El Pug, conocido también como Carlino

EL PUG

CONOCIDO TAMBIÉN COMO CARLINO

Por: Rodolfo Briseño

Fotografía: Rodolfo Briseño

Fotografía: Rodolfo Briseño

Es un pequeño y compacto moloso, además de afable, cariñoso, juguetón, muy activo, buen compañero, extraordinario con los niños y personas de la tercera edad; amigable con otros perros y mascotas; cautivador, limpio como todo perro de raza de origen chino, de tamaño perfecto -ni muy chico ni grande-, y de cara tan fea y malecha que lo hace adorable, bello y tierno.

Eso sí, suelta muchísimo pelo, tiende a engordar fácilmente y por lo tanto es propenso a tener múltiples enfermedades por su obesidad, respira con dificultad por ser braquicéfalo (chato), sufre de muchos problemas oculares por sus ojos redondos y saltones, como estravismo, entropión, úlceras y cataratas.

Fotografía: Rodolfo Briseño Un Pug debe vivir dentro de casa en compañía de su familia humana, a los que adopta como su manada y le será firmemente fiel.

No es un perro que demande paseos, pero le servirán para su control de peso. Por ser chatos y tener arrugas, son propensos a tener problemas dermatológicos como hongos en los pliegues (arrugas) y tener un olor fétido, aunque sus orejas son pequeñas en comparación con su gran cráneo redondo, sufren de producción excesiva de cerumen (cerilla) e infecciones auriculares.

Esta raza tuvo tanta popularidad, que su alta demanda originó que reproductores sin amor por la raza de perros pura sangre los comercializaran con tal éxito, que la calidad de esos ejemplares perdieron su apego al estándar racial, viendo entonces ejemplares altos y trompudos, con poco o nada de belfo, microcabezas sin arrugas, orejas erectas o en forma de rosa, con pelo largo, atigrados, blancos, cremas, azules y hasta pintos, enógnatas o con exagerado prognatismo, sin testículos o sólo con uno (monorquideo).

Total, para conseguir un buen ejemplar de esta raza Pug, como de cualquier otra, es importante que te informes primero de su estándar racial, así como acercarte a criadores con certificación internacional para cuidar la pureza y líneas de sangre de estos magníficos ejemplares.

Un perro es como un hijo, el cual quieres que sea el mejor, presumirlo como el máximo, amarlo como él te ama y sentirte orgulloso y digno de tener un ejemplar de la más alta calidad existente, esto sólo lo puedes obtener con un perro de pedigrí internacional, de un criadero profesional, certificado y reconocido.