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Liturgia del Martes Santo
Cuando leo el testo de la última cena una palabra me viene a la cabeza: intimidad. El Señor abre su corazón a los discípulos, que se enteran más bien de poco, y les va revelando el misterio del amor de Dios, que poco después sería despreciado por los hombres, colgado en una cruz. Abrir el corazón necesita de intimidad. No son ciertas esas “confesiones” ante una cámara, a millones de espectadores, de los programas de color de rosa. Abrir el corazón se hace con los amigos, con los que queremos, con aquellos a los que damos permiso para pasearse por nuestro interior, a descubrir nuestras preocupaciones más profundas, nuestros anhelos y nuestras esperanzas. El corazón no es un centro comercial, donde se deje entrar a cualquiera a toquetear todos los productos y a regatear con los sentimientos. Las palabras del Señor; “Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar”, se nos clavan en el corazón. Podemos revivir la sorpresa de los apóstoles, acrecentada por el aspecto de Jesús, profundamente conmovido. ¿Cómo era posible que uno de entre ellos, que habían caminado con Él durante tres años compartiéndolo todo, fuera un traidor? Pero esa terrible noticia, que Jesús ahora anuncia, iba a mostrarse en toda su verdad pocas horas después. Jesús de la noticia en medio de una cena, que debía ser un encuentro entre amigos para celebrar un acontecimiento salvífico. Dios había liberado a Israel de la esclavitud de Egipto y, cada año por Pascua, los hijos de ese pueblo se reunían para celebrarlo. Jesús lo hace con sus amigos y allí les comunica la noticia. A pesar de la sorpresa nadie piensa que Jesús hable metafóricamente. Por eso Pedro le indica a Juan que intente averiguar de quien se trata. Cuando hoy contemplamos esta escena no dejamos de estremecernos porque la afirmación de Jesús nos lleva a interrogarnos sobre nosotros mismos y nuestro amor a Él. La traición de Judas, amigo del Señor, nos recuerda esa terrible posibilidad de dar la espalda a quien más nos ha amado, a Aquel de quien lo hemos recibido todo. Esa terrible posibilidad la experimentamos en el pecado de Jesús conoce la determinación de Judas y, sin embargo, lo deja marchar. Sus compañeros no saben por qué se va. Incluso imaginan que será para algo bueno; para comprar algo o socorrer a los pobres. La historia de nuestra relación con Dios se vive en lo honde de nuestro corazón y queda oculta a la mirada de los hombres. Dios y nosotros sabemos lo que ahí sucede. Pero Jesús dejó que Judas se fuera y él salió para consumar su traición. Y eso que Jesús le acaba de mostrar su cercanía y amistad ofreciéndole de comer. Jesús nunca va a dejarnos. Su amor por nosotros es total. Lo comprobamos al contemplar su entrega en la cruz y su presencia en la Eucaristía. Lo reconocemos al ver todo lo que ha hecho por nosotros a lo largo de nuestra vida. Como los apóstoles podemos nosotros decir que Él es quien ha dado sentido a nuestras vidas. Nos ha liberado de la búsqueda ansiosa porque en Él lo hemos encontrado todo. Pero, al ver la debilidad de Judas, no podemos dejar de preguntarnos si nosotros, a veces no estamos en una situación parecida. Vamos a pedirle al Señor que a pesar de los pesares, jamás abandonemos el cenáculo, que nunca olvidemos quién es quien de verdad nos quiere. Y cuando haya que volver a asistir a la tortura de Cristo lo hagamos junto a nuestra madre la Virgen, con todo el dolor de nuestro corazón y con la firme esperanza de que “ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en Él”.
La Línea de la Concepción
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Semana Santa 2018 Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas, María Santísima de los Dolores y Patriarca Bendito San José
Salida: 19:00 h Carrera Oficial: 21:30 h Recogida: 00:30 h
Itinerario: Parroquia de Santiago, Jardines, Santiago, Antonio “El Chaqueta”, Las Palomas, Galileo, Plaza del Padre Justo, Espronceda, Pje Espronceda, Avda, Menéndez Pelayo, Blas Infante, Mª Auxiliadora, Maestro Muñoz Molleda, Clavel, Sol, SanPablo, Carrera Oficial, Carboneros, Plaza Fariñas, Plaza de la Inmaculada, Rodríguez Cantizano, Sol, Cervantes, Isabel La Catolica,San Pablo, Sol, Teatro, Jardines, Parroquia de Santiago.