26
RINCÓN DE LA HISTORIA Santiago Izquierdo, Cronista oficial
AÑO 1892 - FIESTAS DEL CUARTO CENTENARIO - 1ª parte
C
uando ya hemos rebasado los 525 años de la fundación de nuestra localidad, ese 2 de mayo de 1492, según la Real Cédula dada por los Reyes Católicos, y que nos relata Laureano Montero en su “Crónica de San Sebastián de los Reyes”, pero que si seguimos cronológicamente los hechos que dieron lugar a que varios vecinos de la inmediata villa de Alcobendas, liderados por Pedro Rodríguez, el viejo, se apartaron de su señor Juan Arias, y se instalaron en torno a la ermita de San Sebastián ya estamos cumpliendo los 530 años. En lo que respecta al Cuarto Centenario afortunadamente disponemos de lo que nos relata Leopoldo Jimeno en el libro que escribió con motivo de ésta efemérides y a través de él podemos saber cómo era la sociedad y el carácter de nuestros antepasados y al respecto nos dice lo siguiente: “Distínguense los habitantes de San Sebastián por su carácter franco, afable y obsequioso en particular con el forastero, a quien prodigan todo género de consideraciones, pero dotados de un amor propio que, sin ser exagerado, demuestra el cariño que sienten por su pueblo. Son enemigos de la adulación y de un fondo bondadoso y noble. Son obedientes y regularmente instruidos, respetuosos, y en extremo trabajadores. Sus diversiones, que suelen consistir en jugar a la pelota, calva, barra y rayuela. Sus buenas costumbres influyen de tal manera que son pocos, muy pocos los vecinos que han sufrido los rigores de la justicia. Profesan la religión católica apostólica, romana, y sin embargo de su indiferentismo por lo que a las prácticas religiosas se refiere, son fanáticos y apasionados por el Santísimo Cristo de los Remedios, al que presentan un culto y veneración digno de todo encomio”. También nos deja constancia de que son muy dados a diversiones, como ya se ha señalado, y en particular a las corridas de toros. En cuanto a los festejos está la que tiene lugar el 20 de enero a su santo titular San Sebastián, mártir, y que es costeada por el municipio. El otro festejo es en honor del Santísimo Cristo de los Remedios, el 28 de agosto, y que dura cuatro días y que sintetiza las costumbres de los sencillos labradores y ganaderos de este pueblo, se las puede considerar verdaderamente unas fiestas populares.
Programa de fiestas Dan comienzo con unos vistosos fuegos artificiales, que se queman en la Plaza del Ayuntamiento la noche del día 27, después del Miserere, que a gran orquesta se canta en el templo parroquial, Este día es conocido como Día de la Pólvora.
LA PLAZA
1 de julio de 2018
El día 28 comienza con una gran diana con música de aire y que recorre el pueblo al rayar el alba. A las diez de la mañana tiene lugar una solemne Misa con sermón, el cual se confía a uno de los oradores más reputados de la Corte. Por la noche, a las ocho, sorprendente procesión donde se puede apreciar la inmensa afluencia de forasteros, así como la fé y la devoción de los asistentes, mucho de los cuales caminan descalzos detrás del Santísimo Cristo, en medio de las numerosas velas que portan, así como los melodiosos acordes musicales que la capilla va cantando diferentes motetes durante la carrera procesional. Terminada la solemne procesión y después de haber cenado empiezan los bailes en la plaza y calles, así como en casas particulares que no terminan hasta la madrugada, en que llega el encierro de las reses que se van a lidiarse. Este día se denomina del Cristo. El día 29, corrida de novillos moruchos, procedente de acreditadas ganaderías de Salamanca o de Colmenar Viejo. La lidia comienza por la mañana con dos novillos de prueba, que se denominan los toros del aguardiente. A las nueve se subastan los tendidos, adjudicándose al mejor postor. A las diez comienza la corrida que termina a las dos, volviéndose a reanudar a las tres para terminar al anochecer. A la salida de los toros es imposible el tránsito por las calles afluentes a la Plaza, que es tanta la concurrencia de forasteros de los pueblos limítrofes que no dejan de transitar, los unos en carros, otros en caballerías y muchos a pie, un gran número de éstos llegan en los ómnibus que vienen de Madrid. Todo ello forma tal contraste y algazara que presenta un alegre conjunto. Este es conocido como día de los Toros, El día 30, tiene lugar los bailes por la tarde en las eras situadas al saliente de la población, este es el día conocido como de las Higueras, sin duda este nombre responde a que antiguamente en las huertas que hay contiguas, las del Pilar de Abajo, al sitio donde se celebraba había muchas higueras, cuyo fruto vendían a los concurrentes. En este sitio los mozos y gentes de buen humor dejan concertada la función que el día 8 de septiembre ha de hacerse, y que por lo regular consiste en corridas de vacas y bailes con música que al efecto se trae de Madrid. El día 31, como fin de fiesta, hay la costumbre de ir a las viñas, donde se pasa el día alegremente. En los días que duran las fiestas hay infinidad de puestos de confitura, frutas, buñuelos y baratijas que forman un alegre contraste, que se arriendan para con su importe contribuir a hacer la función. Lo que coloquialmente se dicen los puestos de los “almendreros”.
Hasta aquí lo que nos relata Leopoldo Jimeno, que en esos años actúa de secretario de los festejos que se celebran en honor del Santísimo Cristo de los Remedios, así aparece en diversos expedientes que se custodian en el Archivo Municipal, aunque no sabemos la causa de que no se conserve el del año 1892, cuando sí que están el anterior y el posterior. Quizás algún “investigador” lo cambiase de lugar, creo que me leeréis entre líneas.
Portada del libro.