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Daguerre IA: la escotilla se abre

POR ENRIQUE BOTELLO*

Seré breve, ya en otra ocasión escribí sobre los artilugios de Daguerre para convencer al gobierno francés que se acreditara el invento de la fotografía. Para tal propósito, Daguerre realizó una serie de imágenes hasta lograr que apareciera la figura de un hombre en una esquina del boulevard Du Temple, mientras le lustraban el calzado. Toda una puesta en escena: el nacimiento de la fotografía se daba entonces, a partir de la manipulación de la realidad.

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En los casi 190 años de la historia de la fotografía, existen muchas historias de manipulación, y estas han variado a la par de la evolución tecnológica de las herramientas fotográficas, pasando por las dobles exposiciones, las largas exposiciones, la manipulación en el cuarto oscuro, la intervención de las impresiones, y muchos etcéteras.

empezar a decir de algo: “¡Ah, qué bonito, habría que fotografiarlo!” y ya estás en el terreno de quien piensa que todo lo que no se fotografía se pierde, es como si no hubiera existido». Ahora la historia es diferente.

La historia de la fotografía sufre en este momento otro parteaguas, y contrario a lo que escribió Calvino, la fotografía no es garantía de la existencia de algo, no es una cápsula de tiempo; ahora los sueños pueden de manera convincente convertirse en imagen. Y con esto no quiero decir que no haya sucedido antes, pero ahora las herramientas lo hacen muy accesible a cualquiera esto es equivalente a la posibilidad de opinar, de manera textual en las redes sociales, aun cuando los argumentos no sean sólidos o bien no existan.

“Si antes, desde su origen, se dudaba de la imagen fotográfica, ahora debemos desconfiar —sin dudarlo— que estamos ante una falsa realidad”

Italo Calvino (1923-1985), menciona en su cuento La aventura de un fotógrafo lo siguiente: «Basta

El poder de la imagen siempre ha existido, siempre se ha utilizado para propósitos diversos: la imagen seduce, la imagen atrae, la imagen susurra a la mirada y atrapa. Pero también miente, engaña, y a veces se muestra deslumbrante para cautivar y poseer las conciencias y conducirlas.

La IA (Inteligencia Artificial), finalmente se manifiesta, con soltura y holgura, a través de una de las actividades más cotidianas que realiza la humanidad: la fotografía. Pareciera que se abrió una escotilla que nos separaba de un lugar que ya conocíamos, pero en el que no muchos habíamos estado.

Si antes, desde su origen, se dudaba de la imagen fotográfica, ahora debemos desconfiar —sin dudarlo— que estamos ante una falsa realidad. Las profecías de Joan Fontcuberta hoy, más que nunca, cobran vigencia. El caso de Boris Eldagsen, que conscientemente engañó a los jueces del Sony World Photography Award y le otorgaron un premio en la Categoría Creativa Abierta, es el mejor ejemplo. Pudo filtrar su imagen ante jueces con una educación visual de “Gamma Alta”, para después poner en evidencia que los engañó y que rechazaba el premio.

Ahora, más que nunca, parafraseando a Fontcuberta, ¡tenemos que practicar la mentira para evitar el engaño!

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