el desencanto, ansiando una mejor vida. Trato de leer en sus rostros. Cuando caminan solos, rara vez sonríen y siempre ponen cara de preocupados. Los veo quejarse, intranquilos, nerviosos, acelerados hasta al ir de compras. Los veo agresivos, groseros, violentos. Son seres ansiosos y tensos que se merecen un respiro. No voy donde no me llaman y evito dar consejos (ni siquiera útiles) a quien no me los pide. Y a quien me los pide, se los doy con un sentimiento lleno de duda porque, a fin de cuentas, quien pide consejos nunca se lleva de lo aconsejado y siempre termina haciendo lo que le viene en gana. Así que, ¿para qué darlos? Pero si algún buen consejo tuviera que ofrecer sería este: sacar hoy mismo, sin demoras, unas pocas horas de meditación solitaria para revisarnos y vernos claramente como frente a un espejo. Si alguna oportunidad vale la pena aprovechar en este mundo de meras circunstancias, es la de volvernos más lúcidos, más agudos, más críticos y autocríticos. La lucidez descarnada, ese instante de revelación único, no tiene precio. Eludo las etiquetas. No se trata de ser optimista o pesimista, que sólo son actitudes, ambas igualmente legítimas y vanas. De lo

que se trata es de ser lúcido, y punto. Los políticos, por ejemplo, nos prometen el cielo en la tierra, un presente más limpio y un futuro mejor, pero no hay que creerles en absoluto. Hay que desconfiar de ellos, de su palabra engañosa. Hay que escuchar al corazón, a la sangre, al instinto. El espíritu nos engaña, nos induce a error, nos invita a creer, a confiar, sí, pero el instinto, la memoria, la experiencia de la vida, nos llevan a descreer,

a desconfiar. Si la vida es simulacro y engaño continuos, la lucidez (siempre escéptica, como lo sabía Cioran) es un ejercicio de desengaño, de des-fascinación. El año se acaba. Desde mi escritorio miro a través de la ventana las luces de la ciudad, los edificios públicos adornados por bombillitas navideñas, y siento que es una verdadera dicha que aún podamos compartir en este mundo desolado.

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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/ Edwin Espinal

ADN, filiación y genealogía

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as moléculas de ácido desoxirribonucleico (ADN) contienen toda la información genética que se transmite de generación en generación y son la base esencial de los genes, contenidos a su vez en los cromosomas, estructuras presentes en cada una de las células de los seres humanos, a razón de 23 pares diferentes en cada una, procediendo uno de los miembros de cada par de la madre y del padre. El estudio del ADN a través de la sangre u otros elementos del cuerpo humano es hoy por hoy una herramienta esencial para las investigaciones de paternidad, de modo que a través del mismo puede conocerse la filiación paterna de una persona con proximidad a una certeza suficiente y excluyente de pruebas testimoniales y documentales. “Las pruebas de ADN” – como enseña la Lic. Patria Rivas – “alcanzan más allá de los límites de la prueba convencional dirigiéndose desde una probabilidad hasta un hecho seguro”. Tribunales de primer y segundo grado han otorgado pleno valor a las pruebas de ADN en casos en que se discute la filiación paterna, y la propia Suprema Corte de Justicia ha tenido también la oportunidad de aquilatar su importancia. En efecto, en una sentencia del 2 de septiembre de 2009, la Cámara Civil de la Suprema Corte de Justicia reconoció que “la prueba de ADN, nombre genérico con que se designa el ácido desoxirribonucleico, sustancia responsable de transmisión de los caracteres hereditarios, ha pasado a constituir un elemento fundamental en las investigaciones forenses, biológicas, médicas, de ingeniería genética y en todo estudio científico en el que se hace necesario un análisis genético; (…) en ese orden, es hoy admitido que la prueba de ADN es la manera más precisa y concluyente de determinar la paternidad más allá de toda duda razonable”. Respecto de su fiabilidad, en la misma decisión, ponderó que “es hoy unánimemente reconocido entre investigadores y científicos de la genética forense, que (…) el grado de certeza racional en la determinación positiva de la paternidad se ha establecido en una Probabilidad de Paternidad mínima de 99.73%, y que sólo en los casos en que no se alcance ese 99.73%, el juez debe solicitar la realización de pruebas adicionales, sean de ADN o de otros sistemas genéticos, hasta alcanzar una probabilidad mayor a la señalada o más de dos exclusiones entre el presunto padre y el hijo o hija; (…) cualquier valor superior al 99.73% corresponde a una paternidad prácticamente probada, criterio consagrado por la jurisprudencia tanto nacional como internacional”. Ese porcentaje, sigue diciendo nuestro más alto tribunal, “le confiere a la prueba de paternidad un carácter autónomo, conforme lo ha admitido la Sociedad Internacional de Hemogenética Forense (ISFH), entidad que agrupa a más de 500 laboratorios en todo el mundo, entre ellos dominicanos; (…) cuando se obtiene una probabilidad de igual o mayor al 99.73%, (…) la paternidad investigada se debe tener por probada, en forma clara y fehaciente”. Como enseña la Lic. Rivas, los resultados de la prueba de filiación son dos: exclusión o inclusión. La inclusión se traduce como una probabilidad de paternidad y la exclusión “es la demostración científica de que un varón está equivocadamente acusado de una determinada paternidad biológica”. Desde el punto de vista genealógico, la inclusión o exclusión de la paternidad “completará” o no el árbol genealógico de una persona, al revelar o no sus ascendientes y colaterales por línea paterna.

Instituto Dominicano de Genealogía

Encuentros

HOY

MU-KIEN ADRIANA SANG

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Sueños para el 2013 Oda a la esperanza Crepúsculo marino, en medio de mi vida, las olas como uvas, la soledad del cielo, me llenas y desbordas, todo el mar, todo el cielo, movimiento y espacio, los batallones blancos de la espuma, la tierra anaranjada, la cintura incendiada del sol en agonía, tantos dones y dones, aves que acuden a sus sueños, y el mar, el mar, aroma suspendido, coro de sal sonora, mientras tanto, nosotros, los hombres, junto al agua, luchando y esperando, junto al mar, esperando.

Las olas dicen a la costa firme: “Todo será cumplido". Pablo Neruda

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n dos días el 2013 anunciará su llegada. Muchos de nosotros se apresurarán a hacer balance comparativo con su vieja lista de propósitos a fin de actualizarla. Los abrazos entre amigos y familiares colmarán esos días. Las salutaciones sinceras, las felicitaciones obligadas por el código de buena conducta y la alegría de compartir un año más de vida, se unirán en un grito colectivo, cuando a las 12 de la noche del 31 de diciembre las campanas de las iglesias anunciarán la llegada del niño que se hará viejo en 365 días. Amante de las listas organizativas, porque hago lista de todo: del súper, de los títulos de mis artículos, de los pendientes de investigación, de los pendientes de la casa, de los pendientes personales, de los posibles títulos de los próximos libros, de las compras... hice mi lista de regalos, que no son más que sueños. De cumplirse, confieso que sería la mujer más feliz de la tierra. No elaboré un glosario personal de cosas que quiero cumplir. Me siento feliz y satisfecha con lo poco o lo mucho que tengo, que hago cada día y que he logrado construir gracias al esfuerzo. Prefiero pedir por este terruño de mis amores, dolores, sinsabores y mis ilusiones. Mi mayor regalo es que en el 2013 se inicien los primeros pasos para una verdadera democracia institucionalizada; en la cual el peso de la ley sea igual para todo el mundo. Que la justicia cumpla con el deber de ser verdaderamente ciega y no se ensañe solo con los delincuentes pequeños, sino que actúe con la misma fuerza con los que depredaron el erario público. No cabría en mi corazón el gozo que me produciría ver que la violencia disminuya, que los feminicidios no sean tan frecuentes y cotidianos, y sobre todo, que los asaltos no conviertan nuestra sociedad en la ley de la Selva. ¡Dios nos libre y nos ampare! Sería feliz si en el primer cuatrimestre del 2013 se dieran los pasos firmes para una reforma de la Policía. Que los uniformados involucrados en actos delictivos no sólo sean expulsados con deshonra, sino sometidos a la justicia. Uno de los mayores regalos para mí y para el país sería el abandono de las prácticas clientelares. Que los barriles, baúles u otro depósito para guardar dinero en el Congreso y otras dependencias públicas sean borrados del firmamento político.

Pero quiero más, mucho más: 1. Quiero que la inversión del 4% del PIB en educación se transfiera a los que verdaderamente lo necesitan: las escuelas, los estudiantes y los profesores. 2. Quiero que la promesa del Presidente se cumpla. Dijo que sería intransigente con los funcionarios que abusen de su confianza, o que utilicen el cargo para traficar influencias o para delinquir. Quiero medidas ejemplares. Quiero que se inspeccione cada ministerio para ver si es verdad que se cumple con lo establecido por la Ley de Administración Pública. Porque lo que se escucha en las esquinas, es que la reducción de los viceministros es sólo formal y nominal. El Estado obeso, casi en obesidad mórbida como el nuestro, facilita la corrupción, y dificulta casi hasta lo imposible, la institucionalidad del Estado. 3. No quiero la mal llamada Reforma Fiscal, ya lo he dicho. Es un eufemismo para cargar de impuestos a la población. Pero como ya es un hecho, exijo resultados. Y así como yo tendré que sufrir la reducción de mis ingresos, quiero ver la austeridad en TODAS Y CADA UNA DE LAS DEPENDENCIAS GUBERNAMENTALES Y EN TODOS Y CADA UNO DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS.

4. Quiero partidos políticos fuertes, democráticos y renovados. Una oposición que haga realmente su papel. Un partido en el poder que sea autocrítico de sus propios errores. Quiero más, mucho más. Quiero una juventud comprometida con el futuro de su nación. Quiero una nación unida en el compromiso de enarbolar una bandera distinta al oportunismo, al arribismo y al clientelismo. Quiero que juntos caminemos por el sendero de la decencia, la honestidad, la ética, la justicia y la responsabilidad ciudadana. Pero sobre todo, deseo que el amor sincero y verdadero permee la sociedad y todos los corazones de los hombres y mujeres que nos hacemos llamar seres comprometidos con la verdad y el futuro. ¿Sueños imposibles? Es verdad. ¿Utopía? Puede ser, pero me permite, como dice Galeano, divisar un horizonte para caminar. mu-kiensang@hotmail.com mu-kiensang@pucmm.edu.do


DELIA BLANCO

De Señal a Señal

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HOY

AMÉRICA LATINA Y LOS PAISES ÁRABES UNA AVENTURA DE LA DIVERSIDAD

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on los recientes acontecimientos en Oriente que están acercando los países árabes a América Latina, gracias a las dinámicas diplomáticas lanzadas desde hace más de diez años en varios foros bi-regionales como fue el celebrado en Brasilia en el año 2005, y recientemente en Lima, Perú, entre otros de gran importancia. Nos crea un “déja-vu”, porque no podemos olvidarnos de don Simón Haché, a quien conocimos en el hotel Mercedes de Santiago de los Caballeros, hotel donde él vivía y con quien compartimos cada fin de semana para cumplir nuestro compromiso de docencia en la Pucamaima, a finales de los 60. Fue a través de sus recuerdos y memorias que nos apasionó la aventura migratoria humana de los árabes en esta y otras islas. Y luego, al regresar a París, y continuar otros estudios en la Universidad París IV, la Sorbona, nos fuimos interesando por el conjunto de esta diáspora en toda América Latina, queriendo saber y conocer cada vez más. También contribuyó a apasionarnos sobre el tema lo que nos enseñaban nuestras lecturas literarias de García Márquez, en las que siempre aparece en trasfondo un árabe, o mejor dicho un turco. Esta curiosidad también se impuso para muchas estudiantes y profesores de mi generación, pues en la década del 80 no estaba claramente definida la ubicación histórica ni antropológica de la comunidad árabe en la Nación Capital Primada de América, ni en el conjunto del continente suramericano. Nos llamó y nos sigue llamando la atención cuando se trata de turco a un árabe de ascendencia libanesa, siria, palestina, jordana, iraquí, etc. Entendimos que el adjetivo ubica rápidamente la manera expeditiva e impropia para definir a los descendientes de una de las mayores y más antiguas civilizaciones de la humanidad. El nominativo “turco” tenemos que reubicarlo en su dimensión humana para evitar un error y hasta una equivocación del espíritu, pues estamos hablando del conjunto de los árabes que tuvieron el valor y el coraje de huir de la opresión del imperio otomano, sin saber a donde llegarían…y llegaron a América Latina a finales del siglo XIX, principios del veinte, años en que sus tierras de origen se definieron y trazaron dándoles a los que se quedaron en sus pueblos y montañas la nacionalidad libanesa, siria y palestina. Volviendo a don Simón Haché, él contaba que los que se fueron para evitar la opresión turca-otomana se montaron en el primer barco, llegaron a Nueva York, y muchos como él y su madre siguieron el viaje hasta estas tierras, huyendo del frío. Pero resulta que detrás de toda anécdota humana hay que buscar la historia oficial, y en este caso es muy precisa, América Latina cuenta con una diáspora árabe de 22 millones de ciudadanos de origen católico en su mayoría, pertenecientes al catolicismo oriental maronita. Muchos asimilan y mezclan la “arabeidad” con el islam, que cuenta en amplia mayoría, pero no podemos obviar ni descartar la importancia del cristianismo de oriente y mucho menos si pensamos que ha sido a lo largo de toda su historia abierta, culta y erudita. A pesar de ser minoritario, el clero oriental ha contribuido extensamente en el conocimiento y el estudio de las escrituras santas, de tal manera, que tenemos una diáspora cristiana árabe en América Latina, que se integró por el trabajo y la fe a este Nuevo Mundo, contribuyendo a su desarrollo tanto en el campo agrícola como en el comercial, terrestre y marítimo. Esta diáspora árabe de principios de siglo XX dejó huellas profundas en el crecimiento económico de América Latina, es dentro de este contexto que la nación dominicana se integra con naturalidad al movimiento político y diplomático que grandes dirigentes, como Lula Da Silva, inician en el 2003, visitando los países del Medio Oriente y entablando lazos diplomáticos entre los países

ciudad de Petra, en Jordania

árabes y latinoamericanos, considerando una realidad geopolítica y humana, sin que nadie se pierda en los datos. América Latina tiene estadísticas de 400 millones de habitantes, el mundo árabe 300, en una palabra, estamos frente a un potencial de producción y consumo de 700 millones de ciudadanos y ciudadanas, y tal como expresa el profesor e investigador francés Dabéne: “Estamos frente a una realidad que puede significar un gran equilibrio económico”… Pero si las razones económicas son fundamentales en las nuevas estrategias políticas entre América Latina, el Caribe y el mundo árabe, tenemos también un extraordinario potencial cultural y científico que compartir. Por ejemplo, la cantante y bailarina colombiana Shakira hiciera sonar la rítmica árabe en sus tonalidades vocales cuando se inspira de la gran árabe Fayruz, que fusiona con el estilo vocal de Madona. Nuestro patrimonio cultural árabe-latinoamericano debe contarse también a través de la comunidad palestina de Chile, que significa ser la diáspora más grande a nivel del planeta, grupo migratorio que cuenta entre sus hijos a uno de los mayores cineastas chilenos, el intelectual Miguel Littin. En Ecuador, podemos mencionar a la intelectual y ministra señora Telle, de origen árabe. En República Dominicana, la comunidad palestina y sirio-libanesa participó y sigue participando en el desarrollo económico y cultural del país, contando grandes hombres políticos, como el expresidente Jacobo Majluta, y las familias de distinguidos apellidos como los Haché, los Khoury, Cury, Elmúdesi, Tactuk, Najri, Sadhalá, Zaglul, Hazim, Dájer, Nader, Jana, Hasbun, Hued, entre otros de igual importancia, que llevaron la ciudad del Este San Pedro de Macorís a la distinción del denominativo “La Gran Sultana”. Queremos resaltar la especificidad de la “dominicanidad” con el aporte árabe, y debemos investigar, pues probablemente que ya desde el sigo XV llegaron a estas tierras españoles andaluces con fuertes características de la civilización árabe que heredaron los españoles durante cinco siglos. Es en nombre de todos estos aspectos que debemos sentir con orgullo todo lo que acerca América Latina a los países árabes, como el recibimiento que don Leonel Fernández, pasado presidente de la República, externó en el Palacio Nacional al recibir al líder y jefe palestino Mahmoud Abbas, antes de que Palestina fuera reconocida por la ONU como país observador. Notemos que la casi totalidad de los países latinoamericanos dieron su voto a Palestina. Todos los pasos que se han ido dando desde hace ocho años en dirección de abrir una diplomacia activa con Jordania y

Patio de los Leones de la Alhambra de Granada.

con Qatar, son iniciativas que preparan el porvenir y el futuro económico del Caribe como región que cuenta, pues no podemos descartar los nuevos horizontes que imponen los desafíos del siglo XXI. Desafíos de paz, de reconciliaciones y de desarrollo, pero también, de nuevos platillos en la construcción de la paz en Medio Oriente, pues, si la diáspora hebrea cuenta en la política norteamericana en dirección del conflicto israelí-palestino, es justo que la diáspora árabe de América Latina pueda contar con dirigentes latinoamericanos, como Lula Da Silva, Correa, Chávez y Leonel Fernández, quienes dirigen y apuntan hacia nuevos equilibrios en la panorámica internacional, y que están construyendo una nueva visibilidad de una nueva cultura política de América Latina y del Caribe. Debemos estar orgullosos de que estos políticos tracen estas nuevas perspectivas, y que los demás dirigentes de la región se unan a estas acciones.

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Literatura

HOY

OFELIA BERRIDO

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Lenguaje literario

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l escritor en su búsqueda personal para entender el mundo sabe que su misión es explorar la naturaleza de la existencia humana para ser capaz de entenderla, revelarla y aproximarse a través de su obra al destino de la humanidad. Crea mundos alternos, realidades nuevas, historias y poemas que surgen de su mente fértil y creadora y trasforma la manera en que percibimos el mundo. El lenguaje literario siempre será un arte comprometido porque invariablemente atestigua e indaga sobre lo humano: el sufrimiento que no nos da suspiro; el dolor y la angustia de la existencia; los deseos y pasiones que nos arrastran por senderos inesperados; y el misterio del apetito insaciable de permanencia, aun sabiéndonos mortales… como si todo fuera dulce y fácil y no fuéramos seres de una fragilidad inquietante. El lenguaje literario está hecho para mostrar la realidad individual y colectiva a través de la mentira que guía el alma hacia la “verdad”. Cuando al lenguaje, que usualmente usamos para comunicarnos de forma cotidiana, le damos un giro estético estamos frente al lenguaje literario. Este proceso de refinamiento o lustración se realiza mediante técnicas especiales con la intención de impactar la imaginación, las emociones, la inteligencia y la memoria. Este sistema de códigos con cuyo favor se designan los objetos del mundo exterior e interior es la materia prima para mostrar un mundo diferente del ordinario: los seres, sus acciones, cualidades, sentimientos, emociones y relaciones… Si bien el lenguaje literario es altamente estructurado y, por tanto, el de mayor complejidad lingüística, nos libera de la palabra fría, de lo burdo, de la realidad decepcionante y de lo fatuo de los discursos manipuladores; y así, nos permite penetrar el paraíso de la palabra bella que seduce y sorprende debido al uso de los recursos literarios que incluyen la función poética y la función emotiva. Se caracteriza por la justa disposición de los vocablos, la sonoridad de las combinaciones, los significados ajustados al sentido preciso y el contenido del mensaje expuesto de la forma idónea. Aunque se busca, como con cualquier lenguaje, comunicar un mensaje a través de un emisor hacia un receptor, el uso y las expresiones serán distintas. Si bien el lenguaje del cual nos valemos en el diario vivir es denotativo (es decir, todo está dicho en la frase y por tanto no hay motivos para activar la imaginación o suponer más allá del texto); en el caso del lenguaje literario, este lleva en su seno una forma de expresión de pura connotación, ya que no expresa una objetividad directa ni significados únicos, lo que permite múltiples interpretaciones y sentidos. Las palabras van más allá de lo dicho, porque el texto literario tiene la capacidad de permitir múltiples lecturas. Por otro lado, es un lenguaje figurado que busca sugerir al lector imágenes propias a través de otras plasmadas por el escritor a través del lenguaje literario esculpido con metáforas y simbolismos. Al contrario de lo que ocurre con el texto normal que posee una finalidad pragmática y no estética. El autor con su estilo, es decir, con su manera única de decir, convierte un texto ordinario en uno literario cuando el texto es tocado con la función poética propia de su voz personal. Este tipo de escrito rico en forma y contenido perdura en el tiempo. De ahí que los refranes, las canciones, las coplas y las palabras literarias sometidas a un proceso de estilización, perduren por su belleza en la memoria colectiva durante siglos, mientras que las creaciones sin intención estética ni profunda perecen. La interpretación y la percepción estética constituyen de hecho la finalidad del arte. La comunicación ordinaria sin intención estética tiende a ser transitoria, no perdura más que en su función utilitaria, aunque sin duda tiene una importancia vital. Por otro lado, según Benedicte de Boysson y Bardies “las vocales tanto en narrativa como en poesía tienen una sonoridad, una cualidad acústica que se convierte en colorido. Portan las marcas de acento, intensidad y altura y basándose en ellas juegan con su color y su sonoridad para crear las sutilezas de las sensaciones y las emociones. Y es que en un texto literario verdadero los sonidos poseen una poesía natural”.

La musicalidad de los textos literarios se basa en parámetros acústicos que influyen a todo lo largo del enunciado y sus tres dimensiones principales son la frecuencia, la intensidad y la calidad de la voz. La altura genera melodía o entonación, las duraciones de los sonidos y los silencios, así como los cambios de intensidad concurren para dar al amanecer su ritmo. Sin duda, la entonación se combina con la sintaxis para dar las indicaciones sobre los bloques concretos que se deben segmentar para comprender mejor el sentido. El autor es dueño de las palabras que emplea, pero no siempre del sentido que le atribuirá el lector. Y es que el sentido de una palabra depende tanto de la oración y el contexto en que se emplea, como de los conocimientos individuales que no necesariamente comparte el escritor con el lector de la obra de arte. El autor debe convertir en realidad lo que expresa a pesar de que hay sentimientos complejos y difíciles de expresar. Las experiencias místicas no se dejan atrapar en palabras, pero nombrarlas es imprescindible para el escritor porque fundamenta la cosa al hacer posible que se hable de ella, individualizando el saber. Además y como bien dijo Ortega y Gasset sobre la obra de arte”….para que tenga valor y peso debe tener un componente espiritual que le permita poseer un carácter perspicaz e inteligente y toque el alma de los lectores”. La fuerza y el poder inconmensurable de

la palabra deposita sobre los hombros del escritor una responsabilidad con la que debe cumplir porque aquello que dice impactará a mucha gente en el discurrir del tiempo. Recordemos las palabras de Bruno Rosario Candelier en su libro El pensamiento creativo cuando nos hace ver que el autor es hijo de su tiempo:

“El sujeto creador, como cualquier persona del conglomerado social, se encuentra instalado en una realidad histórica, social, lingüística, antropológica y cultural desde la cual asume sus valores, principios y creencias para desarrollar sus condiciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales”. La importancia del lenguaje literario radica en que el escritor es el resultado del resto del mundo, él y su lector son la sombra uno del otro. Uno es el otro, el otro es él mismo: la obra literaria pone al descubierto su unicidad. El que lee y recrea es tan autor como el que escribe la pieza literaria. Ver a uno es ver al otro disipando en el tiempo y en el espacio las fronteras entre la ficción y la realidad para ser capaces de procrear una vida más tolerable y entendible por el bien de la humanidad. La obra literaria importante es aquella que es capaz de trasformar al ser humano con su contenido y su belleza; es aquella que permite abrir las puertas de caminos que nos conducirán al encuentro con grandes secretos que el subconsciente develará en el mundo de la belleza pura del lenguaje literario.


Folklore

AREÍTO

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HOY

¡¡¡ LA TAMBORA…. ES ABORIGEN !!!

FERNANDO CASADO

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l proceso de aculturación de nuestra tambora se hace más relevante ante la irrupción del “tamboril regional español”. Expresión instrumental, fundamentalmente trascendente en la síntesis del criollo instrumento, desde la inserción conquistadora. La prehistoria le ubica entre elementos pictografiados en las cantigas de Alfonso X. Luego, el desconcertante descubrimiento de doña Flérida de Nolasco en estas remotas cantigas, en cuanto a la presencia de rasgos musicales similares a nuestro “carabiné”, nos obliga a replantear y redimensionar sus afirmaciones en un plano trascendental, ante el surgimiento de un segundo y espectacular elemento, intrínseca y esencialmente ligado a las raíces viscerales de la música dominicana: “Para llegar hasta el remoto origen del carabiné tendríamos que retroceder al siglo XIII, a las Cantigas de Alfonso el Sabio, donde fui yo la primera en encontrar su germen rítmico en la Cantiga 299, que es un claro e indiscutible modelo de lo que debía ser andando los siglos la danza antillana”. (F. Nolasco). La síntesis del “tamboril español” y la “tambora” aborigen “de una calabaza con dos pieles de jutía”, es síntoma inequívoco de sólida concreción cultural. Colón transporta desde Canarias variedades de especies: cabras (chivos), ovejas, etc., utilizados, tradicionalmente, para encorar igualmente el “tamboril español”. La similitud en términos físicos. El excepcional “golpeo de abajo hacia arriba”, tradición en nuestros tamboreros. El hoyuelo para que “respire” el repique, así como detalles de construcción y ejecución, coinciden en más que determinantes similitudes. La “tambora” de tablillas es evolución hacia una mayor amplificación del sonido, que su elemental tamborillo no aportaba. La “intensificación” sonora era ejercicio y empeño del aborigen, de ahí el “mayouacan”, el “fotuto”, o el “caracol” para comunicarse a distancia. Es contundente y definitor el rasgo similar del “tamboril español” percutido con UN SOLO “PALITO”. Las referencias son tan iguales que podrían asumirse a nuestra “tambora” y no al “tamboril español”: “Atendiendo a su clasificación, el tamboril es un membranófono cilíndrico percutido con baqueta. El sonido se genera al dar un golpe con un palo en una membrana tensa... El cuerpo cilíndrico puede fabricarse de un tronco ahuecado, una lata vacía o una chapa de madera a la que se da forma cilíndrica. La piel puede ser de cabra (¡¡chivo!!, F.C.), oveja o más raramente de perro (existía el perro mudo aborigen) o venado. Las pieles se tensan con cuerdas y abrazaderas de cuero… La técnica de golpeo es de abajo hacia arriba y con movimientos de muñeca, tejiendo ritmos rápidos y recargados… Se utiliza eficazmente el golpeo en el aro y otras partes del parche logrando distintas intensidades sonoras (como en la sierra salmantina y norte de Cáceres). “En todos los casos el tamboril se golpea con una sola baqueta y con la mano derecha”… “hacer un pequeño agujerito (de unos 6 u 8 mm) en el centro del cuerpo del tamborete para que salga el aire al golpear el parche cuando tocamos”… “En la época de Carlos V (el emperador Carlos V fue quien propiciara el acuerdo de paz con Enriquillo, F. C.) y posteriores, el tamborilero era el que enseñaba las danzas y bailes en la corte, teniendo puestos privilegiados ente los servidores”. La lista de regiones de España donde ha vestido la tradición el prehistórico “tamboril” podría lucir exagerada, más su herencia nos crece exuberante frente a los montes heroicos del Cibao. Con su enramada de sonrisas y mujeres hermosas o sus héroes vestidos de sueños y banderas, donde retumba al cinto del canto el merengue en polvareda de siglos o el machete glorioso donde comenzaron a inventar la historia. ¿De dónde surgió el nombre de aquel Edén cibaeño?: “Tamboril”. Es hora de decirlo. Los entusiastas y muy bien enterados tamborileños nos cuentan la “historia de su fundación”: Primera versión: “Que ¿de dónde vino ese nombre? Bueno, los entendidos saben que la variedad más grande de tambores la tienen

los españoles, y precisamente ellos tienen una especie de tambor que se llama tamboril, lo que da pie para que más o menos creamos en una versión dada amén una de mis investigaciones. Dado a nuestro clima, era frecuente el paso de los españoles por esta zona. Un día hicieron ellos un campamento, abrieron sus casas de campaña y se alojaron en la orilla de un arroyo situado en el este de nuestro territorio, que bajaba de la cordillera Septentrional y al llegar a la parte llana formaba un pequeño charco o poza. En ese charquito caían las piedras arrastradas por el arroyo, produciendo un sonido extraño, y el español al escucharlo exclamó muy admirado: ¡¡ suena como un tamboril!!. Hoy es Tamboril el municipio más industrializado que tiene el país….”. Segunda versión: “Tamboril, cuyo nombre poético se remonta a la colonización y conquista española, tiene un historial de luchas y sus habitantes se enfrentan ahora decididos a su progreso y bienestar”. “La tradición señala que al paso de la hueste de Ginés de Gorvalán por la humilde aldea indígena que allí existía, acamparon cerca de las aguas crecidas del arroyo y a ellos les pareció que sonaban durante la noche como especie de un tamborito”. Este hermoso pedazo de tradición, objetiva históricamente el contacto entre aquellos de “la humilde aldea indígena que allí existía” y el rumoroso “Tamboril” de Ginés de Gorvalán. La profundidad intrínseca de nuestras convicciones como pueblo y su decisión inquebrantable, en términos de la nación que hemos decidido ser, comienza en el aborigen. Un Enriquillo da el paso. El pasado habla en voz alta y marca notoriamente esa diferencia conceptual. Los héroes silenciosos que Trujillo hubo de asesinar pavimentarían el crespón de la historia desde el Altar del Sueño hasta el Morro Cristeño lejano. El reto, evidencia una conciencia superior en nuestros actos. Dolor de juventudes de todas las edades echarían a volar sus vidas, desgarran-

do sus alas por una patria honrosa, en el agonizar del arenal enrojecido o el lunar silencioso en la nuca junto a la pared arrodillada. La negritud no es un estigma. El hombre será condenado por su conducta o sus ideas, no por el matiz de su pellejo. La mulatez hermosa que nos retrata es un fermento aromático de sabor y destilado diferente, donde lo sustancial, no responde, ni tiene relación obligada, con el color del contenido. La maldad o bondad es humana, no tiene raza ni pellejo. No nos hace superiores el pellejo blanco o inferiores el pellejo negro o el pellejo culpable. Con la etnia nacemos inevitablemente. La cultura requiere de un largo abono para enraizarse en el latir de un pueblo. Nuestro eje racial es mulato… pero nuestra cultura despierta nos ha convertido en un grupo diferente al resto. La elocuencia de la historia lo estruja al rostro de una realidad, en distancia y estatura, recargada de dolorosas experiencias a nuestro alrededor. Debemos estar conscientes y orgullosos de nuestra fortaleza cultural histórica, y su fidelidad no admite concesiones. Su huella, somos nosotros. Desde el balcón del tiempo, nuestras herencias nos gritan un merengue eterno y el latir de una tambora bajo la enramada azul, sin que importe el color de los pasos o las nubes… solo la fe en lo nuestro y el orgullo de defender lo que fuimos, somos y hemos decidido ser !!

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AREÍTO

Sábado 29 de diciembre de 2012

Arte Contemporáneo

HOY

PHOTOIMAGEN 2012 ¡Reafirma vitalidad de la creación fotográfica en Santo Domingo!

Diogenes Moura. Escritor y curador brasileño.

Sara Hermann, Mayra Johnson y Carlos Acero Ruiz, principales responsables de Photoimagen 2012.

Fausto Ortiz. Deidades ajenas ll.

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AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ

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al como ya he advertido, en el panorama de la fotografía artística dominicana contemporánea se registra tal vastedad de producción y convicciones estéticas que hasta nos gastamos el lujo de tener en plena vigencia a reconocidos profesionales que persisten desafiando sus propios ciclos “biológico-creativos” como taumaturgos de la imagen manierista a través del dispositivo tecnológico. Esto es cifra cristalina en artistas como Domingo Batista, Luis Nova y su notable “legión” de seguidores. Desde luego, aquí se admiten los auténticos aciertos creativos, así como el reconocimiento y el respeto que durante las décadas de los 80 y 90 del siglo XX obtienen nuestros más importantes artistas del lente en el plano internacional. Producciones y trayectorias esenciales como las de Wifredo García, Martín López, Mariano Hernández, Faustino Pérez, Polibio Díaz, Miguel Cruz, Mayra Johnson, Fausto Ortiz y Evelyn Espaillat, entre otros y otras no menos respetables, resultan claves a la hora de confrontar la pluralidad de opciones imaginativas, la manipulación creativa de los recursos tecnológicos y la misma singularidad discursiva. Sin dudas, el evento cumbre de la fotografía en la República Dominicana es Photoimagen, creado por Mayra Johnson y la “Fundación Imagen 83” como festival anual en el 2006. Desde el 2008 se celebra cada dos años y en esta última etapa su evolución se aprecia de manera considerable en sus aspectos estructurales, organizativos y curatoriales, desbordando la isla y constituyéndose en una auténtica bienal internacional de fotografía al mismo tiempo que se proyecta en la actualidad como la más importante plataforma especializada en la difusión y reflexión de la fotografía artística contemporánea en la región del Caribe. En su sexta edición, inaugurada la noche del 4 de septiembre en el Museo de Arte Moderno y distinguiendo a Brasil como país invitado especial, el programa de “Photoimagen/Tránsitos-2012” incluyó más de 25 exposiciones con obras de más de 100 artistas procedentes de Brasil, México, Haití, Colombia, Costa Rica y República Dominicana. Durante un mes completo, las muestras individuales y colectivas ocuparon museos, galerías, instituciones culturales y espacios alternativos de Santo Domingo y Santiago de los Caballeros. El magno evento también incluyó un programa complementario de talleres a cargo de invitados internacionales, así como conferencias, charlas, ciclos de cine, visitas guiadas y concursos. El broche de oro fue el ya tradicional Rally Fotocultura, auspiciado por el Centro Cultural de España y que siempre

Participantes del Rally Fotocultura 2012 en la Ciudad Colonial.

tiene lugar en las calles de la Ciudad Colonial. Como era natural y de rigor, con cuatro exposiciones colectivas de alto nivel y artistas dominicanos e internacionales, el Museo de Arte Moderno acogió el componente más resistente y trascendente de “Photoimagen/Tránsitos/2012”. Me refiero a exposiciones como “¿De los hijos de la tierra?", curada por Diógenes Moura, quien reunió obras de una decena de artistas brasileños fundamentales, tales como Adenor Gondim, Claudia Guimarães, Cia. de Foto, Edu Simões, Helena Martins Costa, Mestre Júlio Santos, Marlene Bergamo, Pablo di Giulio, Ricardo Barcellos y Felipe Morozine. En “Reanimados”, Sara Hermann reunió fotografías de Gonzalo Cordero de Ciria, Thomas Pichardo, Elena Wen y Juan Carlos Guzmán. Asimismo, en “Tierra en trance”, Hermann incluyó obras de Quisqueya Henríquez, Manuel Mathiu, Máximo Castillo, Ariadna Canaán, Pancho Rodríguez y Fausto Ortiz, mientras que Carlos Acero Ruiz fue el curador responsable de “Memento Mori”, una importante colectiva con obras de artistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, México, Israel, Ecuador, Chile, Paraguay, Venezuela y República Dominicana. El Museo de las Casas Reales acogió la excelente colectiva titulada “A los lados del límite (RD-Haití)”, curada con esmero y precisión por Sara Hermann, logrando un diálogo intenso mediante la integración de las imágenes de las haitianas Tatiana Mora Liataud, Neviene Smith y Marie Elizabeth Ara-

go, con las de los dominicanos Pedro Farías Nardi, Pancho Rodríguez, Carlos Acero Ruiz y Mayra Johnson. De manera simultánea fue inaugurada la impactante muestra “Sudarios”, de la colombiana Erika Diettes, en la Capilla de los Remedios. Entre las instituciones y espacios culturales que soportaron y acogieron el amplio programa de actividades de Photoimagen-2012, destacan el Museo de Arte Moderno, Museo Bellapart, Museo de las Casas Reales, Capilla de los Remedios, Centro Cultural de España, Museo de la Resistencia, Fundación Silvano Lora, Casa de Teatro, Quinta Dominica, Centro Domínico Alemán, Arte Berri, Casa de Italia, Laboratorio Evolutivo de Arte Contemporáneo, Autozama, Instituto Cultural Domínico Americano, District & Co., Galería Arawak, Mesa Fine Art, Galería Bodden, Centro de la Imagen, Cinemateca Nacional, las embajadas de Brasil y los Estados Unidos. Ciertamente, con el éxito organizativo y los resultados incontrastables de Photoimagen 2012 se reafirma la vitalidad del espacio de la imaginación en Santo Domingo al mismo tiempo que se renueva el compromiso de sus fundadores y organizadores, especialmente de Mayra Johnson, a través de la Fundación Imagen 83 y el Centro de la Imagen, no sólo en la apertura de nuevos espacios para los fotógrafos y la creación visual dominicana contemporánea, sino también por su consagración y entusiasmo en mantener vivo el espíritu creativo, fraterno, abierto, expansivo, selectivo y reflexivo del mismo Festival.


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