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Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Un grito eterno

Los encuentros del activismo feminista

Cantidad de asistentes por año a los ENM

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Edición Año Ciudad

I 1986 Buenos Aires II 1987 Córdoba III 1988 Mendoza IV 1989 Rosario V 1990 T. de Río Hondo VI 1991 Mar del Plata VII 1992 Neuquén VIII 1993 S. M. de Tucumán IX 1994 Corrientes X 1995 S. S. de Jujuy XI 1996 Buenos Aires XII 1997 San Juan XIII 1998 Resistencia XIV 1999 S. C. de Bariloche XV 2000 Paraná XVI 2001 La Plata XVII 2002 Salta XVIII 2003 Rosario XIX 2004 Mendoza XX 2005 Mar del Plata XXI 2006 S. S. de Jujuy XXII 2007 Córdoba XXIII 2008 Neuquén XXIV 2009 S. M. de Tucumán XXV 2010 Paraná XXVI 2011 S. C. de Bariloche XXVII 2012 Posadas XXVIII 2013 San Juan XXIX 2014 Salta XXX 2015 Mar del Plata XXXI 2016 Rosario XXXII 2017 Resistencia XXXIII 2018 Trelew

Fuente: Elaboración propia.

Provincia Asistentes

C.A.B.A Córdoba Mendoza Santa Fe Sgo. del Estero Buenos Aires Neuquén Tucumán Corrientes Jujuy C.A.B.A San Juan Chaco Río Negro Entre Ríos Buenos Aires Salta Santa Fe Mendoza Buenos Aires Jujuy Córdoba Neuquén Tucumán Entre Ríos Río Negro Misiones San Juan Salta Buenos Aires Santa Fe Chaco Chubut

1.000 600 1.800 - 2.000 3.000 4.000 7.000 - 8.000 4.000 - 5.000 5.000 - 7.000 No hay datos 7.000 15.000 5.200 - 8.000 10.000 5.000 - 13.000 13.000 15.000 17.000 15.000 15.000 - 20.000 15.000 - 30.000 10.000 - 15.000 15.000 - 30.000 5.000 20.000 25.000 - 30.000 18.000 25.000 - 30.000 20.000 35.000 - 40.000 (Todavía no se realizó) 50.000 - 65.000 70.000 60.000

Congreso de la Nación y en más de 120 ciudades de todo el país, y que se replicó en Europa, América Latina y el Caribe. Tampoco surge de 140 caracteres compartidos en la red social Twitter. Es heredera de ese activismo tenaz y persistente que se consolidó, principalmente, en los ENM, y que a la vez potencia la transversalidad que caracteriza al movimiento. Es un componente clave para la producción del acontecimiento y la consolidación de un sujeto político subestimado y omitido durante mucho tiempo, que se coloca como la oposición al gobierno neoliberal actual.

En 2002 ingresaron a los ENM las piqueteras, las asambleístas y sindicalistas permeando la composición. Post Ni Una Menos, el XXX Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Mar del Plata en 2015 con la presencia de unas 65.000 participantes, el número más alto en la historia de los ENM, unas 25.000 mujeres, lesbianas, travestis y trans más que el año anterior. Ese número aumentó en Rosario en 2016, con 70.000 participantes, y casi se sostuvo en Chaco en 2017. La mayoría de las nuevas participantes son jóvenes “sueltas” que no forman parte de un espacio militante pero se consideran feministas o están en el camino a serlo.

Es también en el marco del ENM que nació la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, específicamente en los encuentros realizados en Rosario en 2003 y en el XIX ENM desarrollado en Mendoza en 2004. Más de una docena de años de activismo dentro del movimiento de mujeres organizado son el suelo sólido que sostiene que, luego de la masificación del feminismo que produjo “Ni Una Menos”, un grupo de adolescentes vistiera de verde aborto para festejar su cambio de ciclo. d

Organizaciones feministas

Movimientos que luchan por los derechos de las mujeres en Argentina

Organizaciones

Campaña por el Aborto Legal Creación: 2005

Realizó el proyecto de ley para despenalizar y legalizar el aborto. Lema de la campaña: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.

Mumalá

Organización que realiza acciones para visibilizar las violencias de género. En 2017 lanzaron el Observatorio de la Violencia contra las Mujeres.

Fuente: Elaboración propia.

Red Par- Periodistas por una comunicación no sexista Creación: 2006

Red federal de periodistas y comunicadoras/es que hacen foco en la perspectiva de género. Desarrollo de decálogos y campañas.

Socorristas

Brindan acompañamiento y asistencia a mujeres que realizan abortos.

Católicas por el derecho a decidir Creación: 1993

Propiciar la reflexión-acción sobre cuestiones tales como: derechos reproductivos, sexualidad, salud y ciudadanía de la mujer, y sus relaciones con elementos religiosos. En este sentido, trabaja con actores diversos, buscando incidir, capacitar y fortalecer, generando herramientas para hacer efectivo el acceso de las mujeres a sus derechos.

Cuando la tierra tembló

“Ni Una Menos” en tanto lema, colectivo feminista y movimiento social forma parte de un continuum de narrativas feministas que permiten a otras mujeres acceder a aquello que el relato oficial y patriarcal invisibiliza.

El 26 de marzo de 2015 fue la primera acción pública del colectivo “Ni Una Menos”: una maratón de lecturas contra los femicidios convocada por un grupo diverso de escritoras, periodistas, investigadoras, académicas y artistas –en su mayoría mujeres y lesbianas, pero también con la presencia de varones–. La acción coincidía con dos hechos: por un lado, se cumplían diez años de la desaparición de Florencia Pennacchi (estudiante de Economía desaparecida en la Ciudad de Buenos Aires) y, por el otro, días antes había aparecido el cuerpo de Daiana García (una joven de 19 años que había ido a una entrevista laboral) en una bolsa de arpillera en Lavallol.

La irrupción de “Ni Una Menos” respondió a un desconcierto generalizado: personas con tradición en el feminismo y los derechos humanos, pero especialmente personas que provenían de otros ámbitos de activismo o ajenas a cualquier militancia, entraron de lleno al conocimiento y la acción de los temas propios de la agenda de las violencias hacia las mujeres. Esta inyección de nuevas identidades políticas en el concierto de los discursos y manifestaciones del activismo feminista produjo un sismo, una renovación y una expansión del fenómeno.

La maratón de lecturas buscaba llamar la atención sobre la crueldad con la que los cuerpos feminizados eran llevados hasta la muerte, así como también poner en evidencia la irresponsabilidad cómplice con la que los medios de comunicación tradicionales cubrían esos acontecimientos. Era necesario imaginar nuevas lenguas y nuevas narrativas para sacar la denuncia del ámbito sesgado de lxs ya comprometidxs, y en este sentido las redes sociales y los mass media fueron una llave que abrió un portal insospechado: para el 3 de junio de 2015 no había una escuela en el país que no tratara el tema, no había institución pública que no hubiera pegado un cartel casero con alguna ilustración alusiva –la nenita con el puño en alto, dibujada por el humorista Liniers, fue una de las piezas más divulgadas–, lxs famosxs pedían a sus agentes de prensa que les sacaran fotos con el cartel, y lxs políticxs se pronunciaban y prometían proyectos que paliaran la inclemencia de lo que para las mentes menos avispadas era una “pandemia” o un “flagelo”.

Ni “pandemia”, ni “flagelo”: patriarcado. El acontecimiento callejero tuvo como mensaje más potente y transformador una idea: “no estamos solas”, una traducción de “lo personal es político” de la segunda ola.

Desde entonces, se ha registrado una baja de la tolerancia a la violencia machista, que se observa en el aumento de las denuncias, tanto en las instituciones como en redes sociales, sintetizadas en la frase “Ya no nos callamos más”. Un ejemplo de este fenómeno fue lo que sucedió en la línea de teléfono 144, que recibe llamados de víctimas de todo el país: pasó de 1.000 consultas diarias a 13.700 aquel 2015 del estallido. Ese año, otro número de emergencia, el 0800 porteño, tuvo una demanda 300 por ciento mayor. El problema con que se encontraron

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