3. Análisis y cuantificación del juego motriz aplicado a la salud escolar
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Para soportar las demandas bioenergéticas requeridas por escolares al practicar juegos motrices, precisan activar una serie de procesos orgánicos y sistémicos en función de las demandas y necesidades del juego motriz. Las diferentes vías energéticas y sus respectivos aportes para la contracción muscular y órganos comprometidos son dependientes de la intensidad, duración y volumen de la actividad desarrollada. El predominio y aporte energético, capacidad y/o potencia metabólica son requeridos con el propósito de mantener la actividad muscular durante la práctica de juegos motrices y así evitar la aparición de la fatiga prematura. El juego motriz estructurado puede ser utilizado como un potente agente, capaz de modificar la homeostasis, aumentado los requerimientos metabólicos en niños y niñas inactivos con riesgo cardiometabólico. Estructurar y analizar los alcances del juego motriz puede ser una excelente alternativa para cuantificar las cargas de un programa de entrenamiento desarrollado con base en este recurso pedagógico con orientación hacia la salud cardiovascular y metabólica. Y, de esta manera, para tomar decisiones al abordar al grupo curso, dadas por el diagnóstico inicial, se necesita que el profesorado considere los siguientes aspectos: I.
II.
Identificar las cualidades físicas que estimula cada juego y no solamente basarse en aspectos psicomotrices. La fuerza y resistencia son fundamentales para la mantención de la capacidad funcional (Booth y Zwetsloot, 2010) y la prevención del riesgo cardiometabólico. Debiesen estar presentes en cada juego seleccionado para la intervención. Ordenar la secuencia de presentación de los juegos motrices desarrollando sesiones concurrentes o combinadas intrasesión (resistencia y la fuerza en una misma sesión) e intersesiones (resistencia y fuerza desarrolladas de manera independientes). Los juegos seleccionados