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Elabuelo, María González
from Hacendera nº11
by editorialmic
El abuelo
MARÍA GONZÁLEZ
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Voy a decirles a ustedes con cariño y humildad, una corta poesía basada en la realidad.
Recuerdo siendo pequeña, igual que todos ustedes que teníamos gran respeto sin tener grandes placeres.
Entonces era sagrado contestar a los mayores, que con mucha educación cumplíamos los menores.
Fuimos muy poco al colegio hay que decir la verdad, pero sí nos enseñaron a tener que respetar.
Ahora estudian muchos años tienen que tener cultura pero tocanta al respeto no hay ninguna asignatura.
Hoy debían de tenerla sépanlo los profesores, que bien merece un suspenso quien conteste a los mayores
Los hijos deben ser hijos aún con mucha inteligencia, los padres deben ser padres por muchos años que tengan. No hay cosa para los padres que cause mayor placer, que les respeten sus hijos por muy crecidos que estén.
Se sienten entusiasmados llenos de felicidad, pero si ven lo contrario se encuentran en soledad. Hoy es triste y doloroso y más que nada inhumano, el no encontrar un cariño al llegar a ser anciano.
Se encuentran acorbadados constantemente sufriendo, pidiendo con ansiedad que les llame el Padre Eterno.
Los nietos a los abuelos los quieren mientras son niños, pero según van creciendo se les va el cariño.
Si el abuelo les reprende le contestan enfadados, tú ya no tienes de nada porque estás muy anticuado.
Cabizbajo y dolorido se queda solo el abuelo, triste y pensativo y también desconsolado. Por la mañana temprano dicen muy alto y sin duelo, ¡no hay quien duerma en esta casa! por las toses del abuelo. Y el abuelo sufre y sufre y les da todo su amor, a los hijos y a los nietos y no les guarda rencor
Queramos a los mayores demostrémoles amor, que ellos son igual que niños y si se sienten queridos saben ser agradecidos.
¡Ay! Juventud del presente pensad pues en el futuro que abuelos tendréis que ser y Dios quiera que a vosotros vuestros hijos y nietos os sepan mucho querer
A muchos seres les pasa todo lo que estoy diciendo, que Dios se lo tenga en cuenta lo mucho que están sufriendo.
Y me despido de ustedes con lágrimas en los ojos, deseando que no me pase lo que ahora estoy escribiendo