MODA TRANS GRESORA
CAROLINE
Título original Fashion Quake
Diseño Sarah Boris
Traducción Ana Belén Barrio Fernández Revisión de la edición en lengua española
Estel Vilaseca Álvarez Responsable del Área de Moda, LCI Barcelona Coordinación de la edición en lengua española Cristina Rodríguez Fischer
Primera edición en lengua española 2023
© 2023 Naturart. S.A. Editado por Blume Carrer de les Alberes, 52, 2.º Vallvidrera, 08017 Barcelona Tel. 93 205 40 00 E-mail: info@blume.net
© 2022 Quarto Publishing plc, Londres
ISBN: 978-84-19785-51-0
Depósito legal: B.14009-2023
Impreso en China
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50 MOMENTOS QUE HICIERON TAMBALEAR EL MUNDO DE LA MODA
MODA TRANS GRESORA
CAROLINE
10 MODERNIDAD Y EMANCIPACIÓN: 1890-1930
16 La falda pantalón, lady Harberton
19 El modernismo en la moda
20 La falda trabada, Paul Poiret
22 Cambios en la indumentaria femenina
24 El vestido «La reina de la noche», Léon Bakst y Charles Worth
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CAMBIOS EN LA INDUMENTARIA FEMENINA
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Durante las primeras décadas del siglo xx la indumentaria femenina se vio sometida a cambios revolucionarios y pasó de reforzar la dependencia de las mujeres a través de unas prendas restrictivas y ornamentales a un estilo que reflejaba el nuevo papel de la mujer en la sociedad.
Aunque la reforma de la indumentaria se hubiera visto impulsada a mediados del siglo xix por la breve aparición de los pantalones Bloomer, en 1860 la falda con miriñaque estaba otra vez de moda y era más ancha que nunca. Las prendas femeninas eran muy elaboradas, y las mujeres de clase media se convirtieron en una fuerza de consumo que intentaba estar a la última respecto a las novedades que imponían las regias creadoras de estilo del momento: la reina Victoria y la emperatriz Eugenia.
Así, se transformaban en aves del paraíso con llamativos tejidos gracias a los nuevos colores sintéticos que se habían convertido en el último grito tras el descubrimiento del primer tinte de anilina, la mauveína, en 1856. Con el cambio de siglo, la silueta femenina se estrechó, dejando atrás los miriñaques y adquiriendo una forma de S que se obtenía a fuerza de corsés y rellenos. Las defensoras del cambio de indumentaria también fomentaban innovaciones como el «corsé sano», que no era tan rígido, y las mujeres adoptaron el estilo más práctico de los vestidos camiseros, las faldas y las prendas de tweed, que podían adaptarse para practicar ciclismo y golf. Esta nueva imagen quedó inmortalizada en la «chica Gibson» de la segunda década del siglo xx, un arquetipo de la mujer moderna creado por el ilustrador Charles Dana Gibson. Lo que la definía era su figura de reloj de arena y su personalidad activa, el estilo de la nueva era.
Poco a poco, las prendas femeninas se habían ido haciendo cada vez más prácticas, pero no fueron sino los retos planteados por la Primera Guerra Mundial los que provocaron los grandes cambios. Cientos de miles de mujeres comenzaron a trabajar en manufacturas, fábricas de municiones y explotaciones agropecuarias para sustituir a los hombres. Así, con el fin de garantizar su seguridad, llevaban prendas similares a las de los hombres, como monos, pantalones, gorras y botas.
Cuando Estados Unidos entró en el conflicto, en 1917, aparecieron algunas organizaciones de voluntariado en el país que permitieron a las mujeres participar en la guerra,
como el Cuerpo Motorizado Femenino de América. Las faldas de civil se elevaron un palmo del suelo para facilitar la subida a los automóviles, los vestidos se hicieron más holgados y menos restrictivos y las mujeres, por primera vez, llevaron bolsillos. Al terminar la guerra, las mujeres se mostraron reacias a renunciar a la nueva autonomía. Así, la destrucción causada por el conflicto no solo influyó en el sufragio femenino, que se concedió en Gran Bretaña en 1918, sino que también propició una nueva forma de vestir para las mujeres basada en la comodidad, la libertad y la funcionalidad.
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LA REBELIÓN DEL TEJIDO AZUL
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LOS VAQUEROS CON CREMALLERA LEE RIDER 1955
En septiembre de 1955 estalló la noticia de que el actor e icono del estilo James Dean había muerto en un accidente de coche, poniendo un conmovedor punto final para una estrella que parecía haber vivido de forma rápida y temeraria. Durante su vida solo se había estrenado una película suya, Al este del Edén, y su segunda película, Rebelde sin causa, llegó a las pantallas tan solo un mes después de su muerte. En ella James Dean se presentaba como un héroe trágico, vestido con una cazadora roja y un par de vaqueros Lee 101z Rider, y el momento marcó el nacimiento de la figura del adolescente. En el papel de Jim Stark, un muchacho atormentado que no sabe contra qué se rebela, Dean habló por toda una generación de jóvenes, y los vaqueros azules se convirtieron en el símbolo de la misma. En Gigante (1955), su última aparición en la gran pantalla, James Dean volvió a ponerse los modernos vaqueros Lee Rider con un estilo personalizado y contracultural: desteñidos, encogidos a medida y con los bajos doblados para que se vieran las botas.
Los pantalones vaqueros Lee 101z Rider se presentaron en 1926 y fueron los primeros con cierre de cremallera. En un primer momento se dirigían a jinetes y vaqueros, pero fueron adoptados por los universitarios y los turistas «rancheros» durante los años treinta. Los Lee Rider eran los preferidos de James Dean, pero los pantalones vaqueros originales patentados habían sido creados casi cien años antes por Levi Strauss y entonces se consideraban una prenda de trabajo.
Levi Strauss llegó a California en 1853 para vender productos del negocio textil de su familia a los pioneros que se dirigían hacia el oeste durante la fiebre del oro. Jacob Davis, un sastre de Nevada, le compró la sarga de algodón al por mayor y empezó a vender pantalones de trabajo teñidos de añil con remaches de cobre en los bolsillos. Davis le propuso a Strauss la idea de asociarse, y empezaron a fabricar a gran escala sus pantalones de tela vaquera a principios de la década de 1870, teñidos de añil porque era barato y no perdía color.
A principios del siglo xx tenían dos competidores principales, Lee Jeans y Blue Bell Overall Company, que posteriormente cambió su nombre a Wrangler. La popularidad de la prenda se vio impulsada por las películas de vaqueros producidas en Hollywood y posteriormente en la televisión durante los años cincuenta, las cuales crearon un mito romántico en torno a los hombres del oeste y a su resistente ropa de trabajo. La Segunda Guerra Mundial contribuyó a extender la cultura estadounidense en el extranjero, y esto, unido a las películas de Hollywood, convirtió los productos del país en la piedra angular de la prosperidad y la independencia: Estados Unidos era el
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Descubra la moda que se atrevió a ser diferente, que comprometió reputaciones y puso carreras en peligro. Esto es lo que sucede cuando se desafía la tradición.
Moda transgresora presenta 50 momentos imprescindibles que asombraron al mundo y cambiaron para siempre la moda convencional y narra las fascinantes historias que se esconden detrás de la creación, la acogida y el legado de cada una de las piezas seleccionadas. Desde las impresionantes chaquetas globo a las camisetas protesta, los pantalones Bumster y los vestidos de imperdibles, este libro hace un repaso de la moda más vanguardista a través de fascinantes diseñadores, atrevidas campañas publicitarias, alta costura surrealista y prendas radicales.
Caroline Young examina paso a paso la historia de la moda moderna a través de las piezas que se apartaron del canon y presenta aquellos momentos que cuestionaron conscientemente los límites, que desafiaron las normas establecidas y que causaron un terremoto que aún retumba en la actualidad.
ISBN 978-84-19785-51-0