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El Pug y la crianza saludable

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Estándar Racial

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EL PUG Y LA CRIANZA SALUDABLE Por: MVZ Getzemaní Aguilar Lic. Eduardo Sánchez

Fotografía: Getzemaní Aguilar / Eduardo Sánchez

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Una pregunta que escuchamos frecuentemente es acerca de si los Pugs son perros enfermizos. Si bien ya es conocido que todas las razas de perros con características braquicefálicas tienden a ser predisponentes a visitar al veterinario con mayor frecuencia, es por naturalidad pensar en responder con un gran “Sí”, pero la realidad es que no es una regla que un perro chato sea un perro enfermizo; esto va más allá de una condición fenotípica, la verdadera razón se encuentra en su selección de crianza. Todos los criadores profesionales y responsables sabemos que el arte de criar no sólo está basado en la selección de dos ejemplares de la misma raza, esperar el celo de una hembra y presentarle al macho, en realidad la selección de ejemplares basada en su tipicidad y su salud es más compleja y de mucho estudio para determinar los ejemplares correctos para una cruza que garantice hermosos y sanos cachorros.

Sabemos que los Pug son perros que por su condición física y su anatomía craneal, tienden a tener una respiración característica que pareciera forzada por ese peculiar ronquido, algo que en muchas ocasiones se ha comenzado a ver como una característica común y “normal”, cosa que no podría estar más equivocada. Los Pug, si bien no son una raza atlética, tampoco deberían sufrir problemas para respirar, son completamente indeseables las arrugas que sobrepasan las fosas nasales o los orificios de las narinas muy estrechas, características que deben ser de suma importancia para la salud respiratoria de cada uno de nuestros perros.

Esto viene de la mano con el “síndrome del braquicefálico”. Este síndrome es un conjunto de condiciones físicas que nos imposibilitan una buena calidad respiratoria y una correcta oxigenación. Las dos principales características son las fosas nasales estrechas en extremo y la elongación del paladar blando; en el caso de estos ejemplares, podemos observar una fatiga extrema en la realización de cualquier actividad y en casos graves, la falta de oxigenación que puede ocasionar hipoxias y desmayos repentinos.

Existe un procedimiento quirúrgico para la corrección de esta condición y de manera ideal se debe trabajar genéticamente para reducir al máximo los cachorros nacidos bajo esta condición.

Una cruza bien seleccionada procurará la salud antes que cualquier cosa y ésta deberá ir apegada siempre a las características típicas raciales que nos dicta el estándar oficial.

Fotografía: Getzemaní Aguilar / Eduardo Sánchez

Otra condición predisponente en la raza y en extremo importante, es la “meningoencefalitis necrotizante” o PDE por sus siglas en inglés (Pug Dog Encephalitis), una enfermedad autoinmune del sistema nervioso central que produce inflamación de las meninges y/o encéfalo, tanto que llega a deteriorarse por completo, ocasionando signos neurológicos como convulsiones, depresión, ataxia, ceguera entre otros.

Es importante realizar las pruebas genéticas correspondientes a través de un asesor médico Veterinario para cada uno de nuestros ejemplares reproductivos.

La susceptibilidad al PDE está asociada al antígeno leucocitario del perro clase II (DLA), situado en el cromosoma 12. Los perros que muestran dos copias idénticas de los marcadores asociados a esta región, presentan un mayor riesgo de manifestar esta enfermedad, a diferencia de los perros que tienen uno o ninguna copia de estos marcadores. De forma simplificada existen tres tipos genéticos de Pug con respecto a susceptibilidad del PDE:

N/N = Perro no portador de ningún marcador. Riesgo bajo. N/S = Perro portador de uno de los marcadores genéticos. Riesgo bajo. S/S = Perro portador de los dos marcadores genéticos. Riesgo alto.

Tipos de cruzas dependiendo los marcadores genéticos:

N/N x N/N= todos los cachorros tendrán dos marcadores de bajo riesgo y, por lo tanto, un riesgo muy bajo de desarrollar PDE. N/N x N/S= la mitad de la camada tendrá dos copias de marcadores de bajo riesgo (N/N) y la otra mitad tendrá una copia de marcadores de susceptibilidad (N/S) y riesgo bajo de presentar PDE. 3. N/S x N/S= una cuarta parte de la camada tendrá dos marcadores de bajo riesgo (N/N), la mitad tendrá una copia de marcadores de susceptibilidad (N/S), y la cuarta parte restante presentará ambos marcadores de susceptibilidad (S/S).

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Estos serán los de mayor riesgo genético para poder desarrollar la enfermedad.

4. N/N x S/S= todos los cachorros tendrán una copia de marcadores de susceptibilidad (N/S) y bajo riesgo para la presentación de la enfermedad. S/S x S/S= todos los cachorros tendrán dos copias de marcadores de susceptibilidad y son los que presentarán mayor riesgo a desarrollar Meningoencefalitis.

Para conocer los marcadores genéticos para esta enfermedad, les recomendamos acudir a la Clínica Veterinaria de Reproducción de la Federación Canófila Mexicana (FCM) en donde los podrán asesorar y atender para la realización de la prueba.

Fotografía: Getzemaní Aguilar / Eduardo Sánchez Fotografía: Getzemaní Aguilar / Eduardo Sánchez

La “luxación patelar” es una condición ortopédica de gran incidencia en todas las razas pequeñas. Se trata del desplazamiento de un pequeño hueso que se encuentra en la parte anterior de la rodilla. Cuando este hueso se desplaza de su sitio por causas genéticas o traumáticas, el perro tiende a sufrir problemas en su locomoción, puede presentarse unilateral (en una rodilla) o bilateral (en ambas rodillas) en los casos graves puede llegar a inutilizar la extremidad afectada.

Fotografía: Getzemaní Aguilar / Eduardo Sánchez Este padecimiento se clasifica en cinco grados dependiendo de la gravedad del problema; es obligación del criador someter a cada ejemplar a un examen médico para descartar o confirmar esta condición, en donde lo sugerido será evitar la reproducción de ejemplares que presenten el problema.

Existe otra afección común en la raza llamada “displasia de cadera”. Esta es una enfermedad hereditaria que se desarrolla con el crecimiento del cachorro y puede aparecer a partir de los cuatro o cinco meses de edad, es degenerativa y producida por una malformación de la articulación coxofemoral. Esta afectación ocasiona debilidad y dolor crónico en miembros posteriores y su diagnóstico se realiza por medio de una placa radiográfica. No es recomendable utilizar ejemplares con esta afección en un proyecto de reproducción.

Otros problemas comunes que también encontramos en la raza son los de piel y hongos. El más común e importante de estos es la “sarna demodécica” (demodex canis).

Fotografía: Getzemaní Aguilar / Eduardo Sánchez

El demodex canis es un ácaro, parte del microbiota normal que vive en los folículos pilosos y glándulas sebáceas de todos los perros (sanos y enfermos); normalmente el sistema inmunológico del perro se encarga de mantener controlada la población de esos ácaros, sin generar ningún problema a lo largo de su vida; sin embargo, cuando ese sistema falla y bajan las defensas, la población de demodex canis se dispara y causa la enfermedad.

Esto puede ocurrir por alguna enfermedad, por motivos estacionales (por ejemplo, durante la época de celo en hembras), por cambios hormonales durante el crecimiento o por estrés.

Es importante acudir ante cualquier signo de enfermedad cutánea con el médico Veterinario para un correcto diagnóstico y tratamiento oportuno, que nos ayudará a mantener a cada uno de nuestros perros en excelentes condiciones. Con respecto a los problemas oculares en la raza, se encuentra el “pannus corneal” o “queratitis pigmentaria”, esta es una inflamación crónica de la córnea que provoca el propio sistema inmunológico, la cual se caracteriza por la aparición de pigmento (melanina) en la superficie del ojo que puede llegar a cubrirlo totalmente, provocando pérdida total o parcial de la visión del ejemplar. Habitualmente se presenta a partir de los cinco años de edad, aunque en casos graves puede aparecer mucho antes.

Por último -y cada vez más común- se encuentra el “entropión”, cuya afección se basa en la normalidad de los párpados, los cuales se enrollan por el exceso de piel, dañando la córnea por el roce constante del pelo, pudiendo ocasionar infecciones oculares, queratitis corneal y ceguera.

Una correcta selección de cruzas a través de un respaldo médico veterinario y conociendo principios básicos de genética, siempre nos dará como resultado un buen trabajo de salud y preservación de nuestros ejemplares, dado que en el mundo de la crianza profesional siempre hay que tomarse cada proyecto de reproducción muy en serio y llevarlo al más alto de los niveles, sólo gracias a esto lograremos criar ejemplares mucho más sanos, aumentando su expectativa y calidad de vida.

Por todo esto creemos que cada perro nacido en un criadero responsable, debe ser un perro TÍPICO, SANO y CON UNA LARGA VIDA POR DELANTE.

Fotografía: Getzemaní Aguilar / Eduardo Sánchez

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