4 minute read

Protejamos la raza Pug. Las razas braquicefálicas en peligro

Por: Gabriela Guillén Gutiérrez “CRIADERO GUIVERCELLI”

Fotografía: Criadero Guivercelli

Advertisement

La popularidad de las razas braquicefálicas se ha incrementado en las últimas décadas, gracias a la publicidad y a las estrategias de mercadotecnia que las han hecho las favoritas de los amantes de los perros de raza en todo el mundo. Su alta demanda comercial, como es el caso del Pug, ha ocasionado la crianza excesiva y sin control de cientos de ejemplares que presentan evidentes problemas de salud, incluidos conflictos respiratorios y de termorregulación.

No es bueno generalizar, pero existen muchos “fabricantes de cachorros”, mas no criadores, que en su afán de comercializarlos han olvidado preservar su salud y eso ha traído graves consecuencias. Los criadores profesionales, serios, dan prioridad siempre a la salud de sus cachorros.

Ejemplo claro de lo anterior es lo que ocurre actualmente en Holanda, donde recientemente conocimos la triste noticia de que el Kennel Club de ese país, (Dutch Kennel Club) anunciaba que debido a una nueva legislación vigente en esa nación, a partir del 18 de mayo del año en curso, doce razas braquicefálicas: Boston Terrier, Grifón de Bruselas, Grifón Belga, Grifón Brabancon, Chin Japonés, King Charles Spaniel, Pug, Pekinés, Shih Tzu, Affenpincher, Bulldog Inglés y Bulldog Francés, ya no se guiará su reproducción por el estándar de la raza; no serán registradas en los Libros de Orígenes -por estar prohibida su reproducción- y se multará a los criadores que no cumplan con esta nueva disposición.

Ya desde hace algunas décadas, los movimientos “proanimalistas” han cobrado fuerza y posición en países europeos, especialmente en sus cabildos locales y congresos nacionales y han logrado presentar iniciativas y leyes que regulan la crianza de algunas razas, especialmente de los braquicefálicos. El problema radica en que sus iniciativas, con frecuencia con más sustento político que técnico o científico, nunca han considerado la opinión de los verdaderos criadores, de los veterinarios expertos y conocedores del tema.

Los legisladores de los Países Bajos, apoyados por la opinión de algunos veterinarios, ordenan a los criadores reproducir perros con una relación craneofacial de al menos 0.3; es decir, la longitud del hocico debe ser al menos 30% de la longitud del cráneo.

Según la nueva regulación, también considerarán el tamaño de los hoyares de las narices, los ojos, los pliegues de la piel y el ruido respiratorio.

En el caso del Pug, absurdamente el cambio legislativo holandés recomienda cruzarlos con otras razas, es decir, mezclarlos para obtener, según ellos, ejemplares con hocicos más largos que facilite su respiración. Llegaron al extremo de sugerir que el Pug se cruce con perros Shiba Inu.

Como era de esperarse, la reacción de los clubes especializados de diferentes países y la de miles de criadores alrededor del mundo fue de rechazo, ya que con ello se inicia el proceso de destrucción y extinción de la raza como la conocemos hasta ahora.

Cabe señalar que el Pug es una raza muy antigua, que ha evolucionado relativamente poco en el últimos lustros y que a la fecha existen cientos, miles de ejemplares sanos, que llevan una vida feliz y duradera. Lo anterior se ha logrado gracias al cuidado y dedicación de los verdaderos criadores que, a través de la selección generacional, han ido eliminando de la reproducción ejemplares que presentan problemas respiratorios y de salud, aplicando rigurosos estudios médicos a los canes que serán usados en la reproducción.

CABEZA HOCICO

Fotografía: Criadero Guivercelli

Fotografías: Criadero Guivercelli El legado histórico y cultural de la raza no puede ser borrado de la noche a la mañana, como tampoco debe desdeñarse el trabajo serio y responsable de millones de criadores en todo el planeta. Además, la legislación holandesa atenta contra el Patrimonio Cultural de los países de origen, en este caso China, y del Reino Unido como país patrocinador y dueño del estándar de perfección racial, quien ya expresó su negativa en modificarlo.

La FCI (Fédération Cynologique Internationale) ha tomado cartas en el asunto y ha implementado de manera proactiva un programa denominado BOAS (Síndrome Braquicefálico de Obstrucción Respiratoria) donde se trabaja con la Universidad de Cambridge y el Kennel Club Inglés, para implementar un sistema de pruebas funcionales y una base de datos universal para los criadores y aunque no sabemos aún cómo podría funcionar, sus alcances son desconocidos a la fecha.

Mientras tanto, los criadores no podemos quedarnos cruzados de brazos.

Podrían preguntarse: ¿por qué se preocupan por algo que sucede en un país europeo? La respuesta es, que sin tener los fundamentos técnico científicos indispensables que sustenten la nueva legislación, se establece un grave precedente de erradicación de razas puras y que en menos de lo que nos imaginamos, traten de aplicarla en otros países y con otras razas.

Los criadores somos los guardianes de la raza, debemos preservarla y protegerla, no permitamos que destruyan su legado histórico y cultural porque la extinción es para siempre.

This article is from: