18 A las ocho de la tarde y en víspera de fiesta, Piedad recibió un WhatsApp de Mari que le decía: «Quiero saber quién es el agente de la póliza de seguros de la comunidad. Si no lo sabes, investígalo. Si es el señor Alonso, quiero saber cuánto se lleva de comisión». Piedad asoció este mensaje con su solicitud de la mañana en referencia a gasóleos Lino. Se dio cuenta que sus sospechas no habían sido acertadas. Ahora todo comenzaba a tener sentido. Otro sentido diferente al que le había dado solo horas antes. «Esa tía no para. ¡Vaya actividad!, ahora el seguro de la comunidad. Esto se pone interesante. Pero todo esto no tiene nada que ver con el perro, ¿o sí? En cualquier caso, pinta bien», pensó al leer el mensaje. El jueves, a primera hora, Piedad pulsó su contacto en la compañía de seguros. — El agente lo tienes en la póliza, ya lo sabes de siempre, no hay ningún secreto en eso —le dijo Santiago. — No es lo que te estoy pidiendo. Me interesa conocer quién cobra la comisión de esa póliza y, si el agente la comparte, quiero saber con quién. Ése era, precisamente, el punto que Santiago trataba de evitar. — No te puedo dar ese dato, Piedad, es información confidencial. — Mira, Santiago, no quiero que transgredas todas las normas de la protección de datos por mi culpa. En la comuni149