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Juventud
Es bien sabido que la Juventud Cristiana no pasa hoy día por sus mejores momentos; es difícil encontrar a gente joven celebrando la Eucaristía y, por desgracia, en muchísimos jóvenes la Primera Comunión se convierte en la “última Comunión”.
Tal vez sea la falta de educación en la religión en las escuelas, o incluso el pasotismo de los que son más mayores ante la práctica del Cristianismo, la causa de esta decadencia de la juventud. Pero no debemos pararnos en buscar culpables, y debemos ponernos en marcha para buscar una solución que enderece el camino, de los que son el futuro del catolicismo.
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Hay que concienciar a la Juventud de que se debe tener el valor de ser diferentes y mostrar lo que el mundo no ofrece; que es una Iglesia que salga a la calle, una Iglesia que se propague y se extienda por todo el mundo, y somos nosotros –los jóvenes- los que tenemos que luchar por ello.
Pero para ello hay que poner facilidades y motivarlos. Si queremos asegurarnos un buen futuro en la cristiandad, basada en la Fe y en Dios, debemos incentivar a los jóvenes a interesarse por ello, y tened por seguro que eso no se consigue organizando dos vigilias al año a las que deben acudir casi por compromiso. A la juventud hay que atraerla a la Iglesia, y saber inculcarles los valores del cristianismo a través de actividades que sean dinámicas y entretenidas para ellos.
Tenemos la gran suerte de vivir en el sur, donde tenemos una gran tradición en nuestras Hermandades y Cofradías, y es por ahí por donde es más fácil atraer a los jóvenes, y hacer que sigan ligados al catolicismo a través de ellas. Podríamos comparar esto con el sistema educativo; que tiene una parte obligatoria (infantil, primaria y secundaria) y una parte post-obligatoria (bachillerato, formación profesional, carreras…), pues bien; lo que divide la parte obligatoria de la post-obligatoria sería la Primera Comunión, para la cual (y esta es la humilde opinión del que les escribe), se debería focalizar la catequesis, más que en la preparación para recibir a Jesús por primera vez, en seguir recibiendo a Jesús durante toda la vida.
Como he dicho antes, tenemos la Hermandades y Cofradías el deber de hacer que los jóvenes sigan el camino hacia Jesús, porque hoy día hay muy pocas asociaciones o grupos de fe que sigan activos y se preocupen por los jóvenes, y está en nuestras manos que de tengamos un futuro lleno de prosperidad y de Fe en Cristo nuestro Señor y su amantísima Madre.
Emma Rueda
Fiscal de la Hdad de la Entrada Triunfal