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Ayamonte. Plató de Cine. Juan José Santana Hernández La Actividad Pesquera. Del libro inédito “Ayamonte y el Imperio del Oro

Ayamonte, Plató de Cine

Un pueblo como el de Ayamonte debería de ser uno de esos pueblos andaluces que mejor sirvieran para rodar películas y para ambientar históricamente nuestra rica leyenda. En nuestro pueblo tenemos de todo, un escenario antiguo y hermoso como la barriada de la villa que bien podía servir para ambientar esas historias de Bandoleros tan en boga en los años 50, tipo “Llanto por un Bandido” de Saura, que se ambientaba en la Sierra pero que los pueblos andaluces que visitaban nos recordaba a nuestro insigne barrio.

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También tenemos un puerto que a poco que lo ambiente bien podíamos tener un paso fronterizo de películas de espionajes, esas que en el último momento el guardia le da el pasaporte al protagonista y embarca, con la información sobre los espías nazis, y vemos un plano estupendo desde el ferry (no pidan mucho, que los presupuestos del cine no están para Trasatlánticos de lujo) con la policía secreta corriendo y gritando tipo “Argo” ( ya sé, ya sé, era un avión, pero tampoco quiero dar ideas a los políticos no sea que nos metamos en un follón de aeropuertos abandonados).

Y esa Barriada de la punta, tan marinera ella, tan peculiar en todo y que estaría estupenda para ser la protagonista absoluta de esa España del cambio sesentero de los Hippys avejentados, estancados y soñando con tiempos mejores, con sus playas, sus paseos y sus pescaos al punto. Una película del tipo “Vivir es fácil con los ojos cerrado” de Trueba.

O ya que estamos pensando, en la barriada del Banderín, tenemos una ambientación magnifica para mostrarnos las fiestas de barriadas que Daniel Sánchez Arévalo mostraba en su divertidísima

“Primos”.

Ayamonte no es un pueblo de cine, tenemos ambientada 4 películas que yo recuerde, a cada cual más peculiar y que no han pasado a la historia del cine.

“Curra Veleta” es el mejor ejemplo de explotar un pueblo para venderlo de cara a lo que se vendía en la época. Una Andalucía caricaturesca, con personajes estereotipados, en un pueblo donde

la España franquista vendía su producto, folclore, postal y casposidad. Lo mejor sin duda de la película que estaba únicamente al servicio de Paquita Rico, folclórica del momento como tantas, es el recuerdo en imagen de Ayamonte, tan peculiar, tan suya, tan andaluza y tan hermosa, es lo único que tenemos que agradecer aquella película, más aburrida que otra cosa.

Si “Curra Veleta” es interesante por la imagen de Ayamonte, “El litri y su sombra” solo interesa porque muestra la plaza de toro y el pozo de la villa, esta vez en color. La película es un vehículo al servicio del torero choquero cuyo valor cinematográfico es nulo, y que se convierte en otra imagen de la pobre inversión en cine que se hacía de la España de los 60 y que pretendía vender una España de tópicos, aquí el taurino.

Tenemos un par de ejemplos más de películas con planos de Ayamonte. Una que se llama “El alijo” y que tiene 5 minutos rodados en el pueblo allá por la época de la transición. En ella vemos la playa de noche y un plano del baluarte de las Angustias

cuando estaban construido los bajos. También se pueden observar el puerto, con un considerable número de barcos que allí se encontraban atracados o descargando. La película tampoco es para recordarla, más bien, lo contrario.

Por último, tenemos una serie que se rodó a principios de los 80 y donde las calles, Aire, Marte y gran vía, sirvieron como decorados para un puerto cubano. No recuerdo el título de la serie, pero si el rodaje, puesto que a mí me cogió yendo al colegio Rodrigo de Xerez y aquello es algo que no se le olvida a un niño.

El cine tiene una enorme deuda con Ayamonte, por no haber captado su belleza para representarla como un plató de cine, un pueblo que puede acoger cualquier historia puesto que tenemos barriadas de sobra para representar cualquier parte de la historia de nuestro país. Ayamonte es de cine.

Juan José Santana Hernández

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