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Guerrilla. Una revolución incompleta
se sumarían Chicha Mariani, Hebe Pastor de Bonafini, Estela Barnes de Carlotto, Taty Almeida, Nora Cortiñas, para nombrar solo unas pocas, no lo sabían entonces pero condensaban esa historia universal de valor de una mujer frente al poder. En abril de 1977 estaban en Plaza de Mayo exigiendo respuestas por el destino de sus hijos, a quienes les fue negado no sólo el derecho a la vida y a la libertad, sino también a la justicia. En esa búsqueda promovida por el vínculo más profundo de la naturaleza –madre e hijo– Madres y Abuelas se constituyeron en heroínas de la lucha por la libertad y en militantes del derecho a la vida, a la justicia y a la identidad.
La madre en la esfera pública
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Pero las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo hicieron otro aporte fundamental, que le dio a la ciencia la posibilidad de entrar por la puerta grande de los Derechos Humanos, al aplicar la genética para el establecimiento del índice de Abuelidad. Y al mismo tiempo hicieron algo más: parieron el movimiento feminista moderno de Argentina, continuador en la lucha de las heroínas de la Independencia, de las sufragistas, de las trabajadoras que exigían igualdad de derechos civiles y del derecho a elegir y ser elegidas en pleno siglo XX. Madres y Abuelas de Plaza de Mayo cuestionaron con su sola existencia el rol sumiso de las mujeres en la tradicional familia patriarcal. Así detonaron la paradoja del régimen militar que se proclamaba defensor de la familia, pero la violaba desde el Estado, y esa fue la mayor fortaleza política de su movimiento frente a la dictadura. Imposible no citar a Elizabeth Jelin en su libro La lucha por el pasado cuando se pregunta por qué las denuncias y demandas del movimiento de derechos humanos debieron formularse en términos de parentesco. Dado el contexto dictatorial, analiza Jelin, las organizaciones políticas y los sindicatos estaban prohibidos, por lo tanto la lucha surgió de la esfera privada: “La paradoja del régimen argentino de 1976-1983 era que el lenguaje y la imagen de la familia constituían la metáfora central del gobierno militar; también la imagen central del discurso y las prácticas del movimiento de Derechos Humanos. La imagen paradigmática es la Madre, simbolizada por las Madres de Plaza de Mayo con sus pañuelos-pañales en la cabeza; la madre que deja su esfera privada ‘natural’ de vida familiar para invadir la esfera pública en busca de su hijo secuestrado-desaparecido”.
Pero como toda lucha entre el bien y el mal, entre la libertad y la esclavitud, la cultura humanitaria que Madres y Abuelas fundaron es una lucha incesante. Existen peligros de un retroceso en materia de derechos humanos en el gran monumento civilizatorio que se construyó de la Argentina para el mundo parido de manera cerval por ellas y quienes las acompañaron. Pero pasaron dos mil años y Antígona aún resuena en la conciencia universal. Y así se intente borrar sus más de dos mil rondas, sus emblemas, sus memorias, sus reconocimientos, la justicia de sus luchas, ese grito que lanzaron apenas catorce mujeres aquel abril de 1977 obligadas a marchar contra la impunidad y la ferocidad del poder nunca se detendrá: será tan eterno, al decir de Borges, como el agua y el aire .
Total de nietos apropiados y recuperados
Nietos recuperados 128 Nietos que faltan recuperar 202
Fuente: Melisa Molina.
1995
Creación de la agrupación H.I.J.O.S.
Agosto de 2003
Anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
24 de marzo de 2004
La ESMA es transformada en Espacio para la Memoria.
2012
Fin de la causa “Plan sistemático de apropiación de menores”.
28 de diciembre de 2017 Restitución de el nieto 128
1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018
María Florencia Alcaraz y Agustina Paz Frontera
Las luchas por la igualdad de género tienen una larga historia en el país. Sin embargo, en las últimas décadas el movimiento de mujeres pudo reforzar su protagonismo, instalar nuevas demandas en la agenda e impulsar a futuras generaciones feministas en defensa de sus derechos.
Un grupo de quinto año de una escuela secundaria ubicada en la Ciudad de Buenos Aires decidió elegir como “disfraz” de su fiesta de fin de curso un traje verde abortero: corpiño con lentejuelas, bombacha con flecos y las bocas tapadas con el trozo de tela triangular de color verde que en Argentina simboliza desde hace más de una década a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. ¿Cómo se modificó la vida cotidiana después de Ni Una Menos? La foto de las egresadas que circuló en las redes sociales es apenas una estampa de esta nueva generación.
La marea feminista
La brújula para saber qué ocurre en el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans está en los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM) que se realizan desde hace 32 años de manera federal, itinerante, horizontal y autogestiva. Se trata de una de las más importantes demostraciones y experiencias del activismo feminista en Argentina. El primero fue en 1986 y se destacó la presencia, entre otras mujeres, de las Madres de Plaza de Mayo: el linaje de la “Generación Ni Una Menos”, o lo que podría llamarse “la cuarta ola del feminismo” (precedida por las luchas por la ciudadanía a finales del siglo XIX, el sufragio femenino a mitad del siglo XX y la violencia doméstica y el reconocimiento político en la segunda mitad del siglo XX), incluye, sin dudas, la tradición de la lucha por los derechos humanos, que en estas latitudes tienen a referentes mujeres como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
La generación “Ni Una Menos” no surge únicamente tras el acontecimiento callejero y multitudinario que tomó el espacio público y virtual el 3 de junio de 2015 en el
Unión y fuerza federal
Ciudades donde se realizaron los Encuentros Nacionales de Mujeres. Argentina, parte continental americana
S. M. de Tucumán S. S. de Jujuy
Salta
Termas de Río Hondo Resistencia
Corrientes Posadas
San Juan
Mendoza Córdoba La Plata Ciudad de Buenos Aires Rosario Paraná
Neuquén
Bariloche
Trelew (se realizará este año) Mar del
Plata
Islas Malvinas (Arg.).
Fuente: Elaboración propia.