Cr贸nicas Mayaventura
Primera edición en español 2015 Distribución mundial © 2015, Daniela Pérez Sosa, texto Ilustraciones: Mayte Paola Sosa Autor e ilustrador afirman el derecho moral de ser identificados como el autor e ilustrador de esta obra. Publicado originalmente por Key! Design bajo la colección: Crónicas D.R. © 2015, Key! Design Ernesto Cortazar 727, Tláhuac, C.P. 13020, México, D.F. www.key!design.com.mx Empresa certificada ISO 9001: 2008 Colección dirigida por Key!Design Proyecto editorial: Daniela Pérez Sosa Edición: Daniela Pérez Sosa Diseño gráfico: Key!Design Traducción a Chino: Alejandro Macedo, con permiso de Key!Design Comentarios y sugerencias buscacatarinas@keydesign.com Tel.: (55) 5842-4007 Se prohibe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin el consetimiento por escrito del titular de los derechos correspondientes. ISBN 978-607-16-0106-3 Se terminó de imprimir en abril de 2015 El tiraje fue 1000 ejemplares Impreso en México
Dan ela P茅rez Sosa
Cr贸nicas Mayaventura lustrac ones de
Mayte Paola Sosa
Key!Design
Mayaventura A todos los n 単os que sue単an Y a los no tan n 単os que recuerdan
Soy yo otra vez, muy contenta de contarles lo que me ha pasado, resulta que llevo 5 años viviendo en Cancún, después de llegar ahí en mi último viaje decidí quedarme gracias al clima, la comida, los paisajes y las personas que son tan amables.. y bueno, ahí comienza la aventura que estoy por contarles.
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Todo empezó un día como cualquier otro, mientras caminaba por la playa, un joven se acercó a mi preguntando si yo era la famosa viajera Daniela, él había escuchado muchas cosas sobre mi y mis viajes y creía que yo era la persona indicada para acompañarlo a explorar un bosque, pues había escuchado de algo sorprendente en él y necesitaba saber qué era exactamente.
Aunque la última vez había terminado agotada después de enfrentar tantos problemas, mi corazón de aventurera no pudo negarse... Salimos al día siguiente desde un hangar privado, resultó que César (el chico de la playa) era un investigador muy rico.
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El vuelo estaba resultando muy bien, hasta que una turbulencia nos sacudió, y el piloto nos dijo que lo mejor sería abandonar el avión en paracaídas… Yo estaba tan nerviosa que comencé a reír sin parar, casi entrando en pánico por el miedo a las alturas, pero César ayudó a tranquilizarme y entonces saltamos. Grité tanto como pude, me sorprendió darme cuenta que lo estaba disfrutando, la adrenalina recorría mis venas, ¡me sentí libre y feliz!
Llegamos al fin a tierra firme, no muy lejos de donde el avión debía aterrizar, comenzamos a caminar antes de que anocheciera, el camino estaba lleno de flora y fauna espectacular, no había ni un solo rastro de personas, solo la naturaleza que nos envolvía, caminamos entre enredaderas y lianas y podíamos disfrutar de los animales que curiosos nos veían avanzar; tucanes, mariposas, armadillos.
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También yo estaba asombrada y no veía ni por donde caminaba, por eso cuando pisé algo que parecía una serpiente corrí sin parar (no hay nada en el mundo que me asuste más que las serpientes), César fue a alcanzarme y casi sin aire me dijo que lo que había pisado no era más que una liana seca, ambos reímos un rato, y luego nos dimos cuenta que habíamos llegado a un lugar muy bonito, había agua y muchos árboles de frutas, habíamos caminado (y corrido) mucho y moríamos de hambre y sed, así que disfrutamos alegres de todos los manjares del bosque.
Cuando terminamos de comer decidimos seguir caminando, estábamos ya muy cerca de nuestro destino y fue cuando lo vimos… Enorme e imponente frente a nosotros estaba eso, lo que parecía una ciudad antigua, en el centro un templo y desde arriba cubriendo la entrada, una cascada enorme que llegaba a un canal y envolvía a todas las demás construcciones, había orquídeas y otras plantas, César no podía creer lo que veía y su asombro lo llevó a caer al agua, como todas nuestras cosas se había quedado en el avión, no tuvo de otra que esperar a secarse solo…
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Mientras, recogimos más provisiones y construimos un pequeño techo de ramas y hojas gigantes para protegernos y pasar la noche, no nos atrevíamos a pisar las construcciones por miedo a destruir algo, César comenzó a decirme que lo más probable era que se tratara de una ciudad perdida de los Mayas, pueblo sabio del México prehispánico...
Investigamos los alrededores y en efecto, encontramos evidencia de ello; estábamos frente a una de las ciudades más importantes del antiguo mundo, nos sentimos pequeñitos ante esa grandeza. Ahora el problema era esperar que alguien nos rescatara…
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Pasamos varios días en los que yo le pedía a mi compañero que me enseñara más cosas sobre los mayas y estaba fascinada, aunque también perdía la esperanza de que nos encontraran, ya habíamos logrado adaptarnos a muchas de las cosas que teníamos a la mano, pero un día al fin escuchamos el ruido de una avioneta, prendimos fuego sabiendo que podíamos controlarlo y entonces nos vieron, de la avioneta bajó mi mejor amiga, Valentina, llevaban mucho buscándonos y al fin estábamos juntas de nuevo... Más felices y emocionados que nada, listos para poder dar a conocer todo lo que descubrimos en medio del bosque.
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Se termin贸 de imprimir en abril de 2015 En taller de impresi贸n Espacio Dise帽o, de la UAM Xochimilco. El tiraje fue 1000 ejemplares M茅xico, D.F.