Pregón de las Fiestas de San Pedro y San Pablo 2018: ¡Buenas tardes Burgos! En primer lugar, quiero transmitir un afectuoso saludo a todos los aquí presentes, a las autoridades que nos acompañan, a mis familiares y amigos, a todos vosotros que llenáis esta plaza y a los que no estáis y desearíais estar.
sabéis, por motivos laborales vivo en Jaca, desde donde veo mi tierra con nostalgia y eso que Jaca es un buen lugar para vivir, además he sido muy bien acogido y también por ello tengo que dar las gracias, pero siempre añoras tu tierra.
Gracias por haber pensado en mí y otorgarme el enorme privilegio de ser el pregonero de las fiestas de mi ciudad, en mi casa y con mi gente. Para mí es una distinción y un gran honor. ¡Muchas gracias!
Mis recuerdos de estas fiestas de San Pedro y San Pablo son muchos…, no me quería bajar de las barracas, ni perderme un sólo día los fuegos artificiales, el Bombero Torero o el Día del Burgalés Ausente en Fuentes Blancas... Luego de mayorcito me inclinaba más por las verbenas y conciertos, aunque mi padre no se estiraba mucho con la hora de volver a casa...
La satisfacción de estar aquí esta tarde, para mi es doble: primero, porque supone volver a casa una vez más; y segundo, porque hablar desde esta tribuna significa “ser profeta en mi tierra” y como bien dice el refrán ya sabéis lo difícil que es. Por ello me siento valorado, querido y admirado, lo cual no tiene precio. Os estoy muy agradecido. La palabra pregón quiere decir: anunciar, difundir, notificar la buena nueva de las fiestas patronales, y me habéis ofrecido ser la voz oficial que lo haga realidad este año. Como sabéis, lo mío es correr, la oratoria y los discursos no forman parte de mis entrenos, pero acepté encantado la invitación de nuestro alcalde Javier Lacalle con el firme propósito de cumplir lo mejor posible con la tarea encomendada. Cuando era niño y jugaba y correteaba por mi ciudad, me parecía enorme y no podía imaginar nada mas grande. Mi ciudad era lo único que conocía y claro, lo era todo para mi. Burgos era entonces mas pequeño que hoy en día, pero ha crecido mucho y los nuevos barrios han extendido los límites de la ciudad. He ido viendo los cambios a través de los años cada vez que venía por casa. Los últimos años he tenido la oportunidad de viajar bastante y he visitado muchas otras ciudades, algunas enormes, pero por mucho que viajes y conozcas mundo, sigues teniendo una parte de tu corazón pegada a la ciudad que te vio crecer y cada vez que vuelves a ella te sientes arropado y a gusto, en fin: “estás en casa”. De niño, Burgos me parecía el mejor lugar dónde vivir, hoy también me lo sigue pareciendo y no sólo por su belleza incomparable. Como ya
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Es lo que hoy conocemos como los ‘Sampedros’, nuestras fiestas insignes, nuestros días emblemáticos, ilusionantes y divertidos. Esos días en que dejamos a un lado nuestra rutina habitual del resto del año. Estoy seguro de que nuestro concejo ha previsto este año unas fiestas inolvidables, nuevas, distintas y para todos los gustos, para que nadie pueda aburrirse por falta de actividades. Amigos, las fiestas mayores deben ser una oportunidad de divertirnos, de ser felices, de disfrutar y, sobre todo, de dar al mundo una imagen festiva, positiva y alegre de nuestra querida ciudad. Burgos es un lugar de peregrinaje, la Ruta del Cid y sobre todo el Camino de Santiago nos llenan de peregrinos deseosos por conocer nuestras tierras. Cuidemos de ellos y también del resto de turistas, que se marchen felices y les quede el gusanillo de volver, de vivir más despacio nuestro ambiente y de conocer más a fondo nuestras tradiciones de viejas raíces. ¡No las olvidemos ni las destruyamos! La tradición es una riqueza que nos habla del pasado, nos prepara para el presente y por inercia va construyendo el futuro. Como ya sabréis, en 2021 celebraremos el VIII Centenario de nuestra hermosa Catedral. El mayor y mejor monumento que tenemos y que es símbolo inequívoco de nuestra ciudad. Muchos años tiene esta joya pero sigue tan joven como el primer día. Sobre todo desde que le dieron esa buena limpieza exterior que le devolvió su aspecto original, como hace ocho siglos.
