CONOCIENDO NUESTRA CIUDAD
CONSISTORIO VIEJO O MIRADOR DE LA CIUDAD EL MIRADOR SE LEVANTÓ SOBRE UNA PARTE DEL SOLAR QUE RESULTÓ DEL DERRIBO DE LA CASA DE LAS PANADERÍAS Y SE CONCLUYERON LAS OBRAS DE CONSTRUCCIÓN EN 1677 COMO CIERRE DE UNO DE LOS PABELLONES DE LA RECIÉN CONSTRUIDA PLAZA Y CON LA FUNCIÓN DE SER UN MIRADOR O PALCO, DONDE LAS AUTORIDADES LOCALES PRESIDÍAN TODOS LOS ACTOS RELIGIOSOS Y LÚDICOS QUE EN LA PLAZA SE REALIZABAN.
S
e ubica en el número 1 de la Plaza Mayor de la Constitución Española, como se llama realmente la plaza, según la denominación oficial aprobada en el Pleno municipal del 25 de noviembre de 1988, y tiene fachadas a las Calles Plegarias y Ramiro III. El Mirador se levantó sobre una parte del solar que resultó del derribo de la Casa de las Panaderías y se concluyeron las obras de construcción en 1677 como cierre de uno de los pabellones de la recién construida plaza y con la función de ser un mirador o palco, donde las autoridades locales presidían todos los actos religiosos y lúdicos que en la plaza se realizaban. Aquí se encontraban regidores, corregidores y oficiales del Ayuntamiento de León. Fue proyectado por el arquitecto Francisco del Piñal, bajo un estilo clásico y barroco, en piedra labrada y con una clara influencia de los edificios levantados bajo los Austrias. Está flanqueado por torres coronadas por chapiteles de pizarra y veletas, que enmarcan una fachada de tres pisos. La planta tercera se remata con un balcón corrido, teniendo como elemento principal la puerta rematada con un frontón triangular. La fachada se va dividiendo en siete calles, separadas por columnas toscanas. Por su carácter de mirador, se dispondrán un gran número de ventanas y balcones en cada uno de los pisos. Las dos torres laterales, también tienen balcones coronando sus huecos con sendos escudos con un
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león rampante, como símbolo de la ciudad. La fachada principal tiene 32 metros, mientras que su fondo apenas supera los 5,50 m. Durante el siglo XX, el Mirador pierde progresivamente su función y su interior se va empleando para albergar oficinas municipales y aulas educativas dependientes del desaparecido colegio ‘Guzmán el Bueno’. En la década de 1920 se realizarán distintas obras de reparación en el edificio, por peligro de caída de los balcones a la calle. El mal estado de los chapiteles de las torres obligará a desmontarlos, quedando rematadas con las barandas y las esculturas en los cuatro extremos. En 1977 se produce un desprendimiento de varios elementos decorativos a la vía pública ocasionando un muerto y varios heridos, en pleno mercado del miércoles, lo que obliga al Ayuntamiento a colocar a lo largo de toda la fachada un vallado y a desmontar todas aquellas piezas de la fachada susceptibles de caer. En 1982, se llevará a cabo una importante obra de remodelación y reparación del edificio, que supuso rehacer la coronación perdida de las torres y la restauración de fachadas, balcones, reloj e interior del edificio, manteniendo el aspecto hasta la actualidad.