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Saluda del Presidente
Queridos Hermanos en Cristo y María:
Me es realmente grato dirigirme a vosotros y por primera vez como presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de nuestra ciudad, a través de esta publicación. Inmersos como estamos en este periodo de reflexión y conversión espiritual, no deberíamos olvidar aunque muchos en ocasiones lo obviamos, que la principal opción para el cristiano es seguir a Jesús, y si somos capaces de interiorizarlo, tengo la certeza que viviremos la fe, la vida y la realidad de cada día de manera muy distinta. Seguir a Jesús lleva implícito tener presente al pobre, ser capaces de ponernos en el lugar de aquellos que sufren, querer compartir con los mas necesitados, ayudar al prójimo, vivir desde la compasión, acercarnos a los que están solos, extender nuestros brazos a todos, sin exclusión ni discriminación alguna. Seguir a Jesús es depositar nuestra confianza plena en el Padre, invocar su Santo Nombre y compartir la oración que Él nos enseñó y que tanto nos reconforta. Esa oración concisa y directa, por excelencia sencilla, ha sido transmitida a través de los tiempos hasta constituir el principal alimento de nuestra vida como cristianos, “El Padrenuestro”. Y en el centro de esa nuestra vida cristiana Él, Jesús. Todo lo demás llega como una consecuencia; o acaso ¿puede haber algo más necesario para los cristianos que despertar entre nosotros la pasión por la fidelidad a Jesucristo? Es esencial al cristiano mostrar a Jesús como el Hijo de Dios, Nuestro Salvador, aquel que se hizo hombre para morir por todos y cada uno de nosotros, y lo hizo redimiendo nuestros pecados en la Cruz. Justo por ello debemos tener presente, que sin su muerte no alcanzaríamos jamás la vida eterna. Recordaros lo que Él mismo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por Mi” (Jn 14:6) Él nos transmite la razón de su nacimiento, muerte y Resurrección, para proveer así el camino al cielo de toda una humanidad confusa y pecadora que por sí misma, sería incapaz de lograrlo. Cada cual tenemos una imagen diferenciada de Jesús. Es a partir de esa imagen inicial (aquella que cada uno hemos forjado en nuestro interior), desde la que nos acercamos al Evangelio, alimentamos nuestra fe, celebramos los sacramentos y le vamos dando forma a nuestra vida cristiana. Por ello desde estas líneas me gustaría poder mostrar mi mayor reconocimiento al trabajo de todas y cada una de nuestras Hermandades en su labor cotidiana; a sus directores espirituales, juntas de gobiernos y hermanos de nómina. Animaros desde estas líneas, a continuar inculcando el “Seguir a Jesús” a través de la vida de Hermandad, de vuestros Cultos, Actos, Formación, etc. Pediros finalmente que viváis la Fe en Él, que participéis de la Eucaristía y de la Palabra cada Domingo sin perder de vista su figura, sus enseñanzas y acciones, solo así seremos capaces de poder alcanzar el Reino de Dios. Que esta Cuaresma sea un reflejo fiel de nuestras acciones, la Semana Santa un símbolo de amor a los demás y la Pascua de Resurrección una celebración gozosa compartida con todos los que nos rodean.
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