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ARCHIVO MUNICIPAL
HOTELMADRID El Hotel Madrid, situado en C/Hurtada, nº 55 de Hoyo de Manzanares, se construyó en el primer cuarto del siglo XX como vivienda de Doña Petra y su familia. Años después la vendió, junto con el Sanatorio antituberculoso de Miralpardo, a D. José Luis Luna Irueta y a su socio. El chalé se convirtió en una residencia aneja o pabellón de reposo, dentro de los servicios que ofrecía el sanatorio para cura post-sanatorial de los pacientes ingresados. El hospital tenía una serie de convenios con compañías como la de gas o electricidad de Madrid que hicieron uso de la residencia, al igual que un grupo de italianos excombatientes que estuvieron curándose allí. Cuando cerraron los sanatorios, hacia 1955, Agustín Cobaleda, que había sido encargado en el Nuevo Sanatorio, y su mujer, la maestra de la escuela de niñas de Hoyo, Concepción Bermejo, convirtieron el chalé en su vivienda e intentaron poner en funcionamiento un hotel de viajeros, al que llamaron “Hotel Madrid”. El proyecto no funcionó. Sería allí donde finalmente moriría la maestra hacia 1962. Una vez viudo, Agustín se fue a vivir a Madrid.
Construido en piedra con zonas de ladrillo enfoscado en color blanco u ocre, el Hotel Madrid podría tener entre ocho o diez habitaciones distribuidas en una sola planta más el sótano, donde se encontraba la caldera. En los flancos derecho e izquierdo sobresalían de la construcción sendas habitaciones con cristaleras, más espaciosas y mejor iluminadas y por lo tanto de precio más elevado. La terraza recorría toda la fachada. A ésta se accedía por una pequeña escalinata central que conducía a la puerta de entrada realizada en marquetería de madera con casetones acristalados. La cocina tenía entrada independiente desde otra escalera en el lateral del chalé. Dos cuartos de baño y salón completaban las estancias del hotel. La parcela en la que se asentaba llegaba desde la valla del actual colegio público Virgen de la Encina hasta la del chalé “Toki Alai”. Desde la calle se podía acceder a la finca por una puerta peatonal o bien por la de carruajes. En el patio, árboles y arizónicas constituían las únicas plantaciones.
Dibujo recreación del Hotel Madrid por Noelia López García
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