PEREGRINACIÓN EL SENTIDO DE LAS PEREGRINACIONES II JORNADAS JACOBEAS DE LA ASOCIACIÓN AMIGOS DE LOS CAMINOS DE SANTIAGO DE MEDINA DE RIOSECO En el siglo XXI las personas que se deciden a llevar a cabo el Camino de Santiago, suelen tener diferentes motivos que, desde su interior, les empuja a peregrinar haciendo la ruta, desde un punto determinado de nuestro planeta Tierra, hasta el lugar donde reposan los restos del Apóstol Santiago. En mi opinión los principales motivos que engloban el verdadero sentido del peregrino, son los motivos religiosos y personales, ambos en su conjunto conforman el verdadero sentido del Camino y no es otro que encontrarse con las raíces religiosas desde lo profundo del ser humano. Para mí fuera de estos dos sentidos, el religioso y el personal, me gusta utilizar las palabras viajero o turista, distinta de peregrino, para aquellas personas que realizan estas rutas. Como bien apunta nuestra Asociación Amigos de los Caminos de Santiago de Medina de Rioseco, el peregrino es aquel que a lo largo del Camino tiene la oportunidad de realizar la reflexión personal, para la oración y para el disfrute de la amistad y el compañerismo con otros peregrinos. Personalmente desde hace unos cuantos años en mi pensamiento rondaba la idea de hacer el Camino. Los años iban pasando y por unas razones o por otras, uno no encontraba el momento adecuado para dedicar una semana de las cincuenta y dos que tiene el año, para llevar a cabo esta nueva experiencia. Llegó el año 2017, y más que nunca en mi interior surgió la necesidad de poder hacerlo. Ese año no había ninguna razón, ni excusa, tanto personal, como profesional que me impedía poder llevar a cabo por fin el ansiado “Camino de Santiago”. Bien es cierto que la decisión fue fácil, y el último empujón me lo dio esta magnífica Asociación a la que pertenezco, y no es otra, que la de Amigos de los Caminos de Santiago de Medina de Rioseco. Contacté con mi buen amigo Jaime y me hice de la Asociación asistiendo a las reuniones preparatorias e informativas sobre la ruta que se iba a realizar en septiembre del pasado año 2017: EL CAMINO DE INVIERNO, desde la localidad de Puente Domingo Flórez, población de León a una treintena de kilómetros de Ponferrada hasta Santiago de Compostela. En total unos 240 kms aproximados. En mi caso el Camino de Santiago lo encuadro dentro del sentido religioso, todo gira entorno a la fe cristiana y a partir de ahí uno empieza a conectar el espíritu interior, (el yo que tengo en el interior de mi persona) con Dios. En la actualidad vivimos a gran velocidad con constantes cambios y sin tiempo para algo fundamental: frenar y reflexionar. Son profundas y numerosas las reflexiones que uno hace
54
a lo largo de las diferentes etapas que dura el Camino, y eso es muy bueno, pues en esas jornadas de análisis interior, uno va separando el grano de la paja, y te vas dando cuenta de las cosas que realmente son importantes en nuestras vidas, relativizando y restando importancia a muchísimas situaciones que se nos presentan en el día a día y que son intranscendentes, aunque en un primer momento nos haya parecido lo contrario. Por eso la reflexión es buena amiga y consejera. Yo hice el Camino unido a otros 17 peregrinos y os puede asegurar que ha resultado muy gratificante hacerlo en este pequeño grupo. Uno conversa y convive en grupo, y como tal, sin otra regla que algunas directrices marcadas por la Asociación, el respeto, el sentido común y la disciplina que cada uno nos imponemos, hace que todo esto haya funcionado muy bien. Salimos desde Medina de Rioseco en autobús hasta Puente Domingo Flórez, y la alegría que reinaba en todos nosotros se plasmaba en el ambiente. Había buen rollo y eso indicaba que lo íbamos a pasar bien. La estancia, acogida y visita a esta pequeña localidad fue breve pero bonita. Y llegó por fin la primera etapa. A las 8 de la mañana todos estábamos preparados para empezar a caminar. Bastón en mano y mochila a la espalda y para adelante. En breve empezamos a descubrir las bondades que nos ofrece la madre naturaleza, los paisajes preciosos que veíamos bordeando las aguas del río Sil, que invitaban a la conversación en grupo, hasta que uno sin darse cuenta empieza a sentir en su interior, la necesidad de caminar algún buen rato solo, para interiorizar, reflexionar y dar respuesta a la verdadera razón por la que uno hacía el Camino, y no era otra que, reencontrarse consigo mismo, (pensando en todo lo que engloba mi vida), y sin proponértelo te encuentras hablando con Dios, (pidiendo por nuestros seres queridos y por esas personas que en este mundo tienen dificultades y lo pasan mal). Un aspecto que a uno no deja de sorprender, es que el Camino pone a todo peregrino a prueba y presenta muchas dificultades, pero precisamente éstas, sirven para darte cuenta de lo que eres capaz de afrontar física y psicológicamente Avanzada la segunda jornada (A Rua –Quiroga) empecé a sufrir una tendinitis en la rodilla derecha, que se iba agravando con los kilómetros recorridos y que me impedía poder andar con facilidad. A partir de este momento empecé a pensar que aquella empresa no iba a estar exenta de dificultades. En la tercera jornada (Quiroga – Monforte de Lemos), jornada muy larga con un recorrido de más de 40 kms., fue especialmente muy dura para mí. Con el transcurso de la mañana, el