La Sala
de Justicia Un pueblo, rodeado de alta y potente cerca,
con calles estrechas, enrevesadas, adarves,… y ninguna plaza. Todo ello al objeto de procurar
frescura y sombra a sus habitantes. Esa era
la Marbella que se encuentran los primeros repobladores cristianos tras la incruenta y
epistolar rendición de los muslimes ante las huestes castellanas.
Pronto hubieron de acometerse las obras para su
adaptación al urbanismo vencedor. Así, se abrió,
San Bernabé • del 6 al 12 de junio 60
en el centro de la población, una amplía plaza,
que no reviste gran importancia y le otorga un
alrededor de la que habría de desarrollarse la
cierto toque de desorden respecto al resto.
vida pública de la ciudad. Se demolieron muchas
Conformando la plaza se construyeron edificios de
casas al efecto, no así, al parecer, una pequeña mezquita que tras ser sacralizada pasó a estar bajo la advocación de Nuestro Señor Santiago, patrón de España, y a convertirse en parroquia de ese nombre. Como quiera que la orientación de la plaza no coincide con la de la dicha iglesia, ésta queda desalineada respecto a aquella, algo
importancia y de poder: las Casas Consistoriales,
la Cárcel, un mesón, la alhóndiga,… y algunas viviendas señoriales, propiedad de los poderosos de entonces; completando el recinto la referida
iglesia de Santiago. La Plaza, eje vertebrador de la vida social, vería construirse un balcón de
hierro forjado en el Ayuntamiento, «para que las