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MONÓSTICOS DEL MAR Y OTROS POEMAS BREVES

(Del poemario inédito LO VISTO ESTÁ INACABADO)

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ANTONIO RAMÍREZ ALMANZA / Director de la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez y de la Casa Museo del poeta en Moguer

1 No todos los mares tienen el mismo azul. Ni todas las luces la misma intensidad.

2 Este rincón donde te quedas huele a la madera de los muebles, a la ropa planchada o a esa sensación de mar antes del sol y sus combates…

3 Se descorrieron las cortinas de los dedos, con la quietud profunda de sabernos zahorí, exploradores del iris, limpios en una noche de noviembre, extendiéndonos como espumas de un mar sin tormentas en invierno. 4 El camino, casi rozando las gavias, se retuerce en un mar de viñas y eucaliptos verdes.

5 El aroma de la noche es como el olor suave y salado que la mar cercana atrae en avalancha de céfiros fecundantes, en remolinos de ánsares que octubre dibujará sobre el ciclo sagrado de las estaciones, anunciando la vendimia nueva, el vino escanciado sobre el perfil de una gigantesca bodega.

6 La línea de un horizonte frágil por donde el mar recrea un surco interminable, troncos retorcidos a la enigmática luz de la noche entera.

7 Casi toca el mar con sus ansias de olas y mareas.

8 Caminos abiertos al mar, al río, al bosque, a las interminables albas que permite la luz fresca y limpia de los días soleados.

9 Como un galopante jinete entre las tormentas, pediría al mar, en su cercana profundidad, arribase por las laderas de mi cuerpo.

10 Se enreda una y otra vez hacia la orilla, descendiendo, penetrándose voluptuosamente en la mar desnuda, ardiente, luminosa, mientras el rompeolas se insufla de efervescentes lenguas de polen.

11 Se despereza como un abierto mar que trae lejanía de luces. Abre su inmenso universo a los torreones del pecho. Raja en los cielos nubes de brazos para el camino y dilata el quejío somnoliento de las primeras palabras.

12 Resonantes las voces del viento, cuando la luz meridional trae las primeras ráfagas de la brisa marina.

13 Aquí el testimonio, la herencia que constituye las siluetas del río, la mar, el lucio, la marisma, la duna, la multiplicidad de los biotopos emergidos o emergentes.

14 La longevidad de la luz en el mar.

15 Un mar profundo que está en el remanso de una bahía silenciosa.

16 Toman el pulso de las mareas atlánticas, sutiles, besan los rezos del viento.

17 Amanece tarde en las colmenas de la garganta. Amanece noche por el viejo camino de la mar. Amanece negruras.

18 La respiración mínima encerrada en la barrera del mar.

19 Azul Océano, inmenso de azul y orillas, serenamente empequeñecido a mar, viento, espuma, orillaje entre la retama y lo celeste, bajamar, diosa, cuerpo, en definitiva, polen, azulejo de lo no nacido, añil translúcido.

20 Sin poder elegir entre los flujos mareales del sueño y la vigilia.

21 El espejeante mar fue bahía; la bahía abrasadora, lago cerrado; el lago cubierto, marisma; la marisma, plenitud, vetas, ojos, respiraderos, agua temporal, barro, metal… La transfusión es necesaria de una orilla a otra.

22 Llegan los poemas al absoluto de la fuerza, al abandono, al solitario desear, como un ser abandonado a la inmensidad del mar.

23 Aislarse en la profundidad de lo que más perdure. Verse solo. Alejarse por una orilla donde buscar sea encontrarse. Fundido en la primera pleamar de la mañana.

24 Uno y otro, solos y mitades para sembrarnos en el jardín de un mar desnudo.

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