Chiguitos
PaCO | 48
LA CUEVA DE LOS FRANCESES, CON NIÑOS
TALLERES EN FAMILIA PARA DESCUBRIR LA FORMACIÓN KÁRSTICA DE UNA FORMA LÚDICA ESTE VERANO
Pocos lugares hay tan llenos de misterio como las cuevas. Y descender a sus entrañas es una aventura digna de ser vivida en familia. Por eso, la Diputación ha puesto en marcha nuevos talleres para que niños y mayores disfruten juntos de la Cueva de los Franceses, aprendiendo más sobre esta singular formación kárstica de una forma lúdica. Los talleres ‘Como si estuvieras en tu cueva’ comenzaron el 25 de mayo y se extenderán hasta finales de verano. Este mes, están programados los sábados 1, 8 y 22 a las 11:00 horas. Están concebidos para familias con niños de entre 5 y 10 años, tras los cuales se desarrolla la visita al conjunto. Se alternan cinco talleres según las fechas: ‘‘Toc, toc, ¿se puede?’’, ‘‘¡Al rescate en la cueva!’’, ‘‘La vida secreta de las cuevas’’, ‘‘El ABC de las cuevas’’ y ‘‘La máquina del tiempo’’. El hilo conductor serán diferentes actividades plásticas, que suponen una experiencia de aprendizaje a partir de la observación, la interacción y la experimentación. Es preciso reservar en el 659 949 998. Ubicada en el término municipal de Revilla de Pomar,
la Cueva de los Franceses tiene un recorrido visitable de unos quinientos metros, en el que pueden contemplarse estalactitas, estalagmitas y coladas. Está enclavada en el Geoparque Mundial Unesco de Las Loras.
Danza del Sol En un campamento, los alumnos del famoso pedagogo musical Antonio Domingo le contaron algo inquietante. «Comentaban con cierta tristeza que les costaba que sus amigos habituales llegaran a comprender los motivos que tenían para permanecer tanto tiempo en la Escuela de Música», asegura en su web. Con el propósito de demostrar ese porqué, Antonio Domingo concibió la Danza del Sol, un ‘‘Concierto de Difusión
Musical’’ que veremos el domingo 9 de junio a las 12:00 en el Teatro Ortega, de la mano de un numeroso grupo de alumnos, ex alumnos y profesores de la Escuela de Música Ortega (EMO). Además de la música, interpretada con percusión corporal a 16 voces sobre una pieza de tintes irlandeses, en este espectáculo se desvela de dónde sale esta, cómo se construye y, lo más importante, la inmensa experiencia que supone
para el músico crearla. Porque en música no solo hay que formar al intérprete, sino también al público para garantizar, en palabras de Antonio Domingo, «que la asistencia a conciertos se siga manteniendo en los niveles actuales, al menos». La EMO lleva todo el curso preparando este proyecto pedagógico «mitad concierto - mitad master class», que ha dejado huella en decenas de ciudades de todo el país desde su estreno en 2004.