Alcázar es Historia El entramado urbano de calles y callejones del Barrio de Santa María invita a perderse en ellas e ir reconstruyendo, uno a uno, los vestigios del magnífico pasado de Alcázar de San Juan. Ayudarán en nuestra aventura las historias y leyendas que han dado nombre a cada una de estas arterias del barrio rebosantes de tipismo. El origen de Alcázar de San Juan se pierde en la Edad de Piedra, pues de esta época se han encontrado en nuestro término municipal restos de algunas civilizaciones asentadas en esta zona, como es el caso de hachas pulimentadas, puntas de flechas y cerámicas, entre otros objetos. Se han encontrado varios yacimientos prehistóricos fuera del espacio puramente urbano, como el de La Motilla de los Romeros y en los Fondos de Cabaña de las Saladillas del entorno de las lagunas, ambos de la Edad del Bronce, o los más recientes restos calcolíticos e íberos detectados en el paraje de Piédrola. Así pues, parece que fuimos sede de algunos campamentos celtíberos, formados ante la invasión romana. Algunos historiadores aún mantienen que fuimos la antigua “Alces”, ciudad prerromana que conquistó el pretor Sempronio Graco cuando se sometió esta región a Roma. ALCÁZAR DE SAN JUAN | 8
De esta época romana se conservan los mosaicos datados en el siglo II o principios del siglo III. Alcázar fue una villae romana, una forma de explotación agropecuaria donde el propietario habitaría en una mansión o palacio (domus), cuyas habitaciones nobles estaban decoradas por los mosaicos. Las excavaciones de la calle Gracia han sacado a la luz talleres y almacenes, pruebas de que la villa fue desarrollándose hasta convertirse en un pueblo o pequeña ciudad al final de la época romana o en la época visigoda.