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Eltesorodeungranpueblo, Carol Simón
from Hacendera nº11
by editorialmic
El tesoro de un gran pueblo
CAROL SIMÓN
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Hace algún tiempo, en el bar de un pueblecito llamado Valcabado del Páramo en tierras leonesas, había un hombre que estaba de paso porque le habían dicho que había buen ambiente los domingos a la hora del vermut en ese pueblo. Mientras se estaba tomando algo, observaba a la gente que había, la verdad es que no se equivocaron, había personas de todas las edades. De repente escuchó una palabra que le hicieron saltar todas las alarmas “gran tesoro en el pueblo”, pero por mucho que abrió los ojos y agudizó las orejas no pudo saber de qué se trataba, así que se volvió para su casa muy intrigado. La semana siguiente, alquiló una gran furgoneta, la cargó de explosivos de todos los tamaños, herramientas y volvió al pueblo, con la intención de cargarse a todo el que hiciese falta para hacerse con el tesoro. Estuvo por la mañana en el bar, y por la tarde se paseó por el pueblo hablando con unos y con otros, pero nadie hablaba de ningún tesoro, hasta que a última hora de la tarde localizó, a un anciano sentado en la puerta de su casa, y pensó “seguro que este pobre hombre me dirá dónde está el tesoro”. Nuestro malvado protagonista, se quiso hacer el interesado diciendo que estaba escribiendo un libro sobre el pueblo, y Don Benito, apodado “El carrascal”, le contó toda la historia. En apariencia era un pueblo pequeño, pero rico en cereales, remolacha, legumbres y los labradores conseguían muy buenas cosechas, sin olvidar los que se fueron del pueblo convertidos en médicos, abogados, secretarias, constructores de primera… en fi n, que sus gentes no tenían nada que envidiar al resto del mundo. Mientras Don Benito le explicaba todo lo bueno que había en el pueblo, su nieto que era muy curioso, se asomó a la furgoneta y vio todo lo que había dentro, al ver todo aquel cargamento
se fue corriendo a ver a su abuelo y le regaño porque no ofrecía nada de beber al visitante, lo agarró de la mano y lo llevó a la cocina para ayudarle a preparar un tentempié para aquel ilustre señor. En voz baja, el nieto le explicó a su abuelo las malas intenciones de aquel desconocido y después de pensar unos segundos cogió la jarra de vino y el tentempié que preparo su nieto y volviendo junto al hombre, le dijo que repusiera fuerzas que después irían a ver el gran tesoro de aquel pueblecito.
El forastero comió con ansia lo que le ofrecía y mástardeelancianosesubió a sucarro,peroel forastero seempeñóenseguirlo con sufurgoneta y sedirigieron a lasorillasdelríoÓrbigo,donde habíaunascuevasmuysugerentes. - ¿Quéson estas edificaciones tan raras? - Lepreguntoal ancianocuandosepararondelantedeunadeellas. -Estas sonlasfamosascuevas,señor,aquíseguardadesdehacemilesdeañoselgrantesoro de este pueblo,seguroquenuncajamásvionadaigual, - el forastero moviólacabezanegando, - puesnosepreocupeusted-, le dijoelancianosacandounagranllavedelbolsillo, -yoestaré encantadodeenseñárselas -. Lapuertachirrióalabrirse,elancianoentro y detrásdeél,suacompañantefrotándoselasmanos y pensando lo ricoqueseríadesdeaqueldía.Una vez dentroDonBenitodestapóungrantonel queestabamediovacío e indicó a suacompañantequeseacercase y miraradentro, - no veo nada señor-, y le contestóelanciano - esoesporquenomirabien,tienequeaproximarsemáspara ver eltesoro - ,ysinpensarlodosvecesse apoyó enelborde y metiócasimediocuerpodentrodel tonelbuscandoeltesoro. Momentoqueaprovechóelancianoparadarleunempujoncito y hacerlocaerdentrodeltonelde formaestrepitosa - ¡Aquínohaymásquevino,señor! - ¿yquéesperabaquehubiesedentrodeun tonel?, - dijoelanciano a carcajadas, - nosepreocupe yvaya bebiendo hasta quevengalaguardia a porusted,SEÑOR-.
Hasta aquíunpequeñorelatoenhonor a mipueblo,osesperoenlapresentacióndemi4ºlibro LOS CUENTOSDELAMARAGATA – Astorga,queospresentaréenlasfiestaspatronalesqueincluye 9 cuentosfantásticos,encontraréisotrosrelatoscortosenmi web www.cuentosmaragata. es,quedisfrutéisdelalectura.