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Vidrieras en la Ermita de Ntra. Señora de Barbaño. Un arte de luz y color
El arte de las vidrieras es esencialmente dinámico, es un arte de la luz, que cobra energía por medio de la relación con la luz y cambia según la hora del día, las estaciones y el tiempo
Ofrece Ntra. Señora de Barbaño, Patrona de Montijo, un patrimonio preciso que va desde su imagen, corona, resplandor, estandarte, andas procesionales1, hasta su ajuar, en el que destaca el manto rojo, donado en 1921, atribuido al al taller del prestigioso bordador hispalense Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1853-1930), por la característica del bordado, estilo y diseño.
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Los años, remodelaciones y secuelas de los conflictos bélicos, especialmente la guerra de la Independencia, acabaron con piezas de significado valor, como el retablo renacentista, descrito por los visitadores santiaguistas, en 1605, El programa de talla y pincel que presentaba el retablo mayor seguía los decretos doctrinales del Concilio de Trento (1545-1563), en conexión con el espíritu de la Contrarreforma. En los paramentos de la ermita cuelgan varias obras al óleo del pintor autodidacta montijana Francisco Antolín Rodríguez, entre los que destacan copias de los exvotos del milagro del moro converso y el cólera morbo, junto con los cuatro evangelistas que se conservan en la sacristía. En el presbiterio se exhibe el original del cólera morbo, pintado en 1863 por el pintor zafrense José Antonio Álvarez.
Las cuatro pechinas, triángulos curvos, en las que se apoya la cúpula, para descansar sobre los arcos torales, se ven decoradas por figuras simbólicas de las Letanías lauretanas que cantan las glorias de la Virgen María, recitadas al final del rezo del Santo Rosario. Así se visibilizan figuras alegóricas a la Rosa mística (perfección), Estrella de la mañana (anuncio de la Luz), Torre de David (modelo de protección) y Arca de la Alianza (en el recuerdo de las infinitas misericordias).
1 Me refiero al resplandor labrado en el s. XIX por un orfebre de la ciudad de Córdoba. La corona hecha en los Talleres de Granda de Madrid, así como las andas de caoba y bronce que ya no procesionan, realizadas en 1920 y 1922. El estandarte adquirido a la casa Aranda de Zaragoza en 1925. Y desde 2009 unas andas procesionales, en metal plateado, labradas en Orfebrería Andaluza (Manuel de los Ríos) de Sevilla.
POR DEVOCIÓN Y FAVORES RECIBIDOS
La ermita se ve decorada por cuatro vidrieras de colores en cada una de sus ventanas. Tras el nombramiento de don Ruperto Thomas como mayordomo en 1916, su esposa, doña Josefa Thomas García, (la primera mujer conocida documentalmente en ejercer el cargo de Mayordoma, lo hizo desde 1928-1937, a la que siguieron posteriormente su hija Trinidad y su nieta Petra Thomas), por devoción y favores recibidos2 , colocó doña Josefa las vidrieras que efigian escenas de la vida de la Virgen.
La familia Thomas había instalado en la capilla de su finca de San José de Morante, en los años de la Gran Guerra (1914-1918), al lado del Evangelio en tres ventanas abocinadas, tres hermosas vidrieras, algunas coloreadas con historias sacadas del Nuevo Testamento, como el Nacimiento de Jesús o la Huida de la Sagrada Familia a Egipto3 .
Las vidrieras de Morante y las de Barbaño fueron adquiridas en la misma fecha. Las de Barbaño representan: La Anunciación, Presentación en el Templo, Asunción (coronación de la Virgen) y la aparición de Virgen de Barbaño a un pastor a orillas del Guadiana.
Las vidrieras de la ermita de Barbaño, recientemente, han sido atribuidas a la prestigiosa Casa Maumejean que tuvo sus orígenes en Francia desde 1860, cuando
2 Acercarse al santuario, sentir la proximidad de la que es mediadora, refugio de necesidades y agradecerle el beneficio recibido ha sido una constante a lo largo de los siglos.
3 MALDONADO ESCRIBANO, J.: “San José de Morante ayer y hoy. Desarrollo histórico-artístico y transformación agropecuaria”. Ponencia expuesta en 1/X/2010 en las IX Jornadas de Historia de Montijo.
Jules Pierre Maumejean, a la edad de veintitrés años, establece en Pau su primer taller. Los talleres de Jules abastecieron de vidrieras a un buen número de edificios religiosos, civiles y casas particulares. Sus contactos con los círculos madrileños le proporcionaron numerosos encargos y le llevaron a convertirse en el pintor vidriero oficial de la Casa Real de Alfonso XIII4 .
VIDRIERAS ATRIBUIDAS AL TALLER MAUMEJEAN
Los hermanos Joseph y Henri Maumejean fundaron su taller en Madrid en 1897 hasta 1952. Este taller fue uno de los más solicitados del territorio español, siendo proveedores del rey Alfonso XIII. La diversidad de vidrieras de Maumejean acreditan su capacidad para realizar obras de extraordinaria maestría, concretamente en el modernismo y el Art Déco. Esta familia de vidrieros franceses regentó durante casi una centuria uno de los talleres de vidriería artística más destacados y prolíficos de Europa. El taller de los hermanos Maumejean abrió delegaciones en Barcelona y San Sebastián. La larga dinastía de los Maumejean vitralistas trabajaron durante tres generaciones, participando en exposiciones nacionales e internacionales, entre otras las de Pamplona, Filadelfia, Milán, Madrid, Sevilla, Barcelona, Lieja y Bordeaux. Recibieron la Legión de Honor (París 1926).
El taller de Maumejean elaboró vidrieras para numerosas iglesia, catedrales, capillas y edificios públicos y privados. Vidrieras de estilo grutesco, renacentista o neogótico fueron realizadas en gran parte de edificios religiosos. Entre ellos las catedrales de Vitoria, Ávila y Murcia; iglesia de la Concepción de Madrid. Sagrado Corazón de Jesús de la Habana, sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en la calle Se-
4 Cf. Sociedad Maumejean http://www.vidrierasmaumejean.com/index.html
5 BERNABÉ GÓMEZ, M.: “El arte de pintar la luz”. Revista Villena núm. 62. Ayuntamiento de Villena, 2012, pp. 74-75. La casa Maumejean fue la autora de la mayor parte de las vidrieras madrileñas, R. FRAGUAS: “La ciudad al otro lado del cristal”. Diario El País 10/IV/2007.
rrano de Madrid5. Y en edificios religiosos y civiles de menos consideración, pero de importancia desde el punto de vista artístico e histórico, como el caso que nos ocupa: el santuario de Ntra. Señora de Barbaño.
El arte de las vidrieras es esencialmente dinámico, es un arte de la luz, que cobra energía por medio de la relación con la luz y cambia según la hora del día, las estaciones y el tiempo. Lástima que, debido a la orientación de la ermita, el fenómeno de la luz intangible sólo pueda apreciarse en la vidriera de la aparición de la Virgen de Barbaño a un pastor a orillas del Guadiana, que antes ocupó el camarín de la virgen cuando ésta tuvo un retablo.
Aún nos queda por referenciar la obra de cerrajería del interior que separa el presbiterio de la nave, el aro del pozo en el exterior del atrio, junto con la reja que protege el recinto religioso, hecha en la fragua de Casimiro Gragera González y su hijo Vicente Gragera Almirante, instalada en 1987.
M. García Cienfuegos
Cronista Oficial de Montijo