Un mar de hist0rias
16 Un mar de historias
Un mar de historias
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Dalí
Texto
Jordi Nopca Ilustraciones
Albert Arrayás
Dalí
V
emos un hombre repeinado, de mi-
rada penetrante y con un bigote de-
moníaco. Sobre la imagen de este
¿Ha hecho alguna cosa que sea suscepti-
ble de ocupar la portada de un diario? Sí.
¿Su actividad tiene relación con alguna
desconocido aparecen impresas unas letras
práctica deportiva? ¡Sí!
ren definirlo con una palabra en inglés:
blico ríe.)
que le tapan por completo la cara y que quieARTIST. La imagen es en blanco y negro
—estamos en el año 1950—, y cuando la cámara se retira, mientras escuchamos una ráfaga de
aplausos, comprobamos que el hombre está en un plató de televisión, en medio de un concurso norteamericano. El desconocido es la estrella
y sólo puede responder «sí» o «no» a los cuatro concursantes que preguntan con los ojos tapa-
(Ahora sí, una parte importante del pú¿Su trabajo requiere el uso de las manos? Sí. (El público aún ríe más.)
¿Lo que escribe es divertido? Sí y no. (El público no puede parar de reír.)
Tres minutos después, una mujer se atre-
ve a pronunciar en voz alta su sospecha. ¿Usted es… el señor Salvador Dalí? Sí.
Las risas son sustituidas por aplausos
dos: el objetivo es llegar a descubrir quién es.
enérgicos. Dalí es pintor, es una estrella, es
¿Pertenece al mundo de las artes? Sí.
se transforma en oro o en dinero, es el rey
¿Ha actuado alguna vez? Sí. ¿Es un líder? Sí.
(Se escucha con disimulo alguna carcaja-
da esporádica entre el público.)
escritor, es un personaje. Todo lo que él hace Midas de la genialidad.
Salvador Dalí nació en 1904 en Figueres,
El talento de Dalí comenzó a crecer en la
hijo de Salvador, un notario estricto y prag-
Escuela de Dibujo de Figueres. Entre sus
maría a seguir el inseguro camino de la
Juan Núñez, que le inculcó la necesidad de
mático, y Felipa, que tiempo después le ani-
creación artística. La familia Dalí visitaba a menudo a los vecinos del piso de abajo, que
maestros estaban el pintor Ramon Pitxot y dominar el dibujo.
—La pintura no se ha hecho exclusiva-
tenían un salón recargado de objetos. Aquel
mente con ideas —le decía—. La pintura se
rría llevar más adelante: barroca, lujosa y lle-
Por eso se fue a Madrid poco después de
salón representaba la vida que Salvador que-
ha hecho y se hace con las manos.
na de anécdotas. Jugaba con su hermana
cumplir dieciocho años. En el examen de in-
ma del hermano que había muerto nueve
sometió a los profesores a una pequeña
Anna Maria y con el otro Salvador, el fantasmeses antes de su nacimiento.
greso en la Real Academia de San Fernando
provocación, les entregó un dibujo mucho
de estos dos mundos —el diurno y el noc-
consiguió aprobar, y durante sus años de es-
que partiría del realismo para, después de
más pequeño del que le pedían. Así y todo, tada en Madrid —en una habitación de la Residencia de Estudiantes— se haría amigo
del poeta Federico García Lorca, del cineasta
turno— iba fabricando un estilo pictórico algún experimento cubista, aterrizar en el planeta extraño y misterioso del surrealismo.
Imaginaos un corazón que palpita y del
Luis Buñuel y de un hombre que sería una
cual salen piedras, caras, una mano de es-
tres años, José «Pepín» Bello. Dalí, que en la
rrealismo. Pensad en una chica que tiene
eterna promesa hasta su muerte a los ciento Real Academia se comportaba como un tí-
mido e inexpresivo actor de cine mudo, cuando salía se convertía en un chico mu-
cho más simpático y entusiasta. La mezcla
tatua y la cabeza de un pájaro: eso es el su«las rodillas de humo»: eso también es su-
rrealismo. Y en un reloj blando colgado de la rama de un árbol. Sur-realismo. Superar el realismo.
En su juventud, Dalí gritaba:
—¡Hemos de pintar nuestros sueños!
Los suyos tenían un paisaje común, el
del Alt Empordà. La playa y la bahía de
Cadaqués. Portlligat. Los cielos limpios después de unas horas de tramontana.
El ambiente de la ciudad de París, que visi-
tó por primera vez con veintidós años, ayudó a la transformación del estilo daliniano. Sus poemas alucinados donde los peces eran
perseguidos por una esférica uva dieron
paso a perturbadoras imágenes pintadas. Dalí se comenzaba a multiplicar: escribió el
guion, con Luis Buñuel, de Un perro andaluz, aquella película donde el mundo va hacién-
dose más y más extraño y que comienza con una navaja de afeitar acercándose al ojo de una mujer. Es una imagen monstruosa y
maldita. Los pensamientos secretos y los deseos ocultos inundan la colaboración de Buñuel y Dalí, son un homenaje a una de las
corrientes de pensamiento más reveladoras
y controvertidas de la época: el psicoanálisis de Sigmund Freud.
Entonces, un día de verano de 1929, apa-
El padre de Dalí no se tomó muy bien que
rece Gala, que fascinó a Dalí desde que se
su hijo tuviera relaciones con una mujer ca-
con su marido, el poeta Paul Éluard, y su
del pintor fue un dibujo en blanco y negro
instaló en el hotel Miramar de Cadaqués
hija Cécile. El artista se enamoró de aquella mujer que tenía diez años más que él y le
cambiaría la vida. La incorporó rápidamente a su pintura: el amor quedaba escenifi-
cado en figuras con los ojos cerrados, vísceras rojas y constelaciones de rocas, donde los relojes blandos hacían compañía a leones e insectos.
sada. Una de las provocaciones más grandes donde, sobre el perfil recortado de Jesús, se podía leer: «A veces escupo, porque me da la
gana, sobre el retrato de mi madre». El nota-
rio Dalí, viudo desde hacía casi una década, se tomó aquella obra como una provocación imperdonable.