Cultura
Pedro Reguillo o la música como bálsamo Aurelio Maroto
L
a crisis sanitaria del coronavirus nos ha traído experiencias malas, en ocasiones las peores posibles. Quizás nunca volvamos a nuestro mundo anterior. Y, en el peor de los casos, acaso tengamos que encerrarnos en una burbuja más a menudo. Pero siempre hay gente dispuesta a poner luz entre las tinieblas. De hecho, las mentes inquietas suelen construir cosas hermosas al calor de nuevas palabras, como ‘confinamiento’. La sensibilidad a cuenta de un tal ‘Covid-19’ ha hecho agitar el talento, nunca dormido, de Pedro Reguillo, el gran músico solanero que pertenece a esa legión de lúcidos compositores que ha puesto nombre a un sentimiento durante la obligada cuarentena domiciliaria. Imbuido en su faceta creativa tras sus años de éxito como bajista de ‘La Cabra Mecánica’ y cerebro artífice del
proyecto ‘Dreams Suite’, Pedro también se ha visto sacudido en lo personal por el maldito virus. Es su madre, Amparo, quien está detrás de ‘Heaven’, una inspirada pieza musical compuesta y orquestada por él mismo bajo el seudónimo artístico de ‘Yoel Marc’. “Imaginé una especie de plegaria que expresara el sentimiento de aflicción, transmitiendo un mensaje esperanzador en el desenlace final", ha declarado a Radio Horizonte-La Solana. Admite que buscó "un refugio para evadirse de la tristeza, reflejando, a la vez, un sentimiento de empatía por todos los que han sufrido de cerca el trance del duelo sin despedida”. Pedro Reguillo ha concebido ‘Heaven’ como una pieza de estética minimalista, una especie de ‘aria contemporánea’ donde piano y voz dialogan en fraseos alternativos componiendo un paisaje sonoro lleno de expresividad y de belleza. Reconoce en su trabajo influencias
de autores como Wim Mertens, Max Richter o Ludovico Einaudi, encuadrados en el género ‘New Age’ y de ‘Banda Sonora’. “Quizá es una propuesta alternativa que capta en mayor medida a un público selectivo, aunque muchos se identificarán con el mensaje de principio a fin”, argumenta. ‘Heaven’ no responde a un proyecto cimentado en el tiempo, sino a un geiser de emociones súbito. He ahí su singularidad. Y su austeridad. La situación de confinamiento ha exigido un arduo trabajo telemático en las sesiones de grabación y masterización. El resultado –admite- es una mezcla solo provisional, como adelanto de la publicación definitiva en las plataformas streaming. GACETA recomienda a nuestros lectores una escucha atenta en pantallas auxiliares o auriculares de cierta respuesta. Juzguen pinchando el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=DnVcmfqvD5w.
Pedro Reguillo es Yoel Marc al piano
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Gaceta de La Solana